Enterarte de que tu hijo no se identifica como hombre o mujer puede ser bastante abrumador y no tiene nada de malo sentirse confundido. Recuérdale a tu hijo que lo amas incondicionalmente y agradécele por su honestidad. Si no entiendes por lo que está pasando, busca información sobre lo que es tener género expansivo o identificarse como trans o no binario. Si quieres ayuda para sobrellevar la transición, busca la guía de un pediatra que te apoye y un terapeuta que tenga experiencia en consejería con jóvenes de género expansivo.

Método 1
Método 1 de 4:
Apoyar a tu hijo

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    Exprésale tu gratitud por haber decidido decírtelo. Procura mantener la calma y no grites ni te alteres. Salir del clóset da miedo y probablemente no haya sido fácil para tu hijo juntar el valor para decírtelo. Cuando le respondas en el momento, dile que le agradeces su honestidad.[1]
    • Dile “Sé que esto no es fácil. Gracias por ser honesto conmigo. Es importante que podamos hablar abiertamente y nunca tengas miedo de compartir algo conmigo”.
    • Si te lo dijo y ya has reaccionado negativamente, pídele que se sienta para que converse contigo. Dile “Para mí fue mucha información para procesar y perdóname por reaccionar de mala manera. Sé que tuviste que juntar mucho valor para decírmelo y te agradezco que seas honesto conmigo”.
    • Sé honesto con tus sentimientos y asegúrale a tu hijo que lo amas a pesar de todo.
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    Dile que lo amas y lo aceptas. Tu hijo quizá tema que dejes de amarlo, así que dale tranquilidad. Haz lo posible por comprender que todavía es tu hijo, pero que es una persona con su propia identidad y libre albedrío. Aunque estés confundido o tengas miedo, déjale en claro que todavía lo amas pase lo que pase.[2]
    • Quizá creas o esperes que esta es una etapa y que ya se le pasará. Aunque se identifique con un género en el futuro, permitirle explorar la expresión de su género es importante para su salud mental.
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    Hazle preguntas y sigue la dirección de sus respuestas. Evita asumir cosas sobre su interpretación de ser de género no binario, en especial si es adolescente o un adulto joven. Procura no señalarlo, más bien pregúntale cómo le gustaría expresar su identidad. Hazle saber que no tiene que hablarlo si no quiere o si todavía no sabe la respuesta.[3]
    • Pregúntale “¿Te sientes a gusto con tu nombre o has elegido otro nombre? ¿Quieres que use otros pronombres en vez de ‘él’ o ‘ella’?”. Estos son, entre otros, “elle” o “elles”.
    • Pregúntale cómo quiere expresarse como no binario, por ejemplo, a través de su ropa o peinado. Pregúntale “¿Qué significa para ti expresarte como no binario? ¿Quieres ser abierto al respecto en la escuela y en público o necesitas un espacio de seguridad en casa por ahora?”.
    • Si tu hijo es adolescente o un adulto joven, averigua si ha pensado en el futuro. Pregúntale si está considerando someterse a tratamientos médicos que afirmen su género o cambiar su género legalmente (si el sexo “no binario” está disponible en tu jurisdicción).
    • Pregúntale qué puedes hacer para apoyarlo. De manera sincera y dócil, pregúntale “¿Qué puedo hacer por ti? ¿Hay alguna cosa en particular que necesites de mí?”.
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    Llama a tu hijo usando el pronombre y el nombre que haya elegido. Por más difícil que sea, referirte a él con el pronombre y el nombre de su elección es de vital importancia. Te tomará algún tiempo acostumbrarte, y no pasa nada si te equivocas, especialmente al principio. Sin embargo, procura comprender que la experiencia de tu hijo es legítima y respetar sus necesidades es importante.
    • Mira el género como un dial de radio en lugar de un interruptor: es un espectro. Quizá sea confuso y difícil de procesar, pero algunas personas no se identifican con el sexo asignado al momento de nacer.
    • Imagina cómo te sentirías si alguien se negara a llamarte con el pronombre y el nombre que consideras correctos. Llamar a tu hijo con el pronombre y el nombre incorrectos es igual de ofensivo.
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    Permítele anunciárselo a los demás conforme a sus propios términos. No se lo digas a nadie sin su permiso. Pregúntale cómo y cuándo le gustaría anunciárselo a otros familiares, en la escuela y en contextos sociales. Aunque quieras apoyarlo, no exhibas la identidad no binaria de tu hijo.[4]
    • Deja que tu hijo se lo anuncie a los demás y deje en claro su preferencia acorde a sus propios términos.
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    Infórmate más sobre la diversidad de género. Es común que los padres de hijos no binarios tengan preguntas; no tiene nada de malo estar confundido. Aprende más sobre las identidades de género y las diferencias entre sexo y género. Verás que el género es una construcción social y que la identidad de género no siempre es coherente con el sexo asignado al momento de nacer.[5]
    • Visita la página web de Gender Spectrum (disponible solo en inglés) para encontrar información sobre sicología de género, consejos para padres y testimonios personales escritos por niños de género expansivo y sus padres: https://www.genderspectrum.org.
    • Los grupos de apoyo y un consejero que conozca el tema de identidad de género también pueden ayudarte a encontrar recursos útiles.
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    Conecta a tu hijo con grupos de apoyo y consejería. Para niños y adolescentes más jóvenes, interactuar con personas que pasan por circunstancias similares es reconfortante. Además, los padres de otros jóvenes no binarios pueden compartir sus experiencias y darte consejos. La consejería también puede ayudarte a ti y a tu hijo a aceptar su identidad de género.[6]
    • Busca por internet profesionales de la salud mental y grupos de apoyo para niños no binarios o trans y sus familias. Busca consejeros que tengan experiencia con niños de género expansivo y les den su apoyo.[7]
    • Recuerda que buscar consejería no significa que haya algo de malo con el binarismo de género o la transexualidad. Evita usar la terapia como un medio para cambiar o reprimir la identidad de género de tu hijo.[8]

