Una plumilla consiste de un mango con un plumín de metal que debe rellenarse de tinta a medida que se escribe con ella. Aunque la mayoría de las veces han sido sustituidas por las plumas estilográficas en el uso diario, las plumillas pueden ser estupendas para escribir en caligrafía y hacer bocetos. Aprende a cargar una plumilla, a escribir con ella y a cuidarla para saber cómo usarla correctamente.

Parte 1
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Elegir las herramientas

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    Busca un plumín para plumilla que se ajuste a tus necesidades de proyecto. El plumín es quizás la parte más importante de la plumilla, ya que es la parte con la que realmente vas a escribir o dibujar. Hay algunos factores que pueden servir para diferenciar los plumines, tales como el tamaño y la forma general, pero cualquier plumín que se ajuste al portaplumas funcionará bien. Pregunta en la tienda de arte local o busca en Internet para buscar una plumilla adecuada.[1]
    • Un factor que puede suponer una diferencia significativa en el tipo de plumín que utilices será la "elasticidad". Esto se refiere a la facilidad con la que la punta del plumín se dobla, y a la cantidad de presión necesaria para cambiar entre líneas finas y gruesas. Si escribes con mucha ligereza, puede que necesites un plumín con mucha elasticidad. Si tienes una mano pesada al escribir, deberás usar algo con una elasticidad baja.
    • Los tamaños estándar de los plumines suelen ser finos o ultrafinos, y ambos funcionan bien para escribir, dibujar y caligrafiar. Si vas a trabajar en un proyecto grande, como un afiche, pues hay plumines más anchos que te darán trazos mucho más grandes.
    • Además del tamaño, la forma del plumín también cambiará el resultado final. Un plumín más fino y estrecho dará trazos más pequeños, mientras que un plumín con punta ancha hará trazos mucho más grandes.
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    Elige un portaplumas compatible con el plumín. Los portaplumas constituyen el "cuerpo" de la plumilla o la parte que se agarra al escribir. Lo más importante a la hora de elegir un portaplumas es que la caña del plumín sea compatible con la punta del portaplumas en donde se va a sujetar. Busca en Internet o pide ayuda en la tienda de arte local para asegurarte de que el portaplumas y el plumín son compatibles.[2]
    • Los portaplumas pueden estar hechos de todo tipo de materiales y vienen en todo tipo de formas y tamaños. Elige uno que puedas agarrar cómodamente y que tenga un buen peso cuando lo sujetes.
    • Muchas plumillas y portaplumas son intercambiables, pero pueden venir en un solo juego cuando los compras por primera vez. Las plumas y los portaplumas que se venden juntos tienen que ser compatibles, aunque un poco de ensayo y error puede ser necesario si deseas utilizarlos con otras plumillas o portaplumas.
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    Elige una tinta adecuada, como la tinta china o la acrílica. Para poder utilizar la plumilla, necesitarás tener algo de tinta en la que puedas sumergirla. Casi cualquier tipo de tinta funcionará con una plumilla, así que elige el tipo o color que mejor funcione para lo que desees escribir o dibujar.[3] Aquí tienes unos cuantos tipos de tinta a tener en cuenta:
    • La tinta china es la más fácil de encontrar, por lo que es una excelente tinta negra para los principiantes. La tinta china es resistente al agua una vez que se seca y tiene un aspecto ligeramente brillante. Será fácil de encontrar en la tienda local de manualidades. Sin embargo, la tinta china tiende a solidificarse con el tiempo en el frasco.
    • La tinta Sumi es muy similar a la tinta china, pero se seca con un aspecto ligeramente más mate. No se solidifica con el tiempo como la tinta china, aunque puede ser más difícil de encontrar.
    • Las tintas de caligrafía vienen en muchos colores diferentes, pero también tendrán una consistencia mucho más fina. Puede que te cueste más práctica utilizarlas a la perfección, y normalmente requieren un papel más grueso para evitar que se corran o se emborronen tanto, pero quedarán fantásticas una vez que aprendas a utilizarlas.
    • Las tintas acrílicas son polivalentes y pueden utilizarse para todo tipo de manualidades. Las tintas acrílicas suelen ser resistentes al agua y son bastante fáciles de encontrar.
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    Utiliza un papel grueso de alta calidad, de más de 70GSM. Cuando se aprende a utilizar una plumilla, un papel más fino podría sangrar con demasiada facilidad o romperse al intentar aplicar la presión adecuada. Utiliza un papel de alta calidad, con un grosor superior a 70GSM cuando estés aprendiendo a utilizar un plumilla.[4]
    • El papel de alta calidad también te proporcionará un producto final de mucho mejor aspecto para tu proyecto de caligrafía o dibujo. El papel de caligrafía o de dibujo se encontrará disponible en la tienda de arte local.

Parte 2
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Sumergir la plumilla

