¿Tus ruidosos compañeros de la universidad no te dejan dormir por la noche? ¿Te molestan cuando estudias? ¿Sus conversaciones telefónicas tienen un volumen alto y ocupan todo el espacio disponible? Aunque quizás te parezca difícil pedirle a tu compañero de cuarto que baje la voz, deberás confrontarlo para recuperar la paz y la salud mental en la convivencia.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Expresar tus necesidades

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    Pídeselo directamente. Cuando haya demasiado ruido en la habitación, pide lo que necesites con exactitud. Asume que tu compañero no tiene ni la menor idea de que te está provocando molestia. Dile: “Oye, estoy leyendo; ¿podrías ponerte los auriculares?” o “Me voy a dormir; ¿podrías atender la llamada afuera?”.[1]
    • Si tu compañero pone los ojos en blanco o dice algo sarcástico, pero accede a la petición, no le prestes atención.
    • Si no accede, puedes explicarle qué es lo que te molesta y por qué razón es importante. Sin embargo, debes darle primero la oportunidad de demostrar que comprende.
    • Pídeselo directamente en lugar de dejarle una nota o lanzarle indirectas. El año que pasarán juntos será más fácil si ambos tienen la libertad de hablar sobre sus diferencias.
    • No les cuentes primero a los demás lo molesto que estás, ya que los rumores vuelan en una residencia de estudiantes. A menos que las cosas se empeoren muchísimo, mantén esto entre tu compañero y tú.
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    Explícale lo que te molesta y lo que necesitas. Es probable que tu compañero no sepa que es ruidoso. Por lo general, la gente ruidosa no sabe que lo es. Explícale lo que te causa molestia y lo que necesitas que haga. Usa oraciones en “primera persona”. En lugar de acusarlo por ser ruidoso, dile de qué forma te afecta.
    • “Tengo dificultades para conciliar el sueño cuando temo que me despertarán. En verdad necesito saber que verificarás si estoy dormido antes de entrar con un grupo de amigos”.
    • Si tu compañero se sorprende de que tus necesidades sean tan distintas, simplemente encoje los hombros y dile: “¡Así soy!”.
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    Mantente tranquilo. Tu meta es expresar tus necesidades sin que esto se convierta en una pelea. Prepárate para mantenerte tranquilo si tu compañero no tiene una buena reacción. Dile lo que necesitas sin subir la voz ni insultarlo. Si empiezas a enojarte o a ponerte a la defensiva, respira profundamente.
    • Si tu compañero se resiste, te ignora o te dice alguna grosería, haz una pausa antes de contestarle. Piensa en lo que quieras decir.
    • Explícale que tu necesidad no cambiará y que ambos deben llegar a algún acuerdo.
    • Concéntrate en la situación general de resolver el problema. Si insistes en los detalles o en hacer comentarios sarcásticos, la convivencia podría llegar a ser hostil.
    • Aunque tu compañero se muestre incómodo al principio, sabes que no puede culparte por defenderte. Si te dejas pisotear, no te respetará.
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    Sigue recordándoselo. Después de pedirle silencio, asume que cometerá algún error de vez en cuando, así que recuérdaselo con calma. Si trata de cooperar pero sigue haciendo ruido, agradécele y explícale que aún puedes escucharlo. Dile: “Oye, te agradezco muchísimo que te hayas puesto los auriculares. Sé que te gusta escuchar música con un volumen alto y que lo haces por mí. Sin embargo, aún puedo escucharla a través de tus auriculares. ¿Podrías bajar el volumen?”.
    • Si en verdad no parece comprender, habla con él y explícaselo con más seriedad. Explícale que no puedes vivir con él, aprobar las clases y tener un buen estado mental si siempre hay demasiado ruido en la habitación.
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    Habla con el asistente de la residencia. Si tu compañero se rehúsa a respetar tus necesidades, pide ayuda externa. Dile a tu compañero que en verdad quieres llegar a un arreglo con él y que ignorar el problema no es la solución. Espera un día o dos para que acceda a hablar contigo. Luego, pídele al asistente de la residencia que actúe como mediador en una conversación.[2]
    • El asistente hablará con ambos y les ayudará a establecer un horario para hacer ruido.
    • Además, le explicará a tu compañero que este tipo de arreglo es normal y está previsto.
    • Si tu compañero hace tanto ruido que todos en la residencia pueden escucharlo, pídeles a algunos vecinos de las habitaciones contiguas que también se quejen con el asistente. ¡No lo hagas si aún mantienes una comunicación amigable con tu compañero!
    • Si el asistente no te ayuda, habla con alguien que tenga un puesto más alto en la Oficina de la Vida en la Residencia.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Establecer normas

