Los exámenes de admisión son un paso necesario en todos los sistemas educativos del mundo. Las instituciones de todos los niveles emplean estos exámenes para determinar si los estudiantes están calificados para ingresar a un curso, una escuela, un instituto o una universidad. Con frecuencia, los estudiantes sienten mucha presión por lograr un buen resultado en los exámenes de admisión. Hay medidas que se pueden adoptar a fin de garantizar que el estudiante se prepare adecuadamente para rendirlos.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Crear un horario de estudio

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    Marca la fecha del examen en tu calendario tan pronto como te inscribas. Es probable que sepas con mucha anticipación que deberás rendir un examen de admisión, y podrás inscribirte en una etapa muy temprana. Tan pronto como te inscribas, marca la fecha en tu calendario o agenda, así podrás planificar el tiempo que requerirás para prepararte.
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    Determina cuánto tiempo les dedicarás al estudio y la preparación. Ten en cuenta el tiempo que tendrás hasta el día del examen y escoge el periodo durante el cual te prepararás. La mayoría de los estudiantes requieren de 1 a 3 meses de preparación antes de rendir el examen.
    • El tiempo de preparación dependerá en gran medida de la persona. Piensa en el horario que seguirás antes del examen: ¿Habrá algún día festivo? ¿Tu familia tiene algún viaje planificado? ¿Cómo será el horario de tu escuela? Escoge un tiempo de estudio que pueda adaptarse a tu horario. En general, si tienes un horario más ocupado, lo mejor sería que tengas más tiempo para adaptarte si habrá días en los que estarás demasiado ocupado como para estudiar.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Josh Jones

    Josh Jones

    Tutor académico
    Josh Jones es el presidente ejecutivo y fundador de Test Prep Unlimited, un servicio de tutorías de preparación de GMAT. Josh creó el primer y único programa de garantía de puntaje del mundo para las tutorías privadas de GMAT. Ha realizado presentaciones en el QS World MBA Tour y ha diseñado planes de estudio de matemáticas para las Escuelas Públicas de Chicago. Tiene más de 15 años de experiencia en tutorías privadas y en la enseñanza en aula, y una licenciatura en Matemáticas otorgada por la Universidad de Chicago.
    Josh Jones
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    Tutor académico

    ¿Cómo equilibrar mis estudios, mi trabajo y mi vida cuando me preparo para un examen? Josh Jones, presidente ejecutivo de Test Prep Unlimited, nos explica: "La mejor regla general es dormir más de lo que trabajas, trabajar más de lo que estudias y estudiar más de lo que vas a fiestas y te diviertes. Debes divertirte lo más que puedas".

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    Haz un calendario o un horario con los meses o las semanas previos al examen. Aquí marcarás todos los días que planees estudiar, así como aquellos en los que planees descansar.
    • Marca todo día para el cual ya tengas planes (como trabajar, asistir a un evento deportivo, ir de viaje o acudir a un evento social), así podrás considerarlos cuando planifiques tu sesión de estudio para dicho día.
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    Señala todo día en el que desees descansar. Tal vez decidas descansar del estudio un día a la semana, al menos hasta las semanas más cercanas al día del examen. Puedes marcar estos días escribiendo “Día libre” o “Día de descanso”.[1]
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    Ten en cuenta las horas diarias durante las cuales desees estudiar. Los exámenes de admisión son importantes, por lo que deberás dedicar una buena cantidad de tiempo al estudio. No obstante, también tendrás otras obligaciones y acontecimientos en tu vida. Determina de forma realista la cantidad de horas diarias que podrás dedicar al estudio.
    • Quizás puedas estudiar 1 o 2 horas todos los días o la mayoría de ellos. Por otra parte, tal vez tu horario sea un poco alocado debido a tu trabajo de medio tiempo o tu horario deportivo, por lo que solo podrías estudiar 30 minutos algunos días, pero unas horas en otros. Haz todo lo posible por programar tu tiempo de estudio para las horas del día.
    • Marca en tu calendario el tiempo que planees estudiar a diario en los días previos al examen.
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    Planifica la forma en la que planees revisar el material. Los exámenes de admisión suelen evaluar todo el conocimiento que has obtenido en toda tu vida escolar hasta este punto, salvo que sean de un curso determinado, en cuyo caso evaluarán todo tu conocimiento sobre esa asignatura. Puedes tener dificultades para escoger el material más importante que debas revisar.
    • Tal vez lo más beneficioso sea concentrarte en los temas o asignaturas que te causen una mayor dificultad. Revisar todo lo que has aprendido será tedioso y podría ser imposible. En lugar de ello, ten seguridad en tus conocimientos más sólidos y concéntrate en revisar las áreas que no sean tu punto fuerte, así mejorarás para el examen.[2]
    • Ten en cuenta todas las asignaturas o los temas que podrían venir en el examen, y ordénalos de forma coherente. Podrías emplear un orden cronológico o secuencial, o algún otro método.
    • Si tienes amigos que ya hayan rendido el examen de admisión en el que te hayas inscrito, pídeles información sobre los temas que este incluya. Es probable que tu examen no sea igual, pero su conocimiento te podrá ayudar a concentrarte en los temas que revisarás.
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    Marca los temas o las asignaturas que planees estudiar cada día. Revisa tu calendario y marca todo día en el que planees estudiar. Si lo planeas con anticipación, esto evitará que desperdicies tu tiempo eligiendo lo que estudiarás más adelante.

