Las mantarrayas son peces de cuerpo aplanado y cartilaginoso con uno o más aguijones barbados ubicados en la mitad de la cola. Normalmente viven en aguas marinas costeras tropicales y subtropicales, lo que hace posible que tengan contacto con los humanos.[1] Aunque por lo general no son agresivas, podrían usar su aguijón si las pisan accidentalmente, segregando veneno dentro de la herida de la víctima. Afortunadamente, se ha desarrollado un paradigma simple de tratamiento para quienes se encuentren en esta situación.

Parte 1
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Identifica la severidad de los síntomas

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    Tranquilízate. Aunque es alarmante y bastante dolorosa, la picadura de una mantarraya rara vez es fatal.[2] De hecho, la mayoría de las muertes causadas por las mantarrayas no se deben al veneno, sino a daños en los órganos internos (si la picadura se localiza en el pecho o el abdomen), pérdida excesiva de sangre, reacción alérgica o infecciones secundarias. Ten presente que si se presenta este tipo de complicaciones el personal médico entrenado puede tratarlas.
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    Identifica tus síntomas. Tómate unos momentos para identificar cuáles son tus síntomas. Los más comunes incluyen:[3]
    • Dolor
    • Inflamación
    • Sangrado
    • Debilidad
    • Dolor de cabeza
    • Calambres musculares
    • Náusea, vómitos, diarrea
    • Mareos o confusión
    • Palpitaciones
    • Dificultad para respirar
    • Desmayos
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    Prioriza la severidad de tus síntomas. Médicamente hablando, ciertos síntomas son más serios que otros. Determina si estás desarrollando una reacción alérgica, sufres de una pérdida excesiva de sangre o experimentas una intoxicación debida al veneno. La presencia de estos síntomas debería impulsarte a buscar atención médica inmediata.
    • Reacción alérgica: hinchazón en la lengua, labios, cabeza, cuello u otras partes del cuerpo, dificultad para respirar, falta de aire o sibilancia, sarpullido rojo con o sin comezón, desmayo o pérdida de la consciencia.
    • Pérdida excesiva de sangre: mareo, desmayo o pérdida de la consciencia, sudor, ritmo cardiaco acelerado, presión sanguínea baja, respiración rápida.
    • Intoxicación debida al veneno: dolor de cabeza, mareos, confusión, palpitaciones, calambres musculares, convulsiones.
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    Obtén atención médica o suministros médicos adecuados. Dependiendo de la severidad de tus síntomas, obtén la atención médica o los suministros médicos más apropiados para tu caso. Esto podría significar desde conseguir un botiquín de primeros auxilios o visitar a la unidad médica local hasta llamar a emergencias para pedir una ambulancia.
    • Cuando tengas dudas, siempre escoge el nivel más alto de atención médica, por ejemplo llamar a emergencias.

Parte 2
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Atiende la herida

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    Lava la herida con agua de mar. Antes de salir del mar, lava la herida con agua, retira todo el detrito y los cuerpos extraños del área afectada. De ser necesario, usa unas pinzas del botiquín de primeros auxilios. Una vez que hayas lavado muy bien el área de la herida y que hayas quitado todos los cuerpos extraños, sal del agua y sécala con una toalla limpia, ten cuidado de no lastimarte más.
    • NO retires ningún cuerpo extraño del cuello, pecho o abdomen.
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    Controla el sangrado. Ten presente que el sangrado es común después de una picadura de mantarraya. Como en todos los casos, la mejor manera de detener el sangrado es aplicar presión directa sobre la herida o levemente más arriba de esta, con un dedo, durante algunos minutos. Considera que cuanto más tiempo apliques presión, más probable será que el sangrado se detenga.
    • Si no puedes controlar el sangrado solo con presión directa, intenta usar peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) al tiempo que aplicas presión sobre la herida. ¡Sin embargo ten cuidado, ya que el agua oxigenada puede arder!
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    Sumerge la herida en agua caliente. Puedes combinar este paso con el anterior y aplicar presión directa al mismo tiempo que sumerges la herida en agua caliente, a fin de controlar el sangrado. Esto último ayuda a aliviar el dolor, ya que desnaturaliza el complejo proteínico del veneno. La temperatura óptima del agua es de 45 ºCelsius (113 ºFahrenheit), pero asegúrate de no quemarte. Deja la herida sumergida en el agua por entre 30 y 90 minutos, o hasta que el dolor haya desaparecido.[4]
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    Monitorea la herida para detectar señales de una infección. El cuidado adecuado de una herida incluye mantener el área limpia aplicando jabón y enjuagando con agua, al igual que conservarla seca en todo momento. No cubras la herida y aplica crema con antibiótico todos los días. Evita las cremas, lociones y ungüentos sin antibiótico.
    • Durante los días siguientes, si la herida adquiere una coloración rojiza, se torna sensible, te pica, duele, comienza a inflamarse o supura un líquido blancuzco, busca atención médica en una clínica o sala de emergencias de tu localidad. Podrías necesitar antibióticos, que te drenen un absceso o ambas cosas.

