Judaísmo

El término judaísmo se refiere a la religión, tradición y cultura del pueblo judío. Históricamente, es la más antigua de las tres principales religiones abrahámicas,[5] grupo que tiene como base e incluye el cristianismo y el islam, originadas en Medio Oriente y tiene la tradición espiritual identificada con Abraham. Cuenta con el menor número de fieles entre ellas.

Judaísmo

Fundador(es) Abraham
Fundación c. siglo V a. C.juliano
Deidad o deidades principales Dios
Ramas principales Judaísmo rabínico
Ortodoxo
Conservador
Reformista
Reconstruccionista
Judaísmo caraíta
Judaísmo etíope
Judaísmo secular
Tipo Monoteísta, religión abrahámica
Número de seguidores estimado 15,2 millones (2022)[1]
Seguidores conocidos como Judíos
Escrituras sagradas Torá, Tanaj, Talmud
Lengua litúrgica Hebreo, yidis, ladino,[2] ge'ez[3]
País o región de origen Mesopotamia, Canaán
Lugares sagrados Bandera de Israel Jerusalén, Safed, Tiberíades (Israel)
Bandera de Palestina Hebrón (Palestina)
País con mayor cantidad de seguidores Principios de 2022
IsraelBandera de Israel Israel 6,98 millones[4]
Bandera de Estados Unidos Estados Unidos: 6 millones[1]
Organización internacional Congreso Mundial Judío
Símbolo Estrella de David, menorá
Templos Sinagoga
Clero Rabino, jazán
Religiones relacionadas Samaritanismo, cristianismo, islam

Aunque no existe un cuerpo único que sistematice y fije el contenido dogmático del judaísmo, su práctica se basa en las enseñanzas de la Torá, también llamada Pentateuco, compuesto por cinco libros. A su vez, la Torá o el Pentateuco es uno de los tres libros que conforman el Tanaj (o Antiguo Testamento), a los que se atribuye inspiración divina.

En la práctica religiosa ortodoxa, la tradición oral también desempeña un papel importante. Según las creencias, fue entregada a Moisés junto con la Torá y conservada desde su época y la de los profetas. La tradición oral rige la interpretación del texto bíblico, la codificación y el comentario. Esta tradición oral fue transcrita, dando nacimiento a la Mishná, que posteriormente sería la base del Talmud y de un enorme cuerpo exegético, desarrollado hasta el día de hoy por los estudiosos. El compendio de las leyes extraídas de estos textos forma la ley judía o Halajá.

El rasgo principal de la fe judía es la creencia en un Dios omnisciente, omnipotente, personal y providente, que habría creado el universo y elegido al pueblo judío para revelarle la ley contenida en los Diez Mandamientos y las prescripciones rituales de los libros tercero y cuarto de la Torá. Consecuentemente, las normas derivadas de tales textos y de la tradición oral constituyen la guía de vida de los judíos, aunque su observancia varía mucho de unos grupos a otros.

Otra de las características del judaísmo que lo diferencia de las otras religiones monoteístas radica en que se considera no solo como una religión, sino también como una tradición, una cultura y una nación.[6][7] Las otras religiones trascienden varias naciones y culturas, mientras que el judaísmo considera la religión y la cultura concebidas para un pueblo específico.

El judaísmo no exige de los no judíos unirse al pueblo judío ni adoptar su religión, aunque los conversos son reconocidos como judíos en todo el sentido de la palabra. De igual forma, el noajismo es reconocido por gran parte de las corrientes del judaísmo, como los ortodoxos, conservadores, reformistas y ultraortodoxos como un camino religioso paralelo para los no judíos.[8][9]

Terminología: hebreos, judíos, israelitas

Según la Tanaj, la tradición se remonta a Abraham, llamado el primer hebreo (del hebreo עִבְרִי, ivrí: «el que viene del otro lado»), por haber venido a la tierra de Canaán desde Mesopotamia siguiendo el llamado de Dios (Génesis), hace unos 4000 años. Abraham es considerado patriarca por los tres principales credos monoteístas, por lo que a estos se los conoce también con el nombre de religiones abrahámicas.

