Delirio
En psiquiatría y psicología, delirio (del latín de-lirare, «salir del surco al labrar la tierra») es un síntoma propio de las psicosis. No debe confundirse con delírium o síndrome confusional agudo, pues son entidades diferentes.[cita requerida]
Delirio | ||
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John Haslam, en su libro Illustrations of Madness (1810), dibujó una máquina llamada «Air Loom» («telar de aire»), se basó en un delirio de James Tilly Matthews (quien creía que había sido usada para torturarlo por motivos políticos).[1] | ||
Especialidad |
psiquiatría psicología | |
En psicopatología, se define delirio como una creencia que se vive con una profunda convicción a pesar de que la evidencia demuestra lo contrario. No debe confundirse con confabulación, dogma, ilusión, alucinación y otros efectos de percepción alterada.[cita requerida]
El concepto de delirio suele usarse dentro del contexto neurológico o psiquiátrico. [2] El delirio por sí mismo no se considera un trastorno mental, ya que diferentes trastornos mentales comparten la característica común de la presencia de delirios. Algunos de los trastornos mentales que cursan con delirios son los enmarcados dentro del ámbito psicótico: esquizofrenia, manía, trastorno bipolar o depresión con síntomas psicóticos.[cita requerida]
Consideraciones terminológicas
La palabra ha evolucionado hasta significar la creencia de que «se sale» de la norma establecida por el grupo social. En el lenguaje cotidiano, describe una creencia que es falsa, extravagante o derivada de un engaño. En psiquiatría, implica que la creencia es patológica (el resultado de una enfermedad o proceso de una enfermedad). Como patología, es distinta de una creencia basada en información falsa o incompleta o de ciertos efectos de la percepción que se denominan, con más precisión, apercepción o ilusión.
Los delirios suceden normalmente en un contexto neurológico, aunque no están vinculados a ninguna enfermedad en particular y se ha encontrado que ocurren en el contexto de muchos estados patológicos (físicos y mentales). Sin embargo, tienen importancia particular en el diagnóstico de las psicosis y, particularmente, en la esquizofrenia, la manía y los episodios del trastorno bipolar. También pertenece a la nosología psiquiátrica en forma de un síndrome delirante, definitorio junto a los síndromes alucinatorios y disociativo-autistas de todas las psicosis.
El delirio o idea delirante debe cumplir varios requisitos:
- ser firmemente sostenida pero con fundamentos lógicos inadecuados;
- ser incorregible con la experiencia o con la demostración de su imposibilidad;
- ser inadecuada para el contexto (por ejemplo, cultural) del sujeto que la sostiene.
Estos requisitos son necesarios porque hay muchas ideas que pueden ser sostenidas con firmeza y convicción más o menos incorregibles por diversas personas (por ejemplo, ideas religiosas o políticas) y, sin embargo, no constituir delirios: se requiere que el proceso por el que se llega a la convicción sea inadecuado.
Por ejemplo, un sujeto puede afirmar que es portador de una verdad que debe propagar por el mundo, dado que escuchó su nombre en la televisión. El delirio no se diagnostica por la convicción de «ser portador de una verdad que revelar» (muchas personas podrían decir algo parecido), sino por la forma extravagante por la que llega a esa convicción (haber escuchado su nombre por la televisión).[cita requerida]
Generalmente, ante la argumentación de que eso no tiene lógica, el sujeto persiste en su convicción. Dado que no es una convicción habitual, habría que verificar si acaso pertenece a algún grupo religioso que sostenga convicciones similares; sin embargo, incluso en este caso, los propios miembros de su grupo podrían haber detectado una alteración de la lógica del pensamiento que considerarían extraña. En ese caso, la idea se considera delirante.
Clasificación
Psicopatología clásica
Entendido como mecanismo de defensa frente al derrumbe de la estructura del Yo, los delirios son el último recurso para mantener la identidad.
La psicopatología clásica los clasifica como:
- Delirios impositivos: el mecanismo de defensa que se activa lo hace por exaltación, y con su conducta la persona manifiesta la necesidad de comunicar, compartir y buscar adeptos a su sistema de creencias.
- Delirios defensivos: el mecanismo de defensa que se activa lo hace por depreciación, y con su conducta la persona manifiesta la necesidad de alejarse de los otros, busca protección y ocultarse.
