El béisbol es uno de los pasatiempos estadounidenses más queridos. Sin embargo, ¡aun puedes aprender a lanzar una pelota sin importar en qué parte del mundo te encuentres! Aprender a lanzar una pelota adecuadamente requiere dedicación, la comprensión de la mecánica del lanzamiento y el amor por el juego. Ten en cuenta que todas las indicaciones dadas en esta guía están dirigidas a personas diestras. Si eres zurdo, sigue los mismos pasos, pero con la mano izquierda.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Aprender los tipos de agarre

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    Escoge el tipo de agarre. Hay muchas formas diferentes de agarrar la pelota (como se muestra más abajo). Mientras tengas la pelota, mantenla dentro de tu guante y no empieces el movimiento hasta que tengas un agarre cómodo. Es importante aprender los diferentes tipos de agarre porque te ayudará a lanzar la pelota de formas distintas.[1]
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    Prueba la bola rápida de cuatro costuras. Este es el lanzamiento más rápido en el béisbol con un promedio de unos 153 km/h (95 mph). Coloca tus dedos alrededor de toda la pelota con las puntas ligeramente sobre los nudos.
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    Prueba la bola rápida de dos costuras. Este lanzamiento será ligeramente más lento y con menos precisión que el de cuatro costuras, pero también se curva a medida que llega hasta el bateador, haciendo que sea difícil pegarle a la pelota. Para agarrar la pelota, hazlo a lo largo de las costuras con el dedo índice y el dedo medio.
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    Prueba el lanzamiento con cambio de velocidad. Este lanzamiento se mueve un poco en el aire. Coloca el dedo pulgar y el índice en un círculo y luego usa los otros tres dedos para centrar la pelota.
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    Prueba la bola curva. Mantén los dedos índice y el medio rectos y ajustados uno al lado del otro sobre las costuras. Lanza la pelota como normalmente lo harías pero mueve bruscamente la muñeca cuando lances la curva.
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    Prueba la curva rápida. Una curva rápida se parece a una bola rápida hasta el último segundo en el que la pelota hace una curva hacia un lado. Agarra la pelota con el dedo índice y el medio a lo largo de la costura en su punto más ancho.
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    Prueba la bola rápida con los dedos separados. Este lanzamiento será parecido a una bola rápida, pero la pelota caerá a medida que se acerque al bateador, haciendo que sea difícil golpearla. Rota la pelota hacia ti, de modo que tus dedos se encuentren a lo largo de la costura con forma de herradura. Separa los dedos hasta la parte exterior de las costuras y coloca el pulgar directamente sobre la pelota.
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    Prueba una forkball (bola de tenedor). Esta pelota es casi imposible de parar cuando se lanza bien. Sostén la bola entre tu dedo índice y medio.
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    Prueba la bola de nudillos. En este lanzamiento, la bola serpenteará a medida que se dirige hacia el bateador. Incrusta las uñas en medio de las costuras de la pelota.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Lanzar la pelota

