Si prefieres no usar cera de abeja para preparar tu propio bálsamo o brillo labial, o si simplemente no puedes conseguirla, no te preocupes. Puedes emplear aceite de coco, manteca de karité, miel y aceite de castor en distintas cantidades para crear un brillo labial hidratante. Por ejemplo, puedes tratar de preparar un bálsamo de miel con aceite de coco o manteca de karité. También puedes usar gelatina en polvo para darle una consistencia más resistente. Hasta podrías crear un brillo humectante con una mezcla de aceites y mantecas.

Método 1
Método 1 de 3:
Hacer un bálsamo labial de miel

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    En una olla pequeña, echa 1 cucharada (15 ml) de manteca de karité o aceite de coco. Puedes duplicar la cantidad para llenar más envases. También puedes prepararlo a baño María, que se logra colocando un tazón resistente al fuego dentro de una olla con agua hirviendo. Solo debes cerciorarte de que el fondo del tazón no toque el agua. Esta técnica te permitirá calentar el aceite o la manteca más lentamente para que no se queme.[1]
    • Otra opción es colocar los ingredientes en un tazón pequeño que puedas calentar en el microondas.
    • La manteca de karité es un mejor humectante general, ya que contiene vitamina E. Sin embargo, el aceite de coco también tiene propiedades hidratantes.
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    Calienta la manteca de karité a fuego bajo. Dado que vas a trabajar con una cantidad tan pequeña de manteca, esta podría quemarse fácilmente. Por lo tanto, mantente vigilante y coloca la hornilla en la potencia más baja. No permitas que salgan burbujas. Solo necesitas que se derrita.[2]
    • Si vas a usar el microondas, empieza con 10 segundos y revisa el progreso. Mezcla bien y continúa calentando en lapsos de 5 segundos hasta que esté lista.
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    Añade 1 cucharada (15 ml) de miel sin procesar y 4 a 5 gotas de un aceite esencial. Retira la manteca de karité del calor y permite que se enfríe por 2 a 3 minutos. Luego, añade la miel y el aceite esencial, y mezcla bien.[3]
    • Puedes usar un aceite esencial cítrico, de menta o de rosas.
    • Si no quieres usar miel, puedes reemplazarla con aceite de castor, que es un ingrediente vegano. Usa la misma cantidad que se indica para la miel. La miel humecta los labios y los exfolia, mientras que el aceite de castor es una buena fuente de hidratación y ayuda a suavizar los labios agrietados.
    • En lugar de usar un aceite esencial, puedes espolvorear un poco de canela molida.
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    Vierte el bálsamo en un contenedor y déjalo enfriar. Puedes emplear el envase de un bálsamo que ya hayas terminado o cualquier otro contenedor pequeño que tengas. Por ejemplo, podrías usar una lata pequeña de pastillas de menta, un frasco pequeño de papilla para bebé o incluso un frasco de pastillas vacío (limpio). Permite que repose de un día para otro para que pueda enfriarse y solidificarse.[4]
    • Puedes conservar tu bálsamo a temperatura ambiente por varios meses.

Método 2
Método 2 de 3:
Crear un bálsamo labial de gelatina con sabor a fruta

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    Calienta 2 cucharadas (30 ml) de aceite de coco en el microondas. Empieza con un periodo de 15 segundos. Si no basta para derretir el aceite, continúa probando con intervalos de 5 segundos. El aceite debe calentarse lo suficiente como para tener una consistencia líquida y activar la gelatina. Si está en estado sólido, no podrás mezclarlo bien. También puedes usar partes iguales de aceite de coco y vaselina.[5]
    • Tal vez tengas que revolver un poco el líquido para asegurarte de que todo esté derretido uniformemente.[6]
    • El aceite de coco es un ingrediente hidratante, mientras que la vaselina ayuda a conservar la humectación.
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    Añade 2 cucharaditas (alrededor de 6 g) de tu sabor favorito de gelatina en polvo. Mezcla bien mientras el aceite está caliente. El calor ayudará a activar la gelatina para que el bálsamo se endurezca correctamente.[7]
    • Puedes usar el sabor que prefieras, pero ten en cuenta que también aportará color. Si quieres tener un bálsamo rojo o rosado, puedes añadir gelatina de frambuesa, cereza o fresa. Si te gustan los colores más alocados, puedes usar gelatina de uva para tener un bálsamo morado o mora azul para crear un bálsamo azul electrico. Por otro lado, si prefieres un bálsamo sin color, puedes usar gelatina sin sabor.
    • También puedes usar gelatina sin azúcar, pero en este caso la cantidad empleada tendrá que ser menor. Experimenta un poco para descubrir qué funciona mejor.
    • La función principal de la gelatina es endurecer el bálsamo, pero las proteínas que contiene también pueden aportar algunos beneficios.
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    Añade 6 a 8 gotas de un aceite esencial para complementar el sabor. Este paso es opcional, pero puede servir para darle un sabor adicional a tu bálsamo. Por ejemplo, podrías mezclar aceite esencial de limón o de menta con gelatina de frambuesa, aceite de toronja o pomelo con gelatina de cereza, o aceite de naranja con gelatina de uva. Asegúrate de mezclar bien el aceite con el resto del líquido.[8]
    • La mayoría de los aceites esenciales cítricos tienen propiedades antioxidantes y antibacterianas.
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    Vierte la mezcla en un contenedor pequeño y permite que se endurezca. Puedes usar un envase de bálsamo que ya hayas terminado o cualquier otro contenedor pequeño, como un frasco limpio de papilla de bebé. Si tienes prisa, colócalo en el refrigerador y espera 2 a 3 horas. De lo contrario, puedes dejarlo reposar de un día para otro. Una vez que esté completamente frío y solidificado, estará listo para usar.[9]
    • Si quieres llenar varios tubos de bálsamo, sujetalos todos juntos con un elástico. De esta manera, será más fácil verter el líquido.
    • Dado que no contiene agua, debería poder conservarse por varios meses a temperatura ambiente. No obstante, si te parece que huele mal o tiene moho, tendrás que desecharlo.

