Elaborar un presupuesto mensual te puede ayudar a salir de las deudas y a reunir un capital. Elaborarlo es un proceso mucho más sencillo que seguirlo. Si quieres obtener el máximo beneficio, deberás restringirte un poco y practicar la autodisciplina.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Averiguar cuánto tienes

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    Calcula tu ingreso mensual. Como regla general, es mejor elaborar un presupuesto mensual.[1] Por lo tanto, necesitarás determinar cuánto ganas mensualmente. Calcula con base en tu ingreso neto, es decir, lo que ganas después de impuestos.
    • Si trabajas por horas, multiplica lo que te pagan por horas por la cantidad de horas que trabajas por semana. Si tus horarios y tiempos varían, multiplica el número mínimo de horas que trabajas a la semana, no el máximo. Multiplica tus ingresos aproximados a la semana por cuatro a fin de calcular un salario mensual aproximado.
    • Si tu salario se calcula por año, divide tu salario neto entre 12, a fin de determinar aproximadamente cuánto ganas al mes.
    • Si recibes un pago quincenal, basa el presupuesto mensual en dos salarios, pues ese es todo el dinero que sueles recibir al mes. Esto es particularmente útil si tu presupuesto es ajustado, pues dos veces al año recibir salarios adicionales que puedas incluir en tus ahorros.
    • Si tus trabajos son eventuales y tienes ingresos irregulares, saca un promedio de lo que has ganado durante los últimos 6 o 12 meses. Utiliza este promedio para establecer un presupuesto mensual, o escoge el monto más bajo de ingresos mensuales para considerar el peor escenario.
    • Por ejemplo, si tu salario mensual es de 3800 dólares, significa que ese es tu ingreso básico.
    • Una vez más, debes deducir los impuestos de esta cifra. Solo incluye tu ingreso después de haber deducido los impuestos.
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    Incluye otras fuentes de ingresos. Estas incluyen todo el dinero que recibes regularmente y por el que no trabajas, como por ejemplo una pensión alimenticia.
    • Por ejemplo, si ganas 200 dólares al mes por trabajos extras, entonces tu ingreso total será el siguiente: 3800 + 200 = 4000 dólares.
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    Excluye los bonos, incentivos, horas extras y todos los ingresos que no sean recurrentes. Si no puedes confiar en que recibirás el dinero todos los meses, no lo incluyas en tu presupuesto mensual.
    • Las buenas noticias son que, si recibes ese ingreso adicional, será un “beneficio”. Esto significa que será dinero que puedas gastar (o mejor aún, ahorrar) sin que debas responsabilizarte por él.
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Parte 2
Parte 2 de 4:
Determinar tus gastos

