Tu veterinario te podría pedir una muestra de orina por diversas razones dado que el análisis de orina es una forma fácil y no invasiva de detectar infecciones urinarias y problemas como una enfermedad renal o diabetes mellitus. Una muestra de orina también puede ayudar a verificar si hay cristales urinarios que podrían irritar el revestimiento de la vejiga. Tomar la muestra de orina de una perra es un poco más complicado que con un perro; sin embargo, puedes lograrlo sin problemas y de manera eficiente si planificas un poco de forma anticipada.

Método 1
Método 1 de 2:
Preparar el recipiente

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    Escoge el recipiente. El recipiente ideal es ancho, plano y poco profundo, por ejemplo, una bandeja para hornear, un recipiente de comida para llevar o una bandeja para tarta de aluminio. Debe ser lo suficientemente poco profundo como para que lo deslices debajo de un perro pequeño y, sin embargo, lo suficientemente ancho como para que atrape la orina si tu objetivo no está muy quieto.
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    Comprende por qué es importante esterilizar el recipiente. Si el veterinario quiere analizar la orina para determinar la presencia de alguna infección, tal vez tenga que cultivar la muestra. Para que los resultados sean precisos, tendrás que tomar la orina en un recipiente limpio y pasarlo a una botella o frasco limpio para llevárselo al veterinario. Esto se hace para evitar la contaminación con bacterias ambientales ya que las pruebas de laboratorio evidenciarán cualquier bacteria que esté presente (incluyendo las del medio ambiente).
    • Utilizar un frasco estéril te permitirá una identificación precisa de los bichos presentes, así como una selección precisa del antibiótico al cual las bacterias son más sensibles.
    • Hay tres formas de esterilizar un recipiente en casa, todo lo cual está detallado en los siguientes pasos.
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    Utiliza un líquido esterilizante comercial que se emplee para esterilizar las botellas y tetinas de bebés. Hay muchas marcas que están fácilmente disponibles en farmacéuticas o supermercados. Simplemente sigue las instrucciones del empaque, las cuales por lo general implican:
    • diluir el líquido esterilizante con un volumen fijo de agua;
    • sumergir el objeto en el líquido diluido durante un periodo de tiempo determinado.
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    Utiliza un esterilizador de vapor para preparar el recipiente. Si tienes acceso a un esterilizador de vapor (de los que utilizan para las botellas de bebés), utilízalo para esterilizar recipientes de aluminio. También puedes utilizarlo para esterilizar recipientes de plástico que soportan temperaturas altas.[1]
    • Sigue una vez más las instrucciones del fabricante, las cuales por lo general implican agregar una cantidad fija de agua al esterilizador y dejarlo funcionar en un ciclo de vapor.
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    Limpia el recipiente con agua hirviendo. Si no quieres comprar líquido esterilizante o no tienes acceso a un esterilizador de vapor, puedes usar agua hirviendo para esterilizarlo. Pon una olla de agua a hervir. Coloca el recipiente en el agua hirviendo. Asegúrate de que el recipiente que utilices pueda soportar temperaturas altas.
    • Deja que el recipiente se siente en el agua hirviendo durante varios minutos. Ten bastante cuidado cuando lo saques del agua ya que te quemará. Ponlo sobre una superficie limpia para que se enfríe.
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    Limpia y seca un recipiente si no necesitas esterilizarlo. Si el veterinario no desea enviar la muestra para cultivo, entonces será suficiente que el recipiente esté limpio y seco en vez de esterilizarlo muy bien. Es fundamental que no esté contaminado con alimentos o con residuos azucarados ya que podrías obtener resultados falsos en la prueba de la tira reactiva.
    • Para limpiar el recipiente, lávalo en agua caliente y jabonosa, enjuágalo bien con agua corriente y luego déjalo secar al aire o sécalo con una toalla.
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    Utiliza una botella a prueba de fugas para transportar la orina. Una vez que hayas tomado la orina en un recipiente plano, tendrás que pasarla a una botella estéril sin derramar por todos lados para que puedas llevarla al veterinario. Tal vez él te pueda dar un recipiente para este propósito; no obstante, también hay varios artículos para el hogar que puedes usar.
    • Un frasco de vidrio con taparrosca, como un frasco de mermelada o café, funcionará bien. Lávalo de forma minuciosa con detergente para deshacerte de cualquier residuo azucarado. Una vez más, cuando sea posible, esteriliza el recipiente con un agente esterilizante químico o, si el material lo soporta, con una tetera llena de agua hirviendo. Este último paso solo es esencial si vas a enviar la muestra para cultivo.
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Método 2
Método 2 de 2:
Tomar la muestra de orina

