Un aspecto fundamental para mantener a tu perro seguro y saludable es limpiarle la suciedad de los ojos. Antes de comenzar a eliminar la secreción ocular de tu mascota, debes asegurarte de determinar su causa. La suciedad en los ojos puede indicar una enfermedad grave y requerir un tratamiento veterinario. Una vez que descubras lo que ocasiona la secreción, puedes limpiarle los ojos a tu perro utilizando un paño húmedo o un colirio formulado especialmente para perros.

Método 1
Método 1 de 3:
Determinar la causa de la secreción ocular

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    Llévalo al veterinario. Si tu perro presenta secreción en los ojos, primero debes asegurarte de que no sea indicio de un problema de salud más grave. Programa una cita con el veterinario para determinar la causa de la secreción antes de abordar el problema por tu cuenta. Si bien debes evaluar a tu mascota para detectar los síntomas, nunca debes confiar en tu propia evaluación del problema.
    • Anota los síntomas que presenta tu perro para que se los describas al veterinario.
    • Si te parece que algo se encuentra alojado en los ojos de tu perro, debes acudir de inmediato al veterinario de emergencia.
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    Ten en cuenta la raza de tu mascota. Las razas braquiocefálicas (entre los que se encuentran el carlino, el bulldog, el bóxer y el pequinés) son más propensas a presentar secreción ocular debido a sus rostros planos, ojos salientes y cavidades orbitarias poco profundas, por lo que pueden sufrir problemas de secreción lagrimal o párpados que no funcionan correctamente. El san bernardo, el terrier, el beagle, el cocker spaniel y los sabuesos tienen la piel flácida en el rostro y, como resultado, presentan párpados que tienen más probabilidades de enrollarse hacia afuera. Además, estas razas son más susceptibles de contraer prolapso de la glándula del tercer parpado, una enfermedad en la que la glándula del párpado de tu perro se desplaza fuera de su posición original.[1]
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    Averigua si tu perro tiene epífora. El lagrimeo excesivo (o epífora) puede ocasionar manchas malolientes o infectadas en la piel. Si los ojos de tu perro se encuentran llorosos, es probable que presente esta afección. Existen muchas condiciones que causan esta enfermedad (por ejemplo, las alergias, las úlceras en la córnea, inflamación, pestañas anormales, tumores, glaucoma y drenaje ocular deficiente por los conductos lagrimales).[2]
    • Si crees que tu perro sufre de esta enfermedad, debes llevarlo al veterinario lo antes posible.
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    Determina si tu perro tiene conjuntivitis. Si tu perro presenta pus amarillo o verde, mucosidad y secreción en los ojos, podrían ser indicios de que sufre de conjuntivitis. Esta enfermedad se origina cuando el revestimiento de los ojos se inflama. Puede ser causada por una serie de factores que incluyen alergias, moquillo, tumores, lesiones, defectos de nacimiento, sequedad ocular, problemas en los conductos lagrimales o impurezas.[3]
    • Si tu perro presenta síntomas de conjuntivitis, debes llevarlo al veterinario de inmediato.
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    Protege a tu perro contra la sequedad ocular. Si la secreción de tu perro luce pegajosa y es persistente, la sequedad ocular podría ser la causa. La mucosidad y la inflamación son características de la sequedad ocular en los perros. Esta enfermedad puede ser causada por una lesión en la glándula productora de lágrimas, una respuesta autoinmune o el moquillo. Si tu perro presenta sequedad ocular, corre un grave riesgo de contraer una infección o úlceras en la córnea. Si parece que tu perro sufre de esta enfermedad, debes programar una cita con el veterinario para llegar a la raíz del problema y evitar complicaciones futuras, como una infección.[4]

