Si sientes que tu familia te trata como a un niño, no eres el único al que le ocurre, sin importar si eres un adulto o un adolescente. También podrías experimentar situaciones en las que tu jefe, tus compañeros de trabajo o conocidos te tratan con condescendencia, o podrías toparte con personas que te traten así en público. Con frecuencia, solo tendrás que confrontar a la persona, pero en algunos casos, quizás lo mejor sea olvidarlo.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Lidiar con familiares como adulto

  1. 1
    Conversa sobre el problema. Algunos familiares incluso podrían no darse cuenta de que te tratan como a un niño. Los adultos mayores de tu familia tendrán dificultades para dejar de considerarte como un “niño pequeño” o una “niña pequeña”, incluso si ya eres un adulto. Por lo tanto, tendrás que hablar del tema con ellos y ayudarlos a entender lo que sientes.[1]
    • Empieza mencionando lo que sientes. Usa una frase en primera persona para describir lo que sientes, en lugar de una en segunda persona que les eche la culpa a ellos. Culpar a alguien hará que se ponga a la defensiva. Por ejemplo, no digas algo como “Siempre me tratas como a un niño”. En su lugar, di “Me enoja que me sigas tratando como a un niño. Ya crecí”.
    • Sé específico al hablar sobre las frases o los comportamientos determinados que te molestan. Podrías decir “Adoro que me ayuden con los niños, pero no me gusta que contradigan las reglas que establezco”. También podrías decir “Respeto sus reglas cuando estoy en su casa, pero no me gusta que me pregunten en dónde estoy cada segundo de cada día”.
    • Diles lo que esperas. Por ejemplo, podrías decir “Apreciaría mucho que respeten las reglas que he establecido para mis hijos” o “Apreciaría que me trataran como a cualquier otro adulto que esté en su casa”.
  2. 2
    Sé directo con lo que quieres. Si le vas a contar una historia a tu mamá, dile directamente qué esperas de ella. Si solo le vas a contar la historia para darle información y no quieres consejos, debes indicárselo.[2]
    • Podrías decirle “Mamá, necesito decirte algo, pero quiero que me prometas que no me ofrecerás tu opinión al final. Siento que necesitas conocer esta información, pero no quiero que me aconsejes en torno a mis elecciones”.
  3. 3
    Concéntrate en la relación. Con frecuencia en la comunicación, las personas tratan de mantener el control. Esta es una lucha de poder. Por lo general, este tipo de comunicación surge entre un padre y un hijo adulto, o incluso otro tipo de relación, como la de una tía y una sobrina o un sobrino. El “adulto” seguirá queriendo controlar al hijo adulto, incluso si esta persona no se percata. Si eres el hijo adulto, posiblemente quieras luchar por “ganar” en esta situación. Sin embargo, si olvidas la lucha por poder, esto por lo general puede conducir a una relación más saludable.[3]
    • Este tipo de lucha de poder puede hacer que las personas se pongan a la defensiva. Es probable que te sientas a la defensiva cuando otro adulto en tu familia adopte la misma actitud, ya sea uno de tus padres, una tía, un tutor o uno de tus abuelos.
    • No obstante, si escuchas con sinceridad y olvidas la lucha de poder, podrás evitar parte de la actitud a la defensiva y así ambas partes podrán sentirse más escuchadas y valoradas.
  4. 4
    Fija límites. En ocasiones, los padres y otros familiares tienen dificultades para respetar los límites, ya que siguen considerándote como un niño pequeño sobre el cual tienen derecho a mandar. En este caso, tendrás que fijar límites para ellos de forma amable pero firme, ya que ahora tendrás tu propia vida.[4]
    • Por ejemplo, imagina que tus padres suelen llegar a tu casa sin avisar. Podrías decirles “Adoramos que vengan, pero apreciaríamos que nos avisaran de antemano. A veces planificamos nuestro tiempo familiar y necesitamos dicho tiempo para fortalecer nuestro vínculo y acercarnos”.
    • Otra manera en la que podrías abordar un problema es decir “Entiendo que les preocupe cuándo tendremos hijos. Sin embargo, podría pasar un poco de tiempo antes de decidir tenerlos. Definitivamente les avisaré cuando pensemos en tener hijos. Hasta ese momento, apreciaría que dejarán de preguntar”.

