Si eres padre de familia, en ocasiones sentirás que es un logro tan grande lograr que tu hijo duerma toda la noche ¡que casi no te importará dónde se quede dormido! Aunque quizás no haya problema cuando tu hijo sea pequeño, es un hecho que vas a querer tu propia cama nuevamente en algún momento, por lo que este tendrá que aprender a dormir en su propia cama. Cuando llegue el momento, si siempre quiere dormir en tu cama contigo, tendrás que tomarte un tiempo para considerar algunas medidas que puedes tomar para ayudarlo a hacer la transición hacia dormir solo.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Determinar por qué tu hijo quiere dormir en tu cama

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    Sé consciente de lo vulnerable que se siente tu hijo cuando lo dejas solo en su cama. Los niños que tienen entre 6 y 15 meses suelen llorar y no quieren irse con nadie más que sus padres, lo que se conoce como “ansiedad ante extraños”. Entonces, cuando un niño pequeño se despierta en medio de la noche, busca automáticamente a sus padres en la habitación pues se sentirá vulnerable y solo.
    • Esto crea un círculo en el que el niño llora cuando se siente solo en su habitación y no puede ubicar a sus padres. Si vas a verlo, tendrás que lidiar con un niño despierto que está llorando.
    • Ten en mente que no hay nada de malo con los padres de familia que no pueden hacer que sus hijos duerman toda la noche en su propia cama. El sueño es un comportamiento flexible y es muy normal que un niño busque a sus padres si se levanta todas las noches.[1]
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    Ten en cuenta por qué es importante para tu hijo dormir en su propia cama. Desacostumbrar a tu hijo de tu cama tiene muchos beneficios, pues le permite ganar su propio espacio y alimenta su confianza en sí mismo y su independencia.[2]
    • Los niños pequeños no nacen con autocontrol, es algo que tienen que aprender de sus padres. Recuerda que está bien y es normal que los niños lloren. De hecho, a menudo es inevitable si van a aprender a controlar su comportamiento.
    • Como padre de familia, es importante que seas firme y persistente sobre el autocontrol en tu hijo, en especial cuando se trata de los arreglos para dormir. Si constantemente te pones blando y cedes ante el llanto y la protesta de tu hijo, este aprenderá que, si llora el tiempo necesario, conseguirá lo que quiere.[3]
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    Piensa en los temores o ansiedades que tu hijo podría tener alrededor de la hora de dormir. Hay muchas razones diferentes por las que tu hijo podría no sentirse cómodo en su propia cama y será más difícil averiguar qué pasa cuando tienes un niño incómodo que dejarlo dormir en tu cama. Valdrá la pena explorar algunos de los problemas más comunes:[4]
    • ¿Tiene miedo de cosas que salen en la noche o de los monstruos debajo de la cama o en el ropero?
    • ¿Tiene celos de un hermano más pequeño y siente que es la única forma de llamar la atención que quiere?
    • ¿Hay sonidos que puede escuchar que lo alteren?
    • ¿Hay alguna habitación muy oscura y que necesite luz en la noche?
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    Haz que tu niño use figuras de acción o muñecas para representar sus temores y ansiedades en torno a la hora de dormir. También puedes hacer que dibuje o pinte sus ansiedades en torno a la hora de dormir en un pedazo de papel.[5]
    • Dale bastante tiempo a tu hijo para abrirse y no reacciones de manera negativa si dice algo que no quieres escuchar. Lo mejor es determinar exactamente lo que provoca que reaccione mal frente a la posibilidad de dormir en su propia cama.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Crear una disposición ideal para dormir

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    Dale algunos “protectores” para ayudarlo a dormir toda la noche. Su juguete o peluche favorito pueden ser consoladores y protectores contra cualquier “monstruo” o sombra en su habitación.[6]
    • Otra forma excelente de ayudar a que tu hijo se sienta seguro y protegido es hacer que varios animales de peluche representen diferentes miembros de su familia, de modo que dormir con un oso o un juguete en particular sea como dormir con mamá o papá.
    • También puedes hacer una grabación de las canciones e historias favoritas de tu hijo de modo que pueda encenderla cuando se sienta solo o necesite consuelo.[7]
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    Compra luces de noche para la habitación de tu hijo. Estas también pueden ser de mucha ayuda para eliminar terrores nocturnos. En el caso de algunos niños, la oscuridad puede convertir una habitación familiar en un lugar muy atemorizante y tener una luz que llegue a esa oscuridad puede ser útil para hacer que se sienta amigable nuevamente.
    • Puedes darle una linterna que pueda tener en su cama o con la que pueda jugar antes de dormir para que sienta que está en control y no se asuste de cosas que no pueda ver en la oscuridad.[8]
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    Dale a tu hijo una botella rociadora llena de “aerosol para monstruos”. Así podrá dispararles con el aerosol si salieran del ropero o de debajo de la cama.[9]
    • También puedes mover los muebles de un lado a otro en la habitación de tu hijo para eliminar las sombras grandes o las esquinas tenebrosas de su habitación.
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    Coloca un reloj digital barato al costado de la cama de tu hijo. Luego, podrás poner cinta aislante sobre las manecillas y pedirle que te diga el número que ve en la oscuridad. Indícale los números que corresponden con la hora de dormir, por ejemplo, que nadie está despierto en casa después de las 8 p. m. y que nadie debe estar despierto antes de las 5 p. m.[10]
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    Usa una tienda para que tu hijo pase a su propia habitación. Como un compromiso, podrías dejarle dormir en tu habitación, pero en lugar de que lo haga en tu cama, haz que duerma en una tienda o "campamento" en tu habitación.[11]
    • Coloca la tienda de un niño al pie de tu cama y deja que tu hijo "acampe" todas las noches. Luego, saca lentamente la tienda de tu habitación y pásala a la de tu hijo.
    • Deja que tu hijo se duerma en la tienda en su habitación todas las noches, pero pasa la ropa de cama y los animales de peluche a sus cama. Al final, tu hijo evitará la molestia de mover todas sus cosas para dormir hacia la tienda y se quedarán en su cama.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Modificar los hábitos de dormir de tu hijo

