El manejo de las finanzas personales es un tema que no se enseña en muchas escuelas, pero es algo a lo que prácticamente todo el mundo debe enfrentarse tarde o temprano. Aquí tienes algunas estadísticas: el 58% de los norteamericanos no tienen un plan de jubilación para mantenerse financieramente para cuando se hagan mayores.[1] Aunque por lo general la gente cree que necesitarán alrededor de $300,000 dólares para mantenerse económicamente durante la jubilación, el americano promedio tiene solo $25,000 dólares ahorrados para cuando se deba retirar.[2] En los hogares norteamericanos, el promedio de la deuda por tarjetas de crédito es de unos agobiantes $15,204 dólares.[3] Si estos números te resultan alarmantes, y quieres revertir la tendencia, lee estos consejos específicos y al grano pensados para darte un futuro mejor.

Método 1
Método 1 de 4:
Hacer un presupuesto

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    Durante un mes, sigue el rastro de todos tus gastos. No has de limitarte a ti mismo; solo consigue hacerte una idea de cuánto dinero gastas durante un mes dado. Guarda todos tus recibos, toma nota de cuánto dinero en efectivo necesitas frente a cuánto gastas con tarjetas de crédito, y calcula cuánto dinero has dejado ir antes del fin de mes.
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    Después del primer mes, haz recuento de cuánto gastaste. No anotes lo que “hubieras deseado” gastar; anota lo que “realmente” gastaste. Ordena tus compras por categorías de forma que tenga sentido para ti. Una lista sencilla de tus gastos mensuales podría ser algo como esto:
    • Ingresos mensuales: $3,000
    • Gastos:
      • Renta/Hipoteca: $800
      • Facturas del hogar (suministros/electricidad/ tv por cable): $125
      • Comestibles: $300
      • Cenar fuera: $125
      • Combustible: $100
      • Emergencias médicas: $200
      • Varios: $400
      • Ahorros: $900
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    Ahora, anota tu presupuesto real. Basándote en los gastos mensuales reales, y en tu conocimiento de tu historial de gastos, presupuesta qué cantidad de tus ingresos asignarás a cada categoría para cada mes. Si lo deseas, usa una plataforma en línea para hacer el presupuesto, como Mint.com, para que te ayude a gestionarlo.
    • En tu presupuesto, haz columnas separadas para presupuesto “planeado” y presupuesto “real”. Tu presupuesto planeado es el que quieres gastar en cada categoría; este permanece igual para cada mes y ha de ser calculado al principio del mes. Tu presupuesto real es lo que acabas gastando; fluctúa de un mes a otro y se calcula al final del mes.
    • Mucha gente deja un espacio significativo en su presupuesto para los ahorros. No tienes que estructurar tu presupuesto obligatoriamente para incluir ahorros, pero por lo general es una buena idea hacerlo. Los planificadores financieros profesionales aconsejan a sus clientes que aparten al menos del 10% al 15% de sus ingresos para ahorro.[4] [5]
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    Sé honesto contigo mismo respecto al presupuesto. Se trata de tu dinero, realmente no tiene sentido mentirte a ti mismo acerca de cuánto vas a gastar al elaborar tu presupuesto. A la única persona que vas a dañar es a ti mismo. Por otro lado, si no tienes idea de cómo gastas tu dinero, te llevará unos meses consolidar tu presupuesto. Mientras tanto, no anotes ninguna cifra fija hasta que no consigas ser realista contigo mismo.
    • Por ejemplo, si anotas 500 dólares destinados a ahorrar cada mes, pero te vas a ver en aprietos para cumplir esa meta, no lo anotes. Escribe una cifra realista. Entonces, regresa a tu presupuesto y observa si puedes pellizcar un poco de efectivo de otra categoría y redirigirlo a tus ahorros.
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    Controla tu presupuesto en el transcurso de los meses. Lo malo de un presupuesto es que tus gastos pueden cambiar de un mes a otro. Lo bueno de tener un presupuesto es que puedes seguirles la pista a esos cambios, lo que te dará una idea precisa de adónde se fue tu dinero durante el año.
    • Establecer un presupuesto te permitirá ver cuánto dinero gastas, si es que no te percataste aún. Mucha gente, después de fijar su presupuesto, se dan cuenta de que gastan dinero en cosas bastante inútiles. Este conocimiento les permite ajustar sus hábitos de consumo y poner su dinero en cosas más significativas.
    • Planea para lo inesperado. Fijar un presupuesto también te enseñará que nunca se sabe cuándo tendrás que gastar en algo inesperado, pero que lo inesperado se puede planear. Obviamente no “planeas” que tu automóvil se averíe, o que tu hijo necesite atención médica, pero vale la pena esperar que una contingencia así suceda, y estar preparado financieramente cuando se presente.

