Como padre, te puede preocupar que tu hijo se sienta solo al no tener hermanos con quienes jugar. Es posible que tengas sentimientos de culpa por tener un solo hijo y te preguntes qué puedes hacer para lidiar con esta culpa. Puedes lidiar con estos sentimientos al encontrar compañeros de juego para él y al pasar tiempo de calidad junto a él para que no se sienta solo. También puedes discutir tus sentimientos de culpa con familiares, amigos y profesionales, de tal manera que puedas abordarlos y solucionarlos.

Método 1
Método 1 de 3:
Encontrar compañeros de juego para tu hijo

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    Establece reuniones para jugar con niños de la escuela. Una manera de lidiar con la culpa que puedes tener por tener un hijo único es establecer reuniones para jugar para tu hijo. Habla con otros padres en la escuela de tu hijo y organiza reuniones para jugar con tu hijo después de la escuela o un fin de semana. Sé social con otros padres y niños en la escuela de tu hijo para que todos puedan apoyarse y pasar tiempo juntos.[1]
    • Es posible que organices reuniones para jugar semanales con los niños que tu hijo parece llevarse bien. Tanto tú como los otros padres pueden turnarse para acoger las reuniones en sus hogares. Como alternativa, puedes planear una actividad divertida para tu hijo y los otros niños de la escuela una vez a la semana, como hacer una caminata o ir a ver una película.
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    Permítele a tu hijo jugar con los niños de tu vecindario. También puedes hablar con los niños que viven en tu vecindario e invitarlos a que vengan a jugar con tu hijo. Permítele a tu hijo que vaya a la casa de sus vecinas para pasar el rato y jugar, con la supervisión de un adulto, por supuesto. Trata de crear una comunidad de niños para tu hijo único para que nunca esté sin ningún compañero de juego cerca.[2]
    • Para animar a los niños de tu vecindario a que jueguen con tu hijo, es posible que quieras organizar una reunión con las familias del vecindario en tu casa. Como alternativa, puedes organizar una reunión de tu cuadra para que todos los niños puedan jugar juntos.
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    Anima a tu hijo a que juegue con los miembros de la familia. Puedes crear una comunidad de compañeros de juego para tu hijo al animarlo a que juegue con los miembros de la familia. Los primos, tíos, tías u otros parientes lejanos por lo general pueden llegar a ser tan significativos para tu hijo único como lo sería un hermano. Los miembros de la familia más jóvenes, como los primos hermanos o primos segundos, pueden ser buenos compañeros de juego para tu hijo.[3]
    • Puedes ser el anfitrión de cenas familiares una vez a la semana para que tu hijo pueda crecer cerca de sus familiares más jóvenes. Como alternativa, puede surgir tener salidas familiares con miembros de la familia más jóvenes para que tu hijo pueda pasar tiempo con ellos.
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    Inscribe a tu hijo en actividades deportivas o recreacionales. Para ayudar a tu hijo a conocer a otros niños, anímalo a que forme parte de un equipo deportivo o participe en actividades recreativas como clubes, grupos o ligas. Ten en cuenta las fortalezas de tu hijo y anímalo a inscribirse en actividades que sacarán a relucir sus fortalezas.[4]
    • Por ejemplo, es posible que te des cuenta de que tu hijo es bastante bueno en las matemáticas. Entonces, puedes animarlo a que se una a una liga de matemática luego de la escuela. Ahí podrá conocer a otros niños que comparten el mismo interés.
    • Como alternativa, puedes darte cuenta de que tu hijo está interesado en la justicia social. Entonces, puedes animarlo a que se una al periódico de la escuela para que pueda escribir acerca de temas de justicia local o animarlo a que se una a un club de justicia social en la escuela.
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Método 2
Método 2 de 3:
Pasar tiempo de calidad con tu hijo