Parte 2
Parte 2 de 4:
Revisar el material para prepararte

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    Busca un espacio tranquilo y silencioso en donde estudiar. Las investigaciones indican que el ambiente de estudio debe ser adecuado para el estudiante, por lo que deberás escoger un lugar en el que puedas concentrarte y evitar las distracciones. Los ambientes de estudio dependerán en gran medida de cada persona.[3]
    • Cerciórate de que la habitación tenga un escritorio o una mesa, o tal vez una silla cómoda. Si tienes un mueble cómodo y útil, esto será de utilidad para mantener tus hábitos de estudio, ya que no tendrás que irte a otro lugar más adecuado.
    • Las investigaciones también han demostrado que es de utilidad rotar de área de estudio. Busca más de un lugar adecuado, si es posible.[4]
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    Puedes comprar un libro de preparación para exámenes. Estos libros no son necesarios, pero si consigues uno específico para el examen que rendirás, esto puede ser de utilidad para conocer los tipos de preguntas que incluirá, de qué manera se formularán y qué es lo que los calificadores buscarán en las respuestas.
    • Esto también te ayudará a concentrarte en los temas que deberás estudiar. Estos libros de preparación para exámenes suelen usar exámenes de años anteriores que ya no se utilizan.
    • También puedes buscar cursos de preparación para exámenes en Internet. A veces podrás encontrar estos cursos o libros en formato electrónico de forma gratuita.
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    Lleva los materiales que necesitarás para estudiar. Deberás tener un tema específico para revisar en cada sesión de estudio. Debes tener a la mano todo lo que necesitarás para estudiar, así te mantendrás concentrado. Puedes necesitar lo siguiente:
    • apuntes de las clases;
    • tareas, ensayos y proyectos anteriores;
    • papel para borrador;
    • lápices, borradores y resaltadores;
    • computadora o laptop, solo si se necesita (de lo contrario, podría distraerte);
    • bocadillos y agua.
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    Determina qué tipo de estudiante eres. Existen diferentes estilos de aprendizaje, y si sabes cuál es el más adecuado para ti, esto será de utilidad para estudiar. Estos son los diferentes tipos:
    • Estudiante visual: ellos aprenden con la mayor eficacia al ver la información. Por ello, podrán aprender mediante videos, presentaciones de PowerPoint o incluso tan solo viendo a alguien escribiendo en un papel o una pizarra.
    • Estudiante auditivo: ellos aprenden de la mejor manera al escuchar la información; por ello, si escuchan una clase o la grabación de una, esto podrá ayudarlos a estudiar.
    • Estudiante kinestésico: ellos aprenden con la mayor eficacia al hacer las cosas; por ello, será de utilidad que solucionen los problemas de manera directa y vivencial.
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    Diseña tus hábitos de estudio según el tipo de estudiante que seas. Luego de identificar el estilo de aprendizaje más adecuado para ti, diseña tus hábitos de estudio acorde a ello, así aprenderás de la mejor manera.
    • Si eres un estudiante visual, vuelve a escribir tus apuntes o conviértelos en cuadros, gráficos o mapas. También puedes convertir tus apuntes en mapas semánticos, en lugar de los esquemas comunes.
    • Si eres un estudiante auditivo, podría ser de utilidad que leas o repitas tu material de estudio en voz alta. También podría ser de utilidad que participes en grupos de estudio con otras personas que estén preparándose para el mismo examen de admisión, ya que tendrás oportunidades para dialogar sobre temas de estudio con otros.
    • Si eres un estudiante kinestésico, busca una manera de incluir el movimiento en tu estudio. Por ejemplo, podrías sentarte en una pelota de equilibrio y rebotar con cuidado sobre ella, o podrías leer tus apuntes o libros de texto mientras usas una máquina caminadora. También podría ser de utilidad que consumas goma de mascar mientras estudias, pero ten en cuenta que quizás no se permita su consumo durante el examen.
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    Programa un temporizador para estudiar. Sin importar el tipo de estudiante que seas, será importante que tomes descansos y no estudies demasiado. El estrés podría hacer que no puedas almacenar información nueva, lo que evitará que respondas al aprendizaje y las revisiones. Por ello, deberás tomarte algunos descansos.[5]
    • Programa el temporizador para que se active aproximadamente por cada 30 minutos de estudio. Si has estudiado 30 minutos, tómate un descanso de 5 a 10 minutos en el que puedas caminar, salir de casa para tomar un poco de sol o ir al baño.
    • Asimismo, programa el temporizador para la hora en la que desees dejar de estudiar, o por lo menos tenla en mente. Si has marcado en tu horario de estudio que hoy estudiarás 90 minutos, cíñete a ese tiempo.
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    Busca maneras de hacer que el estudio se vuelva divertido. Será mucho más probable que recuerdes el material que estudies y lo asimiles bien si puedes hacer que se vuelva divertido y alegre. Puedes probar lo siguiente:[6]
    • Dales un código de color a tus apuntes.
    • Juega juegos de revisión con uno de tus padres, un tutor, un amigo o un grupo de estudio.
    • Representa lo que estés estudiando.
    • Usa accesorios para hacer videos o grabaciones del material de estudio.
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    Rinde exámenes de práctica. Además de revisar el material, una de las maneras más adecuadas de prepararte para el examen será rendir versiones de práctica del mismo. Los exámenes de práctica suelen ser versiones antiguas de los mismos que ya no se usan. Esto brinda muchos beneficios, como los siguientes:
    • Conocerás la manera en la que se formulan las preguntas y su estilo.
    • Podrás perfeccionar el tiempo que requieras para responder las preguntas. Deberás medir tu tiempo cuando rindas el examen de práctica teniendo en cuenta el tiempo que te darán para solucionar el examen real.[7]
    • Podrás delimitar el tipo de información que podría venir en el examen.
    • Tendrás un tipo de control con el cual podrás medir tu progreso conforme sigas estudiando y preparándote para el examen.