Método 2
Método 2 de 4:
Gasta tu dinero con éxito

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    Cuando puedas tomar prestado o alquilar, no compres. ¿Cuántas veces has comprado un DVD solo para que se pase años acumulando polvo? Libros, revistas, DVD, herramientas, suministros para fiestas y equipamiento deportivo pueden ser cosas que se consigan por muy poco dinero. A menudo alquilar te ahorra los gastos de mantenimiento y almacenaje, y a menudo hace que trates mejor los objetos.
    • No alquiles ciegamente. Si vas a usar un objeto por bastante tiempo, tal vez te convenga comprarlo. Haz un análisis de costos sencillo para sopesar si te conviene alquilar o comprar.
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    Si tienes el dinero, amortiza capital de tu hipoteca. Para mucha gente, comprar una casa es el gasto más significativo que harán en toda su vida. Por esta razón, es de mucha ayuda saber cómo pagar la hipoteca sabiamente. Tu meta a la hora de cancelar tu hipoteca debe ser minimizar el pago de intereses y honorarios a la vez que equilibras el resto de tu presupuesto.
    • Adelanta pagos al principio. Por lo general, los primeros cinco a siete años de una hipoteca son los que tienen intereses más altos.[6] Si puedes, toma lo que te devuelvan de tus impuestos y canaliza una porción hacia la amortización de tu hipoteca. Cancelar pagos temprano te ayudará a equilibrar el valor patrimonial rápidamente al rebajar el pago de intereses.
    • Pregunta si puedes hacer pagos bimensuales en lugar de mensuales. En vez de pagar 12 mensualidades al año de tu hipoteca, pregunta si puedes hacer 26 pagos. Esto te ayudará a ahorrar miles de dólares facilitando el ahorro de honorarios asociados a ellos. Algunos prestamistas aplican honorarios costosos (300 a 400 dólares) para aplicar el privilegio de pagar una vez al mes.
    • Habla con tu prestamista sobre un refinanciamiento. Si puedes renegociar tu préstamo para rebajar los intereses de un 6.7% a un 5.7%, por ejemplo, mientras sigues haciendo los mismos pagos, hazlo.[7] Podrías ahorrarte “años” de hipoteca.
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    Comprende que poseer una tarjeta de crédito puede ser muy importante para establecer crédito. Un registro de créditos de 750 o mayor puede abrirte la oportunidad de obtener mejores porcentajes de interés y de nuevos créditos, lo cual no hay que tomar a la ligera. Incluso si no la usas a menudo, es importante tener una. Si no confías en ti mismo, simplemente guárdala en un cajón.
    • Emplea tu tarjeta de crédito como si fuera efectivo, eso es lo que es. Hay quienes emplean sus tarjetas como si fuera un instrumento de gastos ilimitados, creando saldos que saben que no pueden pagar y dejando los pagos en el mínimo mensual. Si vas a hacer eso, prepárate para gastar grandes cantidades de dinero en intereses y tasas.
    • Ponte la meta de hacer poco uso del crédito. Hacer poco uso del crédito significa que el débito que cargas a tu tarjeta es proporcionalmente bajo respecto a tu límite total. En español sencillo, esto quiere decir que si tienes un saldo mensual medio de 200 dólares en tu tarjeta pero tu límite es de 2,000, la proporción entre lo que debes y tu límite es muy bajo, sobre 1:10. Si tienes un saldo mensual medio de 200 dólares en tu tarjeta de crédito pero tu límite es de 400, tu utilización del crédito se va a disparar y atravesará el techo, sobre 1:2.
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    Gasta lo que tienes, no lo que esperas tener. Puede que te veas como alguien que gana dinero con facilidad, pero tu dinero no respalda esa opinión, te estás pegando un tiro en el pie si actúas de ese modo. La primera y más importante regla sobre gastar dinero es esta: A no ser que se trate de una emergencia, gasta solo el dinero que tengas, no el que esperas obtener. Esto te mantendrá libre de deudas y te permitirá planear bien tu futuro.

