¿Tienes un familiar que te hace enojar? Si bien no puedes elegir a tu familia o a quienes forman parte de ella, sí puedes decidir cómo reaccionar y responder ante situaciones difíciles con ellos. Probablemente no puedas faltar a ciertas reuniones o quizá incluso te lleves muy bien con el resto de familiares. Afortunadamente, existen formas de manejar las situaciones con tus familiares manteniendo la calma de tal manera que las reuniones sean menos estresantes y así puedas disfrutarlas.

Método 1
Método 1 de 3:
Manejar interacciones inevitables

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    Piensa en la forma en la que quieres comportarte. Antes de pasar tiempo con esta persona en particular, tómate un momento para decidir cómo deseas actuar.[1] Quizá tú y el familiar hayan tenido discusiones en el pasado. En ese caso, pregúntate por qué iniciaron las discusiones y piensa si hay alguna forma de evitar que vuelva a suceder en esta ocasión.
    • Por ejemplo, quizá estés orgulloso de ser ateo, pero tu tía realmente cree que si eres ateo te irás al infierno. En este caso, es probable que lo mejor sea evitar hablar sobre temas religiosos cuando ella esté presente.
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    Espera antes de hablar. Es importante que no reacciones rápido o hables sin pensar, sobre todo si tienes sentimientos muy negativos hacia alguien. Si tienes problemas para contener tus comentarios negativos, sé cortés y pide permiso para retirarte.
    • Simplemente di algo como “Disculpen, tengo que usar el baño” o “Voy a ver si necesitan ayuda en la cocina”.
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    Pídele a alguien que te acompañe y apoye.[2] Si es muy complicado para ti llevarte bien con un familiar, coméntale a alguien más de tu familia (como tu cónyuge, tu pareja o un hermano o hermana) que te gustaría reducir la cantidad de interacciones con dicho familiar al mínimo. De esta manera, si te ves forzado a empezar una conversación o discusión de la que no quieres formar parte, puedes hacerle una señal para pedir ayuda.
    • Si consideras que es posible que necesites ayuda durante la reunión familiar, pueden acordar qué señal utilizarán de antemano. Por ejemplo, puedes hacer contacto visual y hacer una seña con la mano que signifique: “Por favor, ayúdame a salir de esta situación”.
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    Pasa un buen momento. No tienes que temerle a estas reuniones solo por culpa de un familiar. Enfócate en pasar tiempo con la parte de la familia que sí te agrada y en hacer actividades que disfrutes. Incluso si este familiar se encuentra en la misma habitación, concéntrate en otras cosas. Si en algún momento debes tener una conversación con esta persona, busca una distracción que te ayude a sobrellevar la interacción (como jugar con el perro).
    • Si temes sentarte junto al familiar durante las comidas, sugiere que se asignen lugares a todos y procura permanecer lejos de esta persona.
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    Mantén al familiar ocupado. Una forma de lidiar con una persona poco agradable es darle un trabajo o una tarea durante las reuniones familiares. Si van a preparar una comida, pídele que pique las cebollas o que ponga la mesa, y deja que lo haga de la forma que prefiera.[3] De esa manera, sentirá que contribuye y no estorbará al menos por un momento.
    • Encuentra maneras de incluir a esta persona en las actividades y de mantenerla ocupada al mismo tiempo.
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    Utiliza tu sentido del humor. Puedes valerte de algunas observaciones graciosas para apaciguar un comportamiento desagradable y aliviar la tensión, sobre todo si la situación se vuelve incómoda o estresante.[4] Haz un comentario casual que dé a entender que no tomas la situación o a ti mismo tan en serio.
    • Por ejemplo, si tu abuela continúa diciéndote que te pongas un suéter, respóndele: “Entonces iré a traerle un suéter al gato también; tampoco queremos que él se resfríe”.
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    Ten un plan de escape. Si le temes a las interacciones con este familiar, ve a la reunión con un plan que justifique tu necesidad de irte. Por ejemplo, podrías pedirle a un amigo que te llame (o tú podrías llamarlo) para comunicarte sobre una “emergencia”, o podrías decir que el sistema de alarma de tu casa se ha activado, o incluso que tu mascota está enferma. Sin importar qué motivo te parezca más creíble, procura estar preparado con una posible excusa en caso de que te sientas incómodo o molesto por causa del familiar.

