El lijado al agua es una técnica que se utiliza para darle un acabado fino y uniforme a la madera. Es importante primero barnizarla y lijarla en seco con cuidado. También tendrás que escoger un papel de lija al agua y remojarlo un poco antes de usarlo. Siempre consérvalo húmedo y lija haciendo círculos suaves. Normalmente se lija la madera de dos a tres veces, incrementando cada vez el grano del papel de lija.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Darle un acabado y lijar la madera en seco

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    Aplica varias capas de barniz o laca sobre la madera. Lijar significa quitarle una capa delgada de acabado o de madera para uniformizarla. Antes de lijar en seco o al agua, aplícale laca o barniz, dependiendo de tus preferencias. Usa una brocha o un trapo para aplicar el acabado. Asegúrate de echarlo en cantidades suficientes o lo traspasarás al momento de lijar.[1]
    • El acabado que escojas depende mayormente de tus preferencias personales. Algunos de los que se usan con frecuencia son el barniz a base de aceite, el poliuretano a base de aceite o de agua.
    • Para el acabado, la mayor parte del tiempo las maderas blandas requieren tres capas y las duras, entre dos y tres.
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    Deja que el barniz o la laca se fije de un día para otro. Sigue las instrucciones específicas del acabado que escogiste, pero normalmente tendrá que secarse más o menos una hora entre una capa y otra. Después, deja que se asiente de un día para otro antes de empezar a lijar.
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    Lija la madera en seco. Usa una lijadora eléctrica o agarra el papel de lija con las manos. De cualquier forma, comienza con una lija de grano 80 y ve aumentando a 100 y luego 120. Si la madera se siente bastante uniforme al frotarla, estarás listo para empezar a lijar al agua. De lo contrario, continúa lijando en seco con un grano 150 y 180.
    • El lijado en seco elimina la aspereza hasta cierto punto en el que lijar al agua es más efectivo. Esto último no tiene sentido si no se lija primero en seco.
    • Si usas una lijadora eléctrica, lee el manual de instrucciones con cuidado y úsala con precaución. Si lijas a mano, haz movimientos suaves de adelante hacia atrás por toda la pieza.
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    Limpia el polvo de la madera. La forma más efectiva de quitarlo es soplándolo con una lata de aire comprimido o un compresor de aire motorizado. En un apuro, aspira el polvo o adhiere la manguera al soplador de la aspiradora y sóplalo.[2]
    • Si no tienes otras opciones, consigue un trapo limpio y humedécelo con agua. Frota la madera delicadamente para quitarle el polvo. Cerciórate de que se seque antes de continuar.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Escoger el papel de lija

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    Escoge papel de lija en seco o al agua. El lijado al agua no se hace con el mismo tipo de papel de lija que el lijado tradicional en seco. El papel de lija al agua está diseñado para resistir cuando se humedece, mientras que el otro no. Además, viene en granos mucho más finos (es decir, de mayor numeración), lo que produce un acabado más uniforme.[3]
    • Las esponjas lijadoras se usan comúnmente porque se amoldan mejor a las superficies que el papel de lija. No hay ningún problema con usarlas, pero ten en mente que quizás no tengan el grano que necesites.
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    Elige un papel de lija al agua de grano alto. Además de utilizar una lija de este tipo, debes cerciorarte de que el grano sea alto para garantizar que el acabado uniforme sea fino. El grano más bajo que debes usar es 200, pero encontrarás hasta de 2000. La elección dependerá del tiempo que tengas disponible y de tus preferencias.[4]
    • Por ejemplo, compra papel de lija al agua de grano 250, 500, 750 y 1000. Comienza con el de menor grano y vea aumentándolo conforme vayas avanzando si quieres que la madera quede más lisa.
    • Quizás te des cuenta de que la segunda ronda del lijado al agua no alisa más la madera. En ese caso, detente después de usar el papel de lija de grano 500.
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    Remoja el papel de lija en agua de un día para otro. Sin importar lo que hagas, la lija se irá secando conforme la vayas usando. Para que se mantenga húmeda por más tiempo, remójala de un día para otro de modo que absorba la mayor cantidad de agua posible. Si estás apurado, remójala al menos por 15 minutos mientras preparas todo.[5]
    • Este paso no es obligatorio, porque de todas maneras sumergirás el papel de lija en el lubricante al momento de empezar, pero lo mejor es remojarlo si tienes tiempo.

