¿Tienes piel dispareja? ¿Te gustaría emparejar el tono de tu cutis? Si has respondido afirmativamente a cualquiera de estas preguntas, o tienes algún otro motivo, ¡una mascarilla facial puede ser de ayuda! Hay algunas maneras de hacer una mascarilla que puede ayudar a aclarar, iluminar o incluso emparejar el tono del cutis.

Ingredientes

Mascarilla de yogur y miel[1]

  • 1 cucharada de yogur natural
  • 1 cucharada de miel
  • 1 cucharadita de jugo de limón

Mascarilla de agua de rosas y harina de garbanzo

  • 2 cucharadas de agua de rosas
  • 1 cucharada de jugo de limón
  • 1 cucharada de harina de garbanzo
  • 2 cucharadas de leche (opcional)

Mascarilla de cúrcuma[2]

  • 1 cucharadita de cúrcuma en polvo
  • 2 cucharaditas de harina de arroz
  • 3 cucharadas de yogur natural

Método 1
Método 1 de 3:
Hacer una mascarilla de yogur y miel

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    Busca un tazón pequeño. También puedes usar un vaso, una taza o una taza de té. La idea es hacer cantidades pequeñas, así que puedes usar cualquier recipiente.
  2. 2
    Echa los ingredientes al tazón. Necesitarás 1 cucharada de yogur natural, 1 cucharada de miel y 1 cucharadita de jugo de limón.
  3. 3
    Revuelve los ingredientes con una cuchara o tenedor. Tiene que quedar con una consistencia homogénea y cremosa. Asegúrate de que todo esté bien integrado y de que no tenga vetas.
  4. 4
    Aplícate la mascarilla sobre la cara. Toma un poco de la mascarilla con los dedos y espárcetela sobre la cara. Usa los dedos para esparcirla sobre las mejillas, la frente y la mandíbula. Evita acercarte demasiado a áreas sensibles, tales como la boca y los ojos.
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    Déjate la mascarilla puesta durante 15 minutos. La mascarilla puede empezar a correrse un poco. Si te sucede, ponte boca arriba o siéntate en un sofa con la cabeza inclinada hacia atrás.
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    Quítate la mascarilla con agua tibia. Inclínate sobre un lavabo y échate agua tibia en la cara. Frótate suavemente la piel para retirar la mascarilla. Si todavía sientes la piel un poco pegajosa, usa un poco de limpiador facial.
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    Seca tu cara dándote toques leves y aplícate un poco de humectante, si es necesario. La miel y el yogur son excelentes humectantes, pero para las personas con piel sensible, el jugo de limón puede resecar un poco. Si tienes piel seca o sensible, puedes aplicarte un poco de humectante.
    • Evita exponerse al sol después de aplicarte esta mascarilla. El jugo de limón deja la piel más sensible a la luz solar y es más fácil de quemarse.
    • Puedes usar esta mascarilla de 3 a 4 veces por semana.
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Método 2
Método 2 de 3:
Hacer una mascarilla de agua de rosas y harina de garbanzo

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    Busca un tazón pequeño o vaso. Hay que hacer cantidades pequeñas, así que cualquier recipiente de volumen pequeño servirá.
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    Echa los ingredientes al tazón. Necesitarás 2 cucharadas de agua de rosas, 1 cucharada de jugo de limón, 1 cucharada de harina de garbanzo. Si tienes piel seca y sensible, también puedes echar 2 cucharadas de miel.
  3. 3
    Revuelve los ingredientes hasta conseguir una pasta espesa. Puedes usar una cuchara o tenedor para hacerlo. Si la pasta quede demasiado líquida, echa un poco más de harina. Si la pasta queda demasiado espesa, echa más agua de rosas.
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    Aplícate la mascarilla sobre la cara. Introduce los dedos en el tazón pequeño o vaso y toma un poco de la mascarilla. Empieza a esparcirla por toda la cara. Procura evitar las áreas sensibles alrededor de la boca, nariz y ojos.
  5. 5
    Déjate la mascarilla puesta durante 15 a 20 minutos. Esta podría empezar a chorrear por la cara durante este periodo de tiempo, así que es recomendable echarse o sentarse en un sofá con la cabeza inclinada hacia atrás.
  6. 6
    Quítate la mascarilla con agua fría. Inclínate sobre el lavabo y échate agua fría en la cara. Masajéate suavemente la piel para soltar la mascarilla. Si queda algún residuo, puedes lavarte la cara con algún limpiador facial.
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    Sécate la cara dándote toques leves con una toalla suave. Puedes usar esta mascarilla por hasta 3 veces a la semana.
    • El jugo de limón deja la piel más sensible al sol. Para evitar quemarte, mantente alejado del sol después de aplicarte esta mascarilla.
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Método 3
Método 3 de 3:
Hacer una mascarilla de cúrcuma

  1. 1
    Busca un tazón pequeño para los ingredientes. Si no puedes encontrar un tazón pequeño, puedes usar un vaso o taza en su lugar.
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    Vierte los ingredientes al tazón. Necesitarás 1 cucharadita de cúrcuma en polvo, 2 cucharaditas de harina de arroz y 3 cucharadas de yogur natural.
    • Si no encuentras harina de arroz, prueba con harina de garbanzo o avena molida fina.[3]
    • Si no tienes yogur, prueba con leche, crema de leche o crema agria.[4] Si decides usar leche o crema de leche, empieza con 1 cucharada y ve añadiendo hasta que obtengas una consistencia de pasta
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    Revuelve los ingredientes con una cuchara o tenedor. Tiene que terminar con una consistencia de pasta. Si la mascarilla queda demasiado líquida y aguada, echa más harina. Si la mascarilla queda demasiado seca, echa más yogur.
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    Considera la posibilidad de cubrirte los hombros con una toalla. La cúrcuma en polvo suele usarse para teñir telas. No mancha la piel, pero puede manchar la ropa. Para evitar que suceda, considera la posibilidad de cubrirte los hombros con una toalla y sujetarla con un gancho.
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    Esparce la mascarilla por la cara. Introduce los dedos en la mascarilla y espárcela por toda la cara. Procura evitar los labios, los ojos y las cejas. Algunos de los ingredientes en esta mascarilla también se usan para la eliminación del vello.
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    Déjate la mascarilla puesta de 3 a 5 minutos. Puedes acostarte o sentarte en un sofá con la cabeza inclinada hacia atrás para que la mascarilla no chorree por la cara.
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    Quítate la mascarilla con agua tibia. Inclínate sobre un lavabo y échate agua tibia a la cara. Masajea suavemente la piel con los dedos hasta retirar la mascarilla. Si queda algún residuo, también puedes usar un poco de limpiador facial.
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    Échate agua fría a la cara y luego sécala dándote toques leves. El agua fría ayudará a sellar y tensar los poros.
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Consejos

  • Asegúrate de usar protector solar al salir para que la acción de la mascarilla no se revierta.
  • Asegúrate de tomar 8 vasos de agua al día. Esto ayudará a eliminar toxinas y dejará tu piel más clara y reluciente.
  • Duerme unas 7 horas al día. Así, tu cuerpo y piel tendrán el tiempo suficiente para regenerarse. Descansar lo suficiente ayudará a que tu piel se vea más clara y menos cetrina.
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Advertencias

  • El limón deja la piel más sensible al sol. Si te has aplicado una mascarilla que contiene jugo de limón, no te expongas al sol, porque podrías terminar con una fuerte quemadura solar.
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Acerca de este wikiHow

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