Una de las cosas más difíciles de la paternidad es ver a tu hijo pequeño, dulce y que solía adorarte transformarse en un adolescente insolente y que tiene una actitud brusca. Tu hijo adolescente puede enfadarte mucho, pero es importante que tengas un plan concreto para castigar el mal comportamiento y fomentar uno bueno si quieres tener un hogar pacífico. En lugar de perder la paciencia, utiliza este artículo que te brinda consejos para responder ante la actitud irrespetuosa de tu hijo adolescente.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Calmar la situación en el momento

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    No alces la voz. Los estudios demuestran que gritarle a un adolescente empeora en realidad su comportamiento, sin importar cuánto puedas creer que se lo merezca.[1] Es posible que se sienta bien a corto plazo, pero la paternidad se trata de mejorar el comportamiento de los hijos, no de hacer que te sientas bien. No te permitas responderle con gritos sin importar cuán difícil sea, incluso si tu hijo adolescente te grita con todas sus fuerzas.
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    Trata de mantener al adolescente calmado. Una persona no se siente bien si se le grita, incluso si mantiene la calma. Asimismo, tienes que quitarle el hábito a tu hijo de alzarte la voz antes de que comience a pensar que es un comportamiento aceptable.
    • Sé comprensivo con tu hijo y explícale por qué no sirve de nada gritar si es un comportamiento relativamente nuevo. Dile: "Comprendo que estés alterado, pero gritar no aporta nada más que disgustarnos a ambos. En cuanto más encolerizados estemos, menos probabilidades habrá de que lleguemos a un final feliz".
    • Sé más firme si es un comportamiento repetitivo. Dile: "Me esforzaré bastante para no alzarte nunca la voz sin importar cuán alterado esté. Espero la misma cortesía de ti".
    • Establece límites firmes y estrictos con un tono seguro si tu hijo adolescente tiene el hábito de ser insolente contigo. Dile: "No sé qué crees que vas a lograr al ser sarcástico conmigo. Al final, sigo siendo tu padre, y tienes que cuidar tu tono y bajar la voz antes de que duplique tu castigo".
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    Piensa antes de hablar. Todas las personas pueden recordar una vez en la que se molestaron con alguien sin pensar primero en lo que decía. Normalmente, se arrepienten de inmediato. Toma algunos segundos resolver tu reacción inmediata de frustración o ira antes de responderle a tu hijo. Este actúa por una razón descontroladamente emocional, pero depende de ti como adulto y padre hablar razonablemente.
    • No te preocupes por expresar tu frustración, pero en vez de eso, enfócate en lo que puedes decir que suscite verdaderamente el comportamiento deseado de tu hijo.
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    Respira. Puede servir de ayuda respirar hondo por algunos minutos para controlar tu respiración y tu ritmo cardíaco. Puedes lograr tener una mentalidad más calmada al reducir conscientemente los síntomas físicos de agitación. Contar hasta diez es una herramienta útil, aunque es posible que se demore más en lograr que te controles.
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    Retírate de la situación. Tienes que tomar un descanso de la conversación y pedirle a tu hijo adolescente que haga lo mismo si tu reacción es tan pronunciada que respirar hondo y contar hasta diez no funciona. Haz algo que libere el estrés mientras te calmas, como leer un libro, tejer, cocinar, acostarte y cerrar los ojos; haz lo que tengas que hacer para sentirte mejor.
    • "Estoy tan molesto ahora como para hablar con calma, al igual que tú. Me preocupa que digamos comentarios hirientes, así que debemos tomar un descanso".
    • "Te amo demasiado, pero creo que tenemos que separarnos por quince minutos antes de continuar con esta discusión".
    • "Vayamos a nuestras habitaciones y calmémonos. Cuando me sienta listo para hablar, te esperaré en la sala, y harás lo mismo si te calmas antes que yo".
    • La conversación no se debe retomar hasta que ambos se calmen emocionalmente.