Método 2
Método 2 de 3:
Establecer límites saludables

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    Evita los debates intensos recurrentes. Si a tu tío le encanta hablar de política pero tú preferirías no comentar al respecto, no inicies la conversación.[5] Esfuérzate por no mencionar nada sobre política mientras esté presente. Incluso si es tu tío quien inicia la conversación y trata de animarte a participar, tú debes decidir cómo responder. Esto también se aplica para otros temas como los deportes, las universidades o las rivalidades entre primos.
    • Di algo como “Aceptemos nuestras diferencias y dejemos el tema de lado” o “Realmente no quisiera hablar sobre eso en este momento y preferiría que tengamos una fantástica reunión familiar sin tener que discutir este tema nuevamente”.
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    Elige tus batallas.[6] Quizá tu primo diga algo muy ofensivo y te provoque responder de inmediato o corregirlo, pero será mejor que te tomes un momento para decidir si vale la pena iniciar la interacción o no. Si tu abuelo dice algo que te ofende, pregúntate si tu comentario hará que cambie de parecer o si simplemente generará una discusión.
    • A veces es necesario decir “Cada quien tiene derecho a su propia opinión” y luego permanecer callado.
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    Resuelve los conflictos. Si no puedes tolerar a un familiar debido a un conflicto, considera si es posible resolverlo entre ustedes. Quizá deban disponer de un tiempo para sentarse, ser honestos el uno con el otro y aclarar el asunto. Recuerda ser amable, compasivo y no estar a la defensiva al iniciar la interacción.
    • Mientras más pronto resuelvas un conflicto, menor oportunidad habrá para que se acumule el resentimiento.
    • Mantén una actitud dispuesta a perdonar. No tienes que ignorar la situación o fingir que no ha sucedido nada, pero aprende a perdonar para poder superar el dolor que sientes.
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    Di “no”.[7] Si notas que un familiar quiere pedirte cosas (dinero, trabajo sin paga, un lugar para quedarse, etc.), no temas decirle “no”. Recuerda que tienes derecho de hacerlo. Si quieres tomarte un tiempo para considerar la petición en lugar de decir “sí” inmediatamente, también tienes el derecho a esperar y pensar antes de acceder a cualquier propuesta.
    • No tienes que justificar tu respuesta ni dar una excusa. Simplemente di: “Lo siento, no puedo hacerlo”. Recuerda que no le debes explicaciones a nadie.
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    Evita la manipulación pasivo agresiva. Quizá los problemas se inician debido a ciertos comentarios pasivo agresivos de un familiar donde te compara con otros nietos o sobrinos (“Bueno, Jason ingresó a la universidad, pero a ti te fue bien aunque estudiaste solo en un instituto”). Es posible que incluso te sientas manipulado por esta persona cuando hace dichos comentarios o actúa de forma pasivo agresiva. Si el familiar se comporta de esta manera contigo, conserva tu distancia y procura que tus interacciones no duren más de lo necesario. Asimismo, recuerda que no todo se trata de ti y no debes tomarte las cosas tan personales.[8]
    • Si sientes que te manipulan, busca una estrategia de escape que te ayude a salir de la conversación (“Voy a ver si necesitan ayuda en la cocina” o “Voy a jugar con mis sobrinos; no los veo hace mucho”). No continúes la interacción.
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    Defiende tus reglas familiares. Si tienes problemas para establecer límites para tus familiares, mantén una actitud firme y diles que las reglas de tu familia son válidas en todo momento. Si no te gusta la manera en la que un familiar trata a tu hijo (si le da órdenes o le invita alimentos poco saludables), dile que su comportamiento va contra las reglas de tu familia y estas son válidas tanto dentro como fuera de tu casa.
    • Sé directo y conciso al conversar del tema con tu familiar. Por ejemplo, dile: “Allison no tiene permitido jugar ese juego en casa y tampoco puede hacerlo aquí”.
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    Maneja las situaciones delicadas. Si un familiar ha hecho algo imperdonable, establece límites que te hagan sentir seguro. Esto podría incluir no invitar a dicha persona a las reuniones familiares, evitar tener contacto por completo con ella o hacerle saber al resto de la familia que ya no deseas tener una relación con ella. Concéntrate en mantenerte seguro y no en castigar a tu familiar.
    • Juzga bien la necesidad de comunicarle la situación a otros familiares. Ten en cuenta que si bien consideras la situación imperdonable, es posible que los demás no lo vean de la misma forma y decidan mantener la relación con esta persona.
    • Si bien es posible que desees mantener una distancia entre tú y el familiar, ten en cuenta que el alejamiento puede resultar doloroso, tanto para ti como para el resto de tu familia.[9]