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    Habla sobre tus expectativas a la hora de acostarte con tu hijo más temprano en el día. Empieza a contarle lo que puede esperar a la hora de acostarse (en su propia cama, en su propia habitación, con un sueño largo y agradable de toda la noche) en la tarde, de modo que tu hijo sepa qué esperar cuando se apaguen las luces.
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    Crea rituales de acostarse para el niño. Algunos tienen que relajarse lentamente y si los acuestas antes de que estén totalmente calmados es posible que no duerman toda la noche y que tú tampoco. Tener un ritual de acostarse consistente le indicará que es momento de que se vaya a la cama y estará en el estado mental adecuado para acostarse.
    • El ritual podría consistir en darle un baño y luego leerle una historia o cantarle una canción antes de irse a dormir.[12]
    • También puedes hacerle un "libro de la hora de dormir" a tu hijo, nada muy elaborado, solo unas cuantas páginas engrapadas que pueda colorear o mirar antes de irse a dormir. Podría contar la historia de cómo dormir bien en una cama o casa nueva y alentar a tu hijo a reconocer cuán valioso es que duerma solo.
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    Siéntate en la cama de tu hijo hasta que esté bien dormido. Si tiene dificultades para quedarse dormido sin tu presencia, retírate poco a poco. Siéntate en su cama y, después de unos días, pasa a sentarte en una silla a unos cuantos metros de la ella. Luego, con el pasar del tiempo, acerca la silla a la puerta de la habitación y sal al corredor.[13]
    • No hables con tu hijo cuando estés sentado con él hasta que se duerma. La idea es aburrirlo hasta que se quede dormido y no estimularlo.
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    Elabora un cuadro de recompensas de sueño. Recompensa a tu hijo todas las noches en su propia habitación con una pegatina y, después de una semana completa de dormir ahí, dile que ha ganado un premio como una salida especial o una nueva serie de pijamas.[14]
    • También podrías crear un programa de tickets para juguetes para no permitir que tu hijo se meta en tu cama. Si durmiera varias noches consecutivas en su propia cama, se puede ganar tickets para intercambiarlos por juguetes nuevos o una salida para jugar.[15]
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    Para evitar que tu hijo salga de su cama, enséñale cómo dormirse. Enséñale a cerrar los ojos y pensar en lo que quieren para su cumpleaños o cómo será su día de escuela al día siguiente. Darle algo que pensar a tu hijo es una herramienta excelente para ayudarlo a dormir nuevamente.[16]
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    Vuelve a acostar a tu hijo si se mete en tu cama. La mayoría de los consultores de sueño y los padres de familia que han pasado lo mismo cuentan que una vez que decides empezar a enseñarle a tu hijo a dormir en su propia cama, tienes que dejar de compartir la tuya por completo. Cada vez que se salga de su cama, regrésalo y colócalo tranquilamente en la suya.
    • No le gritas o regañes cuando lo hagas. Tu hijo se dará cuenta de que no les estás prestando atención, incluso la negativa, y esto podría reducir sus andares nocturnos entre camas.[17]
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    Asegúrate de que la puerta de su habitación se mantenga cerrada durante toda la noche. Aunque no tiene que estar con seguro, cerrarla garantizará que no lo despierte algún ruido del pasadizo u otras habitaciones de la casa y tendrá menos distracciones cuando esté tratando de quedarse dormido.[18]
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    Sé paciente y hazle pequeños ajustes a sus hábitos de sueño hasta que se acostumbren a su nueva cama. Quizás no sea razonable pedirle a un niño que está acostumbrado a dormir en la cama de sus padres que, de repente, tiene que quedarse en su propia habitación toda la noche. Entonces, trata de que la separación sea más gradual.[19]
    • Si tu hijo empezó por dormir en una cuna en otra habitación, es posible que te sea más fácil pasar a otra habitación mientras duerme.[20]
    • Sin embargo, si empieza a dormir en tu cama contigo todas las noches, es posible que tengas que poner un colchón de aire o una colcha en el suelo y dormir en su habitación con él unas cuantas noches hasta que se acostumbre a hacerlo en su propia cama.

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