Ixión
En la mitología griega, Ixión (en griego antiguo Ἰξίων Ixiôn) era uno de los lápitas, y rey de Tesalia. Era hijo de Flegias (según Eurípides), de Leonte (Higino) o de Antión (Esquilo).
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Matanza de Deyoneo
Ixión prometió a Deyoneo un valioso regalo si le permitía casarse con su hija Día, pero nunca cumplió su promesa, por lo que su suegro, en compensación, le tomó en prenda sus yeguas. Ixión, disimulando su resentimiento, invitó a Deyoneo a una fiesta en Larissa, prometiéndole el pago y una vez que lo tuvo en su casa, lo arrojó a un foso lleno de carbones ardiendo. Este crimen, que vulneraba las leyes sagradas de la hospitalidad horrorizó tanto a los reyes vecinos que ninguno quiso purificarle, obligando a Ixión a vivir escondido y huyendo del trato de los demás.
Intento de seducción de Hera

Abandonado y aborrecido por todos a causa del asesinato de Deyoneo, imploró perdón al dios Zeus, que se apiadó de él acordándose de que hasta los mismos dioses hacían locuras por amor y, purificándole, le invitó a la mesa de los dioses. Pero Ixión, lejos de estar agradecido, intentó seducir o violar a Hera, la mujer de su propio anfitrión, que indignada se lo contó a su marido. Zeus no podía creer que un humano al que había dado su perdón y cobijo fuera capaz de tamaño atrevimiento, por lo que para probar si sus intenciones eran verdaderas, creó una nube con la forma de su mujer, y la hizo aparecer ante Ixión, que cayó en la trampa. De la unión de Ixión y la falsa Hera, llamada Néfele, nació el niño Centauro, que cuando llegó a adulto engendró con yeguas de Magnesia la raza de los hombres-caballo, que por eso eran llamados ixiónidas.
Castigo
Zeus, aunque enfurecido, pensó que beber el néctar de los dioses había trastocado a Ixión, por lo que se conformó con desterrarlo. Pero cuando vio que el ingrato presumía de haber seducido a Hera, lo mató con un rayo (la única forma de morir que tenían los que habían probado la ambrosía), y lo condenó al Tártaro, donde Hermes le ató con serpientes a una rueda ardiente que daba vueltas sin cesar. Solo descansó de su tormento el tiempo que Orfeo estuvo en los infiernos, pues su maravilloso y hermoso canto hizo que se parara la rueda.
Véase también
Bibliografía
- GRIMAL, P. (1981). Diccionario de mitología griega y romana. Barcelona: Paidós. ISBN 84-7509-166-0.
- RUIZ DE ELVIRA, A. (1982). Mitología clásica. Madrid: Gredos. ISBN 84-249-0203-3.
Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Ixión.
- María Gema González Ruz, Paradigmas de ingratitud. Ixión y Tántalo en las literaturas griega y latina, tesis doctoral, Madrid: Universidad Complutense (2013).
- Ixión en Las metamorfosis, de OVIDIO: Libro IV, 461 y ss. Texto español en Wikisource.
- HIGINO: Fábulas (Fabulae).
- 62: Ixión (Ixion).
- Texto inglés en el sitio Theoi.
- Texto latino en el sitio de la Bibliotheca Augustana (Augsburgo).
- Ed. de 1872 en el Internet Archive: texto latino en facsímil electrónico.
- Texto inglés en el sitio Theoi.
- 62: Ixión (Ixion).
- Ixión, en el sitio Iconos, de la Cátedra de Iconografía e Iconología del Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Roma "La Sapienza"; en italiano.
- Iconografía y referencias, en el mismo sitio.
- «Ixion» en Greek Mythology Link (en inglés)
- EURÍPIDES: fragmentos de Ixión (Ἰξίων).
- Fragmento en francés, en el sitio de Philippe Remacle.
- Philippe Remacle (1944 - 2011): helenista y latinista belga de expresión francesa.
- Fragmentos en griego, en Wikisource.
- Fragmento en francés, en el sitio de Philippe Remacle.
- Sobre Ixión, en el Proyecto Perseus.