Método 2
Método 2 de 4:
Lidiar con tus emociones

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    Tómate el tiempo de procesar tu dolor. Date permiso para experimentar tu dolor o tristeza. No es malo sentir cierto grado de pérdida, así que laméntate, llora y desahógate en privado con un ser querido de tu confianza. Laméntate, pero procura centrarte en ayudar a tu hijo a expresar su yo auténtico y tener su mejor vida.[9]
    • Expresa tus emociones, pero procura no mostrarte demasiado afligido en frente de tu hijo. Dile que necesitas procesar tus emociones y que te adaptarás con el tiempo. Sin embargo, haz lo posible por no hacerle pensar que te ha decepcionado por completo.
    • El sentimiento de culpa también es común, pero no te culpes. La diversidad de género no es un trastorno y no está causada por una mala crianza de los hijos. No has hecho nada malo. Tu hijo es la misma persona que era antes de que te lo haya dicho y todavía es tu hijo.
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    Procura no perder la seguridad en ti mismo si otras personas critican. Hablar con seguridad puede impedir que familiares, amigos y conocidos te critiquen a ti o a tu hijo. Si algunas personas actúan con desdén, explícales que la autopercepción de tu hijo es legítima y su bienestar es tu prioridad.[10]
    • Supón que tu hijo de sexo masculino asignado finge ser una princesa a la hora de jugar y un amigo o familiar muestra su desaprobación. En lugar de tolerar la crítica o ser crítico, di algo como “No es genial que no tiene miedo de ser él mismo”.
    • No te sientas avergonzado por tu hijo y, salvo que su seguridad esté en riesgo, no lo excluyas de los eventos familiares. Recuerda que no hay nada de malo contigo o con tu hijo. Estarás haciendo lo correcto permitiéndole expresar su verdadero yo.
    • Prepárate para defender a tu hijo si los demás lo acosan o critican en tu presencia. Piensa de antemano en lo que harás y dirás para que estés preparado para este tipo de situaciones. La manera en que respondas demostrará tu apoyo hacia él.
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    Conversa con otros padres de niños LGBTQ. Busca por internet un grupo de apoyo local para amigos y familiares de niños de género expansivo. Si no estás listo para reunirte con otros padres en persona, busca foros en línea, tales como grupos de Facebook. Ya sea en persona o en línea, escuchar las historias de otros padres puede ayudarte a lidiar con tus propias emociones.[11]
    • Busca una sucursal local de PFLAG, que puede conectarte con otros padres y seres queridos de personas LGBTQ: https://www.pflag.org (disponible solo en inglés).
    • Buscar un consejero de manera individual (con tu pareja o con el padre o la madre de tu hijo) también puede ayudarte a procesar tus emociones.