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    Colócate en la posición de lanzamiento. Párate derecho con ambos pies ubicados a la altura de los hombros sobre el montículo con los dedos colgando de la parte delantera y mira directamente hacia el receptor, con los dedos apuntando hacia él y con los tacos sobre el caucho. Sujeta el guante en frente del pecho con los codos apoyados en ambos lados del torso. Algunos receptores prefieren pararse con la pierna extendida ligeramente detrás de la otra.[2]
    • Si hay corredores en las bases, debes comenzar en una posición estirada. Coloca los pies de modo que miren hacia la tercera base en caso de que seas diestro o hacia la primera si eres zurdo. Estirarse es una manera más rápida de lanzar y te permite tener más equilibrio, dando lugar a un mayor control. Debes colocar el pie derecho sobre el caucho, con el otro a unos 5 cm (2 pulgadas) hacia el frente. Esto te permitirá tener una rotación completa de la cadera, lo que te hará lanzar con mayor fuerza. Si comienzas con la pierna extendida ligeramente hacia atrás, solo cambia tu peso hacia esa pierna.
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    Da un paso pequeño con el pie izquierdo hacia la izquierda. Apoya tu peso en ese pie, permitiéndote levantar el pie derecho y colocarlo al lado del caucho (o gira el pie derecho hacia esta posición, lo que te parezca más cómodo), de modo que el lado derecho de ese pie quede presionado el montículo.
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    Levanta la pierna izquierda hasta el punto en el que el muslo quede paralelo con el suelo o a mayor altura. Tu cuerpo debió haber comenzado a moverse con el pie derecho en el paso anterior y al final de este paso debe mirar hacia la tercera base en lugar de al plato.
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    Mueve los brazos en un sentido semicircular hacia abajo. Tu brazo delantero debe permanecer cerca y el codo debe estar a un ángulo cómodo (de 45 a 90 grados). Tu brazo de lanzamiento debe golpear lo que se conoce como “el punto óptimo”, que es el punto en el que dicho brazo se encuentra en la ubicación más baja durante el movimiento. Por lo general, este el punto en el que tu brazo está casi perpendicular con el suelo, con el codo ligeramente doblado. Asegúrate de que tu cuerpo siga mirando en dirección a la tercera base a lo largo de este paso y de que golpee el punto óptimo antes de continuar con el siguiente paso.[3]
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    Baja la pierna lo más cerca posible del suelo sin tocarlo y luego da un paso largo hacia el exterior. Haz esto al mismo tiempo que mueves los brazos (el paso anterior). Para bajar la pierna, dobla la rodilla derecha hasta que la pierna izquierda quede cerca del suelo sin llegar a tocarlo. No des el paso largo hacia afuera hasta haber bajado la pierna derecha por completo o perderás mucha fuerza. Tu pierna izquierda debe haber dado un paso curvado arrastrando el pie hacia el plato. A medida que haces esto, comienza a levantar el brazo de lanzamiento del punto óptimo para que quedé paralelo al suelo sin dejar que tu codo caiga hacia tu cadera.
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    Apoya el pie delantero en un ángulo cerrado. En otras palabras, si apoyar el pie apuntando al plato forma un ángulo de 90 grados, mueve tu pie hasta que apunte a un ángulo de 75 grados. Esto pondrá a tu cuerpo en una posición donde puedes tener más fuerza. Dicha posición de fuerza es aquella donde las rodillas están completamente extendidas a la altura de las caderas y brazos aún cerrados, listos para apuntar el brazo hacia el plato.
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    Ejerce presión con el pie trasero sacándolo de la posición de fuerza. Mueve tu pie delantero hacia adelante girándolo del ángulo de 75 grados en el que se encontraba hasta formar uno de 90 grados. Asegúrate de hacer este giro antes de balancear la parte superior de tu cuerpo y apunta tu brazo derecho en dirección hacia la primera base. Girar antes te permite generar fuerza con las caderas y crear más una acción similar a la de un látigo para tu brazo derecho. El codo del brazo de lanzamiento debe estar alineado con los hombros (de manera horizontal, por supuesto) a lo largo de este paso.[4]
    • El error más común que los lanzadores cometen es abrir sus brazos antes que las caderas, lo que les quita la fuerza generada con las piernas haciendo que tengan menos velocidad y aumentando la tensión en sus brazos.
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    Extiende el brazo de lanzamiento lo más lejos que puedas y deja que la pelota se deslice fuera de la muñeca. No muevas bruscamente la muñeca, ya que puedes lesionarte. Tu muñeca no debe seguir a la pelota, más bien la pelota debe seguirla a ella.
    • Durante este movimiento, es recomendable darte cuenta de tu muñeca. A medida que mueves el brazo desde el punto óptimo, debes retirar la muñeca, inclinando la pelota en tu mano. Luego, a medida que sueltas la pelota, esta debe deslizarse fuera de la muñeca haciendo que termine completamente flexionada.
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    Realiza el movimiento completo. Extiende el brazo lo más lejos que puedas y permite que tu pierna trasera se levante durante el impulso hacia adelante y colócala en el montículo para lograr una posición completamente desplegada.

