La viscosa es una fibra no estática fácil de teñir, hecha de la celulosa de madera. La viscosa a menudo se denomina "seda artificial" y también se le conoce popularmente con el nombre de rayón. Su alta absorbencia de humedad (13%, a diferencia del 8% del algodón) y profundidad de tono le permiten ser teñida con colores profundos y brillantes, pero también la hacen una tela delicada de lavar. Lee el paso 1 para empezar a aprender cómo hacerlo.

Método 1
Método 1 de 2:
Lavar ropa de viscosa (rayón)

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    Siempre respeta las indicaciones de la etiqueta de cuidado de la prenda. Normalmente, la ropa de rayón es bastante frágil, pero aun así puedes lavarla en la lavadora con mucho cuidado. Sin embargo, algunas prendas de rayón no son lavables. Para evitar el desgarro de la ropa, el desteñido de los colores o arruinar tu ropa favorita, siempre sigue las instrucciones de la etiqueta de cuidado.
    • Aunque esta sección contiene instrucciones para lavar la ropa de viscosa (rayón) en lavadora y a mano, estas instrucciones deben considerarse como generalidades y no como reglas estrictas. En otras palabras, siempre prioriza las instrucciones de cuidado únicas de tu prenda antes de las proporcionadas en esta sección.
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    Lávala a mano con agua fría. Si las instrucciones de cuidado de tu prenda de rayón especifican que no es lavable, casi siempre es mejor lavarla a mano que hacerlo en lavadora. La ropa de rayón es extremadamente frágil cuando está húmeda y por ende, es menos probable que la dañes con tus propias manos cuidadosas que con la agitación de una lavadora. Coloca la ropa de rayón en agua fría o templada y añade detergente para lavado a mano. Trabaja y masajea cuidadosamente la espuma del jabón sobre la ropa, teniendo cuidado de no manipularla bruscamente.
    • Nunca aprietes, arrugues o escurras la ropa de rayón para quitarle el agua, ya que esto puede maltratar las fibras delicadas. En vez de eso, sacude suavemente cualquier exceso de humedad.
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    Lávala en lavadora junto con la ropa similar. Si estás seguro que tu ropa de rayón no se arruinará si la lavas en la lavadora, asegúrate de que en la tanda solo haya ropa de tipos similares de rayón. La ropa áspera (como los pantalones vaqueros) puede agarrar el rayón durante el ciclo de lavado, jalándolo y desgarrándolo.
    • Usa agua fría y configura la lavadora en modo moderado para obtener seguridad adicional.
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    Alternativamente, usa una bolsa de red para lavado para proteger tu ropa. Otra forma de proteger tu ropa de rayón en la lavadora es colocar toda la ropa de rayón de tu tanda en una bolsa de red para lavandería. Esto garantiza que la prenda no se mezcle con otra ropa de la tanda, eliminando gran parte del riesgo de desgarro.
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    Dájala secar. Una vez que ya has lavado la ropa de rayón, retira cada prenda de forma individual y sacude cuidadosamente para quitar la humedad. Alisa cualquier arruga con tus manos. Luego, cuelga la ropa en un tendedero que no sea de metal para que seque (los tendederos de metal pueden dejar manchas de óxido).
    • Alternativamente, puedes usar una rejilla para secado o simplemente secar tu ropa en una superficie limpia y plana.
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    Evita usar un secador eléctrico. Además de tener problemas relacionados con las lavadoras (agitación severa, etc.), los secadores eléctricos también tienen fama de encoger la ropa de rayón y de acortar drásticamente la duración de la prenda.[1] Si puedes evitar usar un secador eléctrico para tu ropa, hazlo. Si no puedes, configúralo a baja temperatura y seca solo con otras prendas de rayón.
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    Plancha la ropa de rayón al revés. Nunca apliques una plancha caliente a la cara exterior de una prenda de rayón. Esto puede quemar y derretir las fibras de la tela, creando un "brillo" desagradable que no podrás eliminar.[2] Siempre da la vuelta a la ropa de rayón antes de usar la plancha. Para proporcionar protección adicional, también puedes planchar la ropa mientras está ligeramente húmeda.
    • Si tienes que planchar la ropa de rayón por el lado derecho de la tela, coloca un paño entre la superficie caliente de la plancha y la prenda para proteger la tela.

Método 2
Método 2 de 2:
Lavar alfombras de viscosa (rayón)

