Se puede emplear un prólogo para introducir una obra de no ficción, como por ejemplo, un libro, una disertación o una tesis. Además, el prólogo facilitará información sobre tu experiencia para darte credibilidad, así como el motivo de la redacción del libro. Escribir un prólogo puede parecer complicado al principio, pero te resultará un proceso sencillo si lo consideras como una introducción a tu obra, aunque también deberás revisarlo antes de publicarlo.

Parte 1

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    Describe tu experiencia. De esta manera, el lector tendrá la oportunidad de conocerte y, en muchos casos, suele ser la única oportunidad para dirigirte a él. Incluye tu experiencia académica y profesional, y presta especial atención a los detalles que conciernan a la temática de tu obra.[1]
    • Facilita tus credenciales si son importantes para la materia. Por ejemplo, en la escritura de un libro sobre el trastorno bipolar, resultaría conveniente explicar tu experiencia profesional y académica como psiquiatra. Para que esta sección sea informal, puedes optar por redactarla en forma de anécdota.
    • Por ejemplo: "Cuando logré mis titulaciones en psicología, empecé a reconocer la importancia de los productos farmacéuticos para el tratamiento de las enfermedades mentales, por lo que cursé una titulación en medicina. En mis diez años de práctica, he atendido a más de cien pacientes con trastorno bipolar, y la mayoría puede controlar su afección con medicamentos y ayuda profesional".
    • En el caso de una autobiografía, puedes escribir: "Convertirme en padre de acogida transformó mi vida y la de los niños que vinieron a vivir conmigo. Pensé que solo iba a ayudarlos, pero cuidarlos también me sirvió de mucho personalmente".
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    Comenta cuál fue tu inspiración para el proyecto de escritura o la investigación, si corresponde. El lector podría estar interesado en saber qué o quién te impulsó a elegir esa materia en particular y, del mismo modo, puede que desees compartir tu inspiración para ayudar a la gente a entender el propósito de tu obra, aunque no es necesario.[2]
    • Podrías redactar: "Después de observar que muchos de mis pacientes lograban un cambio por completo, me percaté de que mis estrategias terapéuticas podían servir de ayuda a otros. Por ello, decidí escribir este libro para ayudar a otros profesionales de la salud mental a tratar a sus pacientes a través de mis métodos".
    • Si se tratara de un texto histórico de no ficción, podrías escribir: "El Antiguo Egipto me ha cautivado desde que vi por primera vez La momia, cuando era pequeño. Después de años de investigación, por fin puedo aportar mis propios conocimientos".
    • En el caso de que vayas a redactar una autobiografía, puedes poner: "Después de compartir mis experiencias con otras personas gracias a iniciativas de divulgación, me di cuenta de que podía ayudar a otros con la historia de mi vida".
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    Comunícale al lector por qué tu texto es importante. ¿Por qué el lector debería leer tu texto? ¿Qué hace que tu obra sea valiosa? Aclara las respuestas a estas preguntas en el prólogo y, de esta forma, ayudarás al lector a comprender las lagunas en la investigación que estés llevando a cabo, o lo que podría ganar con la lectura de tu obra.[3]
    • Por ejemplo: "Mis métodos terapéuticos se centran en un enfoque integral y holístico que difiere de muchos protocolos de tratamiento" o "A través de mi investigación, he adquirido una nueva perspectiva sobre las pirámides de Guiza que compartiré a través de este libro".
    • Si vas a escribir una autobiografía, podrías decir: "Como ávido lector, tuve que admitir que no había muchas historias como la mía".
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    Explica quién es tu público objetivo. Esto le permitirá saber al lector si tu obra es adecuada para él. Aunque probablemente querrás contar con el mayor número de lectores posible, hacerles saber con anticipación a quién está dirigida la obra te ayudará a impedir que algunos se sientan decepcionados.[4]
    • Por ejemplo: "Redacté este libro para profesionales de la salud mental, pero a cualquier individuo que se le haya diagnosticado un trastorno bipolar también le puede resultar útil" o "Este libro es para todos los amantes de la historia como yo".
    • En caso de querer introducir una autobiografía, puedes poner: "Este libro está destinado a todos los que luchan por encontrar su lugar en el mundo".
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    Dale al lector una idea de lo que puede encontrar en el texto. De este modo, el lector se formará sus expectativas y, además, sabrá a qué prestar atención durante la lectura. En suma, puede ayudarte a transmitir el mensaje de una manera más efectiva.[5]
    • Por ejemplo: "Este libro ilustrará mis métodos terapéuticos y las mejores prácticas. Asimismo, proporciono ejercicios de ejemplo y diez estudios de casos detallados".
    • Otra opción: "Mientras estuve en Egipto, recopilé historias y hechos, y los compartiré con ustedes junto con las fotos que saqué sobre la marcha".
    • El prólogo de tu autografía puede incluir: "En mi libro, hablo de mis experiencias y de cómo estas me cambiaron. Encontrarán historias y recuerdos que espero que les lleguen al corazón".
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    Ofrece planteamientos interesantes acerca de tu obra. Aunque no sea obligatorio, puede que quieras incluir detalles adicionales sobre la obra porque consideres que el lector los va a disfrutar, o bien porque le ayudará a una mejor comprensión. Si tienes que compartir planteamientos interesantes, el prólogo es el lugar perfecto para hacerlo.[6]
    • Por ejemplo: "Antes de escribir este libro, publiqué ocho trabajos revisados por otros expertos sobre mi manera de trabajar con pacientes" o "Entre mis fotos, se puede ver una momia que nunca había sido fotografiada".
    • Una autobiografía puede contener: "Durante mis años como padre de acogida, acogí a 152 niños. Todavía sigo en contacto con 54 de los que cuidé. Cada uno de ellos ocupa un pedazo de mi corazón".
    • Como ejemplo, podrías leer el prólogo de El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde. Si bien esta novela es una obra de ficción, Wilde incluye un prólogo para proporcionarle al lector una serie de declaraciones contradictorias que inspiraron su obra.
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    Incluye tus agradecimientos si lo prefieres. Puedes homenajear a las personas que te hayan ayudado en la investigación, escritura o edición, como por ejemplo, dar las gracias a tu comité de investigación, si formaras parte de uno.[7]
    • En este sentido, puedes añadir: "Quiero agradecer especialmente a Sarah López, quien fue mi asistenta de investigación durante todo el proyecto" o "Me gustaría darle las gracias a mi familia de acogida en Egipto, que ha sido mi pilar a lo largo de las tres visitas de investigación".
    • Si se tratara de una autobiografía, puedes anotar: "Gracias a mi familia por apoyarme en todos estos años, y gracias a cada niño que me ha dejado ser su madre adoptiva".
    • Solo es recomendable que añadas los agradecimientos si tienes que rendirles homenaje a unas pocas personas. Si son varias, es mejor crear una sección de agradecimientos aparte.
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Parte 2

