Una pluma fuente tapada o sucia acabará con tu placer de usarla. Ten presente que es necesario limpiarlas de vez en cuando, ya que esto eliminará la tinta seca y otras suciedades que podrían haberse acumulado en el interior de la misma. Limpia la plumilla y el convertidor, al igual que el exterior de la pluma, a fin de asegurarte de que esta tenga una larga vida.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Limpia la boquilla y el plumín

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    Limpia la pluma si la vas a recargar por segunda vez. Es necesario que limpies la pluma fuente periódicamente a fin de asegurarte de que funcione bien. Cuando reemplaces el cartucho de tinta por segunda vez habrá llegado el momento de hacerlo. Ten presente que lo mismo sucede si la recargas con tinta de frasco por segunda vez.[1]
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    Desarma la pluma. Una pluma fuente tiene varias partes diferentes que tendrás que desarmar a fin de limpiarla a fondo. Desenrosca el cuerpo de la boquilla.
    • Ten cuidado con el cartucho de tinta, si tu pluma tiene uno. Este cartucho se utiliza una sola vez y está perforado a fin de que la tinta llegue al plumín. Dado que el cartucho de tinta está perforado, podría gotear si lo inclinas con el orificio hacia abajo, así que mantenlo hacia arriba. Tal vez quieras utilizar un porta lápices u otro recipiente para guardar temporalmente el cartucho mientras limpias la pluma.[2]
    • Si tu pluma tiene un convertidor, retíralo de la boquilla. Un convertidor es una reserva de tinta reutilizable, se puede volver a llenar con un frasco tinta para plumas fuente.
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    Enjuaga la boquilla y el plumín. El plumín es la parte de la pluma con la que escribes. La tinta pasa desde el cartucho de tinta o el convertidor a través de la boquilla y el plumín para llegar al papel. Enjuaga el interior de la boquilla y el plumín con agua fría. Para hacerlo puedes usar la llave de agua apenas abierta o una jeringa que inyecte una pequeña cantidad de agua a través de la misma.
    • Enjuaga la boquilla con agua hasta que salga limpia.[3]
    • Utiliza solo agua fría. No uses agua caliente para limpiar una pluma fuente, ya que esta puede dañar el mecanismo interno de la misma. En su lugar, asegúrate de tener agua limpia y fría.[4]
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    Remoja la boquilla en una mezcla de amoniaco durante toda la noche. Si tu pluma tiene mucha tinta seca que no se disuelve con el agua, puedes usar una mezcla de amoniaco a fin de aflojarla. El amoniaco ayudará a que se disuelva la tinta seca y cualquier otra sustancia que haya entrado en la boquilla. Sumérgela en la mezcla y déjala remojar toda la noche.
    • También puedes usar vinagre en lugar de amoniaco. Utiliza una cucharadita de vinagre en una taza de agua.
    • No utilices amoniaco en plumas fuente Wahl Eversharp de las décadas de 1920 y 1930. Tampoco uses amoniaco para limpiar una pluma con partes de aluminio, ya que se dañarán.
    • No utilices limpiadores o jabones para limpiar tu pluma, ya que estos productos la dañarán.
    • No remojes plumas de nitrocelulosa en amoniaco, porque este decolorará la cubierta de la misma.[5]
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    Deja que la boquilla se seque al aire. Sacúdela algunas veces para eliminar el exceso de agua y luego déjala secar al aire por varias horas o durante toda la noche.
    • Puedes dejar la boquilla parada sobre algunas toallas de papel. Estas ayudarán a absorber la humedad del interior mientras se seca.

Parte 2
Parte 2 de 4:
Limpia el convertidor

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    Separa el convertidor de la pluma. Desarma la pluma a fin de separar el convertidor del resto de la misma.
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    Elimina el exceso de tinta del convertidor. Cuida que la tinta no gotee sobre superficies que no quieras manchar, como por ejemplo la mesa, el piso o tu ropa. Vierte el exceso de tinta en la basura o sobre una toalla de papel.
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    Enjuaga el convertidor con agua fría. Haz correr agua fría por el convertidor a fin de eliminar cualquier partícula de tinta que haya quedado en su interior y para limpiarlo. Puedes usar una jeringa que te permita pasar agua a través del interior del convertidor o hacerlo directamente con la llave del agua apenas abierta.
    • Si usas agua de la llave para enjuagar el convertidor, asegúrate de que esté apenas abierta. De otra manera, el agua podría llegar a la parte trasera del sello del pistón, dentro del convertidor, y crear una mancha de tinta de apariencia mohosa en su interior que te resultará difícil de eliminar.[6]
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    Sacude un poco de agua en el interior del convertidor. Pon un poco de agua dentro del convertidor, cubre el extremo abierto con el dedo y sacúdelo bien a fin de disolver cualquier resto de tinta que se encuentre en su interior.
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    Enjuaga el convertidor con agua. Enjuaga el interior del convertidor con agua fría nuevamente hasta que salga limpia.
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    Deja secar el convertidor al aire. Acomoda el convertidor parado sobre una toalla de papel y deja secar durante toda la noche.

Parte 3
Parte 3 de 4:
Limpia la parte externa de la pluma

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    Usa líquido para pulir plata si la pluma está hecha de este metal. Para limpiar las plumas de plata, plata 925 o chapeadas, usa una tela de pulir con unas gotas de pulidor.[7]
    • Si tu pluma tiene un grabado, puedes usar un poco de líquido pulidor con un cepillo de dientes. Esto ayudará a que el líquido penetre y limpie los surcos del grabado.
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    Usa un trapo suave para limpiar los terminados de metal. Muchas plumas fuente tienen un exterior de platino, paladio, acero inoxidable o cromo. Puedes limpiar estos terminados de metal con un trapo suave.
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    Usa un trapo suave para limpiar los acabados de celuloide, laca y resina fina. Las plumas más viejas tienen un terminado de celuloide, anterior al plástico moderno. Solo usa un trapo suave para limpiar este material. Si tu pluma tiene una superficie de laca o pintura, usa un trapo suave para limpiarlo. No utilices ningún limpiador químico o abrasivo en este tipo de plumas, ya que dañarán el acabado. Los acabados de resina fina podrían ser vulnerables a las rajaduras y las rallas. Usa un trapo suave para limpiarlos.[8]

Parte 4
Parte 4 de 4:
Guarda tu pluma fuente

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    Mantén la pluma cerrada con la tapa. Cuando no uses la pluma ponle la tapa, esto evitará que la tinta se seque.
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    Guarda tu pluma en un portalápices o en un estuche. Ten en cuenta que si la dejas acostada, la tinta se secará dentro de la boquilla y el plumín.
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    Retira la tinta si vas a guardar la pluma por un tiempo. Si planeas guardar la pluma por más de una semana, es aconsejable que le quites la tinta, a fin de evitar que se seque. Quita el cartucho de tinta y limpia la boquilla. Deja que esta se seque por completo antes de armar y guardar la pluma.[9]
    • Considera que si dejas la tinta en la pluma, los ácidos de esta se mezclarán con el oxígeno y oxidarán el plumín.[10]
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    Guarda la pluma fuente sin tinta en un estuche. El estuche de la pluma está diseñado para que esta permanezca acostada, lo que no es bueno si tiene tinta, ya que hará que se asiente dentro de la boquilla. Usa el estuche si ya eliminaste la tinta o si la pluma es nueva y todavía no la cargas.

Consejos

  • Investiga las instrucciones precisas para limpiar tu pluma específica con el fabricante.

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