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    Haz que limpien en seco la alfombra si eso es muy importante para ti. La viscosa es una fibra bastante frágil y muy vulnerable a la decoloración del tinte. Debido a esto, es fácil dañar las alfombras de viscosa o hacer que se decoloren simplemente tratando de limpiarlas. Si tu alfombra de viscosa tiene un valor sentimental, es mejor hacer que un profesional la limpie en seco que arriesgarse a un daño irreversible o a la decoloración de la alfombra limpiándola por tu cuenta.
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    Sacude tu alfombra al exterior. El objetivo de limpiar una prenda de viscosa básicamente es dejar la alfombra lo más limpia posible mientras la mantienes lo más seca posible. Por lo tanto, antes de usar cualquier detergente líquido, una idea sensata es tratar de limpiar la alfombra con métodos que no requieran mojarla antes de tratar de limpiarla con métodos que sí lo hacen. Saca afuera tu alfombra y sacúdela firmemente para eliminar cualquier suciedad o polvo suelto. También podrías tratar de golpear la alfombra contra un pasamanos o una percha para fuerza adicional.
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    Pasa la aspiradora por la alfombra. Usa una aspiradora para eliminar cualquier suciedad incrustada o sedimento. Pasa la cabeza de la aspiradora sobre la alfombra varias veces con y contra la corriente, prestando mucha atención a cualquier mancha muy sucia.
    • Si puedes, usa boquillas para aspiradora que no tengan cepillos mecánicos. La viscosa es muy frágil y la acción áspera de los cepillos mecánicos puede hacer que se desgarre fácilmente.
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    Asegúrate de que la alfombra no se mueva mientras la estés fregando. Si la alfombra aún está sucia, podría ser necesario lavarla cuidadosamente. Coloca la alfombra sobre un cartón de montaje o asegúrala a una mesa que no te importe ensuciar antes de limpiar. Lavar alfombras de viscosa requiere que friegues un poco, así que no querrás que la alfombra se deslice por el suelo mientras friegas y definitivamente no te gustará que se corra el tinte por el piso o en cualquier alfombra cercana.
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    Usa un cepillo suave para fregar cuidadosamente con agua y jabón. Calienta el agua a una temperatura templada y combínala con unas cuantas gotas de jabón o detergente para alfombras con el fin de elaborar una solución de limpieza. Usa un cepillo de cerdas suaves (por ejemplo, un cepillo para lavar ventanas) para frotar esta solución en las áreas problemáticas de la alfombra. Evita los cepillos de cerdas duras o los cepillos mecánicos, ya que estos pueden rasgar fácilmente las fibras de viscosa. Sé cauteloso con tu líquido de limpieza. Mientras menos humedad uses, menos probabilidades habrán de que el tinte se corra.
    • Lo más prudente es probar tu solución de limpieza en una porción pequeña de la alfombra que no se notará antes de limpiarla completamente. De este modo, sabrás si tu solución hace que la alfombra se destiña inmediatamente o provoca otras manchas antes de continuar.
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    Lava con vinagre para minimizar la decoloración amarillenta. Las fibras de celulosa (incluyendo la viscosa) se amarillean cuando las humedeces. Para ayudar a minimizar ese amarillo antiestético, enjuaga ligeramente las partes húmedas de la alfombra con una mezcla de vinagre y agua. El ácido acético del vinagre ayuda a evitar la decoloración amarillenta a medida que se seca la alfombra, aunque es posible que este no elimine completamente dicha decoloración.
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    Vuelve a pasar la aspiradora. Para quitar la mayor cantidad posible de humedad de tu alfombra, pasa la aspiradora por segunda vez después de haber terminado de usar los limpiadores líquidos. Pon especial atención a cualquier área húmeda.
    • Como se indicó anteriormente, debes evitar usar boquillas con cepillos mecánicos para que la alfombra no se dañe.
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    Opcionalmente, rocía la alfombra con un suavizante de telas diluido. Las fibras de viscosa pueden entiesarse a medida que se secan, creando partes con nudos y manchas en tu alfombra. Para evitarlo, puedes rociar la alfombra delicadamente con una mezcla de suavizante de telas y agua usando una botella de espray. Esto puede evitar que las fibras se entiesen, disminuyendo o eliminando los horribles "nudos".
    • Es posible que aún necesites separar los nudos después de que la alfombra se seque. Hazlo cuidadosamente y a mano.
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    Seca la alfombra boca abajo. Dejar que la alfombra seque boca abajo disminuye el efecto amarillento que puede ocurrir mientras se seca la viscosa húmeda. Coloca tu alfombra de viscosa en un lugar limpio y seco o cuélgala horizontalmente a medida que seca. Sin embargo, ten en cuenta que esto en cambio hará que la parte inferior de la alfombra se vuelva más amarilla de lo que normalmente sería.[3]
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    No coloques la alfombra sobre o cerca de cualquier otra alfombra hasta que se haya secado completamente. Como se mencionó anteriormente, la viscosa tiene la mala fama de desteñirse cuando está húmeda. Por lo tanto, debes mantener tu alfombra alejada de cualquier tela de color claro (sobre todo las alfombras costosas) mientras esperas que seque. Las manchas del tinte pueden ser muy difícil de eliminar de las alfombras y la decoloración de la alfombra es prácticamente irreversible.

Cosas que necesitarás

Lavar ropa de viscosa (rayón)

  • Detergente
  • Un lavadero (para lavar a mano)
  • Una lavadora y una secadora (para lavar en lavadora)
  • Cordón para colgar ropa

Lavar alfombras de viscosa

  • Agua
  • Jabón o detergente aniónico
  • Una aspiradora
  • Boquillas para aspiradora sin cepillos mecánicos
  • Vinagre
  • Suavizante de tela (opcional)

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