¿Crees estar listo para cuidar de un gato como mascota pero tus padres están más indecisos? Sabemos que un compañero tierno y adorable como un gato es una excelente mascota, pero es posible que sea más difícil convencer a tus padres. Por fortuna, puedes demostrarles de muchas formas que puedes ocuparte de un gato. Este artículo cubrirá unas cuantas formas distintas detocar el tema y probar que eres responsable para así poder tener un nuevo amigo felino.

Método 1
Método 1 de 11:
Trae a colación tener un gato de vez en cuando.

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    Muestra interés mencionándolo de una forma casual en una conversación. Al hablar con tus padres, menciona tener un gato como mascota para tantear el terreno. Habla sobre el motivo por el cual un gato sería una buena mascota o tan solo pregúntales qué opinan de tener una mascota nueva en casa.[1] Si quieres hacerlo con un poco más de sutileza, habla sobre un amigo que tenga un gato y sobre que tú también estás listo para ocuparte de uno. Sin embargo, no lo traigas a colación todos los días, ya que podrías molestar a tus padres.[2]
    • Por ejemplo, podrías decir: "¿Sabían que es bastante fácil cuidar de un gato? Además, ¡son tan silenciosos que ni siquiera notarían su presencia!" o "Mi amigo tiene un gatito nuevo, ¡y es muy tierno! Desearía poder tener uno también".

Método 2
Método 2 de 11:
Muéstrales fotos y videos tiernos.

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    Es posible que tus padres cambien de opinión si ven lo adorables que son los gatos. Busca en YouTube o en las redes sociales para ver los videos y fotos nuevos que las personas publiquen sobre sus gatos. Luego, envíales los videos a tus padres o bien muéstraselos en persona para que vean lo entusiasmado que estás. Al ver la forma como los gatos interactúan y se comportan, tus padres podrían ser más receptivos a la idea de que también tengas uno.[3]
    • Pídeles a tus amigos que te envíen fotos y videos de sus gatos. Por ejemplo, podrías decir: "¡Miren esta foto que me acaba de mandar Daniel de su gato durmiendo en su regazo! Eso sería muy cómodo, ¿no?".

Método 3
Método 3 de 11:
Pregúntales por sus inquietudes.

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    Averigua el motivo por el cual tus padres estén indecisos en cuanto a tener una mascota. Si no están convencidos de la idea de que tengas un gato, es posible que tengan buenos motivos para ello. Siéntate con ellos y pregúntales directamente de forma que sepas qué es lo que les preocupa. Deja que expliquen todos los motivos por los que estén preocupados y toma nota de ellos para buscar formas de resolverlos. Es posible que les preocupe tu nivel de responsabilidad, la forma como vayas a costear una mascota nueva o quién se ocupará del gato cuando no estés.[4]
    • Por ejemplo, puedes preguntar: "Sé que no quieren tener un gato en casa. ¿Podrían explicarme por qué, por favor?".
    • Asimismo, es posible que tu familia tenga un problema si les preocupa que el gato ocasione un desorden o si alguien es alérgico a los gatos.

Método 4
Método 4 de 11:
Investiga las razas y necesidades de los gatos.

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    Conviértete en un experto de forma que puedas responder a las preguntas de tus padres. Averigua sobre distintas razas y su comportamiento para ver lo que funcione mejor para su situación vital y estilo de vida. Ten en cuenta las inquietudes que tus padres hayan mencionado de forma que puedas buscar gatos que encajen mejor con tu familia. Además, revisa el tipo de comida, juguetes y suministros que necesitarás para un gato para saber con exactitud a qué te estás metiendo.[5]
    • Por ejemplo, quizás debas buscar una raza más relajada y que no necesite de mucha atención mientras estés en la escuela (por ejemplo, los gatos coon de Maine o los ragdoll).[6]
    • Involucra a tus padres mientras investigas para que puedan estar aún más receptivos a la idea.
    • Averigua sobre los pros y contras de adquirir un gato adulto en comparación con un gatito. Los gatitos necesitan mucha más supervisión y atención que los adultos.[7]
    • Pídeles consejos a tus amigos que tengan gatos de forma que puedas aprender de alguien con experiencia práctica.