Parte 2
Parte 2 de 4:
Lidiar con familiares y tutores como menor

  1. 1
    Abre las líneas de comunicación. Con frecuencia, los padres, los tutores y otros adultos siguen tratando a los adolescentes como niños porque no pueden notar la forma en la que han madurado. Un signo de madurez es ser sincero con tus familiares, tanto con las cosas importantes como las menores.[5]
    • En parte, esto significa que debes ser directo sobre las cosas. No mientas diciendo que vas a la biblioteca cuando en realidad vas a ir a la casa de tu amigo. No mientas sobre la cantidad de tarea que tengas. Cada mentira, sin importar lo pequeña que sea, reducirá la confianza que tus padres tengan en ti.
    • Esto también significa ser sincero en torno a tu vida. Si puedes hablar sobre lo que piensas y sientes con tus padres, esto podrá ayudarlos a notar cómo has madurado y cuáles son tus prioridades.
  2. 2
    Conversa con los adultos en tu vida sobre la confianza. Si estás creciendo, esto significa que puedes tener una conversación sincera sobre la confianza. Si sientes que tus padres u otros adultos encargados de tu cuidado no confían en ti, este será un buen momento para preguntarles por qué no confían o si has hecho algo para quebrantar su confianza.[6]
    • Pregúntales cuál es un buen momento para hablar. Al sentarse juntos, tan solo dilo de forma directa. Di algo como “A veces siento que no confían en mí. He crecido mucho en los últimos años y siento que aún me consideran un niño pequeño”.
    • Pregunta qué puedes hacer para ganar su confianza. Ellos podrían tener pautas específicas que debes seguir para que puedan confiar en ti.
  3. 3
    Sigue las reglas. Si te comportas como un niño pequeño, ellos te tratarán como a uno. Los niños quebrantan las reglas. Los adultos son lo suficientemente maduros como para respetar los deseos y las reglas de sus padres o tutores cuando viven en su casa.[7]
    • Si tienes una hora límite para llegar a casa, asegúrate de llegar a tiempo.
    • Debes hacer las labores que te hayan asignado y tu tarea. Si quieres que te traten como alguien mayor, debes tener en cuenta que esto conlleva responsabilidades.
  4. 4
    Demuestra que eres responsable. Otra manera de demostrarles a los adultos en tu familia que eres maduro es mostrarles lo responsable que eres. Ser responsable significa hacer lo que has dicho que vas a hacer y en el momento que has señalado. Esto significa que los adultos en tu familia podrán depender de ti para que seas tan bueno como lo has prometido.[8]
    • Debes cumplir tu palabra cuando digas que vas a hacer algo.
    • También puede ser de utilidad que asumas responsabilidades sin que te lo pidan. Lava los platos sin que tu madre te lo pida. Poda el césped antes de que tu padre tenga la oportunidad de hacerlo.
    • Encárgate de las cosas que debas hacer. Por ejemplo, haz tu tarea, cepíllate los dientes y dúchate sin que te lo pidan, y toma todo medicamento o vitamina a tiempo.
  5. 5
    Elige buenos amigos. El motivo de este paso podría no parecerte muy evidente. Tus amigos son tus amigos, ¿no es así? Bueno, esto no siempre es así. Al elegir amigos que son una mala influencia (como aquellos a los que no les gusta la escuela, consumen drogas o están enojados con el mundo), tus padres y familiares lo notarán. Tus amigos tienen una gran influencia en ti; por ello, si eliges amigos que no son muy maduros, esto puede perjudicarte. Tu familia lo sabe y podría tratarte como a un niño si exhibes este comportamiento.[9]
  6. 6
    No seas demasiado dramático. Si lloras y gritas, esto les indicará a tus familiares y tutores que no estás listo para que te traten como a un adulto joven. Un adulto puede sentarse y tener una conversación razonable. Evidentemente, todos nos enfurecemos de vez en cuando. Sin embargo, cuando te enfureces, tienes que aprender a calmarte y tener una conversación equitativa con la persona con la que estés furioso.[10]
    • En ocasiones, el simple hecho de tomarte un descanso puede ser de utilidad para calmarte. Si sientes que te estás enfureciendo, pregúntale a la persona con la que estés hablando si puedes tomarte unos minutos para calmarte antes de proseguir con la conversación.
    • También puedes canalizar tus sentimientos. Plasma esos sentimientos en tu arte o escritura, en lugar de gritarles a otras personas.
  7. 7
    Pide disculpas cuando te equivoques. Pedir disculpas es difícil para todos. A nadie le gusta admitir que se ha equivocado. Sin embargo, si has perdido la confianza de alguien (como tus padres), es importante que les pidas disculpas por tu propia voluntad. Disculparse es de mucha utilidad para reestablecer la confianza y demostrar que has madurado.[11]
    • Empieza reconociendo lo que has hecho mal. Di “Sé que salir la noche anterior sin su permiso fue un error. Sé que tan solo se preocupan por mí y quieren que esté a salvo”.
    • Pide disculpas sin tratar de justificar tus acciones. Por ejemplo, di “Lamento haberlo hecho”, en lugar de “Lamento haberlo hecho, pero estaba tan molesto porque no me dieron permiso para ir a la fiesta”.
    • Sé sincero. Las personas se dan cuenta cuando no eres sincero. Debes ser sincero cuando ofrezcas una disculpa.