Parte 3
Parte 3 de 4:
Emplear técnicas de relajación

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    Piensa de forma positiva. Conforme se acerque el día del examen, será de mucho beneficio que pienses en el resultado de forma positiva. Si lo haces, esto te motivará y te dará energías para dar tu mejor esfuerzo.
    • Adopta el hábito de pensar de forma positiva hablándote de esa forma. Sé amable y anímate cuando pienses en el resultado de tu examen de admisión. Una buena regla general consiste en hablarte tal como te gustaría hablarles a los demás.[8]
    • Si tienes un pensamiento negativo, dedica un tiempo a reflexionar sobre él de manera racional. Aléjalo con pensamientos positivos sobre tu persona. Por ejemplo, si piensas algo como “Esto es demasiado complicado”, podrás refutarlo pensando “Sí, es difícil, pero lo intentaré de otra manera”.[9]
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    No pienses que la situación es peor de lo que en realidad es. Este consiste en el pensamiento irracional de que una situación es mucho peor de lo que en verdad es.[10] Conforme te prepares para tu examen de admisión, será probable y tentador que pienses algo como “No voy a aprobar este examen, por lo que no ingresaré a la universidad y no seré un adulto exitoso”. No obstante, estos serán dichos pensamientos exagerados que deberás evitar.
    • Estos limitan tus oportunidades en varias áreas de tu vida, ya que hacen que estés predispuesto a experimentar la denominada “profecía autocumplida” de una forma negativa. Si te repites que no eres lo suficientemente bueno como para aprobar el examen de admisión, es muy probable que en verdad fracases. Esto ocurrirá por haberte repetido tanto tiempo que no eres lo suficientemente bueno como para aprobarlo.[11]
    • Si notas que tienes estos pensamientos exagerados, adopta medidas para combatirlos. Primero registra los momentos en los que notes que los tengas e identifica los patrones aproximadamente después de una semana. ¿Solo surgen cuando estás estudiando una determinada asignatura que el examen incluirá? ¿Solo ocurren cuando practicas un tipo específico de pregunta (como los ensayos)? Identifica los momentos en los que parezca ser más probable que surjan y combátelos hablándote de forma positiva en dichas ocasiones.[12]
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    Desarrolla estrategias para superar los obstáculos durante la evaluación.[13] Cuando estés estudiando para el examen, dedica un tiempo a anticipar los obstáculos que podrías encontrar al rendir el verdadero examen. Los exámenes de práctica serán una herramienta útil para este fin. Identifica las preguntas en las que más te equivoques. Luego desarrolla estrategias para lidiar con estos problemas leves cuando rindas el examen.
    • Omite las preguntas muy difíciles y regresa a ellas en otro momento. Recuerda omitir esa pregunta en la hoja de respuestas, si es necesario.
    • Emplea el proceso de descarte. Descarta las respuestas que sean totalmente incorrectas o falsas, y escoge tu respuesta de las opciones restantes.
    • Regresa a la pregunta o texto y vuelve a leerlos para verificar tu respuesta.
    • Lee todas las opciones de respuesta antes de escoger una. Podrías ver una que te parezca la correcta, pero quizás haya una respuesta mejor en la parte inferior de la lista.
    • Resalta o subraya las partes importantes de las preguntas y los textos. Esto será de utilidad para obtener detalles clave cuando respondas las preguntas en otro momento.
    • Lee las preguntas antes del texto previo. Así sabrás qué información deberás buscar.