Método 5
Método 5 de 11:
Haz una presentación persuasiva.

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    Una presentación con diapositivas o un afiche constituyen excelentes formas de explicar por qué estás listo para tener una mascota. Incluye la información que hayas aprendido y cubre los problemas de tus padres con tener un gato. Practica dar la presentación unas cuantas veces antes de sentarte y mostrársela a tus padres. Cuando lo hagas, responde a las preguntas que tengan para demostrarles que estás preparado y que has pensado muy bien en todo.[8]
    • Por ejemplo, podría haber secciones en donde figuren las razas que te interesen, su comportamiento y las formas en las que hayas demostrado tener la responsabilidad suficiente para una mascota.

Método 6
Método 6 de 11:
Aborda soluciones a sus preocupaciones.

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    Buscar respuestas para las inquietudes de tus padres demuestra que eres considerado. Reúnete con tus padres y menciona los problemas que hayan tenido inicialmente. Piensa en algunos contraargumentos para cada problema basándote en lo que hayas investigado de forma que tus padres comprendan tu dedicación. Es posible que de todos modos te digan que no, pero no te desanimes. Aun así empezarán a darse cuenta de lo importante que es para ti tener un gato y apreciarán tu trabajo duro.[9]
    • Por ejemplo, si un miembro de tu familia tiene alergia a los gatos, podrías decir: "Sé que te preocupaban las alergias de mamá, pero encontré unas cuantas razas hipoalergénicas".
    • Como otro ejemplo, si les preocupa una caja de arena apestosa, puedes mencionar opciones de arena sanitaria que elimina los olores o una caja de arena cubierta.

Método 7
Método 7 de 11:
Menciona los beneficios de tener un gato.

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    Es posible que tus padres no se den cuenta de que tener un gato conlleva beneficios para la salud. Al hablar con ellos, trae a colación que cualquier mascota de hecho puede hacer que todos estén más saludables. Diles que tener un gato como mascota podría ayudar a reducir la presión arterial y el estrés y hacer que uno se sienta menos solitario.[10] Asimismo, puedes mencionar que tener un gato te ayuda a acostumbrarte a sus alérgenos y, por ende, es menos probable que tengas reacciones alérgicas o asma.[11]
    • Los gatos también cazarán animales pequeños que podrían meterse en tu casa (por ejemplo, los ratones).[12]
    • Infórmales que muchos gatos son muy cariñosos y les encanta forjar vínculos con las personas, por lo que son excelentes compañeros.[13]

Método 8
Método 8 de 11:
Haz tus quehaceres sin que te lo pidan.

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    Poner orden demuestra que eres responsable. Empieza a hacer cosas por la casa para ordenar y ayudar antes de que tus padres puedan pedírtelo. No te quejes de tus quehaceres sino, en cambio, hazlos con gusto y pregunta si puedes hacer algo más. Si muestras iniciativa, esto hará que tus padres se den cuenta de que estás listo y dispuesto a esforzarte mucho por tener un gato como mascota.[14]
    • Si de por sí tienes otra mascota, tómate un poco más de tiempo para ocuparte de ella como una forma de demostrar que tienes la madurez suficiente como para ocuparte de tu propia mascota.

Método 9
Método 9 de 11:
Presupuesta tu dinero.