Método 3
Método 3 de 4:
Haz inversiones inteligentes

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    Familiarízate con diferentes opciones de inversión. Conforme nos hacemos mayores, nos damos cuenta que el mundo de las finanzas es mucho más complicado de lo que nos imaginábamos de pequeños. Existen posibilidades reales de comerciar con productos “imaginarios”; se puede apostar por cosas que todavía no han sucedido; hay formas sofisticadas de ganar dinero en la bolsa de valores. Cuanto más sepas sobre instrumentos financieros y posibilidades, mejor preparado estarás a la hora de invertir tu dinero, incluso si esa sabiduría consiste solo en saber cuándo echarte atrás.
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    Saca partido de cualquier plan de jubilación que ofrezcan tus patronos. A menudo, los empleados pueden optar a un "Plan de jubilación 401(k)". En este plan, una porción de tu paga se transfiere automáticamente a un plan de ahorro. Esta es una forma muy buena de ahorrar, ya que los pagos salen de tu sueldo antes de ser reducido; la mayoría de la gente ni siquiera nota los pagos del plan.
    • Habla con el representante de recursos humanos de tu compañía acerca de las aportaciones prorrateadas. Algunas compañías grandes con grandes beneficios prorrateas la cantidad de dinero que pones en tu plan 401, doblando literalmente tu inversión. Si eliges poner 1,000 dólares por cada paga, tu compañía podría poner 1,000 dólares adicionales, haciendo que tu inversión aumentara 2,000 dólares por sueldo mensual.
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    Si vas a poner dinero en el mercado de valores, no juegues con él. Mucha gente intenta comerciar un día en bolsa, apostando por valores individuales que suben o bajan un poco cada día. Aunque esta puede ser una forma efectiva de ganar dinero para un individuo experimentado, es extremadamente arriesgado, y se parece más a un juego que a invertir. Si quieres hacer inversiones seguras en bolsa, invierte a largo plazo.[8] Esto significa dejar tu dinero invertido por 10, 20, 30 años o más.
    • Fíjate en los fundamentos de la compañía (con cuánto dinero en efectivo cuenta, cuál es su historial de producto, cómo valora a sus empleados, y qué alianzas estratégicas tiene) cuando elijas en qué valores vas a invertir. Esencialmente estás apostando a que el valor actual está infravalorado y que subirá en el futuro.[9]
    • Para apuestas más seguras, fíjate en los fondos comunes de inversión al comprar valores. Los fondos Comunes son paquetes de valores unidos para minimizar riesgos. Piensa en ellos así: Si has invertido todo tu dinero en las acciones de una sola compañía y su precio se desploma, estás en problemas; si has distribuido tu dinero a partes iguales en 100 diferentes valores, muchos de ellos pueden fallar sin afectar demasiado tu media de inversión. Básicamente, así es como los fondos comunes mitigan los riesgos.
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    Ten un buen seguro de cobertura. Se dice que la gente lista espera lo inesperado, y tiene un plan preparado por si acaso. Nunca sabes cuándo necesitarás una gran suma de dinero para una emergencia. Tener buena cobertura con un seguro realmente puede sacarte de un apuro durante una crisis. Habla con tu familia sobre los diferentes tipos de seguros que están a tu alcance para ayudarte en caso de emergencia:
    • Seguro de vida (si uno de los cónyuges falleciera inesperadamente)
    • Seguro de salud (si tuvieras que pagar facturas inesperadas de hospital y/o doctor)
    • Seguro de hogar (si algo inesperado dañara o destruyera tu casa)
    • Seguro de desastres (para tornados, terremotos, inundaciones, incendios, etc.)
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    Piensa en conseguir un plan de jubilación para cuando te retires. A parte de eso, o tal vez en lugar de este, tu plan tradicional 401 (k), el cual es un plan de jubilación para empleados. Un plan de jubilación es una forma de ahorro que te permite invertir cierta cantidad de dinero, y sacarla, sin impuestos, tras cumplir los 60. (Bueno, técnicamente, a los 59 ½.)
    • Los planes de jubilación invierten en el mercado de valores: bolsa, bonos del tesoro y fondos mutuales, lo que les da la oportunidad de crecer significativamente a lo largo de muchos años. Si inviertes a temprana edad en un plan de jubilación, los intereses acumulados que ganes (intereses de los intereses) crearán incrementos significativos en tu inversión.