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    Acuerda algunas normas internas. Lo antes posible en el año, establece “normas internas” con tu compañero de cuarto. Estas normas deben determinar en qué momento se puede hacer ruido, en qué momento no y en qué consiste el ruido. Para empezar, pueden hablar sobre las prioridades que ambos tienen: ¿Qué es lo más importante que quieren lograr este año? ¿Qué es lo que más desean de un dormitorio?[3]
    • Con base en esto, podrán encontrar la forma de proteger lo más importante para cada uno. Si sus prioridades son contradictorias, deberán llegar a un acuerdo.
    • Por ejemplo, si para tu compañero es muy importante tener una habitación social donde la gente pueda llegar a pasar el tiempo, pero para ti es importante poder estudiar en la habitación, pueden elegir los días de la semana o las horas del día en que cada uno podrá tener el control de la habitación.
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    Establece un protocolo de comunicación. Es posible que tu compañero esté de acuerdo en ajustar el sonido siempre y cuando se lo pidas con amabilidad. Pregúntale de qué forma le gustaría que le recordaras cuando el sonido te moleste. De igual forma, es posible que estés de acuerdo con ciertas actividades ruidosas siempre y cuando te lo pregunten. Acuerda qué actividades deben hacerse con el permiso de todos en la habitación.
    • Por ejemplo, suele ser una norma pedir permiso antes de invitar a un grupo a la habitación.[4]
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    Programa tu horario de estudios. ¿La prioridad en la habitación es estudiar? Si lo es para ambos, entonces debe haber silencio siempre que alguien quiera estudiar. Si lo es para uno pero no para el otro, deben establecer cuáles serán las horas de silencio: las horas del día que son más adecuadas para estudiar y las horas en que el ruido puede tolerarse.
    • Si alguno necesita estudiar muchas más horas, tiende a pasar las noches en vela o tiene una rutina de estudio difícil de contener, deberá buscar lugares alternativos.
    • En los campus, hay muchos lugares para estudiar. Acuerda que para estudiar a ciertas horas, deberán hacerlo en la biblioteca o en otra área de estudio.
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    Dale prioridad al sueño. Dormir es siempre una prioridad, así que debe quedar prohibido interrumpir el sueño del otro. Esto significa que no deben hacerse ruidos innecesarios sino hasta que la persona se haya despertado. Si los horarios para dormir de ambos son muy distintos, deberás acostumbrarte al ruido que tu compañero haga mientras se viste, prepara sus libros, etc.
    • Compra una lámpara de escritorio para que no tengan que encenderse las luces principales de la habitación cuando una persona esté despierta por la noche.
    • Si alguno necesita escuchar ruido para dormir, acuerden que esa persona deberá usar auriculares.
    • Si tu compañero ronca, sugiérele que use un protector bucal o que trate de dormir de lado.
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    Acuerda ser breve con las llamadas o atenderlas afuera. Debe establecerse una forma de monitorear las llamadas telefónicas. Pueden acordar que si una llamada es corta, puede atenderse en la habitación. También podrían definir las horas en que pueden tenerse sesiones por Skype o por teléfono. Otra opción es que la persona que quiera hablar debe comprometerse a preguntarle al compañero con amabilidad si está bien que atienda la llamada.
    • Si tu compañero tiene un familiar cercano o un ser querido que vive lejos, quizás quiera hacer llamadas telefónicas frecuentes en privado.
    • Para llegar a un acuerdo, pídele que establezca un horario para que sepas en qué momento dejarlo solo en la habitación.
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    Negocia con respecto a la música. ¿Tu compañero escucha la música a todo volumen? Es razonable pedirle que esto suceda únicamente por las noches entre semana o cuando no estés en la habitación. ¿A ambos les gusta escuchar música con un volumen alto, pero sus gustos no concuerdan? En este caso, pueden turnarse para elegir la lista de reproducción. ¿Necesitas apagar música mientras estudias? Tu compañero debe comprometerse a invertir en unos auriculares.
    • Ambos podrían acordar en que el otro puede reproducir música siempre y cuando pida permiso.
    • Si tu compañero es músico, deben establecer un horario para que pueda practicar. Recuérdale que puede tocar en otros lugares.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Bloquear el sonido o salirte

