La muerte, las adicciones, los problemas económicos, las enfermedades mentales, la separación, el divorcio y los cambios provisionales pueden afectar a los miembros de una familia. Durante sucesos estresantes o cuando los recursos de la familia han sido diezmados seriamente, los problemas no se resolverán de manera sencilla. Esto puede conducir a desacuerdos hostiles, a tensión y a resentimiento. El conflicto en la familia puede afectar el desenvolvimiento de todos. Maneja los problemas familiares aprendiendo habilidades efectivas para resolver problemas.

Parte 1
Parte 1 de 2:
Desarrollar métodos saludables para resolver problemas

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    Programa una hora para hablar como grupo. Encarar y superar los problemas familiares puede parecer imposible. Sin embargo, si se trabaja en conjunto, resolver las diferencias familiares puede ser más factible. El paso inicial para la resolución es ponerse de acuerdo en que hay un problema en primer lugar. Luego, cuando los ánimos estén más calmados, todos deben juntarse y elaborar una estrategia para resolver el problema.
    • Programa una reunión a la hora que sea más conveniente para todos. Informa a todos cuál es el propósito de la reunión y pídeles que vengan con sugerencias y soluciones que puedan usar.
    • Sé consciente de que los niños pequeños pueden ser un obstáculo para las reuniones familiares. Agrúpalos en una habitación aparte si prevés que los ánimos puedan caldearse o que se hablará de información sensible.
    • Los psicoterapeutas suelen sugerir hacer reuniones familiares regulares.[1] Esta estrategia permite que los miembros de la familia mencionen problemas abiertamente antes de desarrollar resentimientos. Hablar con tu familia con frecuencia puede mejorar la comunicación y el vínculo que comparten.
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    Enfócate en el problema en cuestión. Cuando se presentan los desacuerdos, las personas tienden a mencionar todos los problemas no resueltos que han tenido con las otras partes. Esto impide la resolución del conflicto y distorsiona el sentido de la conversación.[2]
    • Trata de desentrañar qué es lo verdaderamente importante del problema en cuestión. Defender una opinión o mencionar viejas fechorías no te ayudará a resolver este problema.
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    Haz que todos digan lo que realmente quieren decir. La comunicación directa es esencial para una resolución efectiva del conflicto. Cada parte debe usar declaraciones en “primera persona” para expresar claramente sus necesidades, sus deseos y sus preocupaciones.[3]
    • Recuerda: tratas de reducir el conflicto y de buscar una solución. Usar declaraciones en “primera persona” permite que todos se expresen y, al mismo tiempo, que muestren respeto por las personas que escuchan. Hacer estas declaraciones permite que cada persona asuma lo que siente y que sugiera una solución para el problema a la vez.
    • Los siguientes son ejemplos de declaraciones en primera persona: “Estoy preocupado porque nuestra familia se está desmoronando. Me gustaría que resolvamos los problemas” o “Me da miedo cuando papá toma mucho porque empieza a gritar. Me gustaría que deje de hacerlo”.[4]
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    Escucha sin interrumpir. Para llegar a un acuerdo durante un conflicto familiar, escuchar es necesario. Solo escuchando activamente a cada parte puedes entender qué es lo que trata de comunicar. Escuchar activamente implica interpretar el tono y el lenguaje corporal de la otra persona, permitiéndole hablar sin interrupciones u observaciones, y parafrasear lo que dijo posteriormente para asegurarte de haber entendido de manera correcta.
    • Escuchar efectivamente permite a la otra persona sentirse escuchada, motiva a las otras partes a querer escucharte, disipa las discusiones y las emociones intensas, y reconstruye la relación durante el conflicto.[5]
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    Acepta y muestra respeto por el punto de vista de cada persona. Aceptación quiere decir demostrarle a la otra persona que reconoces, que valoras y que aceptas sus pensamientos, sus opiniones o sus creencias.[6] Por supuesto, tus propias opiniones pueden diferir mucho, pero por medio de la aceptación demuestras a la otra persona que la ves como un ser humano digno de integridad y de respeto.[7]
    • Acepta a los miembros de tu familia diciendo algo como “Estoy muy contento de que te sientas lo suficientemente cómodo para compartir esto conmigo” o “Te agradezco tu disposición para buscar una solución”.
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    Encuentren una solución juntos. Una vez que todos hayan compartido sus necesidades, sus deseos y sus preocupaciones, traten de hacer un compromiso. Toma en cuenta todas las sugerencias que cada parte ha provisto y busca un punto medio. Todas las personas que están presentes deben sentirse conformes con la solución propuesta. Si es necesario, desarrolla un contrato o un acuerdo escrito describiendo cómo se manejará el problema.[8]
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    Busca consejo profesional. Si no puedes resolver el problema por tu cuenta, consulta con un psicoterapeuta familiar que pueda ofrecerte un consejo práctico sobre cómo manejar el problema familiar.[9]

