¿Alguna vez te has preguntado por qué alguien está molesto contigo? ¿Te es difícil determinar la razón? ¿Quisieras averiguar por qué sin que esa persona se moleste aún más? Mediante esta guía paso a paso, podrás resolver estos problemas de comunicación y superar los conflictos interpersonales.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Reflexionar sobre tu comportamiento

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    Reflexiona sobre la forma como te hayas comportado recientemente en presencia de esa persona. Los episodios de ira tienen detonantes, y estos juegan un papel importante a la hora de desatar estas reacciones emocionales en cadena.[1] Es posible que tengas en tu memoria un conocimiento de este evento detonante. En caso de que la reflexión te permita determinar cuál es la fuente del problema, puedes omitir el resto de esta guía y, en cambio, concentrarte en pedir perdón.
    • ¿No devolviste una llamada importante?
    • ¿Olvidaste algún aniversario?
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    Considera las últimas conversaciones que hayas tenido. ¿Algo que dijiste hizo que la persona tuviera una reacción negativa?
    • ¿Contaste algún chiste que no tuvo una buena recepción?
    • ¿Criticaste las acciones de esta persona?
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    Examina tus patrones de comportamiento. Es posible que la persona no esté molesta por una sola razón. En muchos casos, un solo evento puede ser la gota que derrame el vaso, y cada quien tiene un nivel diferente de resistencia o de tolerancia a los eventos estresantes antes de llegar a su punto de quiebre.[2] Pregúntate si esta persona ha desaprobado de tus patrones de comportamiento en el pasado.
    • ¿Con frecuencia llegas tarde a los eventos sociales?
    • ¿Interrumpes a esta persona?
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    Sé honesto contigo mismo.[3] Si bien podría no ser fácil hacer una evaluación objetiva de tu comportamiento en relación con esta persona, constituye un procedimiento necesario si lo que quieres es determinar la fuente del conflicto interpersonal.
    • Explora tus emociones. En caso de que la reflexión sobre una interacción en particular o sobre una forma que tengas de relacionarte con esta persona saque a la luz emociones fuertes, esto podría indicar algo importante y serte útil para determinar el motivo de la frustración de esta persona.
    • Analiza tus pensamientos. En muchos casos, cuando nos involucramos con otra persona, tenemos pensamientos irracionales. La cercanía a una situación nos hace perder un poco la objetividad que nos otorga el tener una perspectiva externa. Debes identificar los pensamientos irracionales para así seguirles el rastro hasta determinar lo que creas sobre esta persona. Esto podría ser la causa de que actúes de cierta forma hacia ella.
    • Toma consciencia de tu comportamiento. Presta atención a lo que hagas cuando interactúes con esta persona. Una gran cantidad de conflictos interpersonales surge de acciones automáticas y desconsideradas. Por tanto, para poder tener una mayor consciencia y concentración mental sobre ti mismo, puedes practicar la meditación de consciencia plena.[4]

Parte 2
Parte 2 de 4:
Buscar pistas en tus interacciones

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    Presta atención a los indicios clásicos de la ira.[5] Las expresiones de ira a través del comportamiento pueden ser verbales, físicas o ir más allá al terreno de las agresiones intencionadas. Al momento de abordar determinados temas, es posible que la persona muestre indicios de ira que podrían darte alguna pista en cuanto a la fuente de la emoción.
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    Busca expresiones verbales de ira. Estas pueden ser los gritos, las discusiones, las malas palabras y el sarcasmo. Fíjate en los momentos en los que surjan estas demostraciones de emoción, lo cual te será útil para determinar cuál es el evento detonante para esa persona.
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    Fíjate en las expresiones físicas de ira. Algunos ejemplos son elevar los puños, lanzar objetos o romperlos, y golpear o patear cosas que se encuentren en el entorno. Retrocede desde estos momentos explosivos hasta llegar a lo que haya parecido ser el detonante para esa intensificación en las emociones.
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    Presta atención a las agresiones. La diferencia entre las agresiones y las expresiones de ira de otro tipo radica en su intención enfocada. La agresión no es ira sin dirección sino, en cambio, es un indicio de que alguien quiere lastimarte de manera específica. Como ocurre con las demás formas de expresión, las agresiones pueden brindarte pistas en cuanto a cuál fue el evento detonante.
    • Debes tener cuidado cuando surjan las agresiones, ya que estas pueden dar como resultado comportamientos que sean tanto emocional como físicamente dañinos.
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    Escucha detenidamente el contenido. La ira puede manifestarse no solo en la forma de expresión de las cosas sino también en las expresiones en sí. Si una persona está enojada, exhibe de manera temporal atributos del trastorno narcisista de la personalidad (por ejemplo, la sensación de tener derecho a algo, la confianza exagerada, la manipulación y la falta de empatía). Debes reconocer estos síntomas como lo que son y hacer tu mejor esfuerzo por determinar su ascendencia emocional.[6]

