Uno no puede elegir la familia que tiene, pero es posible que quieras hacerlo si te agobia tener una madre terrible. Por suerte, a diferencia de cuando eras niño, puedes hacerte escuchar en su relación ahora que eres adulto. Empieza por establecer límites apropiados con ella. Luego, trabaja para curarte de cualquier problema no resuelto que el tener una mamá difícil haya causado. Por último, asegúrate de apoyarte en otras personas en tu vida para recibir la ayuda y empatía que necesitas mucho.

Método 1
Método 1 de 3:
Establecer límites en la relación

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    Reconoce y evita los factores desencadenantes. Es posible que los años que pasaste conviviendo con una madre terrible ya te hayan enseñado lo que debes y no debes hacer para lidiar con ella. No obstante, identificar y aprender los pasos secundarios que debes tomar tras los desencadenantes de tu mamá pueden ayudar a mejorar cómo interactúas con ella.
    • Por ejemplo, si tu mamá te regaña constantemente sobre la carrera que elegiste, evita el tema cada vez que esté cerca.
    • Omitir partes de tu vida de una conversación no se siente bien y es ciertamente injusto. Sin embargo, es posible que sea la única forma de sobrellevar el hecho de interactuar con tu mamá.[1]
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    Establece un nivel y método de contacto tolerable. Para mantener una relación con tu mamá quizás sea necesario que la afrontes de forma inteligente. Piensa en la frecuencia y de qué maneras puedes soportar lidiar con ella, y cambia la forma en que se relacionan de acuerdo a ello.
    • Por ejemplo, puedes hablar con ella en ciertos días (como los fines de semana) cuando no estés estresado por otros aspectos de tu vida. Asimismo, puedes limitar las visitas en personas, y mantenerte en contacto por medio del teléfono o Skype.
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    Menciona cómo te afectan sus acciones. Algunas veces, los padres no saben cómo sus acciones hacen sentir a sus hijos. Explícale a tu mamá exactamente qué cosa hace que te molesta o te fustra.[2]
    • Puedes decirle “Mamá, me duele que critiques a mi cónyuge. Parece que te esfuerzas en buscar qué malas cualidades tiene”.
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    Expresa tus límites. Para este momento, seguro has aislado qué acciones suyas te afectan. Si es así, es tiempo de establecer algunos límites claros para disminuirlas. Cuando lo hagas, incluye lo que hace y lo que empezarás a hacer si su comportamiento continúa.
    • Por ejemplo, puedes decirle “Debes dejar de criticar demasiado a Miguel. Si no lo haces, dejaré de contarte cualquier cosa sobre mi vida personal”.
    • Tómate un tiempo para escribir tus límites y las posibles consecuencias antes de compartirlas con tu mamá.[3]
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    Cumple con las consecuencias. Lo complicado de establecer límites es que solo son efectivos si cumples con las consecuencias. Si es necesario, debes cumplir con lo que sea que le hayas dicho a tu mamá que harías.
    • En otras palabras, si le dijiste que dejarías de permitirle ver a tus hijos o dejarías de visitarla tan seguido, tendrás que hacerlo realmente.
    • No negocies con tu madre o le permitas hacerte sentir culpable para cambiar tus límites. Mantente firme. Si actúa con enojo, no le respondas.[4]
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Método 2
Método 2 de 3:
Curar heridas emocionales

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    Ve a un terapeuta. Si necesitas apoyo emocional o requieres ayuda para aprender cómo establecer límites saludable, un terapeuta puede ayudarte. Él puede ayudarte a trabajar en tus sentimientos, y a desarrollar formas saludables de relacionarte con tu mamá y otras personas.[5]
    • Por ejemplo, es posible que tu terapeuta trabaje contigo para desarrollar habilidades para solucionar un conflicto y para que aprendas cómo pedirles con confianza ayuda a otras personas en tu vida.
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    Practica el autocuidado con regularidad. Lidiar con una mamá tóxica puede ser desafiante. Es posible que su personalidad y comportamiento hayan hecho que sientas que no te ama o no te entiende. Cuida tu salud emocional al practicar el autocuidado con actividades que realices solo para ti.
    • Por ejemplo, puedes empezar a caminar todas las mañanas por una senda de ambiente natural que esté cerca solo para aclarar tu mente. También puedes tomar un baño lujoso con aceites o velas aromáticas, o acurrucarte cerca de la chimenea con una taza de té y un buen libro.
    • Puedes practicar el autocuidado con cualquier actividad que te permita nutrirte.[6]
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    Decide si es más saludable romper los lazos que tienes con ella. Si bien puede ser difícil considerarlo, tómate un tiempo para reflexionar en si lo mejor es mantener una relación con tu mamá. Un padre tóxico puede tener un gran efecto en tu salud mental y bienestar. Si su comportamiento no mejora y no respeta tus límites, es posible que tengas que tomar la difícil decisión de distanciarte un poco.[7]
    • No tomes esta decisión a la ligera. Tómate un tiempo para reflexionar en cómo sería no tener una relación con tu mamá. Escribe tus pensamientos en un diario. Busca la ayuda de tu terapeuta o de tus amigos más cercanos.
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    Ten en cuenta las lecciones que has aprendido. Es probable que parezca imposible que algo bueno surja de una mala relación con tu mamá. No obstante, puedes aprender a usar estas experiencias a tu favor.[8]
    • Por ejemplo, tal vez su deseo de controlar tu vida causó que lucharas por lo que verdaderamente querías. Como resultado, es menos probable que permitas que tu pareja o algún amigo controle también tu vida. Ahora estás dispuesto a defender aquello en lo que crees.
    • Piensa en todas las cualidades y hábitos que has desarrollado por haber aprendido a lidiar con tu mamá. Luego, úsalos para escribir una historia más positiva sobre tu vida.
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    Cambia tu diálogo interno. Si te has vuelto un adulto con una madre terrible, es posible que hayas creado una historia negativa sobre tu vida y tus habilidades. Decir algo como “No merezco ser feliz” o “Nadie me amará nunca” puede sentirse cierto. Sin embargo, estos enunciados negativos no te harán sentir mejor. Cambia este diálogo interno por enunciados más positivos.[9]
    • Por ejemplo, puedes transformar un “No merezco ser feliz” por un “Todos los seres humanos merecen ser felices, incluyéndome”. Asimismo, puedes cambiar un “Nadie me amará nunca” por un “Merezco tener una relación saludable y afectuosa”.
    • Cambia lo que dices comúnmente por enunciados positivos. Luego, repítelos a diario hasta que empieces a creer en ellos.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Adam Dorsay, PsyD