Método 3
Método 3 de 3:
Preparar un bálsamo labial hidratante

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    En una olla pequeña, vierte aceite de castor, manteca de karité y aceite de coco. Añade 1 cucharada (15 ml) de aceite de castor y otra de manteca de karité. Mide 2 cucharadas (30 ml) de aceite de coco y agrégalo a la misma olla.[10]
    • Si deseas, puedes reemplazar la vaselina con la misma cantidad de aceite de castor. La vaselina ayuda a mantener la humectación. El aceite de castor es hidratante y suaviza los labios agrietados. Tanto la manteca de karité como el aceite de coco son hidratantes, pero la manteca de karité contiene vitamina E, que es muy buena para la piel.
    • Si deseas, puedes reemplazar la manteca de karité. Solo debes añadir más aceite de coco.
    • También puedes preparar todo en el microondas. Solo debes usar un tazón que puedas calentar.
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    Coloca la olla a fuego bajo para derretir los ingredientes. Conforme se van calentando los aceites, revuelve bien para distribuir el calor uniformemente. Una vez que todo se haya derretido y mezclado de manera homogénea, retira la olla de la hornilla.[11]
    • Si vas a usar el microondas, empieza con un periodo de 15 a 20 segundos y revisa el progreso. Si necesita más tiempo, dale intervalos de 5 segundos hasta que la mezcla esté lista.
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    Luego de retirar del fuego, vierte unas gotas del aceite esencial de tu preferencia. Puedes añadir de 10 a 15 gotas de un aceite esencial cítrico, como de toronja o pomelo, de limón o de naranja, para darle un aroma veraniego a tu bálsamo. También puedes usar aceite esencial de menta para crear un bálsamo refrescante. Por otro lado, si te gustan los sabores florales, puedes usar aceite de lavanda o de rosas.[12]
    • Los aceites esenciales cítricos tienen propiedades antioxidantes y antibacterianas.
    • La canela y el clavo de olor también son buenas opciones, pero es mejor usarlos con moderación, ya que pueden tener un efecto bastante penetrante. Además, dejarán tus labios con una sensación de calor.
    • Si no tienes aceites esenciales, puedes rociar 1/4 de paquete de refresco instantáneo en polvo, como Kool-Aid o Crystal Light, que le dará tanto color como sabor.
    • Para darle una tintura natural, podrías añadir 1/4 de cucharadita (1,5 g) de remolacha en polvo.
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    Vierte el bálsamo en un contenedor pequeño y déjalo enfriar. Puedes usar el envase de un bálsamo que ya hayas terminado, una lata pequeña de pastillas de menta o cualquier otro contenedor pequeño que tengas a la mano. Permite que se enfríe de un día para otro o colócalo en el refrigerador para acelerar el proceso.[13]
    • Una vez que se haya enfriado y solidificado, estará listo para usar.
    • Deberías poder conservarlo a temperatura ambiente por varios meses.

Consejos

  • Si no tienes aceite de coco, puedes reemplazarlo con manteca de karité, manteca de cacao o vaselina.
  • Puedes reemplazar los extractos, como el de vainilla, con aceites esenciales, aunque es posible que la textura no se mezcle tan bien.

Advertencias

  • Se cuidadoso al trabajar con ollas y tazones calientes. Siempre usa guantes para el horno para proteger tus manos.

Cosas que necesitarás

Hacer un bálsamo labial de miel

  • manteca de karité
  • miel sin procesar
  • aceite esencial
  • olla pequeña o tazón para microondas
  • cuchara

Crear un bálsamo labial de gelatina con sabor a fruta

  • aceite de coco
  • gelatina en polvo
  • aceite esencial (opcional)
  • tazón para microondas
  • cuchara

Preparar un bálsamo labial hidratante

  • aceite de castor
  • manteca de karité
  • aceite de coco
  • aceites esenciales o refresco instantáneo en polvo
  • olla pequeña o tazón para microondas
  • cuchara

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