Parte 3
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Obtén tratamiento médico

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    Consigue un botiquín de primeros auxilios. Dependiendo del lugar en el que te encuentres, lo más probable será que te resulte fácil obtener un botiquín de primeros auxilios. Pídele a alguien que te lo consiga mientras comienzas a identificar tus síntomas y a tratar la herida. Los artículos que contiene el botiquín de primeros auxilios que te serán de mayor utilidad incluyen:[5]
    • Gasa
    • Medicamento para limpiar heridas (agua oxigenada, alcohol, toallitas húmedas, jabón)
    • Pinzas
    • Analgésicos
    • Crema con antibiótico
    • Tiritas adhesivas
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    Ubica el consultorio médico, sala de urgencias o centro de atención urgente más cercano. No es mala idea que un profesional médico evalúe y trate tu herida. No solo que recibirás el tratamiento de un médico con experiencia, sino que también reducirás las posibilidades de una infección y otras complicaciones. Además, recibirás un plan de tratamiento con instrucciones y recomendaciones, basado en la evaluación médica.
    • Si el centro de atención médica más cercano se encuentra a más de 10 minutos de viaje, lo indicado es que primero consigas un botiquín de primeros auxilios y controles el sangrado antes de acudir.
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    Llama a emergencias. Esta es tu red de seguridad y es recomendable que llames en cualquiera de las siguientes situaciones:
    • No tienes acceso a un botiquín de primeros auxilios o a un centro de atención médica cercano.
    • Tienes una herida penetrante en la cabeza, cuello, pecho o abdomen.
    • Tienes síntomas de una reacción alérgica, pérdida de sangre excesiva o intoxicación por el veneno.
    • Si tienes un historial de condiciones médicas previas, tomas medicamentos que puedan influir en el tratamiento de la herida, o ambas cosas.
    • Cuando tengas dudas, te sientas confundido, ebrio, embotado, inseguro, atemorizado, o cualquier otra sensación que puedas pensar.

Consejos

  • Ten cuidado siempre que salgas a nadar, especialmente en aguas tropicales. Las mantarrayas, los tiburones y otras especies de vida marina peligrosas podrían estar cerca. También mantente atento a las personas que se encuentren a tu alrededor en caso de que necesiten ayuda.
  • Arrastra los pies o no los levantes mucho cuando camines dentro del agua, así tropezarás con la mantarraya en lugar de pisarla.
  • Intenta exprimir tanto veneno de la herida como te sea posible sin lastimarte. Esto ayudará a aliviar el dolor.
  • Si la arena está caliente, puedes usarla como medio para calentar la herida. Asegúrate de tener mucho cuidado cuando limpies la herida después de hacerlo.
  • Si estás en un bote, puedes obtener agua caliente del motor.
  • El hidrocloruro de difenhidramina (Benadryl) calma la comezón y la inflamación, tómalo lo antes posible. También puedes partir una aspirina a la mitad y frotarla en la herida.

Advertencias

  • Las personas que tienen un sistema inmune comprometido, como quienes padecen de diabetes o de VIH/SIDA tienen que buscar tratamiento médico inmediato y agresivo.
  • Si tienes dudas, busca un centro de atención médica cercano o llama a emergencias.
  • Llama a emergencias o acude a la sala de urgencias más cercana inmediatamente si tienes alguno de los siguientes síntomas:
    • Presión en el pecho
    • Hinchazón en la cara, labios o boca
    • Dificultades para respirar
    • Ronchas o sarpullido difuso en la piel
    • Náuseas o vómitos

Cosas que necesitarás

  • Un botiquín de primeros auxilios con gasa, medicamento para limpiar heridas, pinzas, crema con antibiótico, analgésicos y tiritas
  • Agua caliente a la temperatura más alta que la persona lesionada pueda tolerar
  • Acceso a un profesional médico (consultorio médico, centro de atención de urgencias o sala de emergencias)

Acerca de este wikiHow

Chris M. Matsko, MD
Coescrito por:
Médico de medicina familiar
Este artículo fue coescrito por Chris M. Matsko, MD. El Dr. Chris M. Matsko es un médico retirado con sede en Pittsburgh, Pennsylvania. Con más de 25 años de experiencia en investigación médica, el Dr. Matsko recibió el Premio a la Excelencia de la Universidad de Pittsburgh Cornell. Tiene una licenciatura en Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Cornell y un doctorado en medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Temple en 2007. El Dr. Matsko recibió una certificación de Escritura de Investigación en la Asociación Americana de Escritores Médicos (AMWA, por sus siglas en inglés) en 2016 y una Certificación de Escritura y Edición Médica en la Universidad de Chicago en 2017. Este artículo ha sido visto 199 017 veces.
Categorías: Supervivencia