Las relaciones, ya sean platónicas, familiares o románticas, pueden ser un desafío. A menudo las personas resultan heridas y toma tiempo y esfuerzo reconstruir la relación. La reconciliación es posible si ambas personas se comprometen. Puedes superar esta situación y mantener tu dignidad si la abordas de la manera correcta.

Parte 1
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Prepararte para la reconciliación

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    Debes reconocer que es diferente del perdón. Las personas a menudo confunden el perdón con la reconciliación. El perdón es algo que solo requiere de una persona, pero la reconciliación requiere de dos personas. Si alguien no quiere reconciliarse, no lo podrás hacer solo. Si la otra persona no está lista, es posible que aún no sea momento para reconciliarse.[1]
    • Nunca ruegues o te humilles para que la otra persona te hable o escuche lo que tienes que decir. Tú eres el único que tiene control sobre tus propias acciones.
    • Si la otra persona no quiere hablar contigo acerca de la situación, dale tiempo y espacio.
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    Ten expectativas realistas. Debido a que la reconciliación es un proceso, no esperes que las cosas vuelvan a la normalidad después de una conversación. Concéntrate en las pequeñas victorias en el camino en lugar del resultado final.[2] Toma tiempo para que una relación sane.
    • Un ejemplo de una pequeña victoria sería tener una conversación agradable o debatir un problema sin alzar la voz.
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    Haz tu ego a un lado. La reconciliación requiere de honestidad. Sin importar si fuiste el que ofendió o el ofendido, prepárate para escuchar cosas sobre ti que quizá no te gustarán.[3] Debes estar dispuesto a admitir que te equivocaste, que te sentiste herido y a ver las cosas desde la perspectiva de la otra persona.
    • Tu deseo y disposición para reconciliarte muestra tu fortaleza.
    • Puede ser útil documentar estos sentimientos antes de hablar con la persona. Esto te permitirá analizar tus pensamientos y anticiparte a algunas conversaciones que tendrán.
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    Evalúa la relación rota. Tómate un tiempo para sentarte y pensar acerca de qué fue lo que no funcionó en la relación. Anota los problemas específicos y cómo contribuiste a estos problemas. Asimismo, anota posibles soluciones a los problemas que identificaste.[4]
    • Esto te ayudará a permanecer concentrado cuando hables con la otra persona y le mostrará que tienes el compromiso de trabajar en la relación.
    • Mientras haces una lluvia de ideas para encontrar posibles soluciones, piensa en el problema en específico y anota cómo contribuiste al problema y el efecto que tuvo en la otra persona.
    • Esto podría ser difícil ya que es posible que aún sientas ira o resentimiento hacia esa persona. Tendrás que tomar la decisión consciente de ponerte en los zapatos de la otra persona.
    • Imagina cómo se siente la otra persona. ¿Se siente enojada, herida o disgustada? Piensa en alguna vez en la que hayas sentido las mismas emociones. Esto te permitirá establecer una base en común con la otra persona.[5]

Parte 2
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Comenzar con el proceso de reconciliación

