Casi todas las personas quieren ser ingeniosas en las conversaciones. Sin embargo, pocas tienen la suerte suficiente de ser naturalmente ingeniosas. No obstante, casi cualquier persona puede aprender a convertirse en un conversador ingenioso con la ayuda de algunos consejos y algo de práctica.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Establecer una relación

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    Prioriza una buena conversación antes de una ingeniosa. Tienes que mejorar tu inteligencia para mantener una conversación antes de poder ser ingenioso. Comenzar una conversación con una historia o una broma graciosa puede dar la impresión de ser arrogante, sin importar cuán ingenioso seas.[1] Practica el método de observar, preguntar y revelar información para ser un conversador.[2]
    • Comienza al aclarar que estás interesado en una conversación. En las situaciones sociales, es importante verse accesible al facilitar unas señales no verbales, como sonreír y adoptar un lenguaje corporal receptivo.[3]
    • Ten un diálogo al participar en una conversación trivial estratégica. Toda conversación debe comenzar en algún punto. Comienza con unas preguntas o unos comentarios inofensivos acerca de lo que hay a tu alrededor para iniciar la conversación. ¿Estás en el exterior? ¿Cómo es el clima? ¿Estás en una fiesta? ¿Qué tipo de comida se sirve?[4]
    • Si hablas con una persona extraña, empieza con una conversación trivial, luego con unas introducciones personales y deja que la conversación siga su curso.[5]
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    Haz algunas preguntas. Tienes que conocer más acerca de la persona con la que hablas para saber qué le parece entretenido.
    • La mayoría de las personas están felices de hablar de sí mismas, siempre y cuando les des la oportunidad de hacerlo. Evita las preguntas que se puedan responder con un sí o un no. En lugar de ello, haz unas que se puedan responder de manera indefinida. Por ejemplo, pregúntale a alguien acerca de la parte favorita de su trabajo cuando te diga su ocupación. Pregunta "¿Por qué?" cuando tengas alguna duda.[6]
    • Deja que la persona con la que hables sepa que te interesas genuinamente en lo que tenga que decir al mantener el contacto visual y algunas interjecciones sutiles como "¿De verdad?", "¿Sí?" y "Ajá".[7] Evita interrumpirle incluso si se te ocurre algo que decir.
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    Presta atención. Con mucha frecuencia, descuidarás escuchar a la persona con la que hablas si te esfuerzas mucho por ser ingenioso, ya que tratas de pensar en tu siguiente comentario.[8] Sin embargo, tienes que prestar mucha atención a lo que te dice para ser ingenioso. Escucha atentamente a las palabras que dice.[9]
    • No interrumpas. No hables hasta que haya un descanso natural en la conversación, incluso si algo de lo que diga te da una idea de un tema para comentar. Incluso los mejores comentarios pueden dar la impresión de ser descortés si se dan en una interrupción.[10]
    • Nota el ritmo de la conversación. Una broma ingeniosa depende del momento. Escucha con detenimiento para comprender los patrones del discurso de la persona con la que hablas para que sepas cuándo intervenir con un comentario. Si pierdes el momento, una respuesta ingeniosa podría fracasar.
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    Busca algunas cosas en común. Cuando conozcas más acerca de esa persona, podrás comenzar a decidir lo que tienen en común y lo que puede ser el mejor tema de conversación.
    • Piensa en las experiencias entretenidas que hayas tenido y que se relacionen con los intereses de la persona con la que hablas. Menciona estas experiencias en la conversación en el momento apropiado.[11]
    • Algunas veces, todo lo que se necesita es una experiencia. Por ejemplo, piensa en los errores de principiante que cometiste y que la persona con la que conversas pueda considerar como entretenidos si ella disfruta de la pesca, pero solo lo has ido de pesca una vez.
    • Conoce tu audiencia. Somerset Maugham, autor británico, una vez dijo "La citación es un sustituto aprovechable para el ingenio".[12] En efecto, las referencias culturales pueden brindar una vía rápida al ingenio, ya sean libros, canciones, películas, televisión, política, etc. Sin embargo, tienes que conocer a tu audiencia para asegurar que tus referencias no fracasen.
    • Por ejemplo, mencionar la letra de una canción de los Beatles en la conversación podría ser más efectivo que hacer referencia a una canción de Taylor Swift si hablas con una persona que nació tras la Segunda Guerra Mundial.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Ocuparte de tu ingenio

