¿Tu amigo está pasando por momentos difíciles? La verdadera amistad implica encontrar formas de apoyar a tu amigo. En ocasiones, las personas se sienten incómodas cuando un amigo atraviesa por una situación negativa porque no saben qué decir, pero no te preocupes por eso, pues el solo hecho de ser una presencia positiva puede ser suficiente. Existen algunas formas en las que puedes hacer que un amigo en dificultades se sienta mejor.

Método 1
Método 1 de 3:
Hacer lo correcto

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    Acércate a él en repetidas ocasiones, aun cuando no te haga caso. No puedes ayudar a un amigo si te alejas apenas surjan los problemas. Para ser un buen amigo, es necesario que estés dispuesto a tener charlas nocturnas y presenciar sus lágrimas. Para algunas personas, os momentos difíciles de un amigo resultan una molestia. Eso no es una verdadera amistad.
    • Incluso si te dice que quiere estar a solas, por lo menos ofrécete a acompañarlo. No obstante, no lo fuerces a hablar cuando no se sienta listo para hacerlo. Dale el espacio que te pide y luego retoma el acercamiento en varias ocasiones. No te alejes. A veces, las personas no saben qué decir cuando un amigo pasa por momentos difíciles, de modo que se quedan calladas o se alejan, lo que podría ser aún más hiriente.
    • Tu objetivo principal debe ser brindar tu apoyo. El solo hecho de saber que alguien está dispuesto a escuchar o brindar su consejo puede hacer toda la diferencia para un amigo que pasa por momentos difíciles. Llámalo, envíale mensajes de texto o escríbele y simplemente pregúntale “¿Cómo estás? ¿Hay algo que necesitas o que pueda hacer?”.
    • Una parte de esto consiste en la disponibilidad. Mantén tu teléfono celular encendido y habla con tu amigo por la madrugada si sufre una crisis, responde sus mensajes de texto, no siempre estés demasiado ocupado para escucharlo ni sientas que debes actuar de una manera distinta. Escoge el entorno adecuado y evita insistirle si aún no se siente listo para hablar.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Laura Horne, MPH

    Laura Horne, MPH

    Especialista en educación en salud
    Laura es directora de programa de Active Minds, la principal organización sin fines de lucro de la nación que apoya la conciencia y la educación sobre la salud mental para los estudiantes. Antes de Active Minds, Laura dirigía iniciativas de salud pública en la Asociación Nacional de Funcionarios de Salud del Condado y la Ciudad, y en la Universidad de Tulane. Obtuvo su maestría en Salud Pública en la Universidad de Tulane. Está certificada como especialista en educación en salud por la Comisión Nacional para la Acreditación de Educación en Salud.
    Laura Horne, MPH
    Laura Horne, MPH
    Especialista en educación en salud

    No te preocupes por no saber qué decir. La especialista en educación de la salud Laura Horne señala: "En muchas situaciones, no es necesario que seas un experto para ayudar; solo debes estar ahí. Ten una conversación con la persona para hacerle saber que estás ahí para apoyarla. Si lo necesita, puedes derivarla con fuentes adicionales de ayuda".