    Adam Dorsay, PsyD

    Psicólogo licenciado y conferencista en TEDx
    El Dr. Adam Dorsay es un psicólogo con licencia en práctica privada en San José, California, y cocreador del Proyecto Reciprocity, un programa internacional en la sede de Facebook, y consultor del equipo de seguridad de Digital Ocean. Se especializa en ayudar a adultos de alto rendimiento con problemas de relaciones, reducción de estrés, ansiedad y lograr más felicidad en sus vidas. En 2016, dio una charla de TEDx sobre hombres y emociones. El Dr. Dorsay tiene una maestría en asesoría de la Universidad de Santa Clara y recibió su doctorado en psicología clínica en 2008.
    Adam Dorsay, PsyD
    Adam Dorsay, PsyD
    Psicólogo licenciado y conferencista en TEDx

    Busca y expresa tu voz, lo cual te dará el poder en todas tus relaciones. Adam Dorsay, psicólogo licenciado, señala: "Una de las cosas que las personas tóxicas pueden hacer es hacerte sentir incapaz. Lo importante es restaurar tu voz y el poder legítimo en la relación. Tu meta es definir la relación en tus propios términos y no aceptar simplemente lo que percibes que es su definición de relación".

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    Modifica tu comportamiento como padre. Es posible que tener una madre difícil te haya hecho sentir ineficiente como padre. Trabajar con un terapeuta familiar puede ayudarte a superar cualquier patrón negativo en tus relaciones que hayas adquirido de tu mamá y a tener una relación saludable con tus propios hijos.[10]
    • Asimismo, es posible que quieras hablar con tus hijos, y con tu pareja o ex, para asegurarte de no haber tenido estos hábitos con ellos.
    • Desarrolla una relación abierta y honesta con tus hijos, y anímalos a que se acerquen a ti si necesitan conversar sobre tu comportamiento como padre. Además, anímalos a relacionarse con tu madre, pero establece expectativas realistas para que no se desilusionen cuando ella no las cumpla.
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Método 3
Método 3 de 3:
Encontrar otras fuentes de apoyo

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    Refuerza la relación que tienes con tu padre y hermanos (si los tienes). Puedes contrarrestar los negativos efectos secundarios de tener una mamá tóxica con tener otras relaciones positivas. Empieza con tu familia directa. Si tienes hermanos o un padre, intenta fortalecer tus lazos con ellos.[11]
    • Habla con ellos sobre lo que ocurre con tu madre. Pregúntales si sienten lo mismo y cómo lidian con ese trato.
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    Ten amistades que sean de apoyo. Tener un grupo positivo de apoyo es esencial si no tienes el apoyo adecuado por parte de tu madre. Es posible que estés tentado a aislarte y a alejar a los demás, pero no lo hagas. Apóyate en tus amigos más cercanos, y habla con ellos sobre lo que sientes o pídeles que te ayuden a distraerte.
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    Encuentra un modelo a seguir. Otra forma de contrarrestar un poco el estrés de tener una mamá terrible es buscar los consejos de otro adulto. Piensa en personas en tu comunidad que muestren algunos rasgos que tu mamá no tenga. Forma una relación casual con ellas o pregúntales si están dispuestas a aconsejarte.[13]
    • Estos modelos a seguir pueden ser los profesores, entrenadores, líderes de la comunidad, jefes o parientes mayores.
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Categorías: Vida familiar
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