Método 4
Método 4 de 4:
Haz crecer tus ahorros

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    Comienza por retener tus ingresos tanto como puedas. Haz del ahorro una prioridad en tu vida. Incluso si tu presupuesto es ajustado, retoca tus finanzas de modo que ahorres sobre el 10% de tus ganancias totales.
    • Piensa en ello de esta forma: Si te las ingenias para ahorrar $10,000 al año (lo cual es menos de $1,000 al mes) en 15 años tendrás $150,000. Este es suficiente dinero para enviar a un hijo a la universidad, comenzar unos buenos ahorrillos, o dar una entrada considerable para una hermosa casa.
    • Empieza a ahorrar desde joven. Incluso si todavía estás en la escuela, ahorrar es importante. La gente ahorradora considera el ahorro como una obligación ética más que como una necesidad. Si comienzas pronto a ahorrar, e inviertes sabiamente esos ahorros, una suma inicial pequeña se puede ir haciendo una gran bola de nieve hasta convertirse en una suma considerable. Literalmente, es pensar por adelantado.
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    Comienza un fondo de emergencia. Ahorrar consiste en no derrochar ingresos prescindibles. Tener ingresos prescindibles significa no tener deudas. No tener deudas significa estar preparado para las emergencias. Por lo tanto, un fondo para un mal día realmente puede sacarte de un apuro si tienes dinero ahorrado.
    • Piensa en ello de esta forma: tu automóvil se avería y de repente tienes que abonar $2,000 de factura. No lo planeaste, así que tienes que conseguir un préstamo. Un crédito te aprieta las tuercas, ya que los intereses pueden ser bastante altos. Muy pronto, estás pagando 6 ó 7 por ciento de interés por el préstamo, lo que te recorta tus posibilidades de ahorrar durante los próximos seis meses.
      • Si hubieras tenido un fondo para emergencias, por lo pronto podrías haber evitado meterte en deudas, con sus intereses asociados. Estar preparado realmente vale la pena.
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    Cuando hayas empezado a ahorrar para tu jubilación y a poner dinero en tu fondo para emergencias, pon aparte el dinero de tres a seis de gastos.[10] De nuevo, ahorrar consiste en estar preparado para cualquier cosa que pueda venir. Si de repente te despiden del trabajo, o tu compañía reduce tus comisiones, no querrías endeudarte para financiar tu día a día. Tener reservado el dinero de tres, seis o nueve meses de gastos cotidianos te ayudará a mantenerte a flote, incluso si ocurre un desastre.
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    Comienza a liquidar tu deuda una vez que te estabilices. Ya sea que se trate de tarjetas de crédito o de hipoteca, tener una deuda recorta seriamente tu capacidad para ahorrar. Comienza con la deuda que tenga mayor tasa de interés. (Si se trata de tu hipoteca, intenta amortizar grandes pedazos de esta, pero concéntrate en los pagos no hipotecarios primero). Luego pasa a tu segunda deuda con mayor tasa de interés, y comienza a liquidarla. Ve eliminando tus deudas en orden descendente hasta liquidar toda tu carga de deudas.
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    Comienza a ahorrar ya para la jubilación. Si ya estás en una edad entre 45 y 50, y no has comenzado a ahorrar para cuando te retires, es realmente importante que comiences a hacerlo ya mismo. Haz tu máxima contribución a tu Plan de Jubilación y a tu 401 (k) ($16,500) al año; si eres mayor de 50, puedes incluso hacer las llamadas contribuciones para ponerse al día, si quieres rellenar tus ahorros para la jubilación.
    • Ponte como prioridad alta ahorrar para la jubilación. Incluso mayor prioridad que ahorrar para la universidad de tus hijos. Siempre puedes pedir dinero prestado para ayudarte a pagar la universidad, pero no puedes pedirlo para tu jubilación.
    • Si estás totalmente a ciegas acerca de cuánto dinero debes estar ahorrando, usa un calculador de ahorros para la jubilación en línea, Kiplinger tiene uno bueno, para ayudarte aquí.
    • Consulta a un planificador o consejero financiero. Si quieres maximizar tus ahorros para la jubilación pero no tienes las claves para comenzar, habla con un planificador profesional licenciado. Estas personas están entrenadas para invertir tus ahorros sabiamente, y por lo general tienen un registro de rendimiento de la inversión (Retorno sobre la inversión o ROI por sus siglas en inglés). Por un lado, tendrás que pagar por sus servicios; por otro lado, le estás pagando por hacerte ganar dinero. No es un mal trato.