Parte 3
Parte 3 de 4:
Lidiar con tus compañeros de trabajo y conocidos

  1. 1
    Escucha lo que la persona diga. Algunas personas simplemente son condescendientes. Ellas no necesariamente querrán hacerlo, pero podría parecerte que te están tratando como a un niño o un novato en el campo. Una manera de combatir a este tipo de personas es escuchar lo que dicen, así como lo que expresan entre sus palabras.[12]
    • Escuchar lo que la otra persona trata de expresar y luego ayudarla a notar que la has escuchado de verdad puede conducir a conversaciones más productivas.
    • Una manera en la que puedes demostrar que estás escuchando es hacer preguntas esclarecedoras que sean relevantes para lo que esté diciendo.
    • También puedes asentir con la cabeza y usar tu lenguaje corporal para demostrar que estás escuchando lo que la otra persona dice.
  2. 2
    Recuerda que por lo general no se trata de ti. En muchos casos, todo consejo que te dé o la manera en la que te trate podría deberse a ella. Dicho de otro modo, las cosas que te diga en un tono condescendiente en realidad están dirigidas a ella.[13]
    • Si notas que te está tratando como a un niño, trata de dar un paso atrás. Respira profundo y pregúntate si lo que te está diciendo tiene algo de mérito o si tiene que ver más con sus fortalezas y debilidades.
  3. 3
    Dales el beneficio de la duda. En ocasiones, el tono es difícil de expresar, sobre todo en un correo electrónico o un mensaje de texto. Si sientes que alguien es condescendiente, considera si se podría interpretar de otra manera. Si es así, podrías dejarlo pasar esta vez.[14]
    • Trata de impulsar la comunicación en persona. De este modo, será menos probable que malinterpretes el tono de la persona.[15]
  4. 4
    Señala el comportamiento de la persona. En el trabajo, este paso puede ser complicado, pero puedes tratar de hacerlo si la persona con la que te vas a comunicar suele ser receptiva. Quizás ni siquiera se percate de lo que hace, por lo que si se lo señalas, esto le dará la oportunidad de enmendar sus acciones.[16]
    • Sé amable y no te dejes llevar por las emociones. Aborda lo que consideres como el problema sin tratar de echarle la culpa a la otra persona.
    • Por ejemplo, podrías decir “Valoro que me lo expliques, pero sé cómo hacerlo”.
    • Otra manera en la que podrías confrontar el problema es decir “No me gusta perder el tiempo y, dado que ya sé cómo hacerlo, ¿podemos proseguir?” o “Gracias por el correo electrónico. Ya me lo has explicado antes, así que lo entiendo a la perfección”.
  5. 5
    Demuestra que eres capaz. Otra manera de confrontar a las personas que te tratan como a un niño es demostrar tu madurez. En un trabajo, esto implica demostrar que eres totalmente capaz de hacerlo bien y a tiempo. En otras situaciones, quizás solo tengas que ignorar a la persona que te trate mal y lidiar con la tarea en cuestión.[17]
    • Esto significa aprender las habilidades que necesitas, incluso si tienes que dedicar horas adicionales.
    • Esto también implica llegar a tiempo al trabajo y presentar tu trabajo de manera oportuna.
    • En otros casos, como el voluntariado o las reuniones en la escuela para tu hijo, quizás solo tengas que ignorar a la persona y hacer lo que debas hacer.

