Si sacaste una mala calificación en un examen, una prueba o un boletín de calificaciones, tus padres podrían molestarse contigo. Puede ser estresante lidiar con la ira de tus padres, pero mantén la calma y discute las cosas. Si prometes obtener mejores resultados y ofreces formas para subir tus calificaciones, debes ser capaz de calmar exitosamente a tus padres.

Método 1
Método 1 de 3:
Discutir tus calificaciones

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    Informa de antemano a tus padres, si es posible. Siempre es una buena idea evitar revelar repentinamente el tema de malas calificaciones a tus padres. Si los sorprendes o los tomas desprevenidos, podrían enojarse cuando vean tus calificaciones. Si sabes que vas a recibir una mala calificación, házselo saber a tus padres antes de que vean el boletín de calificaciones, el examen o la tarea.[1]
    • Uno o dos días antes de que llegue la calificación, trata de decir algo como “No creo que haya salido muy bien este semestre en Química y mi calificación podría ser baja”.
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    Planifica con anticipación. Decide lo que quieres decir, y cómo quieres decirlo, antes de comenzar la conversación. Las conversaciones como esta usualmente irán mejor si piensas cuidadosamente antes de abrir la boca. Incluso puedes tomar algunas notas y apuntar puntos clave en un papel.
    • Pensar en la conversación y cómo explicar la mala calificación ayudará a calmar tus nervios. No solo eso, debe permitirte organizar tus pensamientos, dando como resultado una discusión más productiva y exitosa.
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    Comienza la conversación de una manera madura. Cuando comience la conversación sobre tus calificaciones, mantén la calma, sé maduro y directo. Tus padres podrían calmarse con más facilidad si no inicias la conversación siendo hostil. Incluso si tus padres parecen enojados, trata de mantener la calma.[2]
    • Comienza con algo como “Sé que no están felices con el boletín de calificaciones y quería hablar con ustedes acerca de subir mis calificaciones”.
    • Si tus padres te hacen preguntas airadamente (es decir: “¿Tienes idea de lo mucho que sacrificamos por ti para que recibas una educación?”), responde de manera calmada (es decir, “Sé que quieren que me vaya bien y lo siento por decepcionarlos”).
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    Mantén la calma. Tus padres podrían estar enojados o frustrados con una mala calificación. Si se enojan o se molestan, trata de mantener la calma. Pelear o hacer cosas como llorar y gritar solo intensificará la situación. Respira profundamente y trata de responder calmadamente a cualquier ira que recibas.[3]
    • Puede ser útil detenerte y respirar profundamente durante la conversación. Si las cosas se acaloran, pregúntales a tus padres si puedes tomar un descanso por un segundo para reorganizarte.
    • Está bien expresar incomodidad a tus padres o pedirles ayuda con la escuela. De hecho, probablemente estarán más abiertos y dispuestos a ayudarte si eres honesto sobre cómo te sientes. Luego pueden trabajar juntos para mejorar.
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    Evita inventar excusas. Los padres a menudo se enojan más si sienten que estás inventando excusas o simplemente no estás intentándolo. Evita decir cosas como “No fue mi culpa”. Incluso si hubo circunstancias atenuantes con respecto a las malas calificaciones, tus padres podrían no estar dispuestos a escucharlas cuando están enojados.
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    Admite tus errores. Hazles saber a tus padres que entiendes que cometiste un error. Si ven que sinceramente estás tratando de admitir tus errores, su ira disminuirá. Confiesa cualquier razón por la que tus calificaciones hayan bajado.[4]
    • Por ejemplo, di: “Sé que pasé demasiado tiempo en el teléfono este semestre y no debería haberlo llevado a clase. Probablemente es por ello que mis calificaciones no son muy buenas”.
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    Deja que tus padres hablen. Tus padres solo se enojarán más si los interrumpes mientras hablan. A nadie le gusta que lo sermoneen, pero es importante dejar que tus padres tengan la oportunidad de hablar. Mientras hablen, trata de considerar sinceramente su perspectiva. Tus padres quieren que te vaya bien y es comprensible que las malas calificaciones puedan molestarles.[5]
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Método 2
Método 2 de 3:
Hacer planes para mejorar

