Puedes modificar un encendedor para que lance una llama enorme en lugar de la llama diminuta habitual. Sin embargo, ten cuidado, ya que puedes quemarte. Si eres niño, solo debes hacerlo con la supervisión de un adulto. Para modificar el encendedor, quítale la cubierta de metal y mueve la pestaña pequeña de plástico de un lado a otro unas cuantas veces. Luego, vuelve a colocar la cubierta y prepárate para poner a prueba la llama. Debes tener particular cuidado, ya que no querrás quemarte a ti ni nada a tu alrededor. Prueba la llama lejos de materiales inflamables y recógete el cabello si lo tienes largo. ¡Prepárate para una llama estupenda!

Método 1
Método 1 de 2:
Modificar el mecanismo de combustible

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    Quita la cubierta de metal del encendedor usando un par de alicates. Contonéalos debajo de los lados de la cubierta de metal y despréndela. Quizás te tome varios intentos. Trata lo más posible de no doblar el metal, ya que necesitarás la cubierta más adelante.[1]
    • Si doblas bastante la cubierta de metal al quitarla, tan solo apriétala con los alicates para regresarla a su posición.
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    Ubica la pestaña que sobresale debajo del mechero. Se asemejará a una pestaña pequeña de plástico que sobresale sobre la tuerca que controla la cantidad de combustible que alimenta la llama. Por lo general no es visible, pero podrás verla ahora que has quitado la cubierta de metal.[2]
    • Normalmente puedes ajustar la llama de baja a alta, aunque con este truco podrás hacer que sea mucho más alta de lo normal.
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    Levanta la pestaña, muévela a la izquierda y luego a la derecha. Levanta la pestaña de forma que se suelte de la tuerca. Muévela lo más que se pueda a la izquierda y presiónala. Luego, levántala, muévela lo más que se pueda a la derecha y vuelve a presionarla.[3]
    • Este proceso de levantar y empujar desconecta la tuerca y hace que haya más combustible disponible para la llama.
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    Repite dos veces más el proceso de levantar y empujar. Nuevamente, levanta la pestaña, muévela a la izquierda y empújala hacia abajo. Levántala, muévela a la derecha y empújala hacia abajo. Después de repetir el procedimiento dos veces, el encendedor debe haberse modificado lo suficiente como para producir una llama grande.
    • No debes tratar de hacerlo más de dos veces al principio, ya que podrías terminar con una llama demasiado grande que expulse gas y sea peligrosa.
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    Vuelve a colocar la cubierta de metal en el encendedor y prueba la llama. Quizás sea necesario que aprietes la cubierta de metal con los alicates para volver a darle forma. Luego, vuelve a colocarla en la parte superior del encendedor. Estás listo para poner a prueba la llama.[4]
    • Asegúrate de probar la llama en un lugar seguro e incombustible.

Método 2
Método 2 de 2:
Encender la llama de forma segura

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    Busca un lugar que no tenga materiales inflamables. Antes de poner a prueba la llama, asegúrate de encontrarte en un lugar incombustible lejos de pilas de papel, mesas de madera u otras cosas que puedan prenderse con facilidad. Puedes salir y probar el encendedor sobre el asfalto o la acera de forma que, si lo dejas caer, nada se prenda.[5]
    • Evita encender la llama cerca de cualquier cosa que vaya a quemarse (por ejemplo, el papel) o derretirse (por ejemplo, el plástico delgado).
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    Sujeta el encendedor lejos de tu rostro y recógete el cabello si lo tienes largo. El cabello largo puede prenderse por accidente con facilidad, así que recógetelo antes de poner a prueba la llama nueva. Coloca el encendedor en un ángulo muy lejos de tu cuerpo de forma que no te prendas la ropa y sujétalo lejos de tu rostro para no chamuscarte las cejas.[6]
    • Quizás sea recomendable que uses gafas protectoras para protegerte adicionalmente.
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    Pon a prueba la llama y fíjate qué tan alto llega. Presiona la palanca que se usa para encender una llama. Debes ver un gran estallido de fuego. De no ser así, vuelve a probar con los pasos de quitar la cubierta de metal y empujar la pestaña de un lado a otro. Sigue intentándolo hasta producir una llama lo suficientemente grande.[7]
    • Si logras producir una llama grande, el líquido inflamable se consumirá con rapidez, así que debes estar preparado para rellenar el butano con mayor frecuencia o tan solo comprar otro encendedor más pronto.
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    No enciendas la llama por demasiado tiempo, ya que calentará el encendedor. Si haces que la llama grande dure mucho, el encendedor se calentará mucho y terminarás quemándote las yemas de los dedos, por no hablar de consumir todo el combustible. Una vez que hayas encendido la llama, no toques el encendedor ni hagas que entre en contacto con cualquier superficie a la que quizás no le vaya bien con el calor.[8]
    • Por ejemplo, mantén el encendedor lejos del material delgado de plástico que podría derretirse con facilidad.

Advertencias

  • No debes intentarlo por tu cuenta si eres niño. Pídele a un adulto que te ayude y te supervise.
  • Mientras más grande sea la llama, se volverá más peligrosa.
  • Asegúrate de que no haya materiales inflamables cerca de ti al probar la llama.

Cosas que necesitarás

  • encendedor
  • alicates
  • lugar incombustible para poner a prueba el encendedor

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Categorías: Trucos y bromas