Parte 4
Parte 4 de 4:
Lidiar con desconocidos

  1. 1
    Sé amable. En ocasiones, cuando estás en un lugar público, alguien podría emplear un tono condescendiente o decir “Qué lástima” al final de una oración cuando te habla. Si te topas con ello en público, empieza siendo amable. Dicho de otro modo, no muerdas el anzuelo. Tan solo sigue tus propias reglas de amabilidad y prosigue con la conversación.[18]
    • La mayor parte del tiempo, es probable que la persona ni siquiera se dé cuenta de que es condescendiente o te trata como a un niño. Gritarle no hará que la situación mejore.
  2. 2
    Reorienta la conversación hacia ti. En ocasiones, podrías experimentar una situación en la que debes ser quien conversa con el “experto”, pero en lugar de ello, él la tiene con otra persona delante de ti. Un buen ejemplo de esta situación es cuando un mecánico conversa con el esposo sobre el auto de su esposa cuando ella está parada allí y debe ser quien participe en la conversación.[19]
    • La manera más eficaz de lidiar con este tipo de situación es hacer una pregunta que la persona tenga que abordar directamente, lo que significa que tendrá que hablarte.
    • Por ejemplo, podrías preguntar “Entiendo lo que dice sobre la correa de distribución, ¿pero no le parece que mis bujías también necesitan un cambio? Las cambiaron por última vez a los 32 000 km (o 20 000 millas)”.
  3. 3
    Emplea el humor. Si alguien es condescendiente, quizás solo haya adoptado la rutina de explicar las cosas a todo aquel con el que se tope, sobre todo en los trabajos o campos técnicos. Una manera de cambiar la conversación es emplear un poco de humor para desviar a la persona de su explicación estándar.[20]
    • Por ejemplo, cuando alguien dice “Asegúrate de cambiar tu aceite cada 5000 km (o 3000 millas)”, podrías decir “Tal como ir a una revisión con el doctor, ¿no es así?”.
  4. 4
    Olvídalo. En ocasiones, si es un desconocido quien te trata como a un niño, tan solo olvídalo y sigue adelante. Es probable que nunca vuelvas a ver a esta persona, y conservar dicha furia no te ayudará en lo absoluto.[21]

Consejos

  • Actúa con seguridad. Es más difícil ser condescendiente con alguien que actúa con seguridad y se defiende.

Acerca de este wikiHow

Peggy Rios, PhD
Coescrito por:
Psicóloga consejera (Florida)
Este artículo fue coescrito por Peggy Rios, PhD. La Dra. Peggy Rios es psicóloga de consejería que reside en Florida. Con más de 24 años de experiencia, la Dra. Rios trabaja con personas que tienen problemas con síntomas psicológicos como ansiedad y depresión. Se especializa en psicología médica, elaborando programas de salud conductual informados por la teoría del empoderamiento y el tratamiento de traumas. Asimismo, utiliza modelos basados en evidencias para proporcionar apoyo y terapia para personas con afecciones médicas que alteran la vida. Tiene una maestría y un doctorado en psicología de consejería de la Universidad de Maryland. Además, es psicóloga con licencia en el estado de Florida. Este artículo ha sido visto 5963 veces.
Categorías: Relaciones personales