Clasificación moderna
- Sistematizados: las creencias están organizadas en torno a un núcleo teórico, con coherencia y estructura interna, de forma que todas las preguntas que se le hagan pueden ser respondidas adecuadamente, con lógica y orientación finalista; es común en las psicosis paranoides, agudas o crónicas;
- No sistematizados: conjunto de ideas y creencias delirantes mal sostenidas, sin coherencia interna, con pocos recursos, donde no hay un núcleo ni razones que organicen los pensamientos, de forma que las preguntas no obtienen respuestas adecuadas; muy común en la esquizofrenia;
- Delirio encapsulado: ideación delirante que no se instala en el foco de la vida del paciente, donde este presta una atención relativamente baja; en la entrevista psiquiátrica, el paciente puede confesar que tiene estas ideas, pero resulta claro que no se trata de un fenómeno que tenga una incidencia importante en su vida, en la manera de establecer los vínculos y mantenerlos, etc.[3]
- Delirio parafrenizado: designa aquellas formas de delirio sistematizados y encapsulados de carácter fabuloso, expansivo, confabulatorio o fantástico que el paciente suele no confesar en las primeras entrevistas, aun cuando, movido por estas ideas, venga realizando desde hace tiempo ciertos comportamientos que satisfagan la ideación delirante.[3]
Otra forma de conceptualizarlos
- Delirios no patológicos
Todas aquellas creencias dentro de la realidad (ser rico, ser famoso, haber descubierto la vacuna contra el VIH/SIDA, descubrir la cura contra el cáncer, etcétera) son pequeñas formas de perderse en una interfase de ilusión que crea la mente. Quizás la forma más fácil de diferenciarlos del delirio verdadero es que este es «apodíctico», es decir, irreductible a cualquier contrastación racional, y parten de un conocimiento personal no compartido e incierto.[cita requerida]
- Delirios extraños
Todas aquellas creencias que están fuera de la realidad reconocida por las ciencias (creer que es posible robar el pensamiento, resucitar a personas fallecidas).
El delirio encapsulado se define como la locura razonante porque, salvo por una idea delirante muy específica, el paciente funciona sin dificultades en la mayoría de los aspectos de su vida, y puede llegar a pasar totalmente desapercibido; únicamente hasta que alguien le habla de ese tema el paciente empieza a delirar y a comportarse de forma enajenada.
- DSM-IV, DSM-V y CIE-10
En el DSM-IV, DSM-V y en la CIE-10, aparecen seis tipos de delirio y una categoría residual:
- Delirio erotomaníaco: Cuando el individuo cree erróneamente que otra persona está enamorada de él o ella.
- Delirio persecutorio: La creencia del sujeto de que será perjudicado o acosado por un individuo, grupo u organización. Este es el tipo de delirio más común.
- Delirio de grandeza: Cuando el individuo cree tener habilidades, riqueza o fama excepcionales, por encima del resto.
- Delirio nihilista: La convicción de que ocurrirá una catástrofe.
- Delirio somático: La preocupación no fundamentada en relación a la propia salud, funciones o sensaciones corporales.
- Delirio celotípico (celotipia): La percepción errónea de que la pareja de uno le es infiel.
- Delirio mixto: Cuando una persona cambia constantemente entre un estado inquieto a uno tranquilo o incluso cansado.
- Delirio inespecífico: Cuando el delirio predominante no se puede determinar de manera precisa o no cumple con la descripción de un tipo específico.
Clasificación de la Escuela Francesa
La Escuela Francesa los clasifica en función del polo del Self o Yo que está afectado y la relación entre el Yo y los Otros (si son por exaltación o impositivos, o si son por depreciación o defensivos):
- Polo actitudinal
- por exaltación: delirios mesiánicos, religiosos y místicos;
- por depreciación: delirios persecutorios, de condenación y de autoinculpación (síndrome Windigo, síndrome de Capgras, síndrome de Frégoli, folie à deux, licantropía, heutoscopia o heutoscopía, síndrome de inmigración, síndrome de las prisiones, etcétera).
- Polo intelectual
- por exaltación: delirios de grandeza, inventores e idealistas (parafrenia);
- por depreciación: delirios reivindicativos y juicios querulantes.
- Polo corporal
- por exaltación: delirios negadores de enfermedad;
- por depreciación: delirios hipocondríacos y de invasión corporal (síndrome de Cotard, Koro, dismorfofobia).
- Polo erótico
- por exaltación: delirios erotomaníacos (síndrome de Clérambault);
- por depreciación: delirios celotípicos (síndrome de Otelo)
Es importante reseñar que existe un grupo de psicosis caracterizadas por delirios confusionales, entre los que cabe destacar la psicosis postparto, las bouffée delirantes y las pseudopsicosis.[cita requerida]
Referencias
- Jay, Mike (12 de noviembre de 2014). «Illustrations of Madness: James Tilly Matthews and the Air Loom». The Public Domain Review (en inglés). Consultado el 4 de abril de 2019.
- Berrios G.E. & Fuentenebro F. (1996) Delirio: Historia, Clínica y Metateoría. Madrid: Trotta.
- Capponi, M. R. (2011). Psicopatología y semiología psiquiátrica (12 edición). Universitaria. p. 111. ISBN 978-956-11-2274-1.