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Jugar con una plastilina Play-Doh es una actividad divertida y sencilla que entretiene a niños de todas las edades. Además, se puede realizar de forma individual o con otras personas. Pero la limpieza posterior al tiempo de juego no siempre se da cuando debería, por lo que la plastilina que se queda fuera de su contenedor se seca, endurece y agrieta rápidamente. Esto la deja inutilizable para moldear y jugar. Afortunadamente, existen algunas técnicas que puedes emplear para restaurar la plastilina seca y hacer que vuelva a estar humectada, suave y pastosa, de modo que esté lista para la siguiente vez que los niños quieran jugar con ella.
Pasos
Método 1
Método 1 de 4:Amasar la plastilina con agua
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1Reúne toda la plastilina seca y colócala en un tazón. Mantén los mismos colores juntos para evitar que los tintes de la plastilina se mezclen y creen un color amarronado. La plastilina está hecha, en gran parte, de harina, agua y sal, por lo que, para restaurar la masa endurecida, puedes simplemente añadirle el agua que se ha evaporado.
- Si la plastilina ha estado fuera de su contenedor por un largo tiempo (más de unos cuantos meses) y se ha endurecido por completo, es posible que ya no pueda restaurarse.
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2Rocía un poco de agua sobre la plastilina. Amasa la bola de plastilina húmeda con tus manos de modo que el agua se vaya incorporando a la masa. Continúa rociando agua sobre la bola de plastilina y amasándola.
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3Amasa la bola de plastilina. Una vez que la masa haya absorbido suficiente agua y nuevamente esté humectada y maleable, amásala sobre un mostrador por unos minutos hasta que haya vuelto a su forma original. De ser necesario, rocíala con un poco más de agua conforme vas amasando.
- Incorpora media cucharadita de glicerina a la plastilina mientras la amasas para humectarla incluso más.[1]
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4Utiliza la plastilina inmediatamente o guárdala de manera apropiada. La plastilina se seca cuando está expuesta al aire, de modo que debes guardarla en un contenedor hermético. Considera la posibilidad de envolverla en una bolsa plástica con cierre hermético primero.[2]Anuncio
Método 2
Método 2 de 4:Darle un baño de vapor a la plastilina
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1Aplana la plastilina. Aplana la bola de masa en tus manos o sobre un mostrador para aumentar el área de absorción. Recuerda que vas a colocarla en una olla de vapor, así que asegúrate de que no quede muy grande.
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2Prepara la hornilla o la olla de vapor independiente. Coloca la plastilina aplanada en la olla y dale un baño de vapor por cinco a diez minutos.[3]
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3Retira la masa de la olla. Amásala por cinco a diez minutos sobre un mostrador. Si la plastilina no ha recuperado su consistencia original, vuelve a darle el baño de vapor y a amasarla.Anuncio
Método 3
Método 3 de 4:Rehidratar la plastilina durante la noche
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1Separa la plastilina en pedazos del tamaño de alverjas. Mientras más pequeños sean los pedazos, más fácil será rehidratarlos. Coloca los pedazos en un colador y ponlos bajo un chorro de agua, asegurándote de que todos queden mojados. Déjalos reposar por un minuto para que se escurra el exceso de agua.
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2Coloca los pedazos en una bolsa plástica con cierre hermético. Asegúrate de que todos los pedazos de plastilina estén húmedos (pero no empapados) y guárdalos en la bolsa. Deja que los pedazos de masa reposen por aproximadamente una hora.
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3Retira los pedazos de la bolsa. Luego de un tiempo, cuando la masa haya reposado y absorbido el agua, coloca los pedazos en un tazón y únelos para que formen una sola bola de masa. Envuelve la bola con un trapo o papel absorbente húmedo y vuelve a colocarla dentro de la bolsa. Ciérrala y déjala reposar toda la noche.
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4Amasa la masa. Por la mañana, retira la plastilina rehidratada de la bolsa y amásala por unos minutos hasta que vuelva a ser una bola suave y pastosa.[4]Anuncio
Método 4
Método 4 de 4:Hacer una plastilina de repuesto
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1Reúne los ingredientes. A veces, la plastilina está demasiado seca como para rehidratarla. Sin embargo, hacer tu propia plastilina es una forma divertida y económica de reemplazarla. Además, es tan fácil que hasta los niños pueden ayudar. Para hacer tu propia plastilina, necesitarás los siguientes materiales:
- 2 ½ tazas de agua
- 1 ¼ tazas de sal
- 1 ½ cucharadas de cremor tártaro
- 5 cucharadas de aceite vegetal
- 2 ½ tazas de harina
- colorante alimentario
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2Mezcla los ingredientes en una cacerola. Cocínalos a fuego lento y revuélvelos frecuentemente. Continúa revolviendo y cocinando hasta que los ingredientes se mezclen y formen una bola de masa en el centro de la olla. Notarás que ya está lista una vez que tenga la misma consistencia que una plastilina normal.[5]
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3Retira la cacerola del fuego. Si la masa está demasiado caliente como para manipularla, déjala a un lado para que se enfríe. Mientras tanto, decide cómo quieres dividir la masa y qué colores vas a utilizar.
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4Divide la masa para ponerle color. Forma tantas bolas más pequeñas como necesites, dependiendo de la cantidad de plastilina de diferentes colores quieras tener.
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5Amasa cada masa por separado para incorporar el color. Amasa cada bola de masa en una tabla de picar o un mostrador que no sea poroso y utiliza un color a la vez. Añade el colorante para alimentos hasta conseguir la intensidad de color deseada. Repite el proceso para cada color de plastilina que quieras crear.
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6Guárdala como si fuera plastilina normal. Mantén la plastilina en un contenedor hermético y no la dejes fuera si no la vas a usar. De lo contrario, se endurecerá y no podrás utilizarla.Anuncio
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