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    Mantén la calma, pues tu amigo ya tiene suficientes problemas. Sé la roca en medio de la tormenta a la cual pueda aferrarse y considérate un ancla. Si también te molesta la situación, procura no demostrarlo.
    • No te asustes, pues eso solo hará que tu amigo piense que el problema es más grande o que no tiene solución, lo que le generará una mayor molestia. Acepta el hecho de que algunas personas necesitan sentirse mal por un tiempo y eso no tiene nada de malo.
    • Si bien debes mostrar empatía, exhibir un excesivo sentimiento de pena por tu amigo podría hacer que se sienta peor.
    • No realices acciones impulsivas que puedan agravar el problema para tu amigo. Después de todo, no entiendes tanto su situación como él mismo. Antes de hacer algo que le ayude a solucionar la situación, pregúntale si desea que lo hagas. Determina cómo se siente al respecto (a menos que corra peligro o esté sufriendo de abuso, donde sí deberás contárselo a alguien de inmediato).
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    Escúchalo la mayor parte del tiempo, pero habla solo en ciertas ocasiones. Debes ser un buen oyente, pero al hablar también puedes ser de utilidad para un amigo que se encuentra pasando por momentos difíciles. Una parte de ser un buen oyente consiste en entablar un contacto visual que demuestre empatía.[1]
    • Cuéntale historias positivas sobre experiencias y resultados finales de otras personas e incluso cuenta los tuyos propios si crees que mejorarán un poco las cosas. No obstante, también haz una pausa y asegúrate de escucharlo. En ocasiones, las personas simplemente necesitan expresar sus preocupaciones.
    • Recuerda que tu amigo ya ha sufrido lo suficiente. Mantén el positivismo en todo momento, pues la razón por la que tu amigo recurrió a ti en primer lugar es para buscar ayuda. Déjalo hablar por un tiempo, ya que quizás simplemente necesite dejar salir todo. Incluso una expresión solidaria que demuestre comprensión o un comentario como “Te ayudaré a pasar por esto. Eres una persona fuerte” puede dar muy buenos resultados.
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    Reconoce las diferentes técnicas para las distintas dificultades. Por ejemplo, probablemente necesites dar una respuesta muy diferente para un amigo que atraviesa la muerta de un ser querido a la que le darías a alguien que tiene problemas financieros. Así que tómate un tiempo para investigar su situación en particular.
    • Si tu amigo tiene problemas económicos, podrías ayudarlo a planificar un presupuesto, ofrecerte a vigilar sus gastos desde una perspectiva objetiva y sugerirle un consejero financiero. Ten mucho cuidado con prestar dinero a familiares o amigos, pues eso puede arruinar las relaciones.[2]
    • Si tu amigo está sufriendo por la muerte de alguien o por otro tipo de pérdida, recuerda que los expertos creen que existen varias etapas del duelo. Estas etapas son la negación, ira, negociación, depresión y, por último, aceptación.[3]
    • Bríndale a tu amigo fuentes externas verídicas donde pueda conseguir más ayuda de un experto o que esté capacitado para lidiar con el tipo de dificultad que atraviesa.[4]
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    Bríndale un contacto físico a través de un abrazo reconfortante. También puedes tocar su hombro con suavidad. Transmitir empatía por medio del contacto físico tiene como finalidad hacer que tu amigo se sienta un poco mejor o al menos que se preocupan por él.
    • En ocasiones, todo lo que tu amigo necesita es un abrazo. No es necesario que digas nada; simplemente abre los brazos y te abrazará. Mantén el abrazo durante el mayor tiempo posible para demostrarle que estás ahí para apoyarlo. Haz que se ría.
    • Canta, baila o cuenta un chiste. Una vez que haya empezado a reír, será más fácil que se recupere y piense en lo que debe hacer.
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Método 2
Método 2 de 3:
Decir lo correcto

