No tienes que saber contar chistes para hacer reír a los demás. Puedes hacerlos reír simplemente encontrando el lado divertido de la vida diaria. Dedícate un poco a buscar el material correcto, busca una manera de usar tu humor naturalmente y sumérgete en el humor.

Método 1
Método 1 de 3:
Buscar el material correcto

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    Aprende el material apropiado. La gente tiende a ver el material que uno usa para comedia como un reflejo de su personalidad. Aprender el material correcto para el público correcto puede ayudarte a parecer gracioso sin alienar ni ofender a los demás.
    • El contexto es clave. ¿Dónde vas a tratar de ser gracioso? ¿Quieres ser el chico divertido en el trabajo o en la escuela? ¿Buscas ser la nueva sensación en tu club local de improvisación? El material ligero y no polémico es el mejor para un público profesional mientras que hacer bromar de temas un poco más riesgosos puede ganarte el favor en el mundo de la comedia profesional.[1]
    • Recuerda: tus chistes son un reflejo de ti. Si tiendes a burlarte de tragedias o controversias recientes, podrías hacer sentir incómodos a los demás. Ser atrevido puede ser positivo para una carrera en comedia, desde luego, pero si eres nuevo, lo más recomendable quizá sea limitarte a temas más ligeros hasta que le agarres el truco al arte de hacer reír.[2]
    • Puedes encontrar material apropiado en todo lugar. A la gente suelen gustarles aquellos que encuentran el lado gracioso en diversos temas. Prueba ver el lado divertido de las cosas en lo que pasa en el día a día. Cosas como tomar un bus o verter el café de la mañana pueden usarse como material para fines cómicos.[3]
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    Sumérgete en cosas graciosas. Para desarrollar tu sentido del humor, es excelente exponerse a cosas graciosas. Es difícil forzarse a ser gracioso, pero cuando uno se sumerge en ese medio, toma inconscientemente rasgos que ve. Así como los escritores escriben mejor leyendo, sumergirte en material humorístico puede ayudarte a perfeccionar tu sentido del humor.
    • Mira clips divertidos de gente en Internet. Muchos youtubers incorporan el humor sin decir chistes explícitamente.[4]
    • Mira películas y programas de televisión graciosos. Los conductores de los late night shows suelen ser graciosos con su humor observacional, sus respuestas cándidas a sus invitados y no tanto cuentan chistes abiertamente.[5]
    • Escucha podcasts graciosos y frecuenta gente a quien le guste reír.[6]
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    Presta atención a las reacciones de los demás. Observa cómo reaccionan los demás en el día a día. Puedes calcular el tipo de material que a los demás les parece gracioso con tal solo observarlos. Ve a una cafetería y mira a la gente bromeando con los baristas. Ve a un show de arte o concierto solo y escucha a la gente conversar. Presta atención a las interacciones en el comedor del trabajo. Observa cuándo y por qué se ríen.[7]

Método 2
Método 2 de 3:
Usar tu humor naturalmente

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    No fuerces tu humor. La gente más divertida no fuerza su lado gracioso, sino que espera por un momento oportuno para hacer una observación graciosa.
    • Los mejores momentos de humor y jocosidad no se dan a la fuerza. Si quieres ser más gracioso en tu vida diaria, no te comportes como si estuvieras en un club cómico. Ten conversaciones serias con los demás y cuando se te ocurra una observación divertida, dila libremente. No inicies una conversación con el solo propósito de hacer reír a alguien. Solo deja que suceda a propio ritmo.
    • Usa la moderación. La mayoría de los expertos en comedia cumplen la “regla de los 3”. Es decir, que en cualquier situación hay que hacer no más de 3 comentarios graciosos seguidos. No querrás parecer un acaparador de atención.[8]
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    Cuenta anécdotas graciosas. Para ser gracioso sin contar chistes, contar historias divertidas es excelente. ¿Tuviste una niñez más divertida que el promedio? ¿Tuviste una experiencia extraña en tu fiesta de promoción? ¿Tienes anécdotas graciosísimas de ti o de tus amigos de la universidad? Ten muchas anécdotas divertidas preparadas para hacer reír a los demás.
    • Ponte a pensar en los momentos de tu vida en que más te reíste. ¿Estos momentos son apropiados para compartir? ¿Los demás le verán la gracia? Ponte a pensar en historias divertidas que puedas compartir con los demás. Esto es excelente para hacer reír sin contar un chiste.[9]
    • En ocasiones, la manera de contar una historia es igual de graciosa que el contenido de la historia en sí. Escucha podcasts donde la gente cuente anécdotas entretenidas. También puedes leer blogs o mirar videos. Observa cómo cuentan sus historias, dónde hacen pausa, sonríen y se ríen. Aprende a contar una historia con gracia.[10]
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    Acepta tu lado bobo. Si quieres ser gracioso sin contar chistes, puedes simplemente probar ser bobo. Hacerse el bobo puede hacer reír a los demás.
    • Haz bromas inofensivas a amigos o colegas. Habla con una voz graciosa. Canta una canción tonta.[11]
    • Sin embargo, no lo fuerces, porque la gente se fastidia con un infantilismo fabricado. Céntrate en las cosas que te hacen gracia. Te será más fácil hacer reír si usas material que surja de ti naturalmente.[12]
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    Pasa tiempo con gente a quien le encanta reír. Para aprender a ser gracioso, es excelente pasar tiempo con gente graciosa. Así aprenderás a insertar el humor naturalmente en una situación mediante la observación. Frecuenta con amigos, familiares y colegas que tengan reputación de tener un gran sentido del humor.[13]
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    Lleva el humor a una conversación. No tienes que limitar tu lado gracioso para ti mismo. La gente se siente atraída por aquellos que sacan el humor a su alrededor. Cuando estés conversando con alguien, procura animarlo a aceptar su lado gracioso.
    • Pídele a la gente que te cuente historias divertidas. Empieza una conversación preguntando: “¿Qué es lo más divertido que te ha pasado?” o “¿Qué tontería te hace reír siempre?”.[14]
    • Ríete de las historias divertidas de los demás y hazles un cumplido, por ejemplo: “¡Eso es tan gracioso!”. La gente tiene ganas de estar con personas graciosas, pero podría incomodarse si siempre están tratándose de robar la atención. Deja espacio para los demás.[15]