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    Cuenta tus anécdotas. Todas las personas disfrutan de una historia divertida. Sin embargo, es muy difícil suscitar unas risas de una anécdota ambigua o llena de divagaciones. En lugar de ello, debes esforzarte por tener unas historias precisas y bien definidas para contar en las fiestas y los eventos sociales.
    • Piensa en las historias más entretenidas o extrañas de tu vida. Estas deben ser las historias que cuentes en las conversaciones.
    • Considera la audiencia probable para tus anécdotas. Las historias relacionadas con la contabilidad pueden ser apropiadas si tu objetivo es que se te vea como ingenioso en las conversaciones en una convención de contabilidad. Sin embargo, las experiencias comunes, como la escuela, los padres, las mascotas o los niños son preferibles si buscas tener historias ingeniosas que puedas contar en cualquier lugar, ya que más personas se podrán relacionar con estas.
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    Haz que tu historia sea graciosa. Una misma historia básica puede ser confusa, aburrida o graciosa. Tendrás que pulir tu historia para asegurarte de que cause risa.
    • Estudia las frases graciosas y la selectiva exageración empleadas por los humoristas autobiográficos, como David Sedaris, para tener una idea de lo que se necesita para una historia graciosa.[13]
    • Comienza a perfilar tu historia. Trata de recordar los detalles. Revisa tu anécdota precisa, clara y graciosa. Luego, ocúpate de memorizar y afinar tu ejecución verbal para que se perciba como divertido en persona al igual que en la versión escrita.
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    Haz buenas bromas. Si más personas se unen a la conversación, siéntete libre de burlarte de ellas.
    • Búrlate de las celebridades, cantantes o políticos. Solo asegúrate de que la otra persona no sea muy fanática de la celebridad de quien quieras burlarte.
    • No te extralimites. No te burles de la apariencia de alguien, su situación familiar, su sexualidad o de alguna discapacidad (si la tuviera) a menos que sepas que es algo sobre lo cual está completamente abierta. Incluso así, aun cuando haga bromas autocríticas, es posible que no quiera oírlas de otras personas.
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    Juega con las palabras. Hay pocas cosas que se perciben como ingeniosas en una conversación que un juego de palabras inteligente. Puedes mejorar con la ayuda de la práctica, incluso si el juego de palabras no te surge naturalmente.
    • Conoce tu vocabulario. La mayor parte de un juego de palabras depende de tener un vocabulario amplio. Considera conseguir los libros que ayudan al vocabulario, las aplicaciones de los teléfonos inteligentes y los juegos, como los crucigramas, para mejorar el comando de las palabras.[14]
    • Conoce los tipos de juego de palabras. Los trastrueques de palabras ("¡Qué tal olor!", en vez de "¡Qué tal dolor"), los gazapos ("Mira al crocodrilo", en vez de "Mira al cocodrilo"), los juegos de palabras ("Han inventado anteojos especiales para dormir. Se llaman somnolentes") y las palabras formada por otras dos ("Navinukkah", una combinación de "Navidad" y "Hanukkah") se pueden insertar con ingenio en una conversación si se utilizan bien.[15] [16] [17]
    • Estudia algunos ejemplos de un buen juego de palabras. Todas las personas, desde Shakespeare, George Carlin hasta Kanye West, emplean un juego de palabras en su escritura y sus presentaciones. Consume algunos ejemplos de un buen juego de palabras para comprender cómo emplearlo al tener a tu audiencia en consideración.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Ocuparte de tu ejecución

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    Relájate y sé tú mismo. Con frecuencia, las personas quieren ser ingeniosas porque creen que no son buenas conversadoras. Sin embargo, la inseguridad es el enemigo del ingenio.
    • Una buena ejecución suele ser la diferencia entre un comentario que suscita una risa o un fracaso. Tu comentario ingenioso no se tomará bien si te ves nervioso o tímido.[18]
    • Es importante recordar que la percepción de tienes de ti suele ser equivocada. Es probable que no seas tan raro como te imaginas; en realidad, puedes obstaculizar tu habilidad de ser ingenioso al permitirte sentirte inseguro.[19]
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    Forja tu confianza con la práctica. Paradójicamente, la única manera de superar la inseguridad en las conversaciones es teniéndolas.
    • Lo fundamental es participar en unas interacciones menores (bromea con un barista mientras esperas por tu café) con tanta frecuencia como sea posible para que puedas ser ingenioso en las conversaciones mayores (hablar con el compañero de trabajo que te gustaría invitar a salir).
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    Acude (temporalmente) a la web si es necesario. Trata de practicar tus historias, bromas y otras habilidades ingeniosas en las páginas web de redes sociales si las interacciones en persona te ponen nervioso.
    • Darte la oportunidad de ocuparte de tu ingenio cuando tengas más tiempo para pensar puede ayudarte a forjar tu confianza para que puedas estar más relajado durante las interacciones en persona.
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    Detente con anticipación. A medida que te vuelvas más seguro, no solo podrás avanzar cuando un intento de ser ingenioso fracase, sino que también sabrás cuándo dejar de tratar de serlo.
    • Shakespeare dijo "La brevedad es el alma del ingenio".[20] Cuando creas que eres ingenioso, no sentirás la necesidad de tratar de hacer que tus comentarios sean ingeniosos, lo cual es un esfuerzo que molestará o aburrirá a la persona con la que hablas.
    • De igual forma, a medida que ganes más confianza en tu ingenio, aprenderá a cuándo detenerte. Siempre es preferible terminar una conversación en un pico alto.
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