Si piensas en la posibilidad de ser más considerado, entonces ya estás encaminado. Al pensar en ti mismo y en los demás, aprenderás a prestar atención a las cosas pequeñas, a anticipar las necesidades de las otras personas y a tomar en cuenta la bondad que recibes.

Método 1
Método 1 de 3:
Tratar a los demás con consideración

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    Reconoce a las personas que te rodean. Siempre saluda a las personas con las que compartas espacio cuando seas consciente de su presencia. Aunque te sientas cansado o te avergüences, haz el esfuerzo de reconocer que los demás existen y que tú existes con ellos.
    • Si entras a una sala, saluda a todos los presentes. Haz contacto visual y sonríe si puedes. Si alguien más entra a la sala en la que estás, haz lo mismo. Si tú y esa persona tienen un momento a solas, pregúntale cómo está y dile también cómo estás tú.
    • Usa el nombre de cada persona y asegúrate de saber cómo pronunciarlo.
    • Despídete cuando te vayas o cuando alguien deje el espacio en el que te encuentras.
    • Si te chocas con alguien, pídele disculpa.
    • Reconoce las necesidades de las personas con las que compartes el espacio. Si hay comida para compartir, toma una cantidad proporcional.
    • Haz preguntas reales. Si hablas con alguien, hazle preguntas específicas acerca de su vida. Si obtienes una respuesta amigable a una pregunta, haz preguntas de seguimiento. Trata de aprender cómo vive la persona, qué es lo más importante para ella y qué es lo que disfruta en el curso de las conversaciones.
    • Si percibes cómo se siente alguien, ¡reconócelo! Pregúntale cómo está. Si la persona parece molesta, pregúntale si hay algo que puedas hacer. Si parece contenta, di que se ve bien y pregúntale si ha tenido un buen día.
    • Reconoce los momentos de dificultad y los de celebración en las vidas de las personas que te rodean. Trata de ser compasivo cuando una persona esté triste y felicítala cálidamente cuando logre algo.
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    Anticipa las necesidades de los demás. Es bueno ayudar a una persona cuando te lo pida, pero es aún más considerado anticipar el tipo de ayuda que haría una gran diferencia en un momento. Si tu pareja vuelve a casa con las compras, sal para ayudarla a llevar las bolsas. Si tu colega tiene un vuelo a primera hora de la mañana, puedes ofrecerle llevarlo al aeropuerto.
    • Si una persona que conoces atraviesa una situación un poco difícil o que requiera mucho trabajo, piensa en una manera de ayudarlo con actividades cotidianas.[1]
    • Por ejemplo, si te enteras que un amigo debe terminar una solicitud de subvención importante durante el fin de semana, ofrécele llevarle una comida o cuidar a sus hijos.
    • Coordina con otras personas para saber quién quiere ayudar también. Si alguien que conoces experimenta una crisis de salud, ponte en contacto con sus amigos más cercanos y organiza un programa de comidas para que no tenga que cocinar.
    • Con un poco de atención minuciosa, puedes volverte un experto en las necesidades de tus seres queridos. Por ejemplo, quizás seas el único que entienda los estados de ánimo de un amigo cercano, que pueda anticipar (si empieza a hacer muchos planes emocionantes) que se sobrecargará y que terminará agotado, y que sea suficientemente cercano como para recordarle que trata de hacer muchas cosas al mismo tiempo.
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    Reúne información acerca de las personas en tu vida. Cuando aprendas algo acerca de alguien que sea parte de tu vida, haz una nota mental. Este es un material al que puedes recurrir cuando desees actuar de una manera considerada.
    • Escucha activamente. Presta atención a las personas cuando te hablen. Demuestra que escuchas asintiendo ocasionalmente, reaccionando con tu cara, haciendo preguntas y repitiendo cada cierto tiempo lo que dijo para asegurarte de haber entendido bien.[2]
    • Anota las cosas. Si aprendes algo que crees que puedas olvidar, como la fecha de la cirugía próxima de un amigo, anótala en el calendario para que puedas enviarle una tarjeta o llamarlo para saber cómo está cuando llegue el momento.
    • Considera la posibilidad de tener un calendario de cumpleaños. Escribe los cumpleaños de todas las personas que conoces en un calendario y actualízalo con los cumpleaños de los recién nacidos y de los amigos nuevos. No debe ser un calendario anual, porque recurrirás a este año tras año.
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    Marca los acontecimientos importantes. Si algo importante ocurre en la vida de una persona que conozcas, marca la ocasión. Escríbele una tarjeta, llámala o envíale flores u otro regalo. Si solo se trata de un conocido, puedes hacer un comentario en las redes sociales o simplemente escribir una nota para ti mismo para decir algo cuando lo veas.[3]
    • Si sabes que tu amigo prefiere alguna forma de contacto, puede ser considerado de tu parte que respondas de esa manera.
    • Escriba tarjetas. Escribe tarjetas de agradecimiento, tarjetas de pésame, tarjetas de cumpleaños, tarjetas de jubilación, tarjetas por el nacimiento de un niño, tarjetas para expresar que estás pendiente de alguien y tarjetas de graduación. Puede parecer excesivo, pero realmente hace que la gente se sienta bien. Escríbele a alguien una tarjeta y considera la posibilidad de llamarlo también.
    • No necesitas comprar tarjetas específicas para una ocasión cada vez, mantén algunos paquetes de hermosas tarjetas en blanco en tu casa y escribe un mensaje personal en su interior que sea apropiado para la ocasión. Un patrón alegre y otro calmante es todo lo que necesita. Envía tarjetas alegres para cumpleaños, graduaciones y otras buenas noticias, y envía una imagen calmante con tarjetas de pésame y de otros momentos más sobrios.
    • Está perfectamente bien enviar una tarjeta a alguien que esté enfermo, que ha perdido el empleo o que lidia con dificultades personales o familiares.
    • Puede sentirse incómodo recordar un momento triste o complejo, pero se sentirá más incómodo luego cuando veas a la persona y no sepas qué decir cara a cara.
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    Pide permiso cuando tus acciones involucren a otras personas. Es considerado tomar en cuenta cómo tus actos harán que se sientan otras personas. Aunque no esté claro cuánto afectará tu acto en última instancia a otra persona, es considerado tomar en cuenta que quizás tenga algo para decir. Por ejemplo, si tienes una experiencia divertida con un amigo, pídele permiso antes de contar la historia a otras personas.
    • Obtén consentimiento antes de tocar a alguien. Incluso un abrazo o una palmada amigable en la espalda puede ser incómodo para algunas personas. Otras simplemente desean que se les pregunte antes de que las toquen.[4]
    • Incluso los niños merecen este tipo de consideración. Pregúntale a tu hijo antes de publicar su foto en las redes sociales, pues tal vez quiera mantenerla en el ámbito familiar.