Consejos

  • Una tarjeta de débito es un sustituto pobre para una de crédito. Te da otros accesos directos a tu cuenta bancaria sin el emisor de la tarjeta de crédito como intermediario. A demás, algunos comerciantes retienen dinero de las tarjetas lo que puede que no te permita acceder a tu dinero, incluso podrías acabar no pudiendo comprar nada (Por ejemplo, algunas gasolineras retienen 100 dólares de tu cuenta en el instante que acceden a tu tarjeta, sin importar la cantidad de combustible que compres. No hay problema con una tarjeta de crédito, pero podría ser un problema para tu cuenta de cheques)
  • Eleva tus calificaciones. Tómate tiempo para elevar tus conocimientos y habilidades para mantenerte delante en la competición. Esto aumentará tus posibilidades de ganar más dinero en el futuro.
  • Cuando hay un aumento en las ejecuciones hipotecarias todavía no es el mejor momento para comprar una propiedad, ya que la ley de la oferta y la demanda obligará a bajar los precios más de lo que querrían los bancos.
    • Entonces, cuando las ejecuciones terminen por completo por parte de los bancos, la ley de la oferta y la demanda forzará los precios a subir de nuevo.
    • Mientras no haya muchas ejecuciones, mantén tu propiedad, porque los precios subirán.

Advertencias

  • Cuando recibas una llamada del banco para decirte que eres un cliente preferente y te inviten a obtener una nueva tarjeta de crédito, acéptala si quieres aumentar tus deudas. No importa lo excitantes que sean sus ofertas, no firmes. No hay nada que moleste más que tener a los bancos detrás de ti para que les pagues las deudas de la tarjeta de crédito.

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Categorías: Finanzas y negocios