Parte 3
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Lijar la madera al agua

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    Sumerge el papel de lija en un lubricante antes de lijar. Aunque remojarlo es útil para prepararlo, de todas maneras, tendrás que sumergirlo en el lubricante cada cierto tiempo cuando estés lijando. Mezcla una solución de agua y detergente lavavajillas para tener un lubricante efectivo. Los alcoholes minerales también servirán para este propósito.[6]
    • No es necesario que dejes el papel de lija chorreando, pero asegúrate de que no se seque mientras trabajas. La regla general es mojarlo nuevamente cada cierta cantidad de minutos.
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    Envuelve un bloque de madera o una esponja con el papel de lija. Para asegurarte de que unos 20 cm cuadrados (unas cuantas pulgadas cuadradas) estén en contacto con la madera todo el tiempo, usa un bloque o una esponja. Si sostienes un pedazo de papel de lija en la mano solamente, no cubrirás tanto espacio.[7]
    • Nuevamente, este paso no es absolutamente necesario, pero es la manera más eficiente de lijar madera.
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    Lija la superficie con movimientos circulares. Sostén el papel de lija sobre la madera, con poca fuerza y mueve la mano de manera circular. No es necesario seguir la veta de la madera cuando estés lijando. Asegúrate de que tu mano se mantenga en movimiento a lo largo de la madera y que no se quede en un solo lugar.
    • Cada área solo necesita una a dos pasadas circulares.
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    Trabaja en patrones de modo que lijes la madera de manera pareja. Comienza en una esquina del pedazo de madera y avanza a lo largo de uno de los bordes hasta el otro extremo. Después muévete un poco hacia abajo y regresa lijando hasta la esquina en la que comenzaste. Repite este patrón, lijando de un lado a otro, hasta que hayas cubierto toda la superficie.
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    Aumenta el grano del papel de lija conforme vayas avanzando. Después de lijar de forma pareja toda la superficie con el primer grano, pásale la mano. Si se siente lo suficientemente uniforme, déjalo ahí. Si lo quieres más liso, toma un grano mayor y repite el proceso.
    • Debes remojar cada pedazo de papel de lija y mantenerlo húmedo con alcohol mineral o una mezcla de agua y lavavajillas.
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    Limpia la madera cuando hayas terminado de lijar. Incluso el lijado al agua dejará un poco de polvo en la superficie de la madera. Usa el aire comprimido o la aspiradora que utilizaste anteriormente para quitar todo el polvo de la madera. En un apuro, usa un paño un poco húmedo para limpiarla.
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    Aplica un sellador si así lo quieres. La madera quedará uniforme después de que la lijes al agua, pero tal vez quieras agregarle una capa más de brillo o de impermeable. Usa un sellador para madera de tu elección. Asegúrate de que quede sobre el acabado que ya utilizaste. Aplícalo con un trapo o papel toalla de modo que no dejes marcas de brocha.

Cosas que necesitarás

  • madera
  • un acabado (barniz o laca)
  • una brocha o un trapo
  • papel de lija en seco (grano 80 a 180)
  • una lijadora eléctrica (opcional)
  • aire comprimido o una aspiradora
  • papel de lija al agua o una esponja lijadora (grano 250 a 1000)
  • agua y detergente lavavajillas o alcohol mineral
  • un bloque de madera o una esponja
  • un sellador (opcional)

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Categorías: Manualidades