En la Biblia, los judíos son denominados «hijos de Israel» (Éxodo; nótese la extensión en el significado entre el versículo 1 y el 7); y, más adelante, fueron llamados «el pueblo de Israel» o «israelitas». El nombre de Israel le fue otorgado al patriarca Jacob, nieto de Abraham, por el ángel con el que se trabó en lucha, quien al bendecirlo lo llamó Israel (יִשְׂרָאֵל, del hebreo: «uno que ha luchado con Dios», Génesis). El término «judío» aparece solo con posterioridad (Ester 2:5), y proviene del reino de Judá (del hebreo יְהוּדָה, Yehudá, hijo de Jacob); reino que estaba formado por dos de las doce tribus del pueblo de Israel, las únicas remanentes luego de la escisión entre este reino y el de Israel y de la destrucción del último tras el exilio de las diez tribus que lo formaban a manos de Asiria, en el año 722 a. C.: «Yahveh, por tanto, se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; y no quedó sino solo la tribu de Judá». (2 Reyes 17:18)

¿Quién es judío?

Israel es el país con mayor porcentaje de población judía en sus fronteras. Su propia esencia como Estado está íntimamente relacionada con el judaísmo.[10]

La identidad judía no depende en primer lugar de la aceptación de creencias o del seguimiento de un modelo de vida determinado. Es tema de debate entre los religiosos, los filósofos y los sociólogos judíos sobre quién es considerado judío. Dentro de la religión judía, existen tres ramas que la conforman y cada una de ellas tiene una versión propia de quien es reconocido como judío.

En primer lugar, el judaísmo ortodoxo defiende que la ley judía (halajá) establece que aquel que ha nacido de madre judía o ha realizado un proceso de conversión (guiur) conducido por un rabino, una comunidad judía (la sinagoga) y finalizado ante un beit din (tribunal judío) ortodoxo, es judío por definición.

En segundo lugar, el judaísmo conservador defiende los mismos puntos, con la particularidad de que los procesos de conversión aceptados son los realizados por la ortodoxia (proceso anteriormente citado) o por los beit din propios del judaísmo conservador.

En tercer lugar, los reformistas creen que son judíos aquellas personas que han nacido de padres judíos o se han convertido ante un beit din ortodoxo, conservador o ante un rabino reformista (cabe mencionar que cada rabino reformista tiene libertad para decidir cuando un prosélito pasa a ser judío). A este punto cabe añadir que los rabinos reformistas estadounidenses establecieron que los hijos de padre judío podían ser considerados como tales si recibían algún tipo de educación judía. Esto se debe a que un 57 % de los hombres judíos decidían casarse con mujeres gentiles.

Los judíos caraítas, citando prácticas del Tanaj, consideran judío a todo aquel que nazca de padre judío.

Por lo tanto, ser judío es una cuestión de ascendencia biológica o adopción espiritual, por medio de hacerse prosélito, descendientes biológicos o espiritualmente de los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob. Según la halajá, una persona judía puede ser cristiana o musulmana sin perder su condición formal de judío, pero perdiendo los derechos religiosos y comunitarios como por ejemplo, el derecho a la sepultura en un cementerio judaico.

A pesar de todo esto, convertirse al judaísmo desde otra confesión (o ninguna) es posible, pues en el Talmud se menciona lo siguiente: «Los rabinos dicen: "Si alguien llega y quiere ser un converso, ellos le dicen: '¿Por qué quieres ser un converso? ¿Acaso no sabes que los judíos están hostigados, acosados, perseguidos y acorralados, y que numerosos problemas los aquejan?' Si contesta: 'Lo sé, y no soy digno', entonces lo reciben sin que sea necesario argumentar nada más"».