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    Dales prioridad a tus hábitos de sueño. Los jóvenes o adolescentes necesitan como mínimo de 8 a 10 horas de sueño todas las noches.[14] Si duermes estas horas, esto será de utilidad para relajarte y disminuir el estrés, lo que te tranquilizará en general y mejorará tu capacidad de concentrarte.
    • Asimismo, es importante que intentes mantener un horario de sueño constante, así te irás a dormir y despertarás a la misma hora todos los días. Esto permitirá que tu reloj biológico (o ritmo circadiano) se mantenga constante y garantice que duermas de forma apropiada.[15]
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    Tómate un descanso siempre que lo necesites. Es probable que hayas incluido días libres o de descanso en tu horario de estudio. Cuando lleguen esos días, será muy importante que en verdad descanses. Necesitarás este tiempo para relajarte, tranquilizarte y gozar de la vida sin pensar en el estudio.[16]
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    Aprende técnicas de respiración que puedas usar durante el examen si sientes ansiedad. Puedes usar los ejercicios de respiración en cualquier momento, pero estos también serán de utilidad durante el examen si sientes que te estás estresando demasiado. Puedes emplear las siguientes técnicas:
    • Técnica de relajación: inhala por la nariz hasta la cuenta de cuatro. Luego aguanta la espiración por dos segundos. Por último, exhala por la boca hasta la cuenta de seis.[17]
    • Respiración equilibrada: inhala hasta la cuenta de cuatro y luego exhala contando hasta cuatro nuevamente. Deberás inhalar y exhalar por la nariz. Repite según sea necesario para tranquilizarte.[18]
    • Tan solo concéntrate en hacer que las exhalaciones sean más largas que las inhalaciones. Este es un truco sencillo que te ayudará a relajarte sin emplear ningún patrón de conteo específico al respirar.[19]
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    Practica la meditación o el yoga. La meditación es excelente para disminuir el estrés y tranquilizar los nervios. Asimismo, el yoga es una manera grandiosa de meditar y a la vez mantenerte un poco activo.[20]
    • Para meditar, busca un lugar tranquilo en donde sentarte con comodidad. Coloca las manos con cuidado sobre las rodillas y tan solo intenta despejar los problemas y las inquietudes en tu mente. Las herramientas de meditación guiada son muy útiles; no obstante, si te concentras en tu respiración y en despejar tu mente por 10 minutos, esto tendrá la misma eficacia.
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    Haz ejercicio con frecuencia para reducir el estrés.[21] El ejercicio no solo es una manera grandiosa de estar en buena forma, sino que también ayuda en gran medida a tranquilizarse y reducir el estrés y la frustración. Casi todo tipo de ejercicio será adecuado, pero deberás ceñirte a los que sepas hacer, así evitarás las lesiones. Puedes hacer lo siguiente:
    • correr o trotar
    • caminar
    • nadar
    • manejar bicicleta
    • practicar deportes (como el tenis, el fútbol, la cabalgata, etc.)
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    Convierte tu nerviosismo en emoción. Es totalmente normal que te sientas nervioso, pero es una buena idea convertir los nervios en emoción por tu examen.[22] En realidad, nadie siente emoción por un examen, pero estos son algunos pensamientos positivos que te pueden ayudar a mentalizarte de esta forma:
    • “¡Ahora tengo la oportunidad de demostrarles a todos lo mucho que sé!”.
    • “Me he esforzado mucho para volver a aprender estas ecuaciones matemáticas. ¡Mi profesor de matemáticas se sentirá muy orgulloso!”.
    • “Me he esforzado mucho preparándome para este examen. ¡Sé que mi esfuerzo dará frutos!”.

