Si quieres tener rizos pero no tienes una rizadora, no salgas corriendo a la tienda para conseguir una. Quizá suene ilógico, pero puedes crear rizos con una plancha alisadora casi tan fácilmente como con una rizadora. Emplea algunos trucos sencillos y tendrás bucles como resortes u ondas playeras al instante.

Método 1
Método 1 de 3:
Envolver el cabello en la plancha

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    Elige una plancha para alisar que tenga placas delgadas. De preferencia, que no midan más de 2,5 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) de ancho. Una plancha cepillo es demasiado ancha para este fin.
  2. 2
    Prepara tu cabello para recibir calor. Rocíale un protector de calor y péinalo con cuidado.
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    Divide tu cabello en secciones. Empieza por un lado de tu cabeza. Recoge las capas superiores de tu cabello y sujétalas con un gancho, dejando solo la capa inferior suelta. Peina una sección de entre 2,5 y 5 cm (1 y 2 pulgadas). Mientras más delgada sea la sección, más definidos quedarán los rizos.[1]
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    Coloca la sección de cabello que separaste entre las placas de la plancha. Empieza a 2,5 o 5 cm (1 o 2 pulgadas) de las raíces.[2] A partir de ahí, básicamente solo debes rotar la plancha y desplazarla a lo largo de la sección de cabello. La dirección en que rotes la plancha y la velocidad a la que la desplaces determinará el tipo de rizo.[3]
    • Para crear rizos definidos, sostén la plancha en orientación vertical y desplázala a lo largo del cabello lentamente (pero no tan lento como para que queme tu cabello).
    • Para crear rizos sueltos, sostén la plancha en orientación horizontal y desplázala a lo largo del cabello rápidamente.
    • Para que los rizos giren hacia afuera, rota la plancha hacia arriba, en dirección a la parte superior de tu cabeza.
    • Para que los rizos giren hacia adentro, rota la plancha hacia abajo, en dirección al piso.
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    Al llegar a las puntas, libera la plancha para soltar el cabello. Utiliza un dedo para girar el mechón en la dirección del rizo. De esta manera, será más fácil mantener la forma.[4]
  6. 6
    Continúa este mismo proceso con el resto de tu cabello. Empieza por las capas inferiores, continuando con las superiores, y luego repite los pasos en el otro lado de tu cabeza. Rocíalo con fijador para que mantenga la forma.
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Método 2
Método 2 de 3:
Crear ondas con la plancha inclinada

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    Elige una plancha para alisar que tenga placas delgadas. De preferencia, que no mida más de 2,5 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) de ancho. Una plancha cepillo es demasiado ancha para este fin.
  2. 2
    Prepara tu cabello para recibir calor. Rocíale un protector de calor y péinalo con cuidado.
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    Divide tu cabello en secciones. Empieza por un lado de tu cabeza. Recoge las capas superiores de tu cabello y sujétalas con un gancho, dejando solo la capa inferior suelta. Peina una sección de entre 2,5 y 5 cm (1 y 2 pulgadas).[5]
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    Coloca la sección de cabello que separaste entre las placas de la plancha. Empieza a 2,5 o 5 cm (1 o 2 pulgadas) de las raíces. Rota la muñeca hacia tu cabeza, inclinando la plancha hacia abajo.[6] Desplázala entre 2,5 y 5 cm (1 y 2 pulgadas) manteniendo la inclinación y rota la muñeca en la dirección opuesta, de modo que la plancha se mantenga inclinada hacia arriba. Desplázala un poco más en este nuevo ángulo y rota la muñeca nuevamente. Repite este proceso hasta llegar a las puntas.[7]
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    No te detengas. Continúa con el resto del cabello hasta que quede completamente ondulado. Rocíalo con fijador de modo que mantenga la forma.
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Método 3
Método 3 de 3:
Utilizar papel aluminio

  1. 1
    Prepara tu cabello para recibir calor. Rocíale un protector de calor y péinalo con cuidado.
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    Crea un bucle con una sección de tu cabello. Envuelve un mechón de entre 2,5 y 5 cm (1 y 2 pulgadas) de ancho alrededor de tu dedo. Con cuidado, retira el dedo y asegúrate de que la forma se mantenga.[8]
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    Con un pedazo de papel aluminio, en vuelve el bucle de cabello. Debe quedar lo suficientemente ajustado como para sostenerse solo cuando lo sueltes. Repite este proceso hasta que termines de sujetar todo el cabello.[9]
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    Coloca el cabello envuelto en papel aluminio entre las placas de la plancha. Sostenlo ahí por 2 o 3 segundos y luego suéltalo.[10] Deja que el papel aluminio se enfríe un poco y luego retíralo.
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    Fíjate cómo quedó tu cabello. Si el rizo se ve como esperabas, simplemente repite el mismo proceso del papel aluminio con el resto de tu cabello. Por otro lado, si no quedó tan rizado como esperabas, vuelve a crear el bucle, envuélvelo con el papel y caliéntalo con la plancha por unos segundos más.[11]
    • Sé cuidadosa. El papel aluminio se enfría relativamente rápido, pero aun así puedes quemarte las manos o el cuero cabelludo con facilidad cuando utilizas este método.
    • Sé precavida. Es mejor esperar muy poco tiempo y tener que volver a utilizar la plancha, que dejarla demasiado tiempo y quemar tu cabello.
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Categorías: Cabello rizado
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