Parte 2
Parte 2 de 2:
Reconocer los obstáculos de comunicación

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    Toma en cuenta la forma en que puedan reaccionar los distintos miembros de la familia a los problemas. Una posible obstrucción a la resolución de conflictos en las familias son las diferencias en la manera en que cada miembro responde al estrés o a la tensión. Estas diferencias se deben tomar en cuenta y todos tienen que decidir conscientemente enfrentar el problema para encontrar realmente una solución.[10]
    • En el caso de algunas personas, el conflicto hace que se vuelvan hostiles y defensivas. Este es el elemento “lucha” de la respuesta psicológica de “lucha o huida”. Estas personas pueden discutir interminablemente para quitar cualquier responsabilidad de ellas mismas o rehusarse a escuchar el punto de vista de los demás.
    • Otros recurren al elemento “huida”. Estas personas pueden huir del conflicto a toda costa. Pueden negar que haya un problema o creer que no hay nada que puedan hacer para resolverlo de cualquier modo. Los miembros de la familia pueden fingir que no notan ninguna tensión en la casa o minimizar su efecto sobre ellos.
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    Reconoce las emociones, pero manéjalas. La consciencia emocional es importante para reconocer tu experiencia peculiar y la de los demás. Si tienes problemas para identificar cómo te sientes, tendrás problemas para controlar tus emociones o expresar tus necesidades durante el conflicto.[11] [12]
    • Primero esfuérzate en trata de identificar tus emociones.[13] Toma en cuenta los pensamientos que tienes, qué es lo que sientes en tu cuerpo y qué acciones deseas tomar. Por ejemplo, quizás pienses algo como “Odio a esta familia”. Tus puños están cerrados y deseas golpear algo. Esta emoción fuerte se puede etiquetar como ira o rebeldía.
    • Luego, trata de controlar y de calmar estas emociones fuertes para que puedas resolver el problema efectivamente. Dependiendo de cómo te sientas, participa en una actividad complementaria para calmar tu incomodidad. Por ejemplo, si estás triste, es probable que desees ver una película graciosa. Si estás molesto, puede ser beneficioso que te desahogues con un amigo o que participes en una actividad física intensa.
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    Resiste la necesidad de señalar con el dedo. Acusar a alguien de ser la causa del problema solo hará que la persona se ponga a la defensiva y, de otra manera, obstaculice un intercambio productivo. Siempre trata de atacar al problema, no a la persona. Puedes amar, honrar y respetar a alguien sin necesidad de que te guste cada cosa que haga. Sin embargo, si haces que tu ser querido sea el culpable del problema, es difícil progresar más allá de ese punto.[14] [15]
    • Usar declaraciones en primera persona es una de las mejores estrategias para minimizar la culpa y la actitud defensiva subsiguiente. Di algo como “Temo que tu adicción haga que alguien salga lastimado” en vez de “Estar cerca de adictos es peligroso”.

Consejos

  • Tu familia está compuesta de algunas de las relaciones más importantes de tu vida. Tener conflictos continuos en esta área puede afectar drásticamente tu satisfacción con la vida. Si no puedes resolver los problemas familiares, busca ayuda profesional.

Acerca de este wikiHow

Tasha Rube, LMSW
Coescrito por:
Máster en Trabajo Social con licencia
Este artículo fue coescrito por Tasha Rube, LMSW. Tasha Rube es una trabajadora social con licencia con sede en Kansas City, Kansas. Tasha está afiliada al Centro Médico VA Dwight D. Eisenhower en Leavenworth, Kansas. Recibió su maestría en Trabajo Social en la Universidad de Missouri en 2014. Este artículo ha sido visto 11 301 veces.