¿Alguna vez has ido a un restaurante o una cafetería y te has sorprendido con una camarera? ¿Era encantadora, atractiva, amigable y coqueta? ¿Quizás parecía estar interesada en ti? Invitar a salir a una camarera es siempre arriesgado ya que complica lo que normalmente es una interacción comercial simple. ¿Cómo puedes saber si ella actúa así o no con todos los clientes? Trata de ser un caballero perfecto si decides invitarla a salir al ser cortés, discreto y amable. Asimismo, por sobre todo, no seas desagradable.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Dar la mejor impresión

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    Coquetea sutilmente. Las camareras lidian con los hombres atrevidos cada mes, cada semana y quizás cada turno. Ser muy entusiasta, atrevido y enérgico con tu acercamiento puede causar que ella levante sus defensas antes de que siquiera hagas una jugada. Es posible que ella se diga “Él es otro de esos chicos”, lo que arruinará tu meta.[1]
    • Un grosero podría decir “Oye, ¿a qué hora termina tu turno?”. Esta frase no es solo terrible, sino que también es desagradable, lo que hace parecer que la estarás esperando a la hora del cierre del establecimiento.
    • No seas tan transparente ni desagradable. En lugar de ello, trata de entablar una conversación con ella al decirle “Esta es la primera vez que vengo aquí. Vaya, ¿siempre está tan concurrido los martes?”.
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    Sé cortés. Al igual que con el coqueteo, debes ser un caballero y comportarte de lo mejor. Deja en claro que eres amable, respetuoso y considerado, y no desagradable. Emplea las maneras usuales de cortesía que utilizas en otras situaciones sociales.
    • Di “por favor” y “gracias”. Una camarera te atiende, pero sigue siendo una persona y debe ser tratada como tal.[2] Esto es solo un acto normal de amabilidad.
    • No la llames “corazón” ni le pongas cualquier otro apodo, ya que es condescendiente. Además, no te le quedes mirando fijamente. Es posible que sea muy bonita, pero podrías hacerla sentir incómoda.
    • Evita quejarte acerca del restaurante. Tu camarera no escribió el menú, estableció los precios, diseñó la decoración, ni tampoco controla cuán concurrido es el establecimiento. Quejarte solo la desalentará.
    • Sin embargo, puedes tratar de sentir empatía por ella. Por ejemplo, si el restaurante está muy concurrido, expresa tu solidaridad al decir “Definitivamente está concurrido esta noche. Sería realmente bueno que te ayudarán más con las mesas”.
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    Ordena lo que recomiende. Tu camarera conoce el menú como la palma de su mano. Sabe lo que es bueno, lo que es más o menos y lo que termina en el tacho de basura. Pídele sus recomendaciones. Ella se dará cuenta y te indicará una buena comida. Esto muestra un nivel de confianza y gira la conversación hacia ella.[3]
    • De igual forma, no ordenes algo que no esté en el menú ni le pidas que haga cambios. Esto hace que su trabajo sea más difícil y se convierta en una molestia.
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    Habla de otro tema diferente a la comida. Ella ha estado hablando de comida todo el día. Dirige la conversación a un tema más interesante, ya sea acerca de ti o ella. Trata de hacerte parecer genuinamente interesante.[4]
    • No hables acerca de quién es el proveedor de carne de res del restaurante o cuánto pagan por el vodka al por mayor.
    • Habla acerca de ti un poco o al menos sugiérelo. Una camarera suele ser muy coqueteada, y si bien es cierto que siempre tendrá una actitud amigable al respecto, es posible que te rechace si no te conoce bien.
    • Asimismo, gira la conversación hacia ella. Hablar solo de ti podría hacerte ver como ególatra. Las personas empáticas hacen preguntas y escuchan a los demás.[5]
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    Da una buena propina. Ten en cuenta que las propinas representan aproximadamente el 85 % de la remuneración total de una camarera. Dar una propia no es solo cortés, sino que indica que tienes buenos modales, además de ser seguro, amigable y estar interesado.
    • Brinda una propina que puedas costear, pero no seas tacaño. Causarás una mejor impresión si incurres en la generosidad.
    • Es posible que recuerdes que el 15 % era la propina estándar por un buen servicio. Sin embargo, eso ya no es así. En la actualidad, la propina estándar se acerca más al 20 %.[6] Por ello, intenta dar el 20 % o incluso el 25 % para lograr el mejor efecto.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Evitar los errores comunes

