Un adolescente puede empezar a robar de varias maneras, ya sea tomando el dinero de sus padres, llevándose objetos de su escuela o prendas de una tienda sin pagar por ellas. Dependiendo del valor de los objetos robados, existen consecuencias muy importantes relacionadas con este acto. Además, robar causa sentimientos de culpa y vergüenza, tanto para el adolescente como para sus padres. Afortunadamente, hay varios pasos que puedes tomar para evitar que tu hijo adolescente robe de nuevo y que así caiga en mayores problemas.

Parte 1
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Castiga al adolescente por robar

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    Explícale a tu hijo adolescente las consecuencias de robar. Tal vez descubriste que sacó dinero de tu billetera o encontraste objetos robados en su mochila. Si esta es la primera vez que lo hace y no ha sido acusado de un delito, es muy importante que el adolescente y tú se sienten a conversar y le digas que tomar las cosas de otros es ilegal y hasta podría terminar en la cárcel. No le restes importancia a la situación o le digas a tu adolescente que robar está bien, siempre y cuando no lo atrapen. Tus palabras deben ser claras y concisas mientras le explicas a tu hijo que puede sufrir consecuencias muy graves que cambiarían su vida si continúa robando.
    • Asegúrate de usar términos legales al explicarle la posibilidad de ir a la cárcel al cometer un hurto (que es cuando robas las pertenencias de otra persona, como una cartera o una bicicleta) y un delito mayor (como robarle a alguien dinero de su billetera o escribir cheques sin fondos).[1]
    • El valor de la propiedad robada determinará la gravedad del delito; puede ser un delito mayor o menor. Sin importar el valor de lo que haya robado el adolescente, él podría terminar por varios meses en la cárcel o ser multado por una gran cantidad de dinero si lo condenan.[2]
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    Muéstrale a tu hijo adolescente las consecuencias de robar. Otro método es mostrar, en vez de decir, las consecuencias de robar. Si tu hijo te ha robado dinero u objetos de valor, algunos padres recomiendan llamar a la policía para que “arreste” al adolescente. El oficial de policía puede esposarlo y meterlo dentro de su auto para explicarle lo que es un delito mayor y cómo podría afectarlo en el futuro.[3]
    • Esta es una táctica bastante extrema, así que debes utilizarla solo si tu hijo te robó dinero directamente, porque tú eres el que decidirá si presentarás cargos en su contra. Sin embargo, esta táctica puede asustarlo lo suficiente como para que no considere robar de nuevo.
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    Impón un castigo que requiera que tu hijo realice actos positivos. En vez de darle un castigo físico o uno que le haga pasar vergüenzas (un acto que causará que se enoje y resienta contigo), enfócate en darle un castigo donde tenga que resarcir los daños que ha causado. Así reafirmarás la idea de que robar está mal y que causa muchos daños a las relaciones con otras personas. Además, podrás enseñarle a tu hijo el valor de la honestidad.
    • Por ejemplo, si viste a tu hijo robando dinero de tu cartera, puedes obligarlo a pagarte la cantidad robada. Esto le tomará tiempo, porque necesitará conseguir un trabajo temporal para poder ganar dinero. Así comprenderá las consecuencias de sus actos y se volverá más responsable al conseguir un empleo. También entenderá por qué robar está mal.
    • Otra opción es hacer que él te pague haciendo los quehaceres del hogar o preparando la cena para el resto de la familia durante un mes. Así, hará cosas buenas por otras personas para resarcir su error.
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Parte 2
Parte 2 de 2:
Evita que el adolescente robe de nuevo