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    Repasa el prólogo y busca los aspectos que se tengan que trabajar. Una buena escritura siempre implica correcciones, así que asegúrate de revisar y editar el prólogo. Empieza repasándolo tú mismo y toma notas de cualquier mejora. Comprueba lo siguiente:[8]
    • estructura variada de oraciones
    • fácil lectura
    • oraciones continuas
    • fragmentos de oraciones
    • errores gramaticales y ortográficos
    • problemas con la elección de palabras
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    Pídele a un amigo o compañero de confianza que revise el prólogo. Es más probable que otras personas detecten los errores antes que tú porque sabes lo que estás intentando decir. Como cuatro ojos ven más que dos, te ayudarán a identificar pasajes donde sea necesario trabajar más. Dile a esa persona que escriba sus comentarios en tu prólogo para que puedas retroceder y hacer las correcciones.[9]
    • Si vas a trabajar con un comité, pídele a uno de los miembros que repase el prólogo.
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    Revisa el prólogo según los comentarios. Utiliza tus propios comentarios y los de la persona que te ayudara a revisar la obra. Vuelve a redactar los pasajes que necesiten ayuda, así como las oraciones continuas o los fragmentos de oraciones. Si es posible, sustituye las palabras por otras mejores y, al final, corrige cualquier error ortográfico y gramatical.[10]
    • Es aconsejable que revises el prólogo varias veces.
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    Corrige el prólogo. Detecta y soluciona los errores tipográficos y fíjate en las palabras que estén bien escritas, pero que hayas empleado incorrectamente, como "asimismo" frente a "a sí mismo". Por otra parte, corrige cualquier problema de gramática y ortografía.[11]
    • También puedes solicitarle a otra persona que corrija el prólogo, ya que esta podrá hallar mejor los errores tipográficos y de otro tipo. Suele ser más difícil detectar los propios errores.
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Parte 3