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    Planifica con anticipación a fin de tomar la orina de tu perra. Muchos dueños se dan cuenta de que sus mascotas empiezan a sospechar cuando van por atrás para tomar la muestra. Así, la perra decide aguantarse y no orinar o salir corriendo y dejar atrás a su dueño. Para reducir las posibilidades de que esto pase, trata de tomar la muestra cuando tu perra tenga llena su vejiga, por ejemplo, a primera hora de la mañana. De esta manera estará tan dispuesta a aliviarse que no se fijará tanto en lo que tú hagas.
    • Algunas otras ocasiones en las que puedes tratar de tomar la muestra de orina son inmediatamente después de que ha comido o durante su caminata regular cuando hay olores interesantes que, como distracción, tu perra puede olfatear y que la pueden tentar a dejar su marca de olor.
    • Otra opción es buscar la ayuda de una segunda persona. Haz que el cómplice mantenga tomada a la perra de su correa de modo que ambos caminen adelante y que él la distraiga. Así, tú deberás ir merodeando un poco por atrás y cuando la perra se ponga en cuclillas para orinar, te acercarás en silencio y deslizarás el recipiente por debajo de su extremo trasero a fin de recoger la muestra.
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    Espera hasta que la perra tenga llena su vejiga y ponle un collar y correa. Si tienes guantes de goma, póntelos. Lleva tu recipiente para tomar la muestra en tu mano y la botella segura en tu bolsillo y salgan a pasear. Deja que la perra olfatee el extremo de la correa.
    • La mayoría de los perros utilizan su olfato para encontrar un lugar en el que deciden orinar. Tu perra primero olfateará y luego se moverá y se preparará para ponerse en cuclillas.
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    Acércate en silencio desde atrás mientras tu perra se pone en cuclillas. No hagas movimientos repentinos o la podrías alarmar y se detendrá. Mientras orina, desliza el recipiente debajo de su extremo posterior para que puedas recoger parte de la orina.
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    Recoge tanta orina como puedas. Lo ideal es casi 25 ml de orina, por lo que no será necesario llenar completamente el recipiente.[2] Una vez que tengas suficiente muestra, coloca el recipiente sobre una superficie plana en donde no se golpee y lleva a la perra de regreso a tu casa.
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    Pasa la orina del recipiente a un frasco con taparrosca. Para hacerlo deberás tener una mano firme; sin embargo, si lo haces afuera en la hierba, no importará si derramas. Cuando el frasco esté lleno o cuando pienses que ya tienes 25 ml, asegura muy bien la tapa.
    • Sácate los guantes y deséchalos junto con el recipiente para tomar la muestra.
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    Lleva de inmediato la muestra al consultorio del veterinario. Cuando se trata de hacer análisis, cuanta más fresca sea la muestra será mejor. De ser posible, toma la orina en un momento en el que puedas llevarla directamente al consultorio del veterinario para su análisis. Trata de llevar la muestra a tu veterinario dentro de la hora.
    • Pon el frasco de muestra en una bolsa impermeable que esté etiquetada con el nombre de tu mascota y llévala al veterinario sin demora.
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Referencias

  1. Libro de cuidado animal de la BSAVA. Cooper, Mullineaux y Turner. Publicaciones de la BSAVA.
  2. Libro de cuidado animal de la BSAVA. Cooper, Mullineaux y Turner. Publicaciones de la BSAVA.

Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década. Este artículo ha sido visto 34 054 veces.
Categorías: Perros
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