Los comentarios ofensivos siempre son desagradables, sobre todo si provienen de una persona a quien amas y en quien confías. Si un amigo dice algo ofensivo, tienes el derecho de abordar el asunto. Analiza la situación con detenimiento para elegir el enfoque, y luego explícale a tu amigo el problema con tranquilidad y respeto. Con suerte, ambos podrán seguir adelante y tu amigo aprenderá a elegir con prudencia sus palabras.

Método 1
Método 1 de 4:
Responder en el momento

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    Repite sus palabras. Algunas veces, las personas no se dan cuenta de cómo suenan sus palabras. Pueden decir cosas sin pensar o sin prestar atención y hacer comentarios ofensivos sin querer. Si tu amigo escucha la repetición de sus palabras, quizás reconozca que cometió un error.[1]
    • Por ejemplo, si tu amigo le pregunta a un asiático en una fiesta “¿Qué eres?”, puedes intervenir y decirle algo así como “Espera, ‘¿Qué eres?’”.
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    Pregúntale qué fue lo que dijo. Quizás sea útil obligar a la persona a pensar de nuevo en su elección. Pregúntale con sinceridad qué quiso decir con su comentario. Al responder a esta pregunta, es posible que se dé cuenta de las insinuaciones inadecuadas de sus palabras.[2]
    • Por ejemplo, si un amigo dice “Ese tipo no actúa como los demás homosexuales que he conocido”, puedes preguntarle “¿Qué quieres decir? ¿Cómo tienden a comportarse los homosexuales?”.
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    Quédate en silencio. Algunas veces, el silencio es la mejor respuesta. Si una persona dice algo ofensivo, no digas nada durante unos cuantos segundos y luego aléjate. De esta forma, es posible que la persona entienda la indirecta.[3]
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    Habla con el ofendido. Si el comentario ofensivo no es sobre ti, quizás debas hablar con el posible ofendido antes de intervenir. Después de escuchar un comentario ofensivo, observa en la habitación si alguien se inmuta o frunce el ceño. Posteriormente, puedes preguntarle a la persona que parecía estar molesta si debes decir algo.[4]
    • Por ejemplo, imagina que observas que un amigo mexicano-estadounidense se inmuta después de que otro amigo comenta algo sobre los trabajadores mexicanos de la cafetería. Cuando tengas la oportunidad de hablar únicamente con esta persona, puedes decirle “Me di cuenta de que el comentario de Julio te molestó. Lo conozco bien y puedo hablar con él si quieres”.
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Método 2
Método 2 de 4:
Evaluar la situación

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    Decide si vale la pena decir lo que piensas. Analiza los beneficios de abordar el problema. Si es muy probable que no podrás olvidar el comentario, debes hablar al respecto. Sin embargo, tratar estos temas puede provocar conflictos innecesarios algunas veces.[5]
    • Evalúa qué tan estrecha es tu relación con la persona. Es probable que un amigo de mucha confianza esté dispuesto a escuchar si lo confrontas por un comentario ofensivo, pero un conocido podría sentirse atacado. Si es un integrante de tu grupo de amigos con quien no tienes una relación muy cercana, quizás sea mejor olvidar el asunto.
    • También debes tener en cuenta con qué frecuencia estás cerca de esta persona. Si se trata de un compañero de trabajo o alguien con quien pasas mucho tiempo por otro motivo, es importante que le digas que sus comentarios te molestaron, ya que es probable que vuelva a mencionarlos.
    • Sin embargo, nunca debes ignorar un comentario prejuicioso, aunque se haya hecho sin querer, ya que debes contribuir en la lucha mundial contra los prejuicios.
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    Reconoce que tu amigo podría ser ignorante. La ignorancia no es una excusa, pero si la reconoces, podrás abordar mejor la situación. Es posible que la persona nunca haya tenido en cuenta cierta perspectiva y esto haya hecho que dijera algo incorrecto. Si crees que actuó por ignorancia, evalúa la mejor forma de proporcionarle la información.[6]
    • Por ejemplo, supongamos que eres bisexual y tu amigo hizo un comentario sobre que eres “mitad homosexual y mitad heterosexual”. Muchos no saben que las personas bisexuales ven su sexualidad como su identidad. Quizás tu amigo haya pensado que este comentario te ayudaría a expresar mejor tu sexualidad.
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    Reconoce que quizás no haya tenido la intención de ofenderte. Por lo general, los amigos no ofenden con malicia. La gente suele hacer comentarios con la intención de ayudar o hacer reír, sin percatarse de que han lastimado a otra persona. Aunque no es una excusa, si le das a tu amigo el beneficio de la duda, podrás abordar el asunto con tranquilidad. Míralo como una forma de indicarle a tu amigo cómo puede comunicarse contigo.[7]
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Método 3
Método 3 de 4:
Abordar el comentario