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    Redacta el prólogo solo después de haber escrito el libro o el trabajo. Es complicado saber qué incluir en el prólogo si aún no has finalizado la escritura del texto. De hecho, es probable que te resulte más sencillo redactarlo cuando hayas completado el resto del texto. ¡Deja el prólogo para el final!
    • Si escribes el prólogo antes que el texto, posiblemente tendrás que rehacerlo cuando el libro o el trabajo esté terminado.
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    Verifica los requisitos del formato para la publicación. Puede que vayas a elaborar el prólogo de un libro, un artículo, un trabajo académico o de un texto similar, y cada una de estas diversas publicaciones tienen requisitos distintos de formato. Por lo tanto, procura seguir los correctos.
    • Si estás trabajando con un editor, solicítale el formato correcto.
    • En el caso de un artículo de revista o de un trabajo de investigación, consulta las directrices de presentación o contacta con el editor.
    • Si vas a escribir una tesis académica o una disertación, pregunta en el colegio o comité cuál es el formato específico que prefiere, aunque también es probable que puedas acceder a una plantilla.[12]
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    Dirígete al lector directamente. Un prólogo es diferente a otras partes del texto. Por lo general, es mucho más informal, como si estuvieras conversando con el lector antes que este comience a leer el texto. Emplea tu prólogo como una oportunidad para conectar con el lector.[13]
    • Por ejemplo: "He concebido mi investigación para ayudarte a ti, lector, a abordar el campo de la robótica desde un nuevo punto de vista".
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    Evita poner la información fundamental solo en el prólogo. Posiblemente, muchos lectores se saltarán el prólogo, lo que significa que pasarán por alto cualquier información esencial que se proporcione en él. Asegúrate de facilitar también esta información más adelante en el texto.[14]
    • Así, por ejemplo, puede que quieras incluir la experiencia en la materia que te inspiró a realizar este proyecto de investigación. Se trata de una buena idea siempre que también añadas la información en la sección oportuna del texto.
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    Redacta el prólogo en dos páginas en la mayoría de los casos. Es mejor elaborar un prólogo breve y conciso directo al grano, ya que no es lugar para florituras ni detalles adicionales. No obstante, existen algunos casos en los que podrías preparar un prólogo más detallado para añadir una historia larga sobre la experiencia, con la que el lector pueda disfrutar o beneficiarse.[15]
    • Por ejemplo, es posible que estés escribiendo un libro que se base en décadas de investigaciones o que haya surgido de un incidente interesante. Si fuera este el caso, puedes optar por la redacción de un prólogo más largo para compartirlo con el lector, y se trata de una decisión que debes tomar por ti mismo.
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Consejos

  • No te estreses con el prólogo. Es la parte de tu texto donde te puedes expresar de manera informal.
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Advertencias

  • Los lectores no suelen leer el prólogo, de ahí que tu obra deba ser independiente de este.
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Acerca de este wikiHow

Christopher Taylor, PhD
Coescrito por:
Profesor de inglés
Este artículo fue coescrito por Christopher Taylor, PhD. Christopher Taylor es un profesor asistente adjunto de inglés en Austin Community College en Texas. Recibió su PhD en Literatura Inglesa y Estudios Medievales en la Universidad de Texas en Austin en 2014. Este artículo ha sido visto 3984 veces.
Categorías: Escritura
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