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    Declara tu deseo por obtener un resultado positivo. Comienza el proceso al decirle a la otra persona tus intenciones. Cuando se pierde la confianza, es posible que sea difícil estar seguro de las intenciones de la otra persona. Es importante que expreses tu deseo genuino de hacer que la relación funcione.[6]
    • Puedes decir algo como "sé que las cosas no han ido bien entre nosotros, pero realmente me gustaría hacer el esfuerzo para que las cosas mejoren".
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    Reconoce cualquier sentimiento de ira o resentimiento. Lo más probable es que tanto tú como la otra persona se sientan heridos o maltratados. No debes pretender que estos sentimientos no existen. Dile a la otra persona por qué te sientes enfadado o resentido. También debes dejar que la otra persona exprese cualquier sentimiento de ira que sienta.[7]
    • Puede ser útil anotar tus sentimientos antes de hablar con la persona. Si no lo haces antes de hablar, la otra persona y tú pueden anotar cómo se sienten e intercambiar lo que escriban.
    • Cuando alguien exprese su ira hacia ti, no seas desdeñoso. Evita decir cosas como "no deberías sentirte de esa manera" o "eso no tiene sentido". En lugar de ello, intenta decir algo como "tienes derecho a sentirte de esa manera" o "comprendo la razón".
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    Escucha la perspectiva de la otra persona. Deja que la otra persona hable acerca de la relación desde su punto de vista. Comprender ambos puntos de vista del problema evitará que cometas el mismo error en el futuro. La otra persona y tú necesitan empatizar el uno con el otro.[8] La empatía también puede aliviar los sentimientos que te hacen sentir herido o molesto.
    • Pregúntate qué harías si estuvieras en los zapatos de la otra persona. Piensa en cómo te sentirías, cómo reaccionarías y qué expectativas tendrías acerca de ti mismo.
    • Préstale toda tu atención a la persona cuando hable. No pienses en tu respuesta mientras la otra persona habla. Espera a que haya terminado antes de responder.
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    Discúlpate por cualquier cosa que hayas hecho mal. Después de haber debatido los sentimientos y emociones, debes disculparte por cualquier forma en la que hayas contribuido a aquellos sentimientos.[9] Cuando te disculpas por haber herido a alguien, validas ese sentimiento. Es tu manera de decir que respetas y sientes empatía por lo que la otra persona experimentó.[10] Tu disculpa debe especificar el remordimiento por lo que hiciste, que tomarás responsabilidad por tus actos y que estás dispuesto a hacer algo de verdad para que la situación mejore.[11]
    • Disculparte con alguien no es algo por lo que debas avergonzarte. Es necesario ser una gran persona para poder disculparse. Esto no necesariamente significa que seas débil.
    • Puedes simplemente decir algo como "lo siento por haberte hecho sentir mal, no debí hacer lo que hice y no lo volveré a hacer". Intenta ser lo más específico que puedas mientras te disculpas. Es posible que una disculpa imprecisa no le parezca genuina a la otra persona.[12]
    • Si aceptas una disculpa, agradécele y reconoce lo que ha hecho. Puedes decir "acepto tu disculpa" o "acepto tu disculpa, sé que fue difícil para ti".
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    Pide o acepta el perdón. Una vez que te hayas disculpado por lo que hiciste mal, es hora de comenzar el proceso de perdón. Tu disculpa señala que te arrepientes de lo que hiciste y tomarás responsabilidad, pero el perdón va más allá de solo reconocerlo. El perdón te permite expresar si te sientes herido o resentido, comprender la raíz de tus emociones, ser honesto con lo que hiciste mal y pedirle a la otra persona que te perdone. Si eres el que acepta el perdón, esto no te hará débil o significará que justificas el comportamiento de la otra persona.[13]
    • El perdón es una elección. Ambas personas liberan la ira, el resentimiento y la culpa.[14]
    • No aceptes o pidas perdón si no es genuino. Si no estás listo para perdonar, hazle saber a la otra persona. Puedes decir algo como "aún lidio con esto, ten paciencia conmigo".
    • Si la otra persona no quiere perdonarte, no tienes que rogarle para que te perdone. Todo lo que puedes hacer es intentar. Puedes mantener tu dignidad y esperar a que la otra persona se acerque.
    • El perdón hace que la reconciliación sea más fácil, pero no es un requisito. Incluso si tú o la otra persona no están listos para perdonar, la reconciliación aún es posible.[15]
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    Enfócate en el presente. Una vez que hayan debatido sus sentimientos, se hayan perdonado y disculpado, es importante enfocarse en los siguientes pasos. Mencionar conversaciones pasadas y conductas antiguas puede ser dañino para el proceso de reconciliación.[16] La reconciliación se centra en reconstruir y reparar la relación.
    • Acuerden dejar el pasado atrás de manera mutua. Comenten por turnos su visión del futuro de la relación.
    • Haz una lista de elementos de acción práctica. Pueden acordar cosas simples como conversaciones telefónicas semanales o una cena al mes.
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    Comienza a reconstruir la confianza. La confianza es la base de cualquier relación. Una vez que se ha roto, toma tiempo y esfuerzo volver a tener confianza. Tanto tú como la otra persona deben continuar comunicándose de manera abierta y honesta, ser consistentes con sus acciones y ser pacientes.[17] A veces habrán algunos retrasos.
    • Tus palabras y tus acciones necesitan estar en concordancia. Si le dices a la otra persona que pasarán tiempo juntos o la llamarás el fin de semana, entonces cúmplelo.
    • Si heriste los sentimientos de la otra persona, discúlpate de inmediato. Si te hirieron, coméntalo y hazle saber a la otra persona.

Consejos

  • Sé paciente y no esperes que las cosas vuelvan instantáneamente a ser como antes.
  • No te desanimes si las cosas no salen como las habías planeado.
  • La cantidad de tiempo que tome la reconciliación dependerá de las circunstancias específicas de la relación y las características personales de los involucrados. Cada relación es diferente.

Acerca de este wikiHow

Jessica George, MA, CHt
Coescrito por:
Coach profesional de vida
Este artículo fue coescrito por Jessica George, MA, CHt. Jessica George es coach profesional de vida y la cofundadora de Evolve Therapy Coaching con sede en Glendale, California. Con más de 20 años de experiencia, se especializa en terapia híbrida y servicios de coaching, asesoría de pareja e hipnoterapia clínica. Tiene una licenciatura en la Universidad de California, Santa Bárbara, además de una maestría en psicología de consejería y terapia del habla de Ryokan College. También recibió una certificación como coach profesional de vida en la Fowler Academy y una certificación sobre relaciones de posibilidades infinitas. Es miembro de la International Board of Coaches and Practitioners (IBCP). Este artículo ha sido visto 43 139 veces.
Categorías: Relaciones