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    Pregúntale a tu hijo adolescente por qué siente que debe robar. Es posible que robe porque tiene otros problemas y esta es su manera de escapar de ellos. Identificar la raíz del problema te ayudará a prevenir que tu hijo robe de nuevo. Los adolescentes suelen robar por varias razones, que incluyen:[4] [5]
    • La presión social es una razón importante para que un adolescente robe. Es posible que él quiera el celular más moderno o unas zapatillas nuevas y sienta que robarlas o tomar dinero ajeno para comprarlas es la única manera de conseguirlas. Una parte muy importante en la vida de un adolescente es encajar en su círculo social, así que es probable que se sienta presionado a tener ciertas cosas para no ser ignorado en la escuela.
    • Otra razón es el deseo de llamar la atención. Cualquier tipo de atención, incluso la negativa (especialmente de una figura de autoridad), es mejor que ninguna atención. Es posible que tu hijo robe porque sabe que así llamará tu atención.
    • Tu hijo también puede sentir vergüenza al adquirir ciertos objetos, como condones, tampones, anticonceptivos de emergencia o una prueba de embarazo. Tal vez siente vergüenza al pedirte dinero para comprar estos objetos o no quiere ir a la clínica para conseguirlos, por lo que decidió que robarlos es mejor.
      • Esto suele suceder si no lo orientas adecuadamente sobre la sexualidad alegando que es algo "sucio", "prohibido" o "pecaminoso" (sobre todo si se usan los preceptos religiosos como excusa); al igual que si le prohíbes terminantemente que se enamore y tenga una pareja en lugar de orientarlo al respecto.
    • El deseo de hacer algo malo también puede ser una razón para que tu hijo robe. Muchos adolescentes disfrutan de correr riesgos innecesarios y les gustan las cosas prohibidas. Por esta razón, robar puede ser la manera en la que quebrantan los límites y ven cuán lejos pueden llegar.
      • Muchas veces esto suele ser consecuencia de haber sufrido o sufrir de bullying (acoso escolar). Debes estar muy pendiente al respecto.
    • Es muy probable que estés aplicando un estilo de disciplina demasiado estricto y quizás lo haga en señal de desafío a tu autoridad. En este caso revísate, no sea que le mines su autoestima.
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    Provee otras fuentes de ingresos para tu hijo adolescente. Si tu hijo roba porque siente que no puede comprarse las mismas cosas que sus compañeros, consíguele un trabajo a medio tiempo después de la escuela o haz que haga quehaceres para otras personas y así ganar algo de dinero. Así aprenderá a ser responsable con sus finanzas y tendrá la libertad de comprarse lo que quiera en vez de robar.
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    Haz que tu hijo realice actividades extracurriculares. Anima a tu hijo adolescente a canalizar su energía en desarrollar sus talentos y cualidades de manera productiva. Por ejemplo, puede unirse a un club deportivo en la escuela. Así formará lazos más fuertes con gente que tenga sus mismos intereses, siempre y cuando no estén relacionados a los bienes materiales o la última moda.
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    Pasa más tiempo con tu hijo adolescente. Robar suele ser una llamada de atención por parte del adolescente. No lo ignores. Es mejor que pases más tiempo con él y de manera constante. Demuéstrale que te importa y te interesa lo mismo que a él planeando una actividad o salida que puedan realizar juntos. Por ejemplo, ir a un concierto de su grupo de música favorito.[6]
    • Durante alguno de estos momentos, es bueno que hables con tu hijo sobre métodos anticonceptivos si notaste que la vergüenza fue la causa principal de su comportamiento. Deja que tu hijo te pregunte cosas específicas y dale estos objetos para que tu hijo no se sienta avergonzado al tener que conseguirlos. Habla con tu hijo sobre las relaciones sexuales si este es el motivo por el que roba.
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    Habla con un psicólogo o terapeuta si tu hijo adolescente sigue robando. Si descubres que tu hijo volvió a robar, es el momento para hablar con un psicólogo o terapeuta. Algunos adolescentes tienen problemas mayores que les llevan a robar (problemas familiares o individuales), por lo que necesitan terapia. No permitas que su comportamiento se vuelva un hábito, porque esto llevará consecuencias más serias para tu hijo.
    • Algunos adolescentes sufren de cleptomanía, un trastorno donde la persona siente ansiedad antes de cometer un acto de robo y alivio una vez que lo ha cometido. Consulta con un psicólogo si sospechas que tu hijo tiene este trastorno.
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Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 100 991 veces.
Categorías: Adolescentes y familia | Hijos
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