Cuando compras un nuevo par de lentes de sol, están muy limpios y la visión es muy clara. Sin embargo, tarde o temprano se ensuciarán o se mancharán. ¡Es casi imposible evitar dejarles las huellas de los dedos y otras marcas! A continuación, aprenderás a limpiar los lentes para regresarlos a su estado original.

Método 1
Método 1 de 3:
Usar una solución para limpiar los lentes y un paño de microfibra

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    Observa cuán sucios están los lentes. También revisa si debes limpiar otras piezas de los lentes. Las piezas que debes tener en cuenta son las de la nariz y las de las orejas. Estas entran en contacto con el cabello y los aceites naturales de la piel, que pueden acumularse rápidamente y pueden ensuciarse más rápido. Si necesitan una limpieza rápida, límpialas con un paño de microfibra.[1]
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    Usa un paño limpio de microfibra. ¡No limpies los lentes con un paño sucio porque será contraproducente! Un paño limpio no solo impide transferir la suciedad y otros residuos, sino también reduce en gran medida los riesgos de rasguñar los lentes al limpiarlos con una solución específica.[2]
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    Rocía ambos lados de cada lente con el limpiador de lentes. Es mejor usar un aerosol que se haya incluido con los lentes cuando los compraste. Los aerosoles que son específicos para tus lentes de sol protegerán los recubrimientos adicionales que tienen los lentes. Trata de rociarlo desde una distancia que cubra de manera uniforme los lentes, para que cuando los limpies, no quede ninguna acumulación de la solución ni forme manchas.
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    Sostén cada lente con un paño de microfibra (hecho específicamente para los lentes). Presiónalos suavemente. Límpialos con un movimiento circular hacia adelante y hacia atrás para reducir las líneas y las manchas.[3]

Método 2
Método 2 de 3:
Lavar los lentes con agua y jabón

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    Pasa los lentes bajo el agua tibia. Asegúrate de que el agua esté a una temperatura lo suficientemente tibia al tacto. Si pasas los lentes bajo el agua demasiado caliente, se pueden dañar los recubrimientos que puedan tener los lentes.
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    Coloca una gotita de jabón para lavar los platos en cada lado de los lentes. Frota suavemente el jabón con un movimiento circular con el dedo índice y el pulgar. Frota el jabón para que cubra cada lente de manera uniforme.
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    Enjuaga los lentes de nuevo para quitarles el jabón. Simplemente deja que el agua corra y elimine el jabón; no lo frotes con los dedos. Al hacerlo, quedarán manchas en los lentes.
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    Sostén los lentes hacia arriba. Mira una fuente de luz (preferiblemente natural) a través de los lentes y revisa si ha quedado algún residuo potencial del jabón o de la suciedad que querías limpiar originalmente. No debes ver nada más que las gotas de agua en los lentes.[4]
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    Deja que los lentes se sequen al aire o sacude ligeramente el agua. Evita secar el agua con toallas de papel o paños de cocina. Elige un paño limpio de microfibra. Si usas toallas de papel, no frotes los lentes. En lugar de eso, seca con toquecitos ligeros las gotas restantes del agua, permitiendo que el papel las absorba. Hazlo para evitar las marcas de agua.[5]
    • Si no tienes un paño de microfibra, usa un paño de algodón limpio. Es muy importante que la alternativa al paño de microfibra sea un paño limpio de algodón. ¡Cualquier otro material podría rayar gravemente los lentes! [6]
    • Cualquier paño tratado con un suavizante de telas no es una buena alternativa, porque suele dejar manchas.

Método 3
Método 3 de 3:
Hacer tu propia solución para limpiar los lentes

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    Mezcla un poco de alcohol y agua. Usar alcohol isopropílico es una forma segura de limpiar los lentes sin quitarles los recubrimientos, como el antireflejante.[7] [8]
    • Agrega tres partes de alcohol por cada parte de agua y mézclalos juntos.
    • Haz la cantidad que quieras y guarda la solución en una botella pequeña con atomizador para usarla en el futuro.
    • Rocía y limpia los lentes con un paño limpio de algodón con un movimiento circular.
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    Agrégale una o dos gotas de jabón para lavar los platos a cualquier mezcla, para que los lentes queden más claros cuando estén limpios. Esto funciona igual que si limpiaras los lentes con agua del grifo y jabón para lavar los platos. Agrégale un poco de jabón a una botella ya preparada de alcohol diluido para lograr esa claridad al finalizar.[9]
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    Usa la solución en otras partes de los lentes. Debido a que los limpiadores de lentes ya hechos son específicos para los lentes, el beneficio de una solución de alcohol diluido es que se puede aplicar con seguridad en las demás piezas, como las de las orejas y de la nariz. Limpia todo el marco para que vuelva a su estado limpio original.
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    Evita agregar otros productos de limpieza para el hogar, como los limpiadores de ventanas. Estos productos químicos son demasiado abrasivos para los lentes, con lo que corres el riesgo de dañar los lentes y tener que hacerles reparaciones costosas (es decir, sustituciones de recubrimiento). Aunque puedan parecer útiles, no los agregues a ninguna solución de limpieza que pienses hacer.[10]

Consejos

  • Si tienes unos lentes costosos, es posible que quieras revisar la información que se incluye con ellos. Puede indicarte que uses algo específico.
  • Nunca limpies los lentes en seco. Al limpiar la suciedad de esta manera, pueden quedar rasguños.
  • Coloca siempre los lentes en un estuche sólido de protección con los lentes hacia arriba.
  • No dejes los lentes en un automóvil caliente.
  • No uses saliva para limpiar los lentes. Puede parecer útil, pero la saliva puede contener aceites que pueden empeorar el problema.
  • Nunca los limpies con la camisa.

Advertencias

  • No exhales en los lentes ni uses luego la camisa para limpiarlos, ya que esto puede rasguñar los lentes.
  • Nunca uses amoniaco, cloro, vinagre ni limpiador de ventanas, ya que estos productos arruinan los recubrimientos de los lentes graduados y sin graduación.
  • No uses la saliva porque puede dañar los lentes.[11]

Acerca de este wikiHow

Shaune Wallace, OD
Coescrito por:
Doctor en Optometría, facultad de Optometría del Sur de California
Este artículo fue coescrito por Shaune Wallace, OD. El Dr. Wallace es un optometrista en Nevada con más de 14 años de experiencia en optometría. Recibió su doctorado en optometría en el Colegio de Optometría del Sur de California en 2006 y es miembro de la Asociación Estadounidense de Optometría. Este artículo ha sido visto 33 043 veces.
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