Limpiar las brochas de pintura apropiadamente después de usarlas mantendrá las cerdas en buen estado para tu siguiente proyecto. Existen muchas formas de hacerlo, aunque algunos tipos de pintura requerirán métodos diferentes a otros. Limpia las brochas minuciosamente después de cada sesión de pintura para mantenerlas utilizables durante mucho tiempo.

Método 1
Método 1 de 4:
Utilizar disolvente

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    Limpia la brocha con un trapo o una toalla de papel. Procura quitar tanta pintura como sea posible. ¡Eliminar el exceso de pintura facilita mucho más el trabajo de limpieza de la brocha! Para hacerlo pasa la brocha sobre el borde de la lata de pintura cuando hayas terminado y luego límpiala en un trapo o una toalla de papel para quitar más pintura.
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    Enjuaga la brocha en el disolvente adecuado. No hay problema en usar el disolvente sucio de tu sesión de pintura. Viértelo en un tazón o un balde y mueve la brocha suavemente de un lado a otro por el recipiente. Pásala en los laterales y en el fondo también. Estas son alternativas de disolventes:
    • Usa aguarrás para la mayoría de las pinturas a base de aceite.
    • Usa agua para las pinturas a base de agua como la pintura acrílica, la acuarela, el látex y también para la mayoría de los pegamentos blancos y pegamentos para madera.
    • Usa alcohol desnaturalizado para la laca.
    • Revisa la etiqueta del producto si tienes dudas sobre el tipo de pintura que tienes. Esta incluirá instrucciones sobre qué disolvente usar.
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    Lava las cerdas de la brocha con lavavajillas y agua para sacar el disolvente. Después de que hayas terminado de limpiar la brocha en el disolvente, retírala y enjuágala debajo de agua corriente y luego añade un poco de lavavajillas a las cerdas. Permite que este hago su trabajo y luego enjuaga la brocha hasta que hayas quitado todo el producto. Cuando hayas terminado, límpiala con una toalla de papel o un trapo limpio de nuevo.
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    Enjuaga la brocha debajo de agua corriente. Enjuaga las cerdas una vez más. Es aconsejable que frotes las cerdas de la brocha entre tus dedos mientras la enjuagas, pero sé muy cuidadoso con las brochas de marta cibelina. Puedes usar un peine para pintura para hacerlo.
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    Sacude o elimina el agua el exceso de agua. Cuando la brocha esté limpia, elimina el exceso de agua. Regresa las cerdas a la forma correcta y luego guarda la brocha en forma vertical en un recipiente para que las cerdas no queden deformadas cuando sequen.
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    Deja que las cerdas se sequen al aire por completo. Una vez que las cerdas estén secas, puedes guardar las brochas. Asegúrate de que las cerdas estén secas primero; si guardas una brocha húmeda, puede desarrollar hongos o moho.

Método 2
Método 2 de 4:
Utilizar suavizante

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    Limpia el exceso de pintura de la brocha. Pasa la brocha por encima de una toalla de papel o un paño para quitar tanta pintura como sea posible.
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    Mezcla 4 litros (un galón) de agua con 1/2 taza (120 ml) de suavizante. Usa agua tibia (pero no caliente). Esta solución ayudará a aflojar la pintura de la brocha y hará que salga de inmediato.[1]
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    Pasa la brocha por la solución. Muévela por todas partes durante varios segundos hasta que veas que la pintura sale. Sacude durante unos segundos más.
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    Sacude el exceso de la solución de suavizante. Exprime el exceso de agua de las cerdas con una toalla de papel o un trapo. También puedes mover la brocha de un lado para otro en tus manos o darle golpecitos contra tu zapato.
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    Vuelve a darle forma a las cerdas y pon en vertical la brocha para que se seque. Deja que las cerdas sequen por completo antes de guardar la brocha.

