Guerra de sucesión portuguesa

La guerra de sucesión portuguesa se libró entre 1580 y 1583 durante la disputa del trono portugués entre Felipe II de España y António de Portugal, prior de Crato, tras la crisis sucesoria portuguesa de 1580. Fue ganada por Felipe II, iniciando la Unión Ibérica bajo la dinastía Habsburgo en Portugal.

Guerra de sucesión portuguesa
Parte de crisis sucesoria portuguesa de 1580

Desembarco de los tercios españoles durante la batalla de la isla Terceira (26 de julio de 1582).
Fecha 1580-1583
Lugar Portugal, océano Atlántico y Azores
Resultado

Victoria decisiva española

Cambios territoriales Unión ibérica. El reino de Portugal y sus colonias se integran en el Imperio español.
Beligerantes
Bandera del Imperio español Imperio español
Bandera de Portugal Portugueses leales a Felipe II de España
Bandera de Portugal Portugueses leales al Prior de Crato
Francia
Bandera de Inglaterra Inglaterra
Comandantes
Bandera del Imperio españolBandera de Portugal Felipe II
Bandera del Imperio español Álvaro de Bazán
Bandera del Imperio español Duque de Alba
Bandera del Imperio español Sancho Dávila y Daza
Bandera de Portugal Duque de Braganza
Bandera de Portugal Prior de Crato
Bandera de Portugal Conde de Vimioso 
Enrique III de Francia
Felipe de Pedro Strozzi 
Bandera de Inglaterra Francis Drake
Bandera de Inglaterra Francis Walsingham
Bandera de Inglaterra Charles Howard
Guerra de sucesión portuguesa Unión Ibérica

Historia

El 24 de julio de 1580, António se proclamó rey de Portugal y de los Algarves, en Santarém, y fue seguido por aclamación popular en varios locales del país. Sin embargo, gobernó en el Portugal continental apenas 33 días, terminando con la derrota de sus fuerzas lideradas por Diogo de Meneses en la batalla de Alcántara frente a los ejércitos españoles liderados por el duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo el 25 de agosto. La batalla terminó con una victoria decisiva de los ejércitos de Felipe II,[1] tanto en tierra como en el mar. Dos días después, el duque de Alba capturó Lisboa.

A comienzos de 1581, António huyó en busca de apoyo y, como los ejércitos de Felipe todavía no habían ocupado las Azores, se estableció allí con un número de aventureros franceses bajo el mando de Felipe de Pedro Strozzi, un exiliado florentino que dejó el cargo de coronel del ejército al servicio de Francia. Los motivos de esta «dimisión» tienen que ver con la necesidad de evitar la participación oficial de Francia en la contienda luso-castellana, ya que Catalina de Médici pretendía seguir una política de duplicidad que al mismo tiempo que mantenía la paz entre Francia y Castilla, intentaba minar el poderío castellano.

Así, fue como el privado Strozzi, oficialmente como mercenario, aunque con la bendición de la reina-madre de Francia, partió en junio de 1582 al frente de una fuerza luso-francesa (mayoritariamente francesa) en auxilio del fugitivo acantonado en la isla Terceira. Las fuerzas portuguesas estaban comandadas por Francisco de Portugal, el tercer conde de Vimioso.

El 25 de julio de 1581, en la isla Terceira, las fuerzas leales a António vencieron la batalla de la Salga. Pero un año más tarde fue completamente derrotado en el mar por una armada luso-castellana comandada por Álvaro de Bazán, en la batalla de la isla Terceira el día 26 de julio de 1582. En el desembarco de la bahía das Mós, el 27 de julio de 1583, la fuerza luso-castellana puso fin a la resistencia de la Terceira con la conquista española de las Azores.

António dedicó toda su vida a intentar recuperar el trono. Incluso intentó el desembarco en una expedición inglesa, la Contra-armada inglesa bajo el mando de Francis Drake y John Norreys, a las costas de España y Portugal, mas la expedición falló y la tentativa de António para gobernar Portugal desde Terceira, en las Azores (donde llegó incluso a acuñar moneda) terminó en 1583.

Vencidos los ejércitos portugueses por las tropas españolas, Felipe II obligó a la nobleza portuguesa a rendirle pleito-homenaje y jurarle lealtad en Tomar el 15 de abril de 1581. En un gesto de magnanimidad del vencedor, Felipe II hizo a los portugueses una serie de promesas que incumplió en su mayor parte. En 1580, la incorporación de Portugal (y sus colonias) al Imperio español, supuso «poner toda América en manos de un solo hombre: el Rey de las Españas, Felipe II».[2]

Referencias

  1. Felipe II y su tiempo, Manuel Fernández Álvarez, cuarta edición, 1998, editorial Espasa Calpe, ISBN: 84-239-9736-7, páginas 515-539
  2. Felipe II y su tiempo, Manuel Fernández Álvarez, pág. 523, cuarta edición, 1998. ISBN: 84-239-9736-7

Bibliografía

  • Parker, Geoffrey. The Spanish Armada .. Mandolin Publishing, Manchester University Press. ISBN 1901341-14-3
  • Hakluyt Richard. Vogayes and discoveries Penguin Classics. London (1972).
  • Henry Kamen, The Duke of Alba (New Haven–London: Yale University Press, 2004).
  • Brimancomble, Peter. All the Queen's Men - The World of Elizabeth I, London (2000). ISBN 0-312-23251-9
  • Konstam, Augus. The armada campaign 1588 - The great enterprise against England Osprey Publishing. ISBN 1-84176-192-3
  • Walton, Timothy. The Spanish Treasure Fleets Pineapple Publishng (2002) ISBN 1-56164-049-2
  • Jorge Nascimiento Rodrigues/Tessaleno Devezas, Pioneers of Globalization - Why the Portuguese Surprised the World, Osprey Publishing. ISBN 978-989-615-056-3
  • Jan Glete. Warfare At Sea 1500-1650; Maritime Conflicts and the Transformation of Europe London (2000) ISBN 0-415-21454-8
  • History of Portugal by the Office of the Secretary of State for Information and Tourism. Cambridge University Press.
  • Jorge Nascimiento Rodrigues/Tessaleno Devezas, Pioneers of Globalization - Why the Portuguese Surprised the World, Osprey Publishing. ISBN 978-989-615-056-3
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