Método 3
Método 3 de 4:
Criar a un niño de género expansivo

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    Dale oportunidades a tu hijo para que explore su género. Recuérdale que es normal y que no pasa nada si está confundido. Dale un espacio seguro para explorar sus intereses más allá de los estereotipos relacionados al género. Permítele jugar con una gran diversidad de juguetes y hacer diversas actividades, ya sea algo “masculino” o “feminino”.[12]
    • Procura ser consciente del bienestar emocional del menor. Por ejemplo, si se le asignó el sexo femenino al momento de nacer, pero usar vestidos le disgusta sobremanera, no la obligues a usar ropa femenina.
    • Quizá te resulte más cómodo dejar que tu hijo explore su expresión de género en casa solamente, en especial al principio. Si la mayoría de la gente en tu zona es intolerante con las personas LGBTQ, pregúntate si dejar que tu hijo explore su género públicamente es algo seguro.
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    Explícale con tacto que algunas personas podrían no aceptarlo. Procura no asustar a tu hijo ni hacerlo sentir que tiene algo de malo. Déjale en claro que lo amas pase lo que pase y que conocerá mucha gente que lo comprenderá. Sin embargo, dile que algunas personas podrían ser malas y que uno siempre se topa con un bravucón en algún momento u otro.[13]
    • Dile “La gente espera que los niños y las niñas se comporten de determinadas maneras o que jueguen con ciertos juguetes. No es malo si no quieres jugar con los juguetes o usar la ropa que la gente espera. Para muchas personas no es un problema, pero algunas pueden ser muy malas”.
    • Recuérdale que “Todos sufren bullying en algún momento. Si alguien se burla de ti, no dejes que te haga sentir mal. Haz lo más que puedas para ignorarlo, intenta mantener la calma y busca ayuda de un adulto”.
    • Como padre, es difícil saber que tu hijo podría encontrarse con situaciones adversas. Prepáralo cuidadosamente cuando exprese sus primeros impulsos de explorar su identidad de género. Con la edad, date cuenta de que reprimir su identidad puede ser incluso más doloroso que sufrir bullying. Incentiva a tu hijo a desarrollar sistemas de apoyo desde temprano para que siempre cuente con gente a quien recurrir.
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    Observa y espera, pero bríndale espacios seguros de exploración. Criar a un niño de género expansivo es algo delicado. Sus sentimientos son legítimos, pero quizá no tenga la madurez emocional o cognitiva para comprender o tomar decisiones a largo plazo. Si bien igual deberás dejar que explore su género, abstente de llevar a cabo transiciones a largo plazo, de índole social o física.[14]
    • Los niños se desarrollan a distintos ritmos. No hay una edad específica en la que uno empieza a tomar decisiones informadas. Un pediatra y consejeros comprensivos pueden ayudarte a determinar cuándo dar pasos importantes, tales como cuándo informarlo a su escuela o tomar en cuenta la terapia hormonal.
    • Por ejemplo, deja que tu hijo con sexo asignado masculino juegue con muñecas, si quiere, y no obligues a tu hija con sexo asignado femenino a usar vestidos. Sin embargo, en la mayoría de los casos deberás esperar a hacer una transición social hasta que tú y su consejero determinen que tu hijo o hija ha llegado a un nivel adecuado de desarrollo.[15]
    • En algunos casos, hay niños de 3 a 4 años que sufren de disforia de género, o angustia causada por el conflicto entre su identidad de género y sexo asignado. Para los niños que sufren de disforia de género, el enfoque de “observar y esperar” puede ser traumatizante. Un consejero puede ayudarte a decidir si hacer una transición abiertamente podría ser más saludable para tu menor hijo.
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    Busca orientación profesional si te preocupa la salud de tu hijo. Observa si muestra cambios repentinos de conducta, un comportamiento destructivo, cambios en sus hábitos de sueño o alimentación, ansiedad o problemas en la escuela. Si muestra estos signos o parece triste o retraído constantemente, podría estar sufriendo de disforia de género. Comunícate con su pediatra o con un sicólogo infantil para tratar cualquier punto que te preocupe de la salud mental o física de tu hijo.[16]
    • La no conformidad de género no es un trastorno. Sin embargo, vivir con un género que no es coherente con la identidad personal puede causar ansiedad y depresión, e incluso a infligirse daño. El pediatra y el consejero de tu hijo podrán ayudarte a sobrellevar la situación y darte consejos para satisfacer sus necesidades.[17]