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    Toma la iniciativa. Antes de que siquiera hayas hablado con tus padres, comienza a hacer cambios para mostrar que eres sincero. Habla con el profesor sobre tus calificaciones, forma un plan de estudios o consigue información sobre tutores en la escuela. Podría ser menos probable que tus padres sigan enojados si pruebas que en serio quieres obtener mejores calificaciones.
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    Diles a tus padres que te esforzarás más. Tus padres estarán menos enojados si ven que has aceptado que necesitas cambiar las cosas. Después de escuchar su lado y discutir las razones de tus calificaciones, promete que obtendrás mejores resultados. Di algo como “Sé que están enojados, pero voy a tratar de subir mis calificaciones”.[6]
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    Aporta ideas para mejorar. Tus padres quieren escuchar más que una vaga promesa de que obtendrás mejores calificaciones. Después de hacerles saber que quieres esforzarte más, dales algunos detalles concretos. Juntos, pueden hablar de por qué bajaron tus calificaciones y cómo puedes trabajar para mejorarlas.[7]
    • También trata de reunirte con tus padres para plantear metas para mejorar. Establece puntos de referencia con ellos y pídeles ayuda para cumplirlos; incluir a tus padres los hará parte del proceso y te mantendrá responsable.
    • Por ejemplo, digamos que tus calificaciones bajaron porque estuviste pasando más tiempo hablando con amigos en línea que estudiando. Ofrece reducir el tiempo en la computadora o aléjate del internet hasta que hayas terminado las tareas.
    • Deberías ofrecer también el darle un tiempo a tu novia (si la tienes) si eso te distrae de los estudios. Aunque esto implica el riesgo de que te deje. En cuyo caso lo mejor sería que no te enamores hasta tanto hayas culminado el curso lectivo.
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    Hazles saber a tus padres cómo pueden ayudar. Los padres están dedicados a ayudarte. Su ira se disipará si les haces saber de formas más productivas para lidiar con tus calificaciones. En lugar de enojarse, esta es una oportunidad para que averigüen en dónde podrías necesitar ayuda.[8]
    • Por ejemplo, di algo como “Estoy esforzándome mucho en Química, pero realmente tengo problemas para entender la materia. ¿Podemos buscar un tutor privado para que me ayude?”.
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    Ofrece tus propios castigos. Asumir la responsabilidad es una buena forma de calmar a tus padres. No esperes a que ofrezcan un castigo. En su lugar, ofrece un castigo productivo que te ayudará a subir tus calificaciones. Por ejemplo: “¿Qué tal si me quitan el teléfono todos los días hasta que salga de la escuela y termine las tareas?”.[9]
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Método 3
Método 3 de 3:
Seguir adelante después

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    Acepta los planes de tus padres sin discutir. Una vez que tus padres hayan decidido cómo proceder, no discutas. Discutir o quejarte de los planes de tus padres solo hará que se enojen. Incluso si te sientes frustrado por las reglas nuevas, acéptalas con madurez para evitar enojarlos más.[10]
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    Recuerda el panorama general. Para mantener tus propias emociones bajo control, recuerda por qué tus padres están enojados. Las calificaciones son importantes para tu futuro. Pueden ayudarte a ingresar a una buena universidad y con el tiempo obtener un buen trabajo. Puede ser estresante lidiar con la ira de tus padres, pero quieren lo mejor para ti.[11]
    • Además, recuerda que si repruebas no podrás ser promovido al período lectivo inmediato superior y tendrás que repetir el que actualmente cursas, retrasando así tus posibilidades de graduarte.
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    Esfuérzate por subir tus calificaciones. Comienza a esforzarte más inmediatamente para subir tus calificaciones. Esto evitará que tus padres se enojen en el futuro.[12]
    • Presta atención durante la clase tomando notas, evitando los aparatos electrónicos y sentándote lejos de tus amigos.
    • Haz preguntas si algo te confunde y programa una reunión privada con el profesor.
    • Evita posponer la tarea y estudia para exámenes y pruebas con mucha anticipación.
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    Mantén la comunicación con tus padres. Sigue hablando con tus padres sobre la escuela, incluso cuando las cosas estén yendo bien. Hazles saber cómo te fue en una prueba, cualquier materia con la que tengas problemas y otros detalles de tu vida académica. La comunicación abierta ayuda a que tus padres sepan cuándo podrías necesitar ayuda. Esto puede prevenir malas calificaciones en el futuro.[13]
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Acerca de este wikiHow

Chandler Chang, PhD
Coescrito por:
Licenciado en psicología clínica
Este artículo fue coescrito por Chandler Chang, PhD. El Dr. Chandler Chang es licenciado en psicología clínica, fundador y propietario de Golden Hour Therapy y Therapy Lab, así como instructor clínico en la Universidad del Sur de California. Con casi 20 años de experiencia, se especializa en brindar tratamientos basados en evidencias y científicamente respaldados a niños pequeños, niños, adolescentes, familias y adultos con la finalidad de abordar problemas de salud mental específicos o cultivar el bienestar mental. El Dr. Chang obtuvo su licenciatura en la Universidad de Princeton y un doctorado en psicología en la Universidad de Georgia. Completó su pasantía predoctoral de la UCLA y se formó en el Centro de Estudios Infantiles de NYU, así como en Centro Regents para Trastornos del Aprendizaje de la UGA. Este artículo ha sido visto 162 024 veces.
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