Un edredón debe ser lavado una vez al año, o con más regularidad si está sucio. Debes hacerlo con agua fría, ya sea a mano o en la lavadora. Coloca el edredón en la secadora usando una configuración suave, o sécalo al aire libre, o al interior usando un ventilador. Ventila el edredón con regularidad. Pasa la aspiradora por encima y trata las manchas según sea necesario. Si se trata de un edredón delicado, opta por un rodillo quita pelusas en lugar de una aspiradora.

Método 1
Método 1 de 3:
Lavar un edredón

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    Inspecciona el edredón. Busca una etiqueta con las instrucciones de lavado y secado. Si existe, sigue las instrucciones indicadas. Verifica si el edredón tiene adornos, apliques de tela y costuras o encajes sueltos. Fíjate si hay colores que estén muy saturados o que contrasten, o si ha sido teñido a mano o con la técnica batik.
    • No debes colocar edredones con adornos en la lavadora. Debes reparar las costuras sueltas antes de lavar el edredón.
    • Los edredones con colores vivos pueden desteñirse. Pon a prueba la tela con un paño de algodón blanco sumergido en agua caliente. Frota la zona más saturada y verifica si se desprende algún color. Si es así, coloca en la lavadora un producto que absorba el color.
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    Selecciona un detergente adecuado. Escoge un detergente líquido que no tenga color ni perfume, sin suavizantes, blanqueadores ni decolorantes.[1] Si lo deseas, puedes comprar un jabón de lavar especial para edredones. Como alternativa, puedes usar champú para bebés en lugar de detergente.[2]
    • Por ejemplo, el jabón de Castilla es seguro de usar en edredones.
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    Usa agua fría y programa un ciclo corto y suave. Como alternativa, si el edredón es delicado o no es de algodón, puedes lavarlo a mano en una bañera grande. Deja que el detergente se disuelva por completo. Luego, revuelve el edredón con suavidad dentro del agua.
    • Nunca uses agua caliente para lavar un edredón hecho a mano. No uses los ciclos normales de lavado y centrifugado de la lavadora.[3]
    • Si el edredón está amarillento o tiene un olor similar al humo, primero remójalo en agua fría durante la noche.
    • Puedes lavar el edredón en agua fría por una segunda vez, sin algún producto de limpieza, para asegurarte de que no queden restos de detergente en la tela.[4]
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    Añade vinagre al lavado, si lo deseas. Dentro del ciclo de lavado, vierte media taza (125 ml) de vinagre blanco destilado. Esto ayudará a mantener los colores brillantes.

Método 2
Método 2 de 3:
Secar el edredón

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    Traslada el edredón húmedo con cuidado al lugar donde se secará. Carga con el peso del edredón mojado mientras lo transportas. Sujétalo como a un bebé y no tires de ninguna sección de la tela.
    • Si no soportas bien el peso, las hebras del edredón pueden salirse.
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    Coloca el edredón en la secadora a temperatura baja, si lo deseas. Esto funciona para edredones de tela nuevos, bien hechos y de calidad.[5] Puedes secar el edredón por completo. Como alternativa, sécalo parcialmente y luego tiéndelo sobre un tendedero plegable o al exterior para que se seque.
    • No planches el edredón ni la pongas directamente bajo la luz solar.
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    Ventila el edredón al exterior. Puedes ventilarlo al aire libre para secarlo si es que tiene polvo o si huele. Busca una zona que esté bajo la sombra, ya que la luz solar directa puede desteñir la tela. Cuélgalo en un balcón o en un tendedero, o extiéndelo en el suelo. Si lo extiendes en el suelo, coloca una sábana debajo y otra encima. Pon peso sobre las esquinas.[6]
    • También puedes secar un edredón al aire libre colocándolo en un balcón. Usa un cubrecolchón y extiende el edredón encima. Si te preocupan las aves, extiende otro cubrecolchón encima. Dale la vuelta al edredón cuando la parte superior esté casi seca.
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    Seca el edredón con aire y al interior. Si el clima no es apropiado para secar al aire libre, seca el edredón colocándolo en posición horizontal sobre un tendedero plegable. Como alternativa, coloca unos cuantos cubrecolchones en una cama (al menos uno de ellos debe ser impermeable). Coloca un ventilador que sople horizontalmente hacia el edredón, durante un día.

Método 3
Método 3 de 3:
Mantener el edredón limpio

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    Lava el edredón solo cuando sea necesario. Lavarlo solo cuando esté sucio prolongará su vida útil. Lávalo una vez al año, aunque lo utilices a diario. Entre un lavado y otro, ventila el edredón al aire libre en un tendedero plegable.
    • Si el edredón es un elemento decorativo que apenas se usa, opta por ventilarlo un par de veces al año en lugar de limpiarlo.
    • Es posible que tengas que lavar el edredón con más frecuencia que una vez al año si lo utilizan niños, mascotas o si alguien en casa tiene alergias.
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    Refresca el olor del edredón sin lavarlo. Intenta colocar el edredón y una barra de jabón dentro de una bolsa sellada, durante uno o dos días. Como alternativa, puedes usar un producto para refrescar la tela, pero asegúrate de probar en una zona pequeña y discreta para comprobar la resistencia del color.[7]
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    Limpia las manchas del edredón, según sea necesario. Puedes tratar las manchas dándoles suaves pasadas con vinagre blanco o jabón para edredones, diluido en agua destilada.[8] Asegúrate de absorber y no frotar la mancha. Coloca un paño blanco debajo del edredón y luego enjuaga la zona con agua fría.
    • No uses ningún jabón o detergente que contenga lejía.
    • Si las manchas son líneas del proceso de costura, puedes cepillar las líneas blancas o eliminarlas con un paño húmedo. Las líneas grises suelen ser de lápiz y puedes eliminarlas suavemente con un borrador.
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    Usa un rodillo quita pelusas o una aspiradora, según sea necesario. Frota un rodillo quita pelusas por toda la parte delantera y trasera del edredón. Esto eliminará las pelusas, los pelos de las mascotas, las colas de hilo y los hilos sueltos.[9] Si el edredón no es muy delicado, puedes pasar una aspiradora por encima. Usa la configuración más baja y emplea el accesorio de cepillo cubierto con una pantimedia.[10]
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    Guarda el edredón en una bolsa de tela, en un lugar oscuro y seco. Si no usas el edredón, colócalo en una bolsa de algodón o muselina. Asegúrate de que esté limpio antes de guardarlo. Sácalo y vuelve a doblarlo mensualmente. Cuando lo saques del lugar de donde lo guardaste, ventila el edredón al aire libre o en una secadora (usando la configuración más baja).
    • Por ejemplo, intenta guardar el edredón en una funda de almohada hecha de algodón.

Consejos

  • Si planeas hacer un edredón, lava la tela antes de empezar. Esto liberará el exceso de tinte y dará a la tela la forma que tomará después del lavado.[11]

Advertencias

  • No laves el edredón en seco. El proceso de lavado en seco y los productos químicos son demasiado duros para el hilo y la tela de los edredones.[12]
  • La tela del edredón necesita respirar y no debe guardarse en una bolsa de plástico durante mucho tiempo.[13]

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Categorías: Habilidades para coser