Método 2
Método 2 de 3:
Cuidar a un ser querido

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    Aprende qué hace que tu ser querido se sienta querido. Todas las personas expresan y encuentran satisfacción de distintas maneras. Para ser considerado, aprende qué es lo que hace la mayor diferencia para tus seres queridos. Por ejemplo, a tu mamá le gustaría quizás que la llames todos los días, mientras que a tu papá quizás no le importa si lo llamas, pero le dolería que no le lleves un buen regalo el día de su cumpleaños.
    • ¿Qué clase de actos de amor son más significativos para tu ser querido? ¿Responde más a actos de servicio, a regalos, a tiempo de calidad, a palabras afectivas o al contacto físico?[5] ¿Necesita sentir que comprendes sus motivaciones? ¿Es importante para él que estés presente físicamente en algunos tipos de acontecimientos?
    • Si no estás seguro, pregúntate que has hecho por tu ser querido que menciona con frecuencia o que le haya hecho llorar. Si no estás seguro, pregúntale.
    • Piensa en cosas que le gusten e inclúyelas en tu rutina. Por ejemplo, si tus padres se sienten apoyados cuando haces las tareas domésticas, asume quehaceres más regulares. Si tu hijo se pone inseguro cuando necesita consuelo, acostúmbrate a darle abrazos regulares.
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    Reconoce lo que tu ser querido hace por ti. Tómate un momento cada día para pensar en las cosas que las personas te brindan. Expresa tu agradecimiento a aquellos que hacen algo por ti (desde el barman que prepara tu bebida hasta tu cónyuge que mantiene la calma cuando entras en pánico por perder las llaves).[6]
    • Toma en cuenta las cosas pequeñas. Es probable que no notes todas las cosas que las personas te dan (además de los objetos materiales, alguien puede darte tiempo, energía emocional o incluso atención minuciosa). Cuando un ser querido haga algo que te afecte, piensa en su motivación. Quizás lo haga para hacer que te sientas bien.
    • Pregúntate si hay cosas que tu ser querido hace por ti que podrías retribuir. A menudo, las cosas que crees hacer por otras personas se alinean más con tus propias necesidades que con las de ellas. Por tanto, si quieres averiguar qué necesita tu ser querido, puedes prestar atención a qué es lo que te da.
    • Por ejemplo, si tu pareja siempre te hace un buen masaje de hombros, puedes ofrecerle un masaje a cambio. Es posible que tenga dolor en los hombros y que asuma inconscientemente que también te duelen.
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    Ponte en contacto. Cuando tú y tu ser querido se saluden mutuamente y cuando tengan un tiempo a solas, trata de saber cómo se siente. Pregúntale, pero también observa. ¿Parece atento y alerta? ¿Parece cansado, triste o preocupado? ¿Frunce el ceño, da golpes ligeros con la mano o revisa su teléfono cada tres minutos?[7]
    • Pregunta a tu pareja cómo se siente. "¿Cómo estás? ¿Has tenido un buen día?".
    • Haz preguntas específicas acerca de cosas de las que crees que desee hablar.
    • Si tu pareja parece distante, ansiosa o triste, pregunta algo como "¿Te molesta algo?".
    • Puedes decir lo que percibes. Por ejemplo, "Pareces un poco preocupada. ¿Tienes algo en la cabeza?".

