Si es que deseas hornear un postre o realizar un experimento científico, es importante medir los líquidos con precisión. Por suerte, hay una forma rápida y fácil de hacerlo. Elige el tipo de instrumento de medición correcto, mantenlo a la vista cuando midas el líquido y registra las mediciones según indique el menisco.

Método 1
Método 1 de 3:
Usar tazas y cucharas de medición

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    Inclínate para que tu visión esté al nivel de las tazas de medición, y vierte el líquido. Consigue una taza de medición de líquido estándar que tenga un pico para verter el agua de 2,5 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) de distancia de las líneas de medición rojas. Estas características ayudarán a que puedas verter el agua con facilidad y a no derramar. Cuando viertas el líquido en la taza de medición, inclínate y mira de forma directa en lugar de hacerlo en ángulo para que la medición sea precisa.[1]
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    Mira hacia abajo cuando viertas el agua de una taza de medición en ángulo. Podrás comprar esta taza, que te permitirá conseguir una medición precisa sin tener que agacharte. Mira hacia abajo a medida que viertas el líquido para asegurarte de que midas la cantidad correcta.[2]
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    Levanta la cuchara de medición hasta el nivel de tus ojos y vierte el líquido. Para medir cantidades pequeñas de líquido, usa cucharas de medición estándar. Mantén la cuchara en el aire, nivelada de forma directa a tus ojos. Vierte el líquido en la cuchara con cuidado hasta que alcance el borde.[3]
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    Detente cuando el menisco esté en la parte inferior de la línea. Cuando viertas el líquido en la taza de medición, parecerá que el líquido estará a mayor altura cerca de las paredes de vidrio de la taza, que hacia el centro de esta. La superficie del líquido se llama el menisco. Vierte el líquido hasta que la parte inferior del menisco esté perfectamente nivelado con la línea de graduación.[4]
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Método 2
Método 2 de 3:
Usar un cilindro graduado

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    Agarra el cilindro con una mano y vierte con la otra. Los cilindros graduados son tubos de vidrios largos y delgados que se usan por lo general, para medir el volumen durante experimentos científicos. Sostén el cilindro sobre una superficie plana de forma firme antes de usar la otra mano para verter; de esta manera, no golpearás el cilindro y no derramarás el líquido.[5]
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    Levanta el cilindro de forma recta hasta el nivel de tus ojos. Cuando se mide con un cilindro graduado, es mejor llevarlo al nivel de los ojos, en lugar de agacharse, de modo que el riesgo de que se caiga, sea menor. Esto es bien importante si vas a medir químicos.[6]
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    Determina la medida al ver dónde se posiciona el menisco. Para leer la medición, determina cual es la línea horizontal que esté más cerca del menisco o el punto más bajo en la superficie del agua.[7]
    • La superficie del líquido se sumerge porque las moléculas en el agua se sienten más atraídas al vidrio que entre ellas mismas.
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Método 3
Método 3 de 3:
Medir los medicamentos líquidos

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    Lee las instrucciones o la etiqueta del medicamento con cuidado. En el caso de que midas y administres medicamentos líquidos de venta libre o medicamentos recetados, es importante que primero leas todas las instrucciones proporcionadas. Por lo general, las etiquetas de las recetas incluyen instrucciones directas sobre cuánto se debe tomar y con qué frecuencia. Las etiquetas de los medicamentos de venta libre incluyen una gran cantidad de información importante, incluida la información de para qué se utiliza, cómo usarla y qué contiene.[8]
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    Pesa a la persona que va a tomar el medicamento para obtener una dosis precisa. Al medir y administrar medicamentos de venta libre, por lo general, podrás determinar la dosis de acuerdo a la edad o el peso. El peso es mucho más preciso, así que súbete a la báscula para averiguar cuánta medicación necesitas.[9]
    • Algunos medicamentos determinan la dosis según la edad o solo por el tiempo. Si este es el caso, toma la cantidad recomendada para tu edad en particular, y no tomes otra dosis hasta que las instrucciones especifiquen que es seguro hacerlo.
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    Utiliza el instrumento de medición que viene con el medicamento. Muchos medicamentos líquidos de venta libre vienen con un instrumento de medición, que por lo general son mejores que otros instrumentos. No midas tu medicamento con instrumentos de medición domésticos, como un vaso de medida de líquidos estándar, a menos que hayas dañado el instrumento que vino con el medicamento.[10]
    • Usar un instrumento doméstico para medir puede funcionar bien, pero el que va junto a tu medicamento, es la opción más segura porque se hizo específicamente para administrarla.
    • Algunos tipos de instrumentos de medición que pueden venir con el medicamento, incluyen tazas de medición, cucharas dosificadoras, goteros y jeringas.[11]
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    Vierte el medicamento al nivel de tus ojos. Al igual que la medición de líquidos al cocinar o al realizar experimentos científicos, tu vista deberá estar a la misma altura para obtener una medición precisa. Si el medicamento viene con una taza de medición o cualquier otro instrumento de medición con una base plana, colócalo en una superficie plana e inclínate cuando viertas la medicina. De forma alternativa, levanta el instrumento al nivel de tus ojos cuando vayas a verter.[12]
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