Método 3
Método 3 de 4:
Utilizar vinagre (para brochas que se endurecieron con la pintura)

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    Remoja la brocha en vinagre blanco durante una hora. Después de una hora, revisa si puedes doblar las cerdas de nuevo. Si no puedes, introdúcela de nuevo y remójala durante otra hora.
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    Coloca la brocha dentro de una olla vieja y cúbrela con vinagre. Si aún hay pintura endurecida en las cerdas después de dos horas de remojo, procura llevar a ebullición. Es aconsejable que el vinagre cubra por completo las cerdas de la brocha.
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    Pon a hervir el vinagre en la cocina. Deja que hierva a fuego lento durante unos minutos con la brocha dentro.[2]
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    Retira la brocha y deja que enfríe. Estará muy caliente al tacto al principio, así que ten cuidado. Es aconsejable que uses unas agarraderas o unas pinzas para retirarla.
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    Peina las cerdas de la brocha. Puedes usar tu dedo o un peine viejo. Colócalo en la base de las cerdas y pásalo para quitar la pintura suelta. Hazlo hasta que todas las gotitas de pintura se hayan aflojado.
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    Enjuaga la brocha. Cuando la pintura esté floja, enjuaga la brocha en agua corriente para limpiarla por completo.
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    Repite si es necesario. Tal vez necesites realizar otra sesión de hervido con vinagre y peinar de nuevo la brocha para que recupere su forma.
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    Deja que la brocha se seque al aire. Colócala en posición vertical en un frasco y vuelve a darle forma a las cerdas. Luego de que esté completamente seca, guárdala.

Método 4
Método 4 de 4:
Utilizar lavavajillas líquido (para las pinturas a base de aceite)

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    Exprime tanta pintura como puedas de la brocha. Hazlo en una toalla de papel o un trapo.
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    Exprime lavavajillas líquido en la palma de tu mano. Una cantidad pequeña de lavavajillas servirá. Abre el grifo y espera que el agua salga caliente.
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    Pasa la brocha por tu palma con un movimiento circular. Mientras el agua sale caliente, pasa la brocha por el lavavajillas en la palma de tu mano. Enjuaga y repite hasta que el lavavajillas ya no muestre señales de pintura. Esto requerirá tres intentos al menos.
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    Vuelve a darle forma a la brocha. Déjala que seque completamente antes de usarla de nuevo con pintura al óleo. Colócala hacia abajo para que no quede agua atrapada en la cabeza de la brocha, lo cual puede causar que las cerdas se aflojen o que el mango se tuerza y se rompa.
    • Esto es opcional, pero también puedes limpiar con aguarrás cada cierto tiempo para conseguir una limpieza más profunda.

Vídeo
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Consejos

  • No dejes una brocha sobre sus cerdas o reposando en agua. En su lugar, envuelve una toalla de papel alrededor de las cerdas, dobla el extremo debajo y ponla horizontal para que se seque.
  • Cuando las cerdas estén secas, coloca la brocha de nuevo en su estuche original (si aún lo tienes) o envuelve una bandita elástica alrededor de las cerdas. Esto ayuda a darle forma a las cerdas y facilita mucho más el manejo de la brocha en el siguiente trabajo.
  • Si usas pintura acrílica, puedes utilizar acetona o alcohol desnaturalizado para guardar una brocha reseca. Simplemente remójala entre uno y dos minutos en acetona y luego lávala con lavavajillas. Repite hasta que las cerdas estén suaves y limpias. Usa unas pinzas para retirar a un lado los pelos ensortijados.
  • Si pintas con óleos de artistas todos los días, tal vez te parezca que la limpieza diaria ocupa demasiado tiempo. Procura envolver tus brochas en una envoltura de plástico o guárdalas en una bolsa plástica hermética. Dejarlas en disolvente continuamente acortará su vida útil.

Advertencias

  • No olvides lavarte las manos después de limpiar las brochas.
  • Por más que uses aguarrás para las técnicas de pintura al óleo, también debes utilizarlo para el disolvente. Es mucho menos tóxico.

Cosas que necesitarás

  • brocha usada
  • disolvente para pintura usada
  • lavavajillas
  • agua
  • trapos y toallas de papel

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Resumen del artículoX

Para limpiar una brocha que ya está seca, remoja las cerdas en vinagre blanco durante 1 hora. Si aún queda pintura en la brocha después de una hora, colócala en una olla llena de vinagre blanco y ponla a hervir. Después de unos minutos, apaga el fuego, saca la brocha y quita con los dedos los resto de pintura que hayan quedado. Para limpiar una brocha con pintura al óleo, limpia la mayor cantidad de pintura posible con papel de cocina. Luego, frota las cerdas con jabón líquido lavavajillas hasta que se haya eliminado toda la pintura. Si quieres más información, por ejemplo, de cómo usar un disolvente químico o suavizante de telas para las brochas, ¡sigue leyendo el artículo!