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    Calcula tus pagos mensuales de deudas. Uno de los factores clave para elaborar exitosamente un presupuesto es llevar un registro adecuado de tus gastos.[2] Esto incluye los pagos de deudas, así como otros gastos. Calcula cuánto gastas al mes en crédito automotriz, hipoteca, renta, tarjetas de crédito, préstamos para estudiantes y cualquier otra deuda. Escribe cada cifra por separado, pero también suma todos estos pagos a fin de determinar cuánto debes.
    • Por ejemplo, tus pagos mensuales podrían ser los siguientes: 300 dólares para gastos vehiculares, 700 dólares en hipoteca y 200 dólares en tu tarjeta de crédito. Todo eso suma un gasto de 1200 dólares.
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    Incluye tus pagos mensuales de seguros. Por lo general, estos pagos incluyen lo que gastas todos los meses en seguros de renta, de la casa, del automóvil y otros vehículos, médico y de vida.
    • Por ejemplo, tus gastos mensuales por seguros pueden ser los siguientes: 100 dólares en la aseguradora vehicular y 200 dólares por el seguro de salud. Esto hace un total de 300 dólares mensuales.
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    Calcula el costo mensual de tus servicios. Los servicios incluyen a cualquier servicio mensual que le pagues a un tercero por recibir. Por lo general estos son agua, electricidad, gas, teléfono, Internet, cable y satélite. Junta tus recibos y facturas de los 12 meses pasados para sacar un promedio de lo que pagas a mes por cada servicio y suma los promedios.
    • Por ejemplo, tus gastos mensuales en servicios pueden ser los siguientes: 100 dólares para agua y 20 dólares para electricidad. Esto conforma un total de 300 dólares mensuales.
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    Determina el promedio de lo que gastas en alimentos al mes. Revisa tus recibos del supermercado o de la tienda de meses pasados a fin de determinar cuánto gastas generalmente en un mes.
    • Por ejemplo, tus gastos promedios en alimentos pueden ser de 1000 dólares.
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    Analiza el dinero en efectivo que retiras de tus cuentas. Busca tus recibos del cajero automático (ATM) y estados de cuenta a fin de determinar cuánto dinero en efectivo retiras al mes. A partir de esto, determina cuánto gastaste en necesidades y cuánto en darte algún gusto.
    • Si guardaste todos tus recibos del mes pasado, revísalos y calcula cuánto gastaste en cosas que necesitaste, como por ejemplo gasolina, comida, etc. Resta la suma de lo necesario de tus retiros de efectivo mensuales a fin de determinar cuánto gastaste en cosas que simplemente querías, tales como un juego de video nuevo, una bolsa de marca, etcétera.
    • Si no guardaste tus recibos, haz todo lo que puedas por calcular un estimado basándote en tu memoria.
    • Por ejemplo, si retiras unos 500 dólares mensuales en un cajero automático y gastas 100 dólares en alimentos, deberás restar 100 de 500 debido a que ya incluiste los gastos por comestibles. Eso te dará una cantidad mensual de 400 dólares en retiros de cajeros automáticos.
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    Añade gastos especiales. Los gastos especiales son aquellos que no tienes todos los meses, pero que se repiten con la frecuencia suficiente como para que puedas anticiparlos. Algunos ejemplos son regalos de Navidad, de cumpleaños, vacaciones y reparaciones o reemplazos que sepas que vas a pagar en un futuro cercano. Determina cuántos gastos especiales planeas tener el mes siguiente, y el que sigue, haz tu cálculo de enero hasta diciembre.
    • Por ejemplo, podrías anticipar unos 100 dólares mensuales en el mantenimiento de tu vehículo.
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Parte 3
Parte 3 de 4:
Planear tu estrategia

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    Decide cómo quieres llevar el registro de tu presupuesto. Puedes usar papel y lápiz, un programa de computación común de hoja de cálculo o uno especializado. Los programas de computación podrían ayudarte a que calcular y modificar lo que te resulte necesario sea más fácil, pero también podría ser conveniente que conserves una copia de tu estrategia en papel y que siempre la tengas cerca de tu chequera o tarjeta de crédito para que te sirva de recordatorio constante.
    • Una de las ventajas de un programa como la hoja de cálculo para planear tu presupuesto es que puedes hacer suposiciones. En otras palabras, puedes ver lo que sucedería con tu presupuesto si tu hipoteca mensual aumentara 50 dólares al incluir el número nuevo en el valor “Hipoteca”. Este programa debe contabilizar todo inmediatamente y darte una idea de qué tanto afecta en tus gastos discrecionales.
    • El Bank of America ofrece una plantilla de hoja de cálculo que puedes descargar gratuitamente.[3]
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    Organiza tu presupuesto. Separa tu presupuesto en dos secciones básicas: ingresos y gastos. Escribe en cada sección la información correspondiente tal y como la calculaste en los pasos anteriores, haciendo una entrada separada para cada fuente de ingresos al igual que para cada gasto.
    • Calcula dos totales para la sección de "ingresos". Para calcular el primero, suma todos los ingresos nuevos que obtienes cada mes. Para calcular el segundo, suma todo, incluyendo el dinero que tengas ahorrado en tus cuentas.
    • Calcula tres totales para la sección de "gastos". Para obtener el primer total, suma todos tus gastos fijos, incluyendo los pagos de tus deudas. Los gastos fijos también se consideran esenciales o necesarios, aun cuando algunos (p.ej. alimentos) varían cada mes. Por lo general, una persona no tiene margen de maniobra en estos gastos.
    • Para el tercero, calcula el total de tus gastos al sumar las otras dos categorías.
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    Réstale el total de tus gastos al total de tus ingresos. A fin de ahorrar dinero, debes haber obtenido un resultado positivo de tu resta. Para estar a la par, ambos resultados deben ser iguales.
    • Por ejemplo, si tus gastos totales son 3300 dólares al mes y tu ingreso mensual es de 4000 dólares mensuales, entonces la diferencia es la siguiente 4000 – 33000 = 700 dólares al mes.
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    Haz cambios. Si al restar tus gastos a tus ingresos el resultado es negativo, revisa los gastos que puedas modificar y haz los ajustes pertinentes. Las cosas que no sean necesarias, tales como videojuegos y ropa son las cantidades más sencillas de modificar. Sigue reduciéndolas hasta que obtengas una cifra que te permita ya sea obtener un resultado igual a tus ingresos o un ahorro de dinero.
    • Lo ideal sería que tus ingresos sean mayores que tus gastos y no al revés. Siempre habrá gastos que no puedas controlar; es una ley inmutable del universo.
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    Nunca permitas que tus gastos totales sean iguales o superiores a tus ingresos totales. Ocasionalmente, exceder la cifra de tus ingresos solo significará que tus ahorros disminuirán un poco. Si bien puedes hacerlo cada cierto tiempo si es necesario, no lo conviertas en un hábito mensual. Sin embargo, tus ingresos totales también incluyen a tus ahorros, así que si te excedes comenzarás a endeudarte.
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    Conserva una copia impresa de tu presupuesto. Colócala cerca de tu chequera o en una carpeta especial destinada para propósitos presupuestarios. También es bueno tener una copia electrónica, pero considera que conservarás la copia impresa aun en el caso de que algo muy malo le suceda a tu computadora y pierdas el archivo electrónico.
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Hacer algunas modificaciones