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    No acapares su atención. Recuerda que tu camarera trabaja y se gana la vida. Tiene otras mesas y exigencias de las que ocuparse en su turno. Si tratas de conseguir su atención con mucha frecuencia, se molestará en seguida.
    • Recuerda que es posible que esté muy ocupada. Es posible que sea amable reconocerlo al decir “No quiero retenerte conversando por mucho tiempo. ¡Puedo ver que tienes mucho trabajo por hacer!”.
    • Ten en cuenta que podría meterse en problemas con sus empleadores si acaparas su tiempo.
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    Evita las insinuaciones sexuales. Nada, pero de verdad nada, arruinará tus esfuerzos para conseguir el afecto de tu camarera que las insinuaciones sugerentes o crudas. Recuerda dar la mejor impresión y ser cortés, además de ser un caballero. Estás en un restaurante, no en un club nocturno o una casa de fraternidad.[7]
    • Nunca es correcto tocarla o hacerle insinuaciones no queridas. Esto se aplica no solo a la camarera que te atiende, sino a cualquier mujer. No hagas comentarios, gestos o bromas sexuales.
    • El alcohol podría disminuir tus inhibiciones y hacerte decir cosas de las que te arrepentirás. Ten cuidado de no excederte con los coqueteos si bebes demasiado.
    • Como en todas las situaciones sociales, si te pide que dejes de hacer algo, hazlo.
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    No abuses de la hospitalidad. Es posible que tu primer pensamiento sea que la camarera tendrá más tiempo y esté más dispuesta a aceptar una cita si esperas hasta que termine de trabajar. Este tipo de pensamiento está mal. En lugar de ello, se ve desagradable. Ten en cuenta cuándo detenerte e irte.[8]
    • Es muy probable que tu camarera no quiera unírsete para tomar una bebida o un café justo después de su turno. Lo más probable es que quiera ir a casa. Emplearás mejor tu tiempo al decidirte a invitarla, hacer tu maniobra y seguir con tu noche.
    • Si ella piensa que estás interesado en ella, el hecho de que te quedes por horas se convertirá en una mayor distracción y una molestia para ella.
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    No la invites a salir necesariamente la primera vez que la veas. No tienes que actuar de acuerdo a tu primer impulso si entablas una conversación interesante con la camarera y sientes un vínculo. Tómate tu tiempo. Trata de ir allí de vez en cuando si se trata de un lugar localizado convenientemente.
    • Forja un reconocimiento mutuo. Es posible que sea una buena señal si nota las veces que llegas o si te saluda.
    • Si bien es cierto que ser un cliente usual está bien, evita frecuentar mucho el restaurante a menos que quieras verte como un acosador. Si siempre comes en la misma mesa y siempre le sonríes, es posible que ella se alarme.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Hacer tu maniobra

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    Construye una relación. Trata de conocerla utilizando las técnicas mencionadas. Habla con ella varias veces cuando vayas a comer o beber algo, dentro de lo posible, y conócela mientras te das a conocer sutilmente. De esta forma, tu invitación a salir no parecerá que proviene de un completo extraño.
    • Trata de sentarte en una de las mesas que ella atiende. Presta atención a las señales que indiquen que tiene una pareja, como un anillo en su mano izquierda.
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    Deja una nota en una servilleta. Una manera de invitarla a salir sin sentir vergüenza de un posible rechazo es dejarle una nota en un lado de una servilleta. Después de pagar, escribe tu nombre y número telefónico, y márchate. Si está interesada en ti, te responderá. Una nota deja todo el asunto en sus manos y la libra de sentir presión o tener que tomar una decisión apresurada.
    • Sé breve y directo al decir “Pareces ser una persona considerada y a quien me interesaría conocer mejor. ¿Te gustaría tomar un café conmigo alguna vez?”. Termina la nota con tu nombre y número telefónico.
    • Añade una propina buena en la servilleta doblada, con el dinero sobresaliendo. Asegúrate de que ella note la propina o alguien más podría llevársela.
    • Utiliza una servilleta limpia si optas por esta opción.
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    Deja una nota en la portacuenta. En este caso, deja tu nota dentro de la portacuenta con el pago y la propina. Ten el mismo acercamiento al incluir una invitación breve para tener una cita con ella y agregar tu nombre y número telefónico. No te quedes, ya que esto solo hará que se sienta incómoda.
    • A diferencia de la servilleta, la portacuenta debe estar bien segura y ser discreta. En muchos restaurantes, existe una regla tácita que indica que los camareros solo toman las portacuentas de sus mesas.[9]
    • Si hay espacio, escribe un mensaje directamente en el recibo. De lo contrario, utiliza una servilleta como caso extremo.
    • Intenta hacer una invitación amable y sin presiones al decir “Para mi encantadora camarera. Perdón por mi sinceridad, pero me encantaría invitarte a salir. [Tu número telefónico]. Llámame alguna vez. Me encantaría saber de ti”.[10]
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    Alcánzale una nota con la propina. Esta táctica implica que le pases directamente la nota a la camarera a medida que te marchas del restaurante. Con atrevimiento, pero con seguridad de obtener su atención. Coloca tu propina dentro de la hoja de papel doblada con la nota.
    • Puedes escribir “[Tu nombre y número telefónico]. ¿Te gustaría cenar? Llámame cuando quieras. ¡Me encantaría saber de ti!”.
    • Alcánzale la nota a medida que caminas hacia la puerta y dile “Esto es para ti”.
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    Acepta el rechazo. Es posible que tu maniobra no funcione. Es posible que ella solo haya sido amigable, o quizás esté casada o tenga una relación con alguien. De todas formas, no continúes con tus intentos. Acepta el rechazo y sigue con tu vida.
    • Lo bello de la invitación en una nota es su discreción y falta de presión. Si la invitaste a salir con una nota, sabrás que está interesada o no con su respuesta. La pelota está en su cancha.
    • No te desalientes si probaste todo lo mencionado y no te llama. Al menos lo intentaste, ¡muchos hombres no lo harían!
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Acerca de este wikiHow

Suzanna Mathews
Coescrito por:
Coach de citas y relaciones
Este artículo fue coescrito por Suzanna Mathews. Suzanna Mathews es coach de citas y relaciones, además de la fundadora de The Date Maven. Con más de una década de experiencia, se especializa en crear herramientas de mentalidad, estrategias sociales y digitales que ayudan a sus clientes a mejorar sus citas y profundizar las conexiones. Además, tiene una licenciatura en comunicaciones de Bethel College, North Newton y una maestría en teatro y artes dramáticas de la Universidad Estatal de Wichita. Este artículo ha sido visto 26 724 veces.
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