Método 3
Método 3 de 3:
Sumergirte en el humor

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    Procúrate un ambiente divertido. Si quieres ser gracioso, rodéate de cosas graciosas. Haz un esfuerzo consciente por cultivar un ambiente divertido para ti mismo.
    • Ten objetos en casa que te recuerden momentos divertidos. Ten una foto de ese viaje comiquísimo que tuviste con tus amigos de la universidad. Pega tiras cómicas graciosas en las paredes. Pon pósteres de películas y programas televisivos graciosos.[16]
    • Pon un protector de pantalla entretenido en tu computadora o celular. Ten recortes de revistas y fotos apropiados pero divertidos en tu cubículo de oficina.[17]
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    Pasa tiempo con niños. Los niños tienen menos inhibiciones que los adultos y suelen sentirse más libres de expresar su lado cómico. El tiempo que uno pasa con ellos puede ayudarte a desenvolverte y a aceptar tu lado gracioso.
    • Si tienes hijos, dedícate a pasar más tiempo riendo con ellos. Si tienes amigos o familiares con niños pequeños, ofrécete a cuidarlos.[18]
    • Ofrécete a trabajar con niños. Los hospitales, las guarderías y los centros de cuidado de niños siempre buscan voluntarios.[19]
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    Incorpora momentos de relajamiento en tu horario. Entre sus obligaciones laborales y demás, la gente tiende a descuidar los momentos de relax. Haz un esfuerzo consciente de tomarte un tiempo todos los días para relajarte y reírte.
    • Ten un ritual diario donde puedas reírte. Mira una película o un programa de televisión gracioso. Lee tiras cómicas. Llama a amigos que siempre te hagan reír.[20]
    • Muchos piensan que no tienen tiempo de reírse. Sin embargo, los que se dan tiempo de relax en realidad son más productivos en general. También puedes buscar maneras de incorporar tu humor en tus actividades diarias. Escucha un podcast gracioso mientras vas al trabajo o mientras haces ejercicios. Pon una película divertida en el fondo mientras lavas la vajilla en la noche.[21]
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    Mira comedia. Si tiendes a ver dramas intensos, quizá te cueste ver el lado gracioso de las cosas. Date espacio para ver programas televisivos o películas de comedia. Pídeles sugerencias a tus amigos. Lee en Internet comentarios sobre las comedias más nuevas y divertidas.[22]

Consejos

  • No tengas temor de burlarte de ti mismo. La gente suele sentirse cómoda con personas que tienen un humor autocrítico.
  • El sarcasmo puede ser difícil de detectar, así que úsalo con discreción.
  • Sal con amigos que piensen que tienes un gran sentido del humor. Al pasar más tiempo con ellos, aprenderás mucho de ellos.

Acerca de este wikiHow

Kendall Payne
Coescrito por:
Escritora, directora y comediante en vivo
Este artículo fue coescrito por Kendall Payne. Kendall Payne es una escritora, directora y comediante en vivo que reside en Brooklyn, Nueva York. Kendall se especializa en dirigir, escribir y producir cortometrajes cómicos. Sus películas se proyectaron en Indie Short Fest, Brooklyn Comedy Collective, Channel 101 NY y 8 Ball TV. También ha escrito y dirigido contenido para los canales sociales de Netflix is a Joke y ha escrito guiones de marketing para Between Two Ferns: The Movie, Astronomy Club, Wine Country, Bash Brothers, Stand Up Specials y más. Kendall dirige un programa de comedia en internet de IRL en Caveat llamado Extremely Online, y un programa de comedia para @ssholes llamado Sugarp!ss en Easy Lover. Estudió en el Upright Citizens Brigade Theatre y en la Escuela de Artes Tisch de la Universidad de Nueva York en el Programa de Certificado de Escritura de TV. Este artículo ha sido visto 117 158 veces.
Categorías: Relaciones sociales