Parte 3
Parte 3 de 4:
Emplear un enfoque consciente

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    Establece el respeto. Si llegas a tener que enfrentarte a alguien sobre el problema en cuestión, debes transmitirle que comprendes que esté enojado y que quieres que resuelvan juntos el problema. De esta forma, la persona sabrá que respetas sus emociones y que vienes en son de paz.
    • Debes explicarle que quieres saber cuáles son sus motivos para estar molesto de forma que puedas ayudarlo, y discúlpate por haber contribuido a la forma como se sienta. No es necesario que estés de acuerdo con el contenido de lo que la persona diga para poder apreciar la dificultad de su estado emocional.
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    Toma consciencia de tus reacciones. Debes evitar alzar la voz, emplear el sarcasmo o acusar a la persona de ser irracional, ya que las acciones de este tipo solo lograrán que la situación se intensifique.
    • Asimismo, debes tomar consciencia de tu comunicación corporal no verbal. Si frunces el ceño, sacudes la cabeza y pones los ojos en blanco, la persona se pondrá a la defensiva y se generará una mayor tensión.
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    Plantea la conversación en términos de tu experiencia. No acuses a la persona de estar enojada contigo sino, en cambio, transmítele que te preocupa haber hecho algo para molestarlo pero que no estás seguro sobre qué fue.
    • Habla en primera persona, no en segunda. De esta forma, evitarás echarle la culpa a nadie.
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    Practica la escucha eficaz. Esfuérzate por reformular en tu cabeza lo que la otra persona diga de forma que tengas la certeza de comprender su postura. En caso de que la otra persona esté abierta a ello, puedes ir más allá y pedirle una confirmación de que lo hayas comprendido bien. De esta forma, la persona se involucrará en el proceso y le demostrarás que dedicas tiempo y esfuerzo a comprender verdaderamente el significado de lo que quiere transmitir.[7]
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    Sé un modelo de buen comportamiento. Según las investigaciones psicológicas, muchas personas reaccionan de una forma negativa cuando se les dice lo que tienen que hacer o cuando se les da consejos directamente, pero están abiertas a adoptar comportamientos de otras personas si perciben que son eficaces y que tienen resultados positivos.[8]
    • Por ejemplo, si la persona dice algo grosero, respira hondo varias veces antes de responderle. De esta forma, activas tu sistema nervioso parasimpático y te calmas para así poder responder con un temperamento más tranquilo. Esta persona se fijará en tu cambio de actitud y quizás también quiera hacer lo mismo.[9] .

Parte 4
Parte 4 de 4:
Emplear un enfoque asertivo

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    Considera no solo tus necesidades, sino también las de la otra persona. Debes encontrar un equilibrio entre la pasividad y la agresividad. Haz valer tus sentimientos y necesidades pero, a la vez, permanece abierto y sensible a lo que la otra persona diga y sienta. Esto te será útil para evitar emociones como la frustración y el resentimiento en caso de que no se satisfagan tus propias necesidades.[10]
    • Si bien quieres saber cuál es el motivo de la ira de esta persona, también debes protegerte al hacerlo.
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    Sé directo. Algunas personas prefieren evitar las confrontaciones directas y optan por conversar con un amigo o pariente. Sin embargo, si la persona en cuestión se entera de que estuviste hablando a sus espaldas, podrías enojarla aún más. Por tanto, lo mejor es considerar el enfoque indirecto como un plan de contingencia, ya que la mejor opción suele ser un enfoque directo.
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    Usa hechos, no juicios. Esto te permitirá establecer puntos en común con la otra persona, ya que señalarás aquello que ambos puedan experimentar como verdadero en lugar de enfocarte en sentimientos personales que podrían parecer ciertos para uno de ustedes pero no para el otro.
    • Por ejemplo, puedes decir "No me dejas terminar la oración" en lugar de "Deja de ser tan grosero e interrumpirme".
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    Expresa tu postura con claridad. De esta forma, la discusión tendrá una base sólida y la otra persona podrá responder a ella y expresar su opinión sobre lo que tú, a tu vez, hayas expresado. Si bien ella podría no estar de acuerdo en cuanto a la forma como hayas planteado el problema, sabrá cuál es tu postura y se generarán las condiciones para que haya un diálogo más profundo.
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    Actúa de la forma adecuada. Mediante consideraciones no verbales importantes (por ejemplo, la postura, el contacto visual y el tono de voz firme), la otra persona podrá saber que estás dispuesto a escuchar pero que también te mantienes firme en cuanto a tus convicciones y el respeto por ti mismo. De esta forma, se creará una igualdad de condiciones para que el temperamento enojado de esta persona no se anteponga a tu necesidad de forjarte también un espacio.

Consejos

  • En caso de que la persona esté demasiado enojada como para tener una conversación tranquila, podrías escribirle un correo electrónico o escribirle una carta a mano. De esta forma, tendrás un mayor control sobre la impresión que des.
  • ¿Estás seguro de que la persona está molesta contigo? En ocasiones, podrías considerarte como la fuente de la ira de una persona cuando en realidad eres un espectador inocente.
  • En caso de que los métodos mencionados anteriormente no surtan efecto, podrías hablar con un amigo mutuo o con un pariente con quien tengas una buena relación, haciendo énfasis en que te gustaría lograr una resolución pacífica con esta persona.

Advertencias

  • A veces, las personas necesitan un tiempo para tranquilizarse. Ten cuidado de no presionar el tema.
  • Si una persona se enoja demasiado, desvincúlate de la situación para así velar por tu seguridad personal.
  • Evita criticar o chismear sobre esta persona a sus espaldas, ya que esto generará sentimientos negativos que podría ser difícil resolver.

Acerca de este wikiHow

Philip Glickman, PsyD
Coescrito por:
Psicólogo clínico licenciado
Este artículo fue coescrito por Philip Glickman, PsyD. El Dr. Philip Glickman es un psicólogo clínico licenciado y el director de Wellness Road Psychology, con dos ubicaciones en Dobbs Ferry y el distrito financiero de la ciudad de Nueva York. Se especializa en terapia cognitivo-conductual, técnicas de atención plena, tratamiento de la ansiedad y coaching de vida. Además, es miembro de la Asociación Americana de Psicología. Tiene una licenciatura en criminología y psicología de la Universidad de Maryland College park, así como una maestría en psicología forense de la City University of New York. Asimismo, tiene un doctorado en psicología escolar y comunitaria de la Universidad de Hofstra. Este artículo ha sido visto 22 141 veces.
Categorías: Relaciones sociales