Método 3
Método 3 de 3:
Superar tus sentimientos de odio

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    Cuídate. Si sabes que pasarás el día con un familiar que no te agrada, prepárate tanto como sea posible para la situación. Si esta persona suele provocar que actúes de forma agresiva o malhumorada, asegúrate de dormir bien la noche anterior. Si te sientes cansado o irritable durante la reunión de Navidad, regresa temprano a casa. Asimismo, asegúrate de comer bien. Si el nivel de azúcar en tu sangre está estable, estarás menos propenso a irritarte o ponerte agresivo.[10]
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    Ten en cuenta que no se trata de ti. Si alguien te resta importancia, te trata con altivez o te dice palabras hirientes, es importante recordar que los comentarios son más un reflejo de quien los dice que de la persona a quien están dirigidos. Mantente firme y recuerda quién eres. Esfuérzate por ignorar las palabras y pensar: “No se trata de mí; no es más que un reflejo de mi tía”.
    • Las personas suelen ser malas porque tienen problemas personales que enfrentar. Esto puede ocurrir cuando tienen baja autoestima, problemas de enojo o estrés.
    • Es posible que algunas personas actúen de cierta manera y realmente crean que está bien y es normal. Esto puede ser producto de varios factores. Por ejemplo, cuando una persona permite que su actitud competitiva y despiadada se refleje también en su vida personal.
    • Por otro lado, algunas personas simplemente no tienen las herramientas biológicas necesarias para sentir empatía. Esto podría deberse a diferencias genéticas o a la crianza (es decir, el ambiente en el que crecieron).[11]
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    Entiende que no puedes cambiar a esta persona. Probablemente no haya nada que puedas hacer para cambiar a la persona con quien no te llevas bien. Tal vez sueñes con tener una familia feliz que celebra todas las fiestas en conjunto y cuando este familiar aparece la fantasía se acaba. Depende de ti renunciar a la idea y aceptar que esta es la familia que te tocó. Las fantasías no son más que una idea feliz y agradable que no se basa en la realidad.[12]
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    Acepta a tu familiar. En lugar de tener prejuicios y sentir aversión al pensar en esta persona, practica la aceptación y empatía. Escúchala cuando hable e intenta comprender su punto de vista.[13]
    • Muéstrate compasivo y amoroso con esta persona. Respira hondo y mira a tu familiar. Luego, piensa: “Te observo y veo que sufres y estás dolido. No lo comprendo pero sé que está ahí y acepto que me afectará por ahora”.[14]
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    Encuentra motivos para estar agradecido.[15] Si bien es posible que temas las reuniones familiares particularmente porque tienes que pasar tiempo con algunas personas desagradables, sin duda puedes pensar en algo que anhelar o por lo que estás agradecido al reunirte con tu familia. Quizá estés emocionado por ver a tus sobrinas y sobrinos, o te sientas feliz por cocinar (o por no tener que cocinar).
    • Encuentra cosas por las que estar agradecido incluso antes de llegar a la reunión familiar. De esta manera, podrás iniciar las interacciones con una actitud agradecida.
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    Acude a un terapeuta. Si tienes problemas para superar el sufrimiento y el dolor que te ha causado el familiar, quizá sea buena idea llevar una terapia. Un terapeuta puede ayudarte a superar tus sentimientos, desarrollar mecanismos para enfrentar la situación, ver las cosas desde un punto de vista distinto y resolver problemas subyacentes de depresión, ansiedad u otros trastornos.[16]
    • Quizá también puedas considerar llevar una terapia familiar si deseas conversar con esta persona dentro de este ambiente. Si bien puede ser difícil, también puede ayudarte a enfrentar temas difíciles y a tratarlos con esta persona.

Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 22 098 veces.
Categorías: Vida familiar