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    Revisa tu presupuesto con regularidad. Mientras llevas un registro mensual de tu presupuesto, debes revisarlo ocasionalmente. Lleva un registro diligente de tus ingresos y gastos durante al menos 30 a 60 días (por más tiempo si tus ingresos o gastos varían considerablemente cada mes) de modo que puedas apreciar cualquier cambio y hacer modificaciones precisas. Compara tus gastos reales con tus gastos presupuestados. Busca aquellos gastos que aumenten cada vez y trata de frenarlos en la medida de lo posible.
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    Ahorra dinero siempre que puedas. Analiza tus gastos y busca las áreas en las que puedes reducirlos. Quizás nunca te diste cuenta de lo mucho que gastabas en comida o entretenimiento. Busca facturas grandes que representen una parte de tus gastos totales más grande de lo que considerarías (por ejemplo, si gastas mucho dinero en televisión por cable y pagos telefónicos en la misma proporción que en la comida). Piensa en algunas formas de reducir estos gastos y ahorrar dinero con el tiempo.
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    Modifica tu presupuesto con base en tus ahorros o cambios de vida. Llegará un momento en el que necesites ahorrar para una compra considerable o hacer cambios a causa de un evento inesperado en tu vida. Cuando esto suceda, comienza desde el principio y busca formas de incluir estos gastos nuevos o la cantidad de ahorros necesaria e tu presupuesto.
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    Sé realista. Hacer las modificaciones necesarias es una parte importante de elaborar un presupuesto, pero solo podrás cambiar algunas cosas y hasta cierto límite. Aun cuando planees gastar dinero solo en las necesidades absolutas, el precio de algunas de ellas, como el del gas y la comida, fluctuará de maneras que no podrás anticipar cuando elabores tu presupuesto. Siempre deja un espacio para estas fluctuaciones y no hagas metas de ahorros que reduzcan demasiado tu presupuesto.
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Consejos

  • Es mejor sobreestimar los gastos y subestimar los ingresos. Las personas tienden a hacer lo opuesto cegadas por su optimismo.
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Advertencias

  • No te permitas sacar dinero de tus ahorros con demasiada frecuencia. Hacerlo de vez en cuando es aceptable y probablemente necesario, especialmente cuando surjan emergencias o gastos imprevistos. Sin embargo, si planeas hacerlo muy a menudo, tus ahorros se reducirán con bastante rapidez.
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Cosas que necesitarás

  • lápiz
  • libro de contabilidad (de papel)
  • programa de hoja de cálculos (electrónico)
  • programa de presupuesto (electrónico)
  • recibos y otros estados financieros de meses anteriores

Acerca de este wikiHow

Trent Larsen, CFP®
Coescrito por:
Planificador Financiero Certificado
Este artículo fue coescrito por Trent Larsen, CFP®. Trent Larsen es planificador financiero certificado (CFP®, por sus siglas en inglés) para Insight Wealth Strategies en el área de la bahía, California. Con más de cinco años de experiencia, Trent se especializa en planificación financiera y administración de patrimonios, así como en planes personalizados de jubilación, impuestos e inversiones. Trent tiene una licenciatura en economía de la Universidad Estatal de California, Chico. Ha superado con éxito sus registros de la Serie 7 y 66, y tiene su licencia de de CA Life y de Health Insurance y la certificación CFP®. Este artículo ha sido visto 22 227 veces.
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