  1. 1
    Mantén las cosas enfocadas en tu amigo, no en ti. Aunque es adecuado compartir tus propias experiencias si con ellas transmitirás empatía o ayuda a tu amigo, debes enfocarte exclusivamente en él, no en ti. Por lo tanto, resiste el impulso de abrumarlo con historias acerca de cómo pasaste por una situación peor.
    • No intentes menospreciar sus problemas con los tuyos propios. Quizás un payaso asesino que usa lentes de sol te acose por las noches, pero es momento de enfocarte en el problema marital, profesional o lo que sea por lo que tu amigo esté pasando.
    • Eso no significa que no puedas encontrar similitudes al recordarle una experiencia personal tuya que sea similar y que hayas superado. No obstante, resiste el impulso a implicar que sabes exactamente cómo se siente porque cada situación es única y debes limitar tus propias historias.
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    Ten cuidado con los clichés que parecen trillados y no ayudan en lo absoluto. Todos los hemos escuchado: “Sé cómo te sientes” (aun cuando no sea cierto) o “Podría ser peor” cuando la otra persona se siente totalmente mal. En lugar de decir estos clichés, habla con el corazón de una manera adecuada para la situación.
    • La amistad consiste principalmente en saber cómo usar la honestidad de una manera eficaz. Cuando un amigo pase por un momento difícil, debes evaluar la situación y procesarla según tu propio punto de vista. Ponte en su lugar y siente las emociones que experimenta.
    • Supongamos que sientes lástima por él y le permites expresar todos sus sentimientos. Evita dar consejos clichés para estas situaciones, pues tu amigo podría pensar que en realidad no te importa, lo que le generaría aún más tristeza. Sé realista y no digas “No te preocupes” si la situación no lo amerita. Por el contrario, proporciónale inspiración.
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    Mantente positivo todo el tiempo y reprime la negatividad. Regañar a los amigos al decir cosas como “Te dije que debías haberlo hecho con anticipación” o “¿Cuántas veces te lo dije?” solo provocará más dolor. Para cuando la conversación finalice, lamentarás no haber dicho nada.
    • Si tu amigo repite un patrón negativo, puedes señalárselo de manera discreta al brindarle sugerencias positivas para la forma en que puede hacer un cambio en lugar de enfocarte en el lenguaje negativo y culposo. Lo importante es que evites ser crítico, pues no será de utilidad y además no es el momento adecuado.
    • Reserva la charla profunda acerca del mal accionar de tu amigo para otro momento cuando haya superado el momento de crisis. Cuando las cosas hayan salido terriblemente mal, tu amigo necesitará consuelo y no que lo hagas sentir peor. No digas cosas crueles como “Te lo dije” o “Todo es tu culpa”.
    • Imagina esta situación: los padres de tu mejor amiga se están divorciando. Debes estar a su lado para apoyarla cuando llore, escuchar sus problemas o hacerla sentir feliz. No obstante, quizás también quiera estar sola por un tiempo. Prepara algunas películas, dulces y cosas que la hagan reír. Sé un buen amigo y ayúdala a pasar por este momento difícil tal como querrías que ella lo hiciera contigo.
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    Ofrécele soluciones que le permitan mejorar sus problemas. Bríndale formas en que puede superar este momento difícil así como apoyo emocional. Ayuda a tu amigo a ver los aspectos positivos que aún quedan en su vida. Recuérdale que no se merece lo que le haya ocurrido.
    • Si es posible, intenta hacer algo que en realidad pueda cambiar la situación difícil de tu amigo. Si no se te ocurre nada, procura esforzarte y haz algo útil para él. Por ejemplo, quizás tu amigo esté demasiado perturbado como para preparar la cena, así que llévale un plato de comida. Ofrécete a cuidar de sus hijos o haz cosas similares.
    • Si bien debes ofrecer soluciones constructivas, en última instancia, será tu amigo quien deba tomar sus propias decisiones con respecto a su accionar. Deja que llegue a sus propias conclusiones y tome sus propias decisiones. En este punto, la clave será demostrar tu “apoyo genuino”. Habla de manera práctica y nunca lo guíes si no estás seguro de algo.[5]
    • Tu objetivo general debe ser escuchar mientas brindas soluciones, sugerencias o consejos constructivos y positivos ocasionalmente. También podrías ofrecer los tres en caso de que seas un amigo especialmente cercano.
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    Acepta el hecho de que tu amigo podría no escuchare. Un buen amigo ofrece orientación y sugerencias teniendo en cuenta al mismo tiempo que su amigo, aun siendo cercano, podría no estar listo para aceptar el apoyo. En última instancia, las personas necesitan superar las cosas (las malas relaciones, problemas económicos, una muerte, etc.) en su debido momento.
    • Ten en cuenta y acepta el hecho de que tus acciones podrían no siempre producir los resultados esperados. Al ser quien brinda el apoyo, no debes decepcionarte o desanimarte por este hecho.
    • Ayuda a tu amigo a identificar las causas de sus problemas y a señalar las posibles soluciones. Utiliza tu experiencia, instinto y los consejos de otras personas. Di “Esta es tu vida y debes hacer lo que consideres mejor, ¿pero no crees que ___ hará que ___? ¿Quizás podrías ___? Depende de ti” en lugar de decir “Esa es una idea terrible. Debes ___”.
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Método 3
Método 3 de 3:
Adoptar otras medidas