Parte 3
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Otros aspectos básicos del lanzamiento

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    No olvides mantener el equilibrio. El lanzamiento consiste en una serie de movimientos que el lanzador hace sin pensar. La clave para un buen lanzamiento es mantener el equilibrio, ya que sin él, lo más probable es que la pelota no llegue al punto deseado.
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    Procura ser consistente. Para ser más eficaz, intenta mantener un ángulo consistente para todos los lanzamientos. Algunos lanzadores hacen más lanzamientos por encima de la cabeza al hacer una bola curva o hacen un balanceo lateral cuando lanzan una bola curva rápida. Si bien esto podría darte un mejor control de tu lanzamiento, fácilmente puede poner sobre aviso al bateador indicándole qué lanzamiento harás. Tener un ángulo consistente hace que el bateador deba adivinar siempre la dirección de la pelota.
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    Evita que tu brazo de lanzamiento comience a dolerte demasiado. Comienza gradualmente. Coloca una compresa fría alrededor del brazo y del pecho para reducir la acumulación de ácido láctico (la acumulación de este ácido causa el dolor).
    • Corre por 30 minutos después de lanzar. Hacerlo hará que tu sangre circule y te ayudará a deshacerte del ácido láctico que podría formarse en tu brazo.

Consejos

  • Siempre mantente concentrado en el objetivo.
  • Lanza la pelota, no apuntes. Si te concentras demasiado en lanzar strikes, puedes estorbar el trabajo de tu memoria muscular, lo que podría hacer que lances más bolas que strikes.
  • No agarres la pelota con demasiada fuerza o no serás tan preciso o rápido a menos que hagas determinados tipos de lanzamientos.
  • El paso largo que des hacia el plato de home es un elemento importante que debes dominar para tener éxito. No debe ser muy corto pero tampoco demasiado largo. Prueba este paso extendiéndote lo más lejos que puedas y ve si puedes levantar tu cuerpo en esa posición. El límite en el cual puedes hacer esto debe ser el punto donde logres dar el paso largo.
  • Otro error popular es hundir el codo al lanzar. Asegúrate de pasar de “recoger la pelota de la mesa” directamente a llevar tu brazo a una posición paralela con el suelo a la altura del hombro con el resto del antebrazo formando un ángulo de 90 grados (“excesivo”), 45 grados (tres cuartos) o 0 grados (balance lateral) con el brazo. Si hundes el codo, no podrás realizar la acción del latigazo en las caderas y perderás casi toda la fuerza.
  • En el juego, durante los periodos de descanso entre las entradas, los lanzadores envuelven sus brazos para mantenerlos calientes y que sean capaces de soportar la fuerza de cada lanzamiento.
  • Muchos lanzadores cavan una zanja pequeña en frente del caucho antes de lanzar. Esto les permite tener un agujero cómodo donde colocar su pie contra el caucho, aunque algunos lo consideran como una mala práctica.
  • Algunos jugadores prefieren hacer un salto rápido después de que la pierna trasera complete su movimiento para colocarse en una posición de lanzamiento, empujándose con el pie delantero. Prueba esto para ver lo que funciona mejor para ti.

Advertencias

  • No hagas demasiados lanzamientos. Cuando tu brazo comience a sentirse cansado, deja de lanzar. Un brazo cansado puede convertirse en uno lesionado rápidamente.
  • Al hacer estos lanzamientos, asegúrate de estar bajo la supervisión correcta. Si haces un lanzamiento de la manera incorrecta o si haces muchos con un defecto importante, podría dar lugar a una lesión que termine con tu carrera como lanzador.
  • Cuando hagas ejercicios de calentamiento para lanzar, ya sea con anticipación o durante un juego, hazlos aumentando gradualmente la velocidad de tu brazo. No comiences a lanzar con toda tu fuerza, ya que tu brazo debe calentar antes de poder soportar la fuerza de tus lanzamientos más potentes.

Cosas que necesitarás

  • Una pelota de béisbol
  • Un guante
  • Montículo o caucho
  • Objetivo o plato de home
  • Un compañero para que atrape tus lanzamientos (a una distancia de 18 m o 60 pies con 6 pulgadas si juegas en un nivel de las Grandes Ligas o a unos 14 m o 46 pies para las Ligas Pequeñas)
  • Un muro trasero para parar cualquier lanzamiento que el receptor no pueda

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Categorías: Béisbol