Método 2
Método 2 de 3:
Limpiarle los ojos a tu perro utilizando un paño húmedo

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    Mantén calmado a tu perro. Si bien la mayoría de los perros se mantienen tranquilos durante la limpieza de sus ojos, existen algunos que no. Si tu perro es especialmente sensible, trata de limpiarle los ojos con la ayuda de otra persona. Debes buscar a una persona, con la que tu perro esté familiarizado, para que lo sujete mientras le limpias los ojos.
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    Humedece un paño o una esponja limpia. Si la secreción ocular de tu perro no es causada por una enfermedad médica grave (como la epífora o la conjuntivitis), puedes limpiar la suciedad utilizando un paño suave y húmedo o una esponja. Utiliza agua a temperatura ambiente para remojar el paño y escúrrelo de manera que permanezca húmedo, pero no demasiado empapado.[5]
    • Debes evitar el uso de agua extremadamente caliente o fría, ya que esto puede causar una mayor irritación en los ojos de tu mascota.
    • No utilices servilletas ni papel absorbente, ya que ambos elementos se pueden desintegrar cuando se humedecen, y dejar restos de papel puede resultar perjudicial para los ojos de tu perro.
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    Elimina la suciedad de los ojos realizando toques suaves. Utiliza la toalla o la esponja húmeda para limpiar suavemente la secreción ocular de tu perro realizando movimientos suaves. Si es necesario, puedes enjuagar y escurrir el paño entre cada toque.
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    No utilices jabón ni champú. En la mayoría de los casos, no debes utilizar ningún tipo de detergente, jabón o champú para limpiar la suciedad de los ojos de tu perro, ya que estos productos pueden causarle irritación. En su lugar, solo debes utilizar agua y evitar por completo los desinfectantes.[6]
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    Límpiale los ojos a tu perro utilizando una solución estéril para mascotas. Si tu perro sufre de una enfermedad crónica o grave que hace que produzca secreción ocular excesiva, el veterinario puede recomendar el uso de un colirio estéril para limpiarle los ojos. Humedece ligeramente una mota o una almohadilla de algodón con la solución. Debes tener cuidado de no remojarla en exceso. Comienza por la esquina interna del ojo y limpia hacia afuera.[7]
    • Utiliza una mota o almohadilla de algodón nueva para cada ojo, ya que si utilizas la misma para ambos ojos puedes propagar bacterias, virus e infecciones.

Método 3
Método 3 de 3:
Prevenir los problemas oculares

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    No dejes que tu perro saque la cabeza por la ventana del automóvil. Si bien esto puede parecer muy divertido, dejar que tu perro viaje sacando la cabeza por la ventana puede constituir una fórmula para el desastre. El viento puede hacer que algún escombro ingrese en los ojos del animal, lo que a su vez puede causarle irritación o incluso una infección.[8]
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    Mantén los ojos y el rostro de tu mascota limpios. El pelaje que rodea sus ojos puede resultar un semillero de bacterias y virus, que pueden volverse rápidamente una infección. Asegúrate de bañar a tu perro con regularidad y limpiarle los ojos utilizando un paño húmedo o un colirio estéril para mascotas.
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    Recorta el pelaje alrededor de sus ojos. Debes mantener recortado el pelaje alrededor de los ojos de tu perro para ayudar a prevenir la irritación y la proliferación de bacterias y virus que causan enfermedades. Haz que una persona, con la que el perro esté familiarizado, lo sostenga mientras utilizas unas tijeras de punta roma para recortar su pelaje. Si tu perro no se siente cómodo con este procedimiento, no debes intentarlo en casa. En su lugar, debes llevarlo al veterinario para que le asee los ojos.[9]

Acerca de este wikiHow

Beverly Ulbrich
Coescrito por:
Conductista y adiestradora de perros
Este artículo fue coescrito por Beverly Ulbrich. Beverly Ulbrich es una educadora y conductista de perros, además de la fundadora de The Pooch Coach, una empresa privada de adiestramiento canino con sede en el Área de la Bahía de San Francisco. Es una evaluadora con certificación CGC (Canine Good Citizen) otorgada por el American Kennel Club y ha sido miembro de la Junta Directiva de la American Humane Association y Rocket Dog Rescue. Recibió el galardón como la mejor adiestradora de perros privada en el Área de la Bahía de San Francisco cuatro veces por SF Chronicle y por Bay Woof, y ha ganado 4 premios “Top Dog Blog”. También ha aparecido en televisión como experta en conducta canina. Beverly tiene más de 18 años de experiencia en adiestramiento y comportamiento canino, y se especializa en entrenamiento de agresión y ansiedad en perros. Tiene una maestría en administración de empresas de la Universidad de Santa Clara y una licenciatura de la Universidad de Rutgers. Este artículo ha sido visto 2234 veces.