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    Informa el abuso[6] o cualquier otro problema que pueda afectar la seguridad de tu amigo. No todas las dificultades son las mismas. Si el problema que tu amigo experimenta amenaza su seguridad (p.ej. una relación físicamente abusiva o la posibilidad de autolesionarse),[7] debes actuar de manera oportuna.
    • Alienta a tu amigo a contarle a alguna autoridad más preparada para saber qué hacer, como un oficial de policía, un terapeuta, un líder religioso o un padre. Si tu amigo se rehúsa a hacerlo y el abuso es un hecho, habla con dicha persona de autoridad por tu cuenta.
    • Si tu amigo es menor de edad, es necesario que les cuentes a sus padres en caso de que sufra de abuso, como el bullying. El bullying[8] es un tipo de abuso emocional, y no debes tratar de manejarlo por tu cuenta. No intentes confrontar al abusador, pues también podría ser riesgoso para ti. Lo mejor es que se lo digas a un adulto.
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    Deja que tu amigo se sienta triste por un tiempo, pero no para siempre. No lo obligues a sentirse animado o molesto en caso de que no pueda salir de su abatimiento. Esta es una situación dolorosa. En ocasiones, es necesario estar sumido en ella por un tiempo, pero si se prolonga demasiado, debes probar con otros métodos.
    • Llega un punto que necesitas un poco de “amor duro” o convertirte en un facilitador. ¿Cuál es ese punto? Cuando ha pasado una cantidad de tiempo considerable y la tristeza, dolor o depresión de tu amigo comienza a tener ramificaciones negativas en otros aspectos de su vida, como el trabajo o la escuela.
    • Al principio, es natural sumirse en el dolor. Después de un tiempo, ya no lo es tanto, aunque esto dependerá de la persona. En algún punto, deberás alentarla a considerar posibles soluciones.
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    Determina el momento en que esto va más allá de tu alcance. Si necesitas evitar el problema en algún punto debido a que la persona no se está recuperando y cada conversación se enfoca únicamente en la tristeza mes tras mes, probablemente necesites sugerir una intervención más severa.
    • Aprende a reconocer las señales de depresión clínica[9] y, si tu amigo la padece, sugiérele buscar la ayuda de un profesional, como un terapeuta o médico.
    • Recuérdale que no estás capacitado para ser su terapeuta. Tampoco puedes cargar con sus problemas para siempre. En algún punto, un poco de “amor duro” en forma de solución constructiva o evaluación honesta de lo que observas puede ser de más utilidad.
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    Distráelo al hacer algo divertido. Procura buscar formas de distraer a tu amigo de los problemas durante un tiempo. Podrías invitarlo al cine para que salga de casa y se olvide de sus dificultades durante al menos unas cuantas horas.
    • Las distracciones ayudan a una persona a obtener una perspectiva. No obstante, es necesario equilibrar el tiempo de dolor y la distracción. Ten en cuenta que, por lo menos al principio, tu amigo probablemente quiera sentarse en su sala de estar y permanecer todo el día en pijamas.
    • Llévale algo agradable de comer, como un helado, un chocolate o su comida favorita. Ve a su casa y hazle compañía. Recuérdale sus logros, siempre con una actitud positiva.[10]
    • Hasta cierto punto, seguir con la vida cotidiana en un determinado momento puede ser reparador para las personas, así que no varíes demasiado las rutinas.
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    Si tu amigo no corre ningún peligro, mantén en secreto sus problemas para no empeorarlos. Cuando un amigo te confía un problema, te transmite un sentido de confianza en ti. Si quebrantas dicha confianza al revelar sus problemas, no serás un buen amigo.
    • La excepción (esto es muy importante) es cuando se trata de situación que involucran abuso, bullying o alguna otra circunstancia en la que tu amigo corra peligro, incluso en el ámbito emocional. En estos casos, debes informárselo a una figura de autoridad, como por ejemplo un padre, un policía o un terapeuta.
    • En otras situaciones, evita revelar el secreto. No hagas alusión a sus problemas en las redes sociales ni les cuentes a otras personas que pertenezcan a tu círculo de amigos, incluso si lo haces con el pretexto de buscar más ayuda.
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Consejos

  • Dale su espacio personal cuando te lo pida.
  • No seas demasiado exigente con los detalles. Quizás tu amigo no quiere contártelos, así que no se los pidas.
  • Evita que recurra al alcohol para ahogar sus penas. Esta bebida solo intensificará sus emociones y depresión.
  • Debes darle su espacio y no estar tan presente hasta el punto de irritarlo.
  • No te comprometas a estar siempre a su disposición si no estás seguro de si en realidad podrás cumplirlo.
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Advertencias

  • Si tu amigo te dice lo que está mal, mantenlo en secreto a menos que se trate de un suicidio, abuso, violación o algo en lo que pueda resultar herido.
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Acerca de este wikiHow

Laura Horne, MPH
Coescrito por:
Especialista en educación en salud
Este artículo fue coescrito por Laura Horne, MPH. Laura es directora de programa de Active Minds, la principal organización sin fines de lucro de la nación que apoya la conciencia y la educación sobre la salud mental para los estudiantes. Antes de Active Minds, Laura dirigía iniciativas de salud pública en la Asociación Nacional de Funcionarios de Salud del Condado y la Ciudad, y en la Universidad de Tulane. Obtuvo su maestría en Salud Pública en la Universidad de Tulane. Está certificada como especialista en educación en salud por la Comisión Nacional para la Acreditación de Educación en Salud. Este artículo ha sido visto 100 250 veces.
Categorías: Amistad
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