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    Bloquea el ruido. Compra unos tapones para los oídos o unos auriculares con cancelación de ruido. Los tapones no son muy atractivos, pero te ayudarán a estudiar. Ten en cuenta que puede ser peligroso usarlos de noche porque será difícil que te despiertes. Los auriculares con cancelación de ruido no bloquean muy bien los ruidos irregulares, como las voces, pero sí pueden bloquear los zumbidos. Si tu compañero reproduce música con zumbido, tiene un equipo ruidoso o juega videojuegos con sonidos repetitivos de fondo, quizás sea útil ponerte unos auriculares.[5]
    • Unos buenos auriculares con cancelación de ruido serán costosos y los modelos más económicos no suelen funcionar. Si no tienes dinero para pagarlos, omítelos.
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    Busca otros lugares de trabajo. Quizás no te parezca justo salirte de la habitación cuando tu compañero haga algo que te moleste, pero si de esta forma puedes estar en el lugar silencioso que necesitas para estudiar, vale la pena el esfuerzo. Crea un plan para saber rápidamente a dónde puedes ir la próxima vez que tu compañero haga ruido.
    • Puedes estudiar en la biblioteca o en el laboratorio de computación.
    • Visita a un amigo en su habitación o el centro de estudiantes si solo necesitas escapar.
    • Comprueba si hay una cafetería local donde no haya mucho ruido para ir a estudiar de vez en cuando.
    • Acostúmbrate a trabajar fuera de la habitación para no tener que preocuparte por el ruido cuando empieces a estudiar.
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    Solicita un cambio de habitación. Si el problema con el ruido no se detiene, solicita un cambio o “intercambia” de habitación con otra persona. Será mejor que cambies de habitación y no que permanezcas despierto todas las noches del semestre, ya que esto afectará muchísimo tus calificaciones.[6]
    • Pídele un intercambio a alguien de la residencia. Si encuentras a otro par de compañeros en el que uno sea ruidoso y el otro silencioso, quizás estén encantados de intercambiar contigo.
    • Otra opción es pedirle al compañero transgresor que se vaya. Lee las normas de la residencia para saber qué puedes hacer.
    • Quizá sea difícil intercambiar a mitad del semestre, pero si la situación es muy grave, podrían acomodarte en otra habitación. Habla con alguien de la Vida en la Residencia y explícale que el ambiente en tu habitación es hostil. Te ofreciste a conversar y a llegar a un acuerdo, pero tu compañero se negó.
    • Habla con el asistente de la residencia y visita el sitio web de la Vida en la Residencia para conocer tus opciones.
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    Si no puedes cambiarte de habitación, pregúntale a un amigo si puedes quedarte con él. Podría ser un acuerdo temporal solo para ayudarte a pasar los exámenes o para recuperar un poco el sueño perdido. También podría darte el espacio que necesitas hasta encontrar otro lugar para alojarte de forma permanente.
    • Pregúntale a alguno de tus amigos si tiene una cama adicional o un compañero que nunca esté allí. Si un amigo pasa mucho tiempo con su pareja, pregúntale si puedes usar su habitación cuando esté vacía.

Consejos

  • Si hay algún desacuerdo cuando se establezcan las normas básicas, debe dársele prioridad a la persona cuyo enfoque sean los estudios.
  • A algunas personas les resultan útiles los sonidos que cubren el ruido. Reproduce música repetitiva del género New Age (Nueva Era), música relajante o música clásica en un dispositivo MP3, tableta o computadora para “ahogar” el ruido.
  • Comprueba si el ruido provoca molestia en las habitaciones vecinas. De ser así, puedes pedirles a otros que también soliciten que el ruido se reduzca un poco.
  • No te enfades con la persona ruidosa, ya que su personalidad podría ser así. Si te enfadas, harás que la persona también se enfade y surgirá una pelea.
  • Procura desarrollar cierta tolerancia al ruido de los demás. Compartirás la habitación con otras personas durante varios años y luego, es probable que pasarás en un cubículo o en espacios abiertos durante muchos años más. Acostumbrarte al ruido es una habilidad muy útil para la vida.

Advertencias

  • Si respondes con enojo, es posible que la otra persona se ponga a la defensiva. Recuerda que quizás ni siquiera comprenda que su ruido te causa molestia y, si lo sabe, podría pensar que eres estoico porque no te has quejado. Explícaselo con tranquilidad ante todo.
  • Cuando intentes pedirle a la persona que haga silencio, no provoques una pelea, sino trata el asunto con normalidad.
  • Tu salud auditiva podría verse afectada por el uso de auriculares para cubrir el ruido, así que no los uses con un volumen muy alto durante períodos largos.[7]

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Categorías: Relaciones sociales