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    Organiza reuniones para jugar con tu hijo. Por lo general, los hijos únicos terminan siendo bastante cercanos a sus padres. Puedes fomentar este lazo al pasar tiempo de calidad con tu hijo con frecuencia. Es posible que organices reuniones para jugar semanales con tu hijo en donde ambos pasen tiempo haciendo algo divertido e interesante. Puedes permitirle a tu hijo que escoja la actividad que van a hacer juntos o puedes sugerir una tú. Haz que estas reuniones sean parte de la rutina de tu hijo para que no se sienta solo o sin ningún compañero de juego.[5]
    • Por ejemplo, es posible que tengas noches de cine semanales con tu hijo en donde preparen aperitivos o vean una película de la elección de tu hijo. Como alternativa, pueden tener sesiones de baloncesto semanales en donde juegues uno versus uno con tu hijo.
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    Presta atención a los intereses de tu hijo. También puedes hacer que el tiempo que pases con tu hijo sea más significativo al tomar un interés activo en los intereses de tu hijo. Hazle preguntas amables acerca de los pasatiempos e intereses de tu hijo. También puedes preguntarle a tu hijo cómo le fue en su día y escuchar atentamente lo que tiene que decir. Esto puede ayudarle a sentir que se preocupan por él como persona y quieres estar ahí para él.[6]
    • Por ejemplo, puedes preguntarle a tu hijo “¿Cómo estuvo tu día en la escuela?” o “¿Cuál fue el momento más sorprendente en la escuela hoy?”.
    • Para empezar una conversación significativa, puedes preguntarle a tu hijo “¿Qué es lo que te llama tanto la atención de la ciencia?” o “Cuéntame más acerca de tu club de justicia social”.
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    Dale a tu hijo tiempo a solas. Si bien puedes estar preocupado de que tu hijo esté solo o se sienta aislado como hijo único, debes tratar de permitir que tu hijo tenga tiempo a solas. Muchos hijos únicos disfrutan pasar tiempo a solas en donde pueden leer, escribir o jugar por su cuenta. Crea un momento a solas en el horario de tu hijo para que pueda ser él mismo y ser más independiente.[7]
    • Tal vez quieras equilibrar el tiempo que tu hijo pasa a solas con el tiempo que pasa con los demás. Quizás puedes establecer tiempo después de la cena para que tu hijo juegue solo y asegurarte de que tena unas cuantas reuniones para jugar con otros niños.
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Método 3
Método 3 de 3:
Conversar acerca de tu culpa con otros

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    Habla con tus familiares y amigos. Si bien puedes tomar pasos productivos para hacer que tu hijo se sienta parte de una comunidad, tus sentimientos de culpa pueden seguir presentes. En lugar guardar estos sentimientos en una botella, habla con tu familia y tus amigos. Habla acerca de tus sentimientos de culpa y sé honesto con respecto a su origen. Tal vez necesites a alguien que respetes y en quien confíes para que escuche tus pensamientos.[8]
    • Por ejemplo, puedes confiar en un amigo cercano o familiar para decirle que te sientes culpable por tener un hijo único. Muestra disposición para escuchar cualquier consejo que te ofrezca. Consuélate con los demás y trata de no mantener tu culpa escondida.
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    Comunícate con otros padres de hijos únicos. Es posible que te des cuenta de que hay otros padres con hijos únicos en la escuela de tu hijo, en tu vecindario o en tu círculo de amigos. Comunícate con ellos y háblales acerca de tus sentimientos de culpa. Muchos padres de hijos únicos experimentan sentimientos de culpa, y hablar con otros padres puede ayudarte a sentirte mejor.[9]
    • Tal vez termines siento parte de un grupo de apoyo formal o informal de padres de hijos únicos en donde asistan otros padres que experimenten los mismos sentimientos que tú. Construye una comunidad con otros padres de hijos únicos para que puedan hablar de su situación actual y se sientan menos solitarios.
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    Habla con tu terapeuta o un consejero. Si todavía tienes sentimientos de culpa a pesar de hablar con tus amigos o familiares, tal vez quieras considerar consejo profesional. Programa una cita con un terapeuta o un consejero. Pídele a tu médico de cabecera que te recomiende un terapeuta o pregúntales a los demás padres que conoces si te tienen alguna recomendación de un consejero.[10]
    • Muestra disposición para hablar honesta y abiertamente de tus sentimientos de culpa con un terapeuta o un consejero. Compartir tus sentimientos con un profesional entrenado te puede dar un sentimiento de comodidad y te puede ayudar a lidiar con estos sentimientos de manera más efectiva.
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    Trabaja en aceptar tu estado como padre de un hijo único. A medida que hablas con otras personas acerca de tus preocupaciones y culpa, trata de trabajar para aceptar tu situación. Piensa acerca de todos los lados positivos de tener un hijo único y recuérdate que tienes suerte de tener un hijo que amas. Algunos lados positivos pueden ser, por ejemplo, no tener que lidiar con peleas de hermanos, no tener que dividir tu tiempo entre dos hijos y no tener que preocuparte de que tu hijo compita con un hermano por tu atención.[11]
    • Cuando hables con otros padres de hijos únicos, es posible que también te des cuenta de que tu situación es completamente normal y está bien. Tal vez tengas tus propias razones para tener un hijo único y no debes sentir presión o sentir que los demás te juzgan. Recurre a aquellas personas que te rodean, así como a tu propio sentido de ti mismo para aceptar y disfrutar el hecho de tener un hijo único.
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Categorías: Vida familiar
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