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    No incrimines.[2] Utiliza la primera persona, en vez de la segunda al hablar. Cuando las emociones se incrementan, escuchar la palabra "tú" una y otra vez hará que cualquier persona se sienta atacada, y eso no es lo que quieres. Trata de hacerle comprender a tu hijo adolescente cómo sus palabras y acciones dificultan la vida de las personas a su alrededor, incluyéndote a ti, en vez de atacarle por su mala actitud. Por ejemplo, trata de decir:
    • "Me siento mal cuando me hablas de esta manera", en vez de "Tienes una mala actitud".
    • "Me canso por trabajar y limpiar el desorden de todas las personas en la casa", en vez de "Nunca limpias tu desorden".
    • "Tu padre o madre pasa por un momento difícil en este momento", en vez de "Tienes que ser más amable con tu padre o madre".
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    Anticipa los periodos de problemas. Presta atención a las situaciones que parecen suscitar el peor comportamiento de tu hijo adolescente. Es posible que tu hijo adolescente esté más irritable justo después de la escuela, pero que se calme después de comer una merienda o tener una siesta. Es posible que reaccione más cuando tenga mucho trabajo en la escuela o cuando pelee con un amigo o una pareja.
    • Tienes una oportunidad de brindarle más margen o de disminuir proactivamente su estrés al estar alerta ante las situaciones que incentivan el peor comportamiento de tu hijo adolescente.
    • Sé proactivo al facilitarle más la vida: acondiciona meriendas en la cocina después de la escuela, ayúdale con su tarea, etc.
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    No tomes personalmente sus comentarios. Si bien es cierto que es muy difícil ver a tu hijo pasar de ser un niño dulce y amoroso a ser un adolescente agresivo, tienes que recordar que hasta cierto grado, su actitud insolente no guarda relación contigo. Un niño sano comenzará a desarrollar una consciencia nueva y sorprendente acerca de que los adultos no son infalibles, incluyendo su padres, lo que sucede en el comienzo de la adolescencia temprana (entre los doce y catorce años).[3] A medida en que tu hijo lidie para reconciliar lo que siempre ha pensado de ti con la nueva comprensión que indica que eres un ser humano con defectos, es muy normal que estalle en ira de vez en cuando antes de aprender cómo respetarte como adulto.
    • Recuerda que no es solo tu hijo. Habla con tus amigos que tengan hijos de casi la misma edad y verás que todos los adolescentes actúan parecido.
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    Cambia tu perspectiva acerca del comportamiento. El mal comportamiento es un niño es indignante y es muy difícil superar la frustración que sientes merecidamente. Sin embargo, será mucho más fácil que mantengas la calma si tratas de considerar la experiencia desde su perspectiva. Recuerda tu propia adolescencia. Lo más probable es que hayas dicho algunos comentarios hirientes a tus padres. Algunas cosas que debes recordar de tu vida desde el punto de vista de tu adolescencia son:
    • El egocentrismo o la creencia de que su interpretación de la situación es la única interpretación posible y correcta es una parte normal del desarrollo cognitivo.[4]
    • El cerebro de tu hijo desarrolla la capacidad de superar el egocentrismo, pero este proceso no termina todavía. Por ejemplo, cuando tenía tres años, se paraba en frente de la televisión y no entendía que solo porque podía ver la televisión no quería decir que otras personas podían ver a través de su cuerpo. Como adolescente, ha crecido y superado eso, pero aún existen algunas cosas por superar.
    • El cerebro de un adolescente se desarrolla de una manera que le permite comprender lo abstracto de una nueva manera y por primera vez.[5] Las injusticias parecen estar en todas partes, pero sin la sabiduría que se adquiere con la experiencia en la vida y sin la habilidad cognitiva para resolver las repercusiones lógicas de su pensamiento abstracto.
    • Debido a esto, los adolescente se encolerizan increíblemente por temas que parecen insignificantes desde la perspectiva de un adulto. Sin embargo, recuerda que sus cerebros siguen desarrollando unas funciones cognitivas importantes que les permiten ver como tú, como un adulto, con el paso del tiempo.

Parte 2
Parte 2 de 4:
Establecer repercusiones

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    No ignores el comportamiento. Si bien es cierto que la paternidad es un dictamen diario en el que se puede morir, existe una diferencia entre mantener la calma y permitir que tu hijo adolescente no sea castigado por su mal comportamiento. A pesar de que no quieras pelar con tu hijo siempre que murmura o voltea los ojos, debes hacer que participe en las discusiones frecuentemente para enviar el mensaje claro de que ese comportamiento es inapropiado.
    • Decide qué comportamientos tolerarás y cuáles resolverás.[6]
    • Un método puede consistir en permitir la descortesía no verbal, como los suspiros excesivos y las muecas con los ojos, mientras resuelves la réplica insolente verbal.
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    Sé claro acerca de tus expectativas. Tu hijo adolescente no podrá permanecer dentro de tus límites si no tiene un sentido claro de cuales son en cuanto a las interacciones familiares. Crear un contrato explícito y escrito acerca de las repercusiones para responder con insolencia y para otro mal comportamiento es una buena manera de establecer los límites.[7] A pesar de que la confrontación sea extenuante, es muy importante que seas un comunicador verbal cuando tu hijo infrinja el contrato. Sé explícito acerca de qué comportamiento o lenguaje de tu hijo adolescente cruza la línea entre el comportamiento aceptable y la falta problemática de respeto. Por ejemplo:
    • Dile "No hay ningún problema con que me digas que estás muy cansado como para limpiar tu habitación. Entiendo que tienes mucho trabajo escolar. Sin embargo, alzarme la voz no es aceptable, y solo causará que te dé un castigo cada vez que actúes así".
    • Dile "Es posible que no puedas controlar tus muecas con los ojos, pero puedes controlar el hecho de alzar la voz y ser sarcástico. Eso cruza la línea de lo aceptable".
    • Dile "Respeto que te aflija el hecho de que te castigue; yo también me sentiría así. Sin embargo, a pesar de que estoy molesto contigo ahora, no te he insultado. Tienes permiso de molestarte conmigo, pero no puedes utilizar un lenguaje irrespetuoso".
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    Da castigos regulares y predecibles para un mal comportamiento. Tu hijo adolescente no recibirá el claro mensaje acerca de las repercusiones de su manera insolente de responder si aplicas castigos fortuitamente. Explícale a tu hijo qué repercusiones se darán para un mal comportamiento de modo que sepa exactamente qué sucederá cuando actúe así. Por ejemplo, dile:
    • "Comprendo que seas joven y que algunas veces pierdas la paciencia. Sin embargo, te reduciremos a la mitad tu mesada si nos alzas la voz dos veces en una semana".
    • "Utilizar insultos en esta casa causará que se te castigue el fin de semana; no hay excusas".
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    Cumple siempre con la aplicación de los castigos. Es posible que pienses que pasarás todo el día imponiendo castigos si cumples con la aplicación de las repercusiones siempre que tu hijo adolescente actúe mal, ¡pero nadie dijo que la paternidad sería fácil! Enviarás mensajes confusos a tu hijo adolescente si aplicas irregularmente los castigos al dejar que no sea castigado por su comportamiento algunas veces y al castigarle en otras oportunidades. Los adolescentes están programados para retar los límites, así que estos deben ser firmes.
    • "Sabes muy bien que alzar la voz dos veces en la casa hará que se reduzca tu mesada. Controla tu temperamento ahora o ya sabes lo que sucederá".
    • "Prometer que no me responderás insolentemente otra vez no cambia el hecho de que lo hayas hecho justo ahora. Conoces cuáles son las repercusiones de tu comportamiento. Depende de ti controlarte desde el principio".
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    No negocies sin una buena razón. Puedes posponer su castigo para el próximo fin de semana si tu hijo adolescente hace algo que cause que sea castigado durante el baile de graduación. Después de todo, quieres que aprenda una lección, no que se pierda las experiencias importantes de la vida. Por lo general, no tengas el hábito de permitirle a tu hijo adolescente que negocie contigo acerca de las repercusiones normales. Querer ir al centro comercial con sus amigos no es una ocasión tan especial que amerite infringir las reglas establecidas para el comportamiento aceptable.
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    Asigna unas labores productivas como repercusiones. Castigar a tu hijo adolescente y dejar que se moleste en su habitación no mejorará necesariamente su comportamiento. Algunos adolescentes pueden disfrutar en realidad de un tiempo en silencio para holgazanear en su habitación. En lugar de ello, utiliza su castigo como una oportunidad para inculcar algunas lecciones de vida. Por ejemplo:
    • "Comprendo que estés molesto por no conseguir el videojuego que quieres, pero tienes que aprender que hay una diferencia entre lo que ganas y lo que te mereces. Todas las personas se merecen tener un techo, prendas de vestir, comida y amor de parte de su familia, pero ni siquiera todas las personas tienen eso. Vamos a hacer voluntariado juntos en un comedor de beneficencia este fin de semana para tener una idea de cuánto tienes y por lo que deberías estar agradecido".
    • "No creo que entiendas cuán hirientes pueden ser tus palabras, así que tu castigo será escribir un ensayo acerca de la historia de las calumnias en este país. Pruébame que comprendes el poder de las palabras".
    • "Creo que tienes un problema para comunicarte conmigo de una manera productiva. Quiero que me escribas una carta acerca de lo que piensas de esto y que pases un tiempo para hacerlo bien al usar un lenguaje respetuoso".
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    Elimina los privilegios cuando sea necesario.[8] Prepárate para una discusión si decides quitarle algo que tu hijo adolescente valora, pero hacerlo es la manera más efectiva de demostrarle que ciertos comportamientos no se tolerarán. El privilegio que le quites dependerá de tu hijo adolescente. Considera lo que valora más y de lo que tenga menos disposición a renunciar en el futuro.
    • Por ejemplo, puedes quitarle el automóvil, el teléfono celular, el ordenador portátil, la televisión, etc.
    • Establece una fecha indicada para prohibirle cierto privilegio; la devolución de este dependerá del buen comportamiento en el ínterin.
    • Dile a tu hijo: "La próxima vez que actúes así, perderás este privilegio por X días más. El castigo se incrementará cada vez que actúes así".

Parte 3
Parte 3 de 4:
Alentar un mejor comportamiento

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    Premia el buen comportamiento.[9] No esperes que te moleste antes de discutir su comportamiento. Cuando tu hijo adolescente hace algo que te enorgullezca o facilite tu vida, como lavar los platos sin pedírselo, defender a un compañero de clase víctima de una agresión, etc., prémiale más rápidamente que imponerle un castigo cuando te decepcione.
    • Un gracias sincero con un abrazo y un beso hará que tu hijo adolescente sigua actuando de una manera que haga que se sienta especialmente amado y apreciado.
    • Algunas veces, deberás darle un premio especial si tu hijo adolescente es muy bueno por reaccionar bien en una situación estresante o pasa mucho tiempo sin responderte insolentemente.
    • Algunos ejemplos de premios positivos son comprarle algo que quiere (un videojuego), matricularle en unas lecciones que quiere (de tenis, guitarra, etc.), llevarle a una salida (a un evento deportivo) o permitirle ir a una salida a la que normalmente no se le permitiría ir (un concierto con sus amigos).[10]
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    Sobórnale para que tenga un buen comportamiento, pero hazlo reflexivamente.[11] La investigación acerca de sobornar a los hijos para que tengan un buen comportamiento es polarizada. Algunos alegan que es una manera buena de desarrollar hábitos positivos, mientras que otros indican que causa que los hijos se comporten apropiadamente solo cuando se le promete un premio. El soborno puede funcionar bien, pero solo si piensas mucho en el mensaje que le envías a tu hijo.
    • No lo catalogues como soborno. Por ejemplo, puedes darle a tu hijo una mesada regular que se le restringirá si te habla irrespetuosamente.
    • De esa forma, no lo verá como un soborno por su buen comportamiento, sino como una repercusión de su mal comportamiento. En lugar de enseñarle que vea al comportamiento bueno como algo que se premia de vez en cuando, verá al comportamiento malo como algo que se castiga.
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    Sé un buen oyente.[12] Es posible que los problemas de tu hijo adolescente puedan parecer triviales en comparación con los de un adulto, pero tu hijo será menos agresivo contigo si le demuestras que te importa las cosas que le afligen. Encuentra algunas maneras de relacionarte con tu hijo adolescente acerca de los problemas normales de los adolescentes:
    • "Recuerdo cuán difícil era permanecer despierto en la escuela cuando tenía tu edad. Diablos, todavía tengo dificultades para permanecer despierto en el trabajo ahora. Sin embargo, tus calificaciones están bajando, así que déjame compartir contigo algunos trucos que he utilizado para asegurarme de tener energía durante el día".
    • "No hay nada peor que sentir que tus amigos hablan a tus espaldas. Dime cómo lidias con eso".
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    Sé un buen modelo a seguir.[13] Piensa en cómo actúas en frente de tu hijo. ¿Haces muecas con los ojos o peleas con tu pareja en frente de tu hijo? De ser así, le enseñas a creer que ese comportamiento es aceptable. Los niños aprenden al imitar el comportamiento de los que le rodean. Si bien es cierto que no siempre puedes controlar el comportamiento de otras personas a su alrededor (en la escuela, la televisión, etc.), puedes controlar el comportamiento que le presentas.
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    Coman las comidas juntos como familia.[14] Entre el trabajo, la tarea, los amigos, el internet y la televisión, puede ser difícil reunir a todos los miembros de la familia a la mesa para la cena, pero los estudios han demostrado reiteradas veces que las comidas regulares en familia son un indicador comprobado de un comportamiento deseable en los niños de todas las edades. Por ello, prioriza las comidas en familia.
    • Utiliza ese tiempo para preguntarle a tu hijo lo que sucede en sus días y lo que le aflige.
    • Esta es una manera de permitirle desahogar sus frustraciones de una manera que en realidad permite el vínculo entre padre e hijo.
    • Sin estas conversaciones, solo escucharás de sus frustraciones cuando se acumulen, exploten y generen una discusión.

Parte 4
Parte 4 de 4:
Lidiar con problemas graves de comportamiento

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    Coordina tus esfuerzos con otros adultos. Las personas dicen que se requiere de una villa para criar a un niño, y hay mucha verdad en esa manifestación. Hay muchos otros adultos que tienen contacto con tu hijo adolescente, y es probable que este les trate mal. Comunícate con ellos para coordinar una esfuerzo para crear límites y expresar disciplina de una manera sistemática de modo que se refrene el problema de actitud de tu hijo adolescente.
    • Organiza una reunión con el asesor escolar para discutir los problemas de comportamiento que pueda tener tu hijo en la escuela y para discutir el plan de acción para refrenar tal comportamiento.
    • Habla con los profesores de tu hijo de manera individual dentro de lo posible. Resuelve un sistema de repercusiones para responder insolentemente, el cual se extienda desde la casa hasta el salón de clase y por medio de todos los profesores de tu hijo.
    • Por ejemplo, puedes pedirles a los profesores que te notifiquen cuando tu hijo responsa insolentemente en la escuela de modo que puedas disciplinarlo mediante quehaceres adicionales, castigos, etc. en casa.
    • Mantén una comunicación regular con los padres del amigo de tu hijo si este pasa mucho tiempo en la casa de uno en particular. Diles que pueden disciplinar a tu hijo como lo harían con el suyo debido a un mal comportamiento en casa si te sientes cómodo con su estilo de paternidad y sus capacidades.
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    Inscribe a tu hijo adolescente en un deporte. Los estudios demuestran que practicar deportes de una manera estructurada y orientada por un largo tiempo aporta más que solo mantener a los chicos en forma, sino que también conlleva a tener calificaciones más altas, una disminución en los problemas de comportamiento y en una autoestima más alta.[15] Un equipo deportivo también le aportará a tu hijo adolescente una figura positiva de autoridad mediante el entrenador; uno bueno promoverá un comportamiento social saludable y un apoyo emocional por el que tu hijo no podría estar dispuesto a acudir a ti.[16] Asimismo, con suerte el vínculo creado entre tu hijo y sus compañeros de equipo crearán un sentido de pertenencia y orgullo, tanto para el equipo como para la escuela, que se relaciona con una mejor concentración y un mejor comportamiento.[17]
    • Escoge un deporte que tu hijo adolescente realmente disfrute; forzar a tu hijo problemático a que haga algo que le desagrada no mejorará su comportamiento.
    • Investiga al entrenador antes de permitir que tu hijo se una al equipo. Organiza una reunión para hablar con el entrenador y con los padres de los otros niños del equipo para asegurarte de que los objetivos del entrenador para el desarrollo del carácter sean los mismos que los tuyos.
    • Habla con el entrenador sinceramente acerca de los problemas que tienes en casa con tu hijo adolescente de modo que sepa qué esperar y pueda formular un plan para lidiar con estos.
    • Demuestra interés en la participación de tu hijo en el equipo. Ve a todos los juegos que puedas asistir y sé un simpatizante vocal. Alienta a tu hijo y apénate con él cuando su equipo pierda.
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    Asiste a la Terapia Familiar Funcional (FFT) con tu hijo. Tú, como padre, debes tener la disposición de esforzarte seriamente si quieres que mejore el comportamiento de tu hijo adolescente, incluso si crees que esos problemas recaen solo en este. La FFT se recomienda para las familias de hijos entre once y dieciocho años de edad, quienes demuestran problemas graves de comportamiento, incluyendo la delincuencia y la violencia. La terapia se centra en cinco dimensiones: el compromiso, la motivación, la evaluación relacional, el cambio de comportamiento y la generalización.[18]
    • Compromiso: los terapeutas de FFT desarrollan una relación cercana con los miembros de la familia y están disponibles para estos hasta un mayor grado que los terapeutas que no practican la FFT. La relación de terapeuta es mucho más íntima que con otros tipos de terapia.
    • Motivación: el terapeuta ayudará a redefinir la diferencia entre la culpa y la responsabilidad, una línea que suele volverse borrosa. El objetivo es cambiar la dinámica familiar al pasar de la culpa a la esperanza.
    • Evaluación relacional: el terapeuta brindará un análisis objetivo de la dinámica entre los miembros de la familia a través de la observación y el cuestionamiento. Tratará de desviar la percepción de los problemas familiares de perspectivas individuales a una perspectiva relacional, en la que estos vean la conexión de la unidad familiar y la manera en que funcionan juntos, en vez de enfocarse en sí mismos como una unidad aislada en la estructura familiar.
    • Cambio de comportamiento: el terapeuta equipará a la familia con unas técnicas para resolver conflictos y unos métodos de comunicación que ayudarán a resolver los malos estados de humor y los problemas familiares de una manera más constructiva.
    • Generalización: se creará un plan para extender lo que se ha aprendido en las sesiones de FFT en la vida, después de la terapia.
    • Por lo general, la FFT involucra entre doce y catorce sesiones que se realizan en el curso de tres y cinco meses.
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    Asiste a la Terapia Familiar Basada en el Apego (ABFT, por sus siglas en inglés) con tu hijo si sufre de problemas de apego paternal.[19] La teoría del apego indica que la relación que los bebés desarrollan con sus cuidadores en los primeros años de vida sigue afectando sus relaciones y sus comportamientos en su adolescencia y adultez.[20] Es absurdo que esperes que tu hijo resuelvas sus problemas de apego por su cuenta al ser adolescente si como padre no fuiste capaz de brindarle un entorno seguro y protector en su infancia, incluso si ahora eres un mejor padre de lo que solías ser antes.
    • Las sesiones de ABFT suelen ser de una hora hasta una hora y media, además de que se dan una vez a la semana.
    • Comienza con la pregunta de "¿Por qué tú (el hijo) no acude a los padres en momentos de crisis o de necesidad?".
    • El terapeuta se reunirá con los miembros de la familia de manera grupal y mediante sesiones individuales.
    • Las sesiones individuales guiarán al adolescente por los recuerdos difíciles de la infancia que se tiene que tratar y con los que se tiene que lidiar con un cambio positivo de comportamiento.
    • Las sesiones que se realizan con los padres les ayudarán a resolver los problemas de apego que puedan sufrir de manera individual y la manera en que el hijo experimenta esos problemas.
    • Las sesiones familiares brindarán un espacio seguro para ser honestos entre sí y crear un plan para mejorar la dinámica familiar para avanzar.

Consejos

  • Los adolescentes pueden decir comentarios increíblemente hirientes porque no consideran las consecuencias. Como padre, es tu responsabilidad demostrarle a tu hijo qué consecuencias puede ocurrir cuando es descortés con las personas.
  • ¡Mantén la calma y no tengas arrebatos irracionales, violentos o impulsivos!
  • Recuerda que la mayoría de las veces en las que un adolescente te responde insolentemente es debido a las hormonas. No tomes en serio lo que diga ya que la mayoría de las veces no tiene esa intención.

Referencias

  1. http://news.discovery.com/human/psychology/the-more-teens-are-yelled-at-the-worse-they-behave-130904.htm
  2. http://www.mayoclinic.org/healthy-living/adult-health/in-depth/anger-management/art-20045434?pg=2
  3. Meschke, Laurie, Christina Peter y Suzanne Bartholomae. "Developmentally Appropriate Practice To Promote Healthy Adolescent Development: Integrating Research And Practice" (Práctica evolutivamente apropiada para promover un desarrollo saludable en un adolescente: integrar la investigación y la práctica). Child & Youth Care Forum 41.1 (2012): 89-108. Búsqueda académica completa. Página web. 27 de enero de 2015.
  4. Kesselring, Thomas y Ulrich Müller. "The Concept Of Egocentrism In The Context Of Piaget’S Theory" (El concepto del egocentrismo en el contexto de la teoría de Piaget). New Ideas In Psychology, volumen 29. Edición especial: Cognitive Robotics and Reevaluation of Piaget Concept of Egocentrism (Robótica y reevaluación cognitiva del concepto de egocentrismo según Piaget) (2011): 327-345. ScienceDirect. Página web. 27 de enero de 2015.
  5. http://www.apa.org/pi/families/resources/develop.pdf
  6. http://www.webmd.com/parenting/features/stop-back-talk?page=2
  7. http://www.webmd.com/parenting/guide/teen-behavior-and-discipline
  8. http://discipline.about.com/od/disciplinebyage/a/Effective-Methods-For-Disciplining-Older-Teens.htm
  9. http://www.usc.edu/programs/cwfl/worklife/docs/parents_teen_tools.pdf
  1. http://www.usc.edu/programs/cwfl/worklife/docs/parents_teen_tools.pdf
  2. Cameron, Judy y W. David Pierce. "Reinforcement, Reward, and Intrinsic Motivation: A Meta-Analysis." (Afianzamiento, premio y motivación intrínseca: un metaanálisis). Revisión de una investigación educacional. 1994: 363. JSTOR Journals. Página web. 27 de enero de 2015.
  3. http://www.webmd.com/parenting/teen-abuse-cough-medicine-9/behavior-problems?page=3
  4. http://www.education.com/magazine/article/when-teens-talk-back/
  5. http://www.csun.edu/~lisagor/FCS321/ADA%204.06%20Adolescent.ParentViewsFamilyMeals.pdf
  6. http://truesport.org/resources/publications/reports/psychological-and-social-benefits-of-playing-true-sport/
  7. Rutten, Esther A., et al. "The Contribution Of Organized Youth Sport To Antisocial And Prosocial Behavior In Adolescent Athletes" (La contribución del deporte juvenil organizado al comportamiento antisocial y prosocial en los atletas adolescentes). Journal Of Youth And Adolescence 36.3 (2007): 255-264. ERIC. Página web. 18 de febrero de 2015.
  8. Segrave, Jeffrey O.1 y Douglas N.2 Hastad. "Interscholastic Athletic Participation And Delinquent Behavior: An Empirical Assessment Of Relevant Variables" (Una participación atlética interescolar y comportamiento delincuencial: una evaluación empírica de las variables relevantes). Sociology Of Sport Journal 1.2 (1984): 117-137. Fuente educacional. Página web. 18 de febrero de 2015.
  9. http://www.fftllc.com/about-fft-training/clinical-model.html
  10. http://nrepp.samhsa.gov/ViewIntervention.aspx?id=314
  11. http://www.pbs.org/thisemotionallife/blogs/birth-attachment-theory

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