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    Prepara un guion. Confrontar a alguien puede ser estresante, sobre todo cuando un amigo de confianza te ha lastimado. Escribe la idea general de lo que quieras decir y practica frente al espejo varias veces. De esta forma, podrás permanecer en calma y expresar las palabras en el momento de la confrontación.[8]
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    Habla en privado con tu amigo. No hables sobre este tema delante de otras personas. Asegúrate de hablar a solas con tu amigo sin que nadie escuche la conversación por casualidad. Puedes invitarlo a tomar una taza de café o reunirte con él en una oficina o habitación cerrada.
    • Dile algo así como “Quisiera hablar contigo de algo. ¿Tienes un tiempo para charlar en privado?”.
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    Presenta el problema con tranquilidad. Ve al grano cuando hables con tu amigo. En lugar de andar con rodeos, dile que quieres hablar sobre el comentario que hizo, y la forma y las razones por las que te ofendió.[9]
    • Por ejemplo, para empezar la conversación, puedes decirle “He estado pensando en lo que dijiste ayer sobre mi sexualidad. Sé que tal vez no lo hiciste con malas intenciones, pero me molestó un poco y quería hablar al respecto”.
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    Trata a tu amigo como un posible aliado. Recuerda que es tu amigo por alguna razón. Probablemente sea un aliado en la situación. Si le importas, es probable que no quiera ofenderte. Trátalo como un aliado que cometió un error y no como el agresor.[10]
    • Por ejemplo, puedes decirle “Las personas heterosexuales muchas veces no comprenden la bisexualidad. Sé que no tenías la intención de ofender; solo me gustaría que pudieras comprenderme un poco mejor”.
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    Di por qué te molestó el comentario. Recuerda que la meta es informarle a tu amigo. Por eso, es importante que comprenda el motivo por el que su comentario fue irrespetuoso. De esta forma, no volverá a hacer comentarios ofensivos.[11]
    • Por ejemplo, podrías decirle “Prefiero definir mi sexualidad y no necesito que des explicaciones por mí. Además, las personas bisexuales no se consideran como mitad homosexuales y mitad heterosexuales. Tenemos nuestra propia identidad”.
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    Critica el comentario y no a la persona. Durante la conversación, no debe parecer que acusas a tu amigo de ser odioso o prejuicioso. No le eches la culpa ni te pongas a la defensiva. Habla en primera persona para asegurarte de expresar únicamente tu perspectiva. Aunque la persona tenga prejuicios, podría tener una mala reacción si siente que la atacas. Trata de abordar el comentario con calma y de una forma objetiva en lugar de atacar el carácter de la persona.[12]
    • Por ejemplo, no le digas “Sentí que eras bifóbico”. En lugar de eso, dile “Sentí que el comentario fue bifóbico”.
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    Mantente firme. La gente no siempre estará dispuesta a escuchar las críticas. Es posible que tu amigo se ponga a la defensiva o invente excusas. Mantente firme y tranquilo si no quiere escuchar tus críticas. Es importante que te sientas escuchado y que tu amigo comprenda que su comentario hirió tus sentimientos.[13]
    • Puede ser de utilidad escuchar la opinión de tu amigo. Si simplemente no pensó en lo que dijo, es posible que te ofrezca una explicación además de una disculpa. Sin embargo, no dejes que la explicación sea una excusa. Puedes decirle “Está bien. Entiendo que quisiste decirlo en broma, pero me molestó debido al contexto”.
    • También puedes hacerle preguntas al final de la conversación para asegurarte de que haya comprendido tu perspectiva y no vuelva a hacer este tipo de comentarios. Puedes preguntarle “¿Comprendes que esos comentarios fueron ofensivos?” o “¿Puedo confiar en que ahora estarás más consciente antes de hacer esta clase de comentarios?”.
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Método 4
Método 4 de 4:
Seguir adelante después de una confrontación

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    Hazle saber qué clase de comentarios debe evitar. Define el comportamiento que te molesta para que tu amigo lo evite en el futuro. Establece algunas reglas básicas para que los comentarios ofensivos no se conviertan en algo habitual.
    • Por ejemplo, puedes decirle “En realidad prefiero explicar mi sexualidad por mi cuenta. Déjame hablar con los demás a mi manera. No tienes que intentar definir nada por mí”.
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    Recuerda que no eres responsable de cambiar a nadie. Después de la confrontación, procura dejar de pensar en el asunto y de preguntarte si las explicaciones fueron claras. La confrontación es importante para hacerte escuchar, pero no puedes obligar a nadie a cambiar. Reconoce que has hecho lo posible para explicar la ofensa, pero es tu amigo quien debe decidir si toma en serio tus preocupaciones o no.[14]
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    Asegúrate de que haya consecuencias. Si un amigo no te presta atención, debe haber algunas consecuencias. Para empezar, tu amigo debe comprender que no tolerarás este comportamiento. Si estos comentarios no se detienen, dile que analizarás si vale la pena continuar con la amistad.
    • Por ejemplo, puedes decirle “Sé que no quisiste ofender, pero no puedo tolerar algo así. En verdad necesito que te esfuerces en el futuro, ya que no quiero pasar el tiempo con personas prejuiciosas”.
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    Aléjate si la persona no quiere cambiar. Si tu amigo sigue haciendo esta clase de comentarios, quizás sea el momento de evaluar la amistad. La excusa de la ignorancia solo puede usarse por un tiempo. Si tu amigo te sigue ofendiendo, incluso después de explicarle tus límites con claridad, tienes el derecho de terminar con la amistad.
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Acerca de este wikiHow

Katie Styzek
Coescrito por:
Consejera escolar profesional
Este artículo fue coescrito por Katie Styzek. Katie Styzek es consejera escolar profesional en las Escuelas Públicas de Chicago. Obtuvo una licenciatura en educación primaria con especialización en matemáticas de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Se desempeñó como maestra de matemáticas, ciencias y estudios sociales en la escuela secundaria durante tres años antes de convertirse en consejera. Tiene una maestría en educación en Consejería Escolar de la Universidad DePaul, además de una maestría en Liderazgo Educativo de Northeastern Illinois University.También tiene una licencia de consejera escolar de Illinois (Personal de servicio tipo 73), una licencia de directora de Illinois (anteriormente tipo 75) y una licencia de enseñanza de educación primaria de Illinois (tipo 03, K - 9). También tiene una certificación de la Junta Nacional en Consejería Escolar a cargo de la Junta Nacional de Estándares de Enseñanza Profesional. Este artículo ha sido visto 38 153 veces.
Categorías: Amistad
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