Parte 4
Parte 4 de 4:
Alistarte la noche anterior

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    Averigua el lugar y la hora del examen. Vuelve a revisar tu información para garantizar que sepas con exactitud el lugar en donde tomarán el examen y la hora a la que deberás llegar. Con frecuencia, tendrás que llegar temprano para registrarte y dirigirte al salón que te hayan designado.
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    Programa tu despertador. Tómate un tiempo suficiente para levantarte, tomar una ducha (si prefieres ducharte en las mañanas), consumir un desayuno abundante y llegar al lugar en donde rendirás el examen.
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    Reúne todos tus implementos. Guarda todo lo que necesites para el examen en tu mochila o cualquier otra maleta autorizada, si se permite llevar una. Lleva los siguientes implementos:
    • lápices y borradores
    • bolígrafos (si están permitidos o si son necesarios)
    • calculadora (si está permitida o si es necesaria)
    • botella con agua
    • bocadillos
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    Consume una cena saludable y planea comer un desayuno igual de nutritivo. Los carbohidratos complejos son grandiosos para obtener una energía constante, ya que el cuerpo requiere más tiempo para descomponerlos. Disfruta una cena que aporte un equilibrio de carbohidratos complejos, proteínas y grasas saludables.
    • Planea comer un desayuno con un contenido de grasas saludables y proteínas mayor al de carbohidratos. Sin embargo, no elimines los carbohidratos por completo. La combinación de grasas saludables y proteínas harán que te mantengas satisfecho por más tiempo y evitarán que sufras una disminución súbita de energía en pleno examen.[23]
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    No estudies a último minuto para el examen. Si estás muy nervioso e intentas estudiar a último minuto, es probable que tu cerebro recuerde poco o nada de la última revisión. Tómate la noche libre para relajarte o hacer algo que te tranquilice.[24]
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    Duerme como mínimo 8 horas en la noche. Ve a dormir lo más temprano posible para cerciorarte de tener un mínimo de 8 horas de sueño. No obstante, es muy recomendable dormir 9 o 10 horas. De este modo, te sentirás más recuperado y tranquilo cuando despiertes a la mañana siguiente.

Consejos

  • Puedes contratar a un tutor o inscribirte en una clase de repaso. Estas son buenas opciones si necesitas a alguien que te tome pruebas sobre el material con frecuencia o que te lo vuelva a enseñar.
  • Bebe mucha agua. Esto te mantendrá hidratado y fresco, y hará que estés listo para afrontar los desafíos. El consumo de agua siempre será beneficioso.

Advertencias

  • No llegues tarde el día del examen. Si llegas tarde, es probable que no te permitan rendirlo.

Acerca de este wikiHow

Josh Jones
Coescrito por:
Tutor académico
Este artículo fue coescrito por Josh Jones. Josh Jones es el presidente ejecutivo y fundador de Test Prep Unlimited, un servicio de tutorías de preparación de GMAT. Josh creó el primer y único programa de garantía de puntaje del mundo para las tutorías privadas de GMAT. Ha realizado presentaciones en el QS World MBA Tour y ha diseñado planes de estudio de matemáticas para las Escuelas Públicas de Chicago. Tiene más de 15 años de experiencia en tutorías privadas y en la enseñanza en aula, y una licenciatura en Matemáticas otorgada por la Universidad de Chicago. Este artículo ha sido visto 8068 veces.
Categorías: Universidad