Sin embargo, en la práctica será una tarea ardua y compleja, ya que la Torá debe ser seguida por toda la comunidad. Hubo una época en la que el cristianismo consideró una grave ofensa la conversión de sus fieles al judaísmo, y se defendían aludiendo a esta obligación argumentando que por ello no hay ningún tipo de provecho al convertirse al judaísmo ni motivo para fomentar la conversión.

Este punto es uno de los que más diferencia al judaísmo del cristianismo o del Islam, pues a estas dos últimas religiones monoteístas cualquiera puede pertenecer con tan solo que profese y respete sus creencias.

Fundamentos del judaísmo

Estos son algunos de los principios sobre los que se basa la religión judía o que la caracterizan.

  • El judaísmo se basa en el Tanaj (lo que los cristianos llaman Antiguo Testamento), compendio de 24 libros que cuenta la historia del hombre y de los judíos, desde la Creación hasta la construcción del Segundo Templo, e incluye también preceptos religiosos, morales y jurídicos; filosofía, profecías y poesía, entre otros. Sus cinco primeros libros, en conjunto conocidos con el nombre de "la Torá" o "Pentateuco", son considerados escritos por inspiración divina y, por ende, sagrados, y su lectura pública en la sinagoga los días lunes, jueves y sábados forma parte fundamental del culto judío, lo que le ha valido al pueblo judío el nombre de «Pueblo del Libro».
  • La Torá es la fuente primera de los siete preceptos morales básicos que obligan a todo ser humano como tal («Los siete preceptos de los hijos de Noé»; Génesis), y de los 613 preceptos religiosos que obligan a los judíos (613 mitzvot): 365 que imponen abstenerse de acción —uno por cada día del año— y 248 preceptos que obligan positivamente a hacer —uno por cada órgano del cuerpo—. Los preceptos bíblicos son comentados, explicados, ampliados e implementados por las diferentes exégesis que plasmaron por escrito las tradiciones orales: la Mishná y el conjunto en el que esta está incluida: el Talmud.
  • Los preceptos jurídicos, éticos, morales y religiosos que emanan de la Torá, y que junto a su explicación de la Mishná conforman el corpus jurídico principal del judaísmo, el Talmud, son conocidos como la ley judía o Halajá (הֲלָכָה, "camino"), cuya fuente compilativa principal y reconocida por los judíos de todo el mundo —amén de una riquísima y amplia literatura halájica a lo largo de los siglos— es el libro medieval "Shulján Aruj" (שֻׂלְחָן עָרוּךְ, "la mesa servida"). Los mandamientos de la Halajá comandan el ciclo íntegro de la vida judía observante, desde la circuncisión al nacer (Génesis), pasando por la alimentación (la Cashrut, כַּשְׁרוּת, Levítico), la vida íntima (Levítico), la vestimenta (Levítico), y así todos los hitos principales de la vida del hombre, hasta su muerte.
  • La plegaria más solemne de la religión judía, que plasma la esencia misma de la creencia monoteísta, aparece en el quinto y último libro de la Torá: "Oye, Israel, el señor es nuestro Dios, el señor es Uno" (שְׁמַע יִשְׂרָאֵל, ה' אֱלֹהֵינוּ, ה' אֶחָד; Shemá Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad Deuteronomio 6:4). Los creyentes la recitan dos veces por día, en las oraciones matutinas (שַׂחֲרִית, Shajarit) y de la noche (עַרְבִית, Arvit).
  • El símbolo judío de nuestros días por excelencia es la estrella de David (מָגֶן דָוִד, Maguén David, "escudo de David", véase en la plantilla de arriba), llamado así por la creencia de que el rey David lo adoptó como símbolo de armas en su escudo de guerra y en el de sus soldados, aunque aparece con su significado actual muchísimo más tarde, hacia la Edad Media. El símbolo conocido más antiguo del judaísmo es el candelabro ritual de siete brazos (מְנוֹרