Cómo hacer que un villano puramente malvado sea interesante

Primero, antes de crear a un verdadero villano malvado, debes comprender qué significa ser bueno. Pierdes tu tiempo si no logras comprender esto, ya que es lo único que en realidad necesitas saber. No puedes crear a una mala persona si no comprendes qué es bueno y, por consiguiente, qué es malo.

Define si tu villano es un humano o una criatura. Si tu villano es una criatura, puede que la situación sea diferente. Quizás, esta criatura no tiene en realidad un concepto del bien y mal, y, aunque sea malo de alguna forma, es más bien anormal en lugar de ser realmente malévolo.

Define el pensamiento de tu villano. Evade la concepción perezosa de crear un villano que se carcajea con las acciones que él cree que son inmorales. Aunque tu villano sepa que lo que hace es moralmente injustificable, debería existir una justificación en su mente para hacer lo que hace. Esta justificación solo tendría sentido para él, ya que se basa en sus experiencias y creencias con las que se formó. Quizás, él vea a todas las personas como malas y a sí mismo como uno de los pocos o el único ser admirable en la faz del planeta. Quizás, él cree que las personas actuarían de manera agresiva contra él si se presentara la oportunidad, así que no nota nada malo en su manera de actuar. Quizás, él ve a las personas como basura intolerable. Tal vez, sufre de una falta severa de empatía, lo que le hace creer que el mundo le debe una enorme recompensa y, por ello, busca conseguirla a partir de los eventos de la historia. En lo que a él respecta, las personas simplemente se pueden morir.

1. En lo que respecta a su monólogo interno (así como al diálogo con otros personajes), mantenlo al mínimo en caso de que no estés acostumbrado a escribir los pensamientos de los personajes. No pierdas de vista la manera en que suena un monólogo de un villano. En este, evita los descontentos de su parte. El personaje no deberá decir que, en su opinión, todos los Jedi son malos ni hará estúpidas intervenciones en que anuncie que matará a alguien.

Bríndale al villano motivaciones y objetivos comprensibles o convincentes. La maldad, por el mero placer de serlo, dificulta la creación del villano. Es escalofriante hacer que su visión malvada sea como la de un ser humano, dada las circunstancias y mentalidad correctas (o, en el caso de la mayoría de nosotros, nos daría la motivación suficiente para ser malvados).

Muestra su interacción con sus subordinados o aliados en caso los tenga. Muestra cómo se comporta con ellos y la diferencia en su manera de interactuar con ellos. Muestra si es paciente con su segundo al mando, pero si al mismo tiempo puede matar impulsivamente y sin considerarlo a un subalterno quien le falló en una misión. Asimismo, muestra si trata como su igual a su teniente en quien confía, pero desdeña a sus generales cuando estos tratan de cuestionarlo. Muestra si percibe a sus guerreros de élite como el prototipo ideal de soldados que son superiores a todo menos a él, pero ve a sus lacayos menores como mera carne de cañón. Todas estas interacciones hablarán de su personaje.

Dales razones a los subordinados, seguidores y tenientes para seguir al villano, ya sea porque le tienen miedo, comparten las mismas metas o para obtener su propios propósitos. Asimismo, explica si esto se debe a que tienen el mismo objetivo que el villano pero planean traicionarlo en el momento crucial o si planean vengarse del villano mientras que mantienen una identidad falsa y pretenden ser su aliado. Muestra si siguen al villano por respeto, admiración o adoración y la razón por la que sienten esto o si, por el contrario, desean secretamente obtener algo que el villano posee o al que tiene acceso. Todo estas pautas ayudan a que el personaje del villano y sus compinches tengan más profundidad y no sean una plana figura de cartón.

De igual forma, muestra cómo interactúa con las personas buenas. Muestra si cree que el héroe principal es irritante, ya que este nunca se rinde, o si cree que es entretenido porque es persistente y difícil de matar. Indica, además, quién le ha puesto resistencia en el pasado.