Si ves que tu pez flota de lado en el acuario o notas que ha saltado fuera de él, quizá tu primera reacción sea llorar su muerte y deshacerte de su cuerpo. Sin embargo, es posible que tu pez no esté muerto. Puedes tomar medidas para determinar su estado verificando sus signos vitales, lidiando con un pez muerto o moribundo y considerando otros aspectos en los peces que los hacen lucir como si estuvieran muertos.

Método 1
Método 1 de 3:
Verificar los signos vitales del pez

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    Retira el pez del acuario con una red para acuario. Mientras coloques la red alrededor del cuerpo del pez, examínalo para detectar señales de lucha. Si el pez tan solo duerme, se despertará y se moverá de un lado a otro para escapar de la red. De lo contrario, podría estar muerto o muy enfermo.
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    Observa su respiración. En la mayoría de las especies de peces, deberás examinarles las agallas. Si no se mueven, significa que el pez no respira. Los peces betta y otros peces de laberinto respiran a través de sus bocas. Si tu pez pertenece a esta familia de peces, observa si su cuerpo se mueve hacia arriba y abajo.[1]
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    Verifica los ojos del pez. Observa sus ojos completamente. Si los ojos del pez lucen hundidos, quizá esté muerto o a punto de morir. Mira si sus pupilas están borrosas, lo cual también es un signo de muerte en la mayoría de los peces de acuario.[2]
    • Si tu pez es un pez globo, una lucioperca americana, un pez quimera o un pez escorpión, la opacidad en los ojos podría ser normal. No obstante, debes comunicarte con tu veterinario si este problema persiste durante varios días.[3]
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    Examina las escamas del pez. Hazlo en caso de que tu pez haya saltado fuera del acuario. Cuando levantes el cuerpo del pez, observa si su piel está agrietada. Toca su cuerpo para determinar si su piel está seca. Esas señales solo están presentes en los peces muertos.[4]

Método 2
Método 2 de 3:
Lidiar con un pez moribundo o muerto

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    Pasa tiempo con tu pez moribundo. Presta atención a si tu pez presenta síntomas como no poder comer o hundirse inmediatamente después de nadar hacia la parte superior del acuario. Puede ser un momento difícil de observar, pero debes tratar a tu pez como cualquier otro animal de compañía. Siéntate cerca del acuario y conversa con tu pez si es lo que haces comúnmente.
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    Sacrifica a un pez que sufra. El aceite de clavo de olor es un sedante y es la forma más compasiva de terminar con el sufrimiento de un pez moribundo. Puedes comprarlo en la mayoría de las farmacias. Coloca solo el pez moribundo dentro de 1 litro (0,3 galones estadounidenses) de agua. Luego, añade 400 mg de aceite de clavo de olor al agua. Dentro de 10 minutos, el pez perderá oxígeno y morirá tranquilamente.[5]
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    Retira cualquier pez muerto del acuario si es posible. Retira el pez muerto del acuario usando una red para acuario. Si no puedes encontrar su cuerpo, no te preocupes. El cuerpo del pez no dañará a los otros peces y se descompondrá de manera natural.
    • Los parásitos y las enfermedades de los peces requieren de huéspedes vivos. Si crees que tu pez murió de una enfermedad, sus compañeros de acuario quizá ya estén infectados. Monitoréalos para detectar síntomas de enfermedad. Si no lucen enfermos ni desarrollan síntomas después de unos cuantos días, significa que son lo suficientemente fuertes para combatir la enfermedad.[6]
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    No te deshagas del pez por el inodoro. Un pez muerto desechado fuera de su hábitat natural podría dañar la fauna marina. Arrójalo a la basura o entiérralo fuera de tu casa. Si el pez es grande, generalmente es mejor enterrarlo. Verifica las leyes de tu localidad para asegurarte de que esté permitido enterrar un pez como mascota.[7]

Método 3
Método 3 de 3:
Evaluar otros posibles problemas

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    Trata el estreñimiento con arvejas desgranadas. El estreñimiento hace que los peces se hinchen a los lados. Las arvejas desgranadas (de cualquier variedad) contienen suficiente fibra para regular nuevamente el sistema digestivo de los peces. Si tu pez no ha hecho sus deposiciones en los últimos días, aliméntalo con dos a tres arvejas frescas o congeladas todos los días. Aplástalas o deja pedazos de ellas flotando en el fondo del acuario.[8]
    • Evita usar arvejas enlatadas porque contienen sodio y especias que podrían dañar a tu pez.
    • Suaviza las arvejas. Puedes hacerlo hirviéndolas sobre la estufa en agua filtrada durante un minuto. Después de retirarlas de la olla, deja que se enfríen. No uses un microondas, ya que podrías destruir los nutrientes vitales de las arvejas.
    • Retira la piel de las arvejas pelándola con tus dedos. ¡Asegúrate de lavarte las manos antes de hacerlo!
    • Corta las arvejas en pedazos pequeños. Primero, córtalas en mitades si no se dividen naturalmente cuando las pelas. Luego, córtalas en cuartos. Si tu pez es pequeño, córtalas en pedazos mucho más pequeños.
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    Reduce sus alimentos si es necesario. Si tu pez no está estreñido, quizá haya comido demasiado. Comer en exceso puede ocasionar que el estómago de un pez se hinche y flote a los lados. Si tu pez ha hecho sus necesidades recientemente, no lo alimentes durante tres a cuatro días.[9]
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    Investiga la forma en la que tu pez duerma. Cuando los peces duermen, dejan de moverse. Por ejemplo, los peces dorados duermen “recostándose” en el fondo del acuario. A veces, sus colores se destiñen, especialmente cuando apagas las luces del acuario. Investiga en Internet y lee libros sobre el cuidado de los peces para que aprendas sobre los hábitos de sueño de tu pez.[10]
    • Busca esta información en las páginas web de los consultorios veterinarios o en algún consultorio veterinario de tu localidad. Ve a tu biblioteca pública o tienda de mascotas para conseguir libros informativos. Si tienes accesos a bases de datos académicas, busca artículos en revistas veterinarias.
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    Acondiciona el agua del acuario. El cloro, la cloramina y los metales pesados en el agua de grifo pueden enfermar y matar a tu pez. Añade acondicionador de agua al acuario siguiendo las instrucciones del empaque. Puedes comprar este producto en tu tienda de mascotas local.[11]
    • Evalúa el agua del acuario para detectar cloro, cloramina y metales pesados antes de añadir el acondicionador. Puedes comprar kits de prueba en tu tienda de mascotas local. Sigue las instrucciones del empaque para evitar falsos resultados positivos o negativos.
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    Verifica la temperatura del agua. En caso de que hayas cambiado el agua del acuario recientemente, cualquier cambio repentino de temperatura podría hacer que tu pez entrara en estado de choque. Mide la temperatura con un termómetro de acuario. Si la temperatura es menor de 24 a 27 °C (76 a 80 °F), aumenta la temperatura del termostato del calefactor del acuario. Si la temperatura está por encima de este rango, disminuye el calor. El choque desaparecerá poco después de que el agua regrese a su temperatura normal.[12]

Advertencias

  • No retires a tu pez del acuario a menos que estés seguro de que está muerto. La mayoría de las especies de peces no pueden sobrevivir fuera del agua por mucho tiempo.

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Categorías: Salud de los peces