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    Agarra la plumilla como si fuera un lápiz. Con la punta de la plumilla en el portaplumas, coloca la plumilla de forma que el extremo descanse entre el pulgar y el dedo índice. Asegúrate de que la punta quede sobre el dedo medio antes de rodearla con los dedos pulgar e índice para mantener la plumilla en su sitio.[5]
    • Algunos soportes de punta tienen protuberancias y ranuras a lo largo de la superficie para ayudar a que se asiente cómodamente en la mano. Mueve el portaplumas hasta que puedas agarrarlo fácilmente.
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    Sumerge el plumín de la plumilla en la tinta hasta que cubra el orificio del depósito. Quita la tapa de la tinta y sumerge lentamente el plumín en la tinta. No es necesario sumergir todo el plumín, solamente lo suficiente como para que llegue al nivel del agujero del plumín. Aquí es donde se almacenará la tinta mientras se escribe, con la presión aplicada al plumín empujando la tinta hacia la punta mientras se escribe.[6]
    • Algunas plumillas pueden tener depósitos que se asientan en la parte superior de la misma en lugar de ser una parte de ella. En cualquier caso, busca el agujero pequeño en algún lugar cerca del centro del plumín y sumerge el plumín solamente hasta ese punto.
    • Si sumerges la plumilla demasiado en la tinta, podrías acabar derramando tinta o manchándote las manos y el papel.
    • Algunas personas prefieren utilizar un cuentagotas para dejar caer la tinta en la plumilla, en lugar de sumergir la pluma en la propia tinta.
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    Elimina el exceso de tinta con movimientos bruscos hacia abajo. Al levantar el plumín de la tinta, parte del exceso de tinta empezará a gotear. Sujétalo sobre el depósito de tinta y dale unas cuantas sacudidas firmes para eliminar la tinta que no quede en el depósito. ¡Es mejor que la tinta vuelva a caer en el depósito a que gotee por todo el papel o el dibujo![7]
    • Utiliza solamente una o dos sacudidas bruscas hacia abajo para eliminar el exceso de tinta. Cualquier otra cosa puede salpicar tinta por todas partes.

Parte 3
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Escribir o dibujar con la plumilla

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    Mantén la plumilla en un ángulo de 45 grados con respecto al papel. Esto permitirá que la tinta se dirija hacia la punta de la plumilla a un ritmo natural, además de impedir que cualquier parte de la plumilla que no sea la punta toque el papel. Con la punta sobre el papel, ajusta el ángulo de la plumilla hasta que esté a unos 45 grados de la superficie sobre la que vas a escribir.[8]
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    Dibuja primero unas cuantas líneas en algún papel de desecho. Esto utilizará cualquier gota de tinta que se encuentre en la punta de la pluma y que pueda causar manchas grandes en el papel. Dibuja una o dos líneas en un trozo de papel para que la tinta fluya suavemente y para que te hagas una idea de cómo funciona la plumilla.[9]
    • Si estás empezando a usar una plumilla, esto podría ayudarte a tener una idea de cuánta presión aplicar y cómo funciona el lápiz. Pasa un rato experimentando con la plumilla en algún papel de desecho antes de empezar a dibujar o escribir.
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    Practica utilizar la plumilla con cantidades diferentes de presión. Una vez que la tinta fluya suavemente y sepas cómo utilizar la plumilla, empieza a usarla para escribir o dibujar. Utiliza una presión ligera al principio para conseguir una línea muy fina, antes de añadir más presión para que la línea sea cada vez más gruesa. Experimenta con esto mientras escribes o dibujas para sacarle el máximo partido a la plumilla.[10]
    • Si usas la plumilla para caligrafía, intenta cambiar entre una presión más ligera y otra más fuerte a medida que escribes letras diferentes.
    • Para dibujar, prueba a aplicar cantidades diferentes de presión mientras haces las rayas cruzadas para conseguir un aspecto más oscuro o más profundo.
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    Vuelve a sumergir la plumilla en la tinta después de cada frase. Dado que el depósito de la plumilla solamente puede contener una cantidad pequeña de tinta, tendrás que volver a sumergirlo en el contenedor de tinta con frecuencia. Cuando notes que los trazos se vuelven más finos y ligeramente rotos, o veas que el propio depósito se queda sin tinta, levanta la plumilla del papel y añade más tinta en el depósito.[11]
    • El grosor del plumín cambiará la frecuencia con la que tendrás que volver a aplicar tinta. Los plumines finos necesitarán más tinta después de cada frase, mientras que los plumines más gruesos pueden necesitar más tinta después de cada palabra.
    • La frecuencia con la que tendrás que humedecer la plumilla al dibujar dependerá de lo que dibujes. Vigila la plumilla y las líneas que hagas para ver cuándo empieza a agotarse la tinta.

Parte 4
Parte 4 de 4:
Limpiar la plumilla

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    Enjuaga el plumín en agua tibia. Una vez que hayas terminado de usar la plumilla, sumérgela en un vaso pequeño de agua tibia para lavar los restos de tinta. Si dejas que la tinta se seque en los plumines, es posible que la plumilla no funcione tan bien en el futuro o que sea mucho más difícil de limpiar.[12]
    • Mantén un vaso de agua tibia a tu lado mientras utilizas la plumilla para poder limpiarla inmediatamente una vez que hayas terminado con ella. Esto también será útil si deseas utilizar varios colores de tinta en un proyecto.
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    Seca la plumilla a fondo. Saca la plumilla del agua y sacúdela con fuerza para eliminar el exceso de agua. Coloca el plumín sobre un paño seco o una toalla de papel y límpialo hasta que esté completamente seco y se haya eliminado toda la tinta.[13]
    • Asegúrate de que ninguna fibra de la toalla de papel o del paño quede atrapada en el plumín, ya que puede quedar atrapada en la tinta y arruinar proyectos futuros.
    • Los plumines se oxidan muy fácilmente si se dejan húmedos durante mucho tiempo. Siempre debes secar bien los plumines antes de guardarlos.
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    Guarda la plumilla sin ejercer presión sobre el plumín. No debes guardar nunca la plumilla con el peso apoyado en el plumín, ya que esto la dañará con el tiempo. Coloca la plumilla de lado en un cajón, o guárdala en un portaplumas con el plumín hacia arriba.[14]

Consejos

  • Con el tiempo, las púas en el extremo del plumín pueden empezar a separarse. Sostén el plumín frente a una luz. Si la luz atraviesa el plumín, es una buena señal de que el plumín está dañado y necesita reemplazarse.

Cosas que necesitarás

  • plumín de plumilla
  • sujetador de la punta
  • tinta
  • papel
  • agua caliente
  • toalla de papel

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