Método 4
Método 4 de 4:
Ayudar a un adolescente no binario

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    Mantén líneas abiertas de comunicación con tu hijo adolescente. Procura tener conversaciones de calidad con él todos los días. Tienen oportunidades para conversar mientras lo llevas a la escuela o a la casa, durante el desayuno y a la hora de comer en familia. Hazle preguntas abiertas y dale toda tu atención cuando hable.[18]
    • Una pregunta abierta requiere más que un “sí” o “no” como respuesta, por ejemplo, “¿Cuál fue lo más interesante que aprendiste hoy?”.
    • Los temas como el bullying o la sexualidad son difíciles de llevar y pueden ser particularmente delicados para un adolescente no binario. Si creas un sólido lazo de confianza, tu hijo adolescente podría sentirse más a gusto hablando sobre temas delicados contigo.
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    Pregúntale sobre su imagen corporal. Trata de percibir si tu hijo parece inquieto o ansioso por su cuerpo. De vez en cuando, pregúntale cómo se siente con respecto a su cuerpo y si entra en conflicto con su percepción de identidad. A algunos preadolescentes y adolescentes no binarios les cuesta lidiar con los cambios físicos que ocurren durante la adolescencia.[19]
    • Este puede ser un tema incómodo de hablar, pero procura ser compasivo. Puedes sacar el tema a colación diciendo “Es difícil para cualquier adolescente pasar por la pubertad y ver que su cuerpo cambia. Puede ser incluso más difícil si el cuerpo no coincide con la autopercepción”.
    • Hazle preguntas, pero procura no hacerlo sentir señalado. Puedes decirle “¿Cómo te sientes con respecto a tu cuerpo? Sé que es un tema incómodo, pero recuerda que estoy para ti si quieres hablar sobre algo”.
    • Si no está a gusto con su cuerpo, sugiérele soluciones prácticas. Por ejemplo, pueden ser prendas que achaten su pecho y depilar su vello facial con cera o pinza.
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    Coopera con los maestros y el director de tu hijo si son abiertos en la escuela. Si tu hijo ha anunciado su estatus de género o quiere hacerlo, convérsalo con el consejero y el director de la escuela. Pregúntales cómo es el ambiente entre los alumnos, sobre la seguridad de tu hijo y qué hacen para educar a los alumnos sobre la cuestión LGBTQ.[20]
    • Además, tú o tu hijo pueden escribir una carta a la administración de la escuela donde le informen al personal el nombre y el pronombre de preferencia de tu hijo.
    • Ten presente que un grupo de apoyo para jóvenes de género expansivo puede ayudar a tu hijo adolescente a sobrellevar la adversidad en la escuela.
    • Si vives en una zona intolerante con las personas LGBTQ y consideras que la seguridad de tu hijo podría estar en riesgo, comunícale tus inquietudes. Dile con delicadeza “Comprendo que esto es difícil, pero te ruego que recuerdes que tu seguridad es primero. Te quiero y no quiero que termines herido. No puedo impedirte expresar lo que eres, pero nuestra comunidad no es tan tolerante como otros lugares”.
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    Consulta sobre los tratamientos que afirman el género con profesionales médicos. Algunas personas no binarias toman bloqueadores de hormonas para demorar la pubertad o alterar los niveles de estrógenos y testosterona. Si tu hijo está interesado en los tratamientos hormonales, consulta los riesgos y los beneficios con su pediatra.[21]
    • Un pediatra y un profesional de la salud mental con experiencia en disforia de género pueden ayudarte a ti y a tu hijo a decidir si la terapia hormonal es el camino correcto.
    • Los tratamientos hormonales pueden aplicarse mediante inyección, vía tópica u oral. Los efectos secundarios dependen del régimen de tratamiento, pero pueden ser, entre otros, menor densidad ósea, subida de peso, cambios en el estado de ánimo y dolor o irritación en el lugar de inyección.[22]
    • Si necesitas ayuda para costear los tratamientos, busca por internet organizaciones benéficas LGBTQ que ofrezcan subvenciones para terapias hormonales.

Consejos

  • Es normal que los padres de jóvenes LGBTQ tengan temor de que sus hijos sufran bullying o daños. Si bien puedes darles tu orientación, no es posible controlar su identidad y cómo se expresan. Quizá sea difícil, pero tienes que aceptar a tu hijo por lo que es.
  • Una reacción negativa puede ser traumática. Aunque estés confundido o no lo apruebes, recuérdale a tu hijo que lo amas. Recuerda que sigue siendo tu hijo a pesar de su identidad de género.
  • Si usas el pronombre o el nombre equivocado por error, solo corrígete y prosigue con la conversación.

Advertencias

  • La disforia de género puede causar ansiedad, depresión y daños autoinfligidos graves en jóvenes trans y no binarios. Contacta con un profesional de la salud mental comprensivo y experimentado si te preocupa el bienestar de tu hijo.

Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 5508 veces.
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