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    Si te ocupas de algunos de los gastos, esto les quita ese peso a tus padres. Entre los suministros, la comida y las visitas al veterinario, el costo de tener un gato puede ascender con bastante rapidez. Estima cuánto tendrás que gastar al mes en un gato para así poder comenzar a ahorrar. No compres cosas que no necesites sino, en cambio, separa tu dinero para demostrar que tienes lo suficiente como para cubrir los costos de un gato. De ser necesario, postula a un empleo a tiempo parcial de forma que puedas ganar un poco más de dinero.[15]
    • Aunque no puedas costear del todo los gastos de tener un gato, tus padres verán que tomaste la iniciativa y estás dispuesto a ayudar y cuidar de tu mascota nueva.

Método 10
Método 10 de 11:
Cuida la mascota de otra persona.

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    Cuidar de otro gato te prepara para tener uno tú mismo. Si tienes amigos o parientes que tengan gatos, pregúntales si puedes ir a visitarlos y cuidarlos por un rato. Mientras lo hagas, juega con el gato y asegúrate de seguir todas las instrucciones de cuidado. Toma algunas fotografías o videos para enseñárselas a tus padres de forma que puedas probar que eres capaz de cuidar de un gato por tu cuenta.[16]
    • No olvides que los gatos de distintas razas se comportan de forma distinta. Por ende, no te desanimes si no te llevas bien con un gato.

Método 11
Método 11 de 11:
Visita gatos en un albergue de animales.

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    Es posible que conocer algunos gatos en persona influya en la decisión de tus padres. Investiga sobre algunos albergues de animales en tu localidad y elige uno para visitarlo con tus padres. Interactúa con los gatos que estén disponibles y pídeles más información sobre ellos a los empleados. Deja que tus padres también jueguen con los gatos y los conozcan de forma que puedan acostumbrarse a estar en su presencia. Si antes estaban indecisos, pasar tiempo con algunos gatos podría bastar para convencerlos.[17]
    • Si no puedes hacer que tus padres vayan contigo a un albergue, muéstrales algunos folletos o busca en línea para fijarte si han publicado fotos de los gatos que estén disponibles.
    • Pregunta en el albergue de animales si tienen algún programa de hogares de acogida. Esto te permitirá llevarte un gato a casa y cuidarlo como prueba antes de comprometerte a adoptar o comprar uno.

Consejos

  • Evita desanimarte si tus padres te dicen que no. Quizás tome un poco de tiempo para hacer que por fin cambien de opinión.
  • Infórmales a tus padres que a un gato se le puede entrenar igual que a un perro. Es un mito que no se puede entrenar a un gato para que haga algo.[18]

Advertencias

  • Asegúrate de estar verdaderamente listo para el compromiso de ocuparte de una mascota. Si no tienes mucho tiempo libre o energía, es posible que adquirir un gato no sea la decisión correcta en este momento.
  • Considera lo que harás con el gato cuando te vayas de casa, ya que quizás no puedas llevártelo a un dormitorio universitario.

Acerca de este wikiHow

Brian Bourquin, DVM
Coescrito por:
Veterinario de gatos
Este artículo fue coescrito por Brian Bourquin, DVM. Brian Bourquin, mejor conocido como "Dr. B” para sus clientes, es veterinario y propietario de Boston Veterinary Clinic, una clínica veterinaria y de salud para mascotas con tres sedes: South End/Bay Village, Seaport y Brookline, Massachusetts. Boston Veterinary Clinic se especializa en atención veterinaria primaria, incluyendo atención preventiva y de bienestar; atención médica y de emergencia; cirugía de tejidos blandos; y odontología. La clínica también brinda servicios especializados en conducta, nutrición y terapias alternativas para el manejo del dolor mediante acupuntura y tratamientos terapéuticos con láser. Boston Veterinary Clinic es un hospital acreditado por la AAHA (American Animal Hospital Association), y es la primera y única clínica certificada como Fear Free (reducción de sentimientos de estrés en las mascotas) de Boston. Brian tiene más de 19 años de experiencia veterinaria y obtuvo su doctorado en medicina veterinaria en la Universidad de Cornell. Este artículo ha sido visto 30 834 veces.
Categorías: Adolescentes y familia