Método 3
Método 3 de 3:
Tomarlo con calma

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    Piensa antes de hablar. Las personas consideradas tienden a pensar en una declaración antes de hacerla. Si bien hay algunas situaciones familiares en las que puedes responder libremente a una pregunta o a un comentario sin temor de decir algo malo, en la mayoría de los casos vale la pena pensar en tu respuesta.[8]
    • Piensa en la mejor manera de formular lo que quieres decir. Puedes tener un pensamiento generoso que hará que el oyente se sienta muy mal si lo formulas incorrectamente. Piensa en las palabras que expresarán mejor lo que deseas decir ante el oyente.
    • Escucha a tu instinto. Si algo te hace dudar, haz una pausa y piensa en las implicaciones de lo que quieres decir.
    • De manera similar, puedes decidir volver a leer un correo electrónico antes de enviarlo.
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    Reflexiona acerca de tu día. Serás más considerado en todas las cosas si te tomas el tiempo de recordar y de analizar tu día. Habla acerca de tu día con amigos y con familiares, siempre y cuando también escuches sus relatos. Escribe lo que hiciste y cómo te sentiste al respecto en un diario nocturno. Esta es una manera de dedicar el pensamiento a lo trivial, una práctica que inevitablemente te hará más considerado.[9]
    • Considera la posibilidad de buscar un psicoterapeuta si sientes que tienes más para resolver de lo que puedas abarcar en una conversación.
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    Apártate un poco de las decisiones. Si debes tomar una decisión grande o incluso una mediana, tómate tu tiempo para tomarla. Formula preguntas minuciosas y hazlas a las personas de tu vida. Aunque te sientas fuertemente inclinado a una u otra opción, dejar que tus pensamientos se estabilicen en la mente te hará tomar una decisión más satisfactoria. Si puedes, piénsalo bien antes de dar un veredicto.[10]
    • Si no tienes tiempo para dormir toda la noche antes de tomar una decisión, trata de apartarte brevemente. Por ejemplo, si vas a tomar una decisión importante en el trabajo, intenta dar un breve paseo o de tomarte un largo descanso para comer antes de expresar tu decisión.
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    Tómate el tiempo con los proyectos que sean importantes. El viejo dicho de que "todo lo que vale la pena hacer vale la pena hacerlo bien" tiene algo de mérito. El trabajo bien hecho tiende a impresionar. Asigna el tiempo necesario para dar a cada proyecto la atención que merece. Toma en cuenta el objetivo principal del proyecto mientras exploras temas posiblemente relacionados que puedan terminar influyendo en el producto final.
    • Como con las decisiones, tomarte tiempo lejos de los proyectos te ayudará a verlos más claramente.

Acerca de este wikiHow

Rebecca Kason, PsyD
Coescrito por:
Psicóloga clínica licenciada
Este artículo fue coescrito por Rebecca Kason, PsyD. La Dra. Rebecca Kason es una psicóloga clínica licenciada en Nueva York y Nueva Jersey. Se especializa en salud mental adolescente, terapia conductual dialéctica y terapia cognitivo conductual. Ha tenido un gran éxito en el tratamiento de clientes con problemas de desregulación emocional, trastornos conductuales, dificultades interpersonales, conflictos familiares, ansiedad, depresión y fobias. Tiene una licenciatura en psicología de la Universidad de Delaware, una maestría en psicología aplicada y un doctorado en psicología clínica de la Universidad de Long Island. La Dra. Kason completó una pasantía acreditada por la APA en Mount Sinai Services. Es miembro de la Asociación Americana de Psicología y la Asociación para Terapia Cognitiva y del Comportamiento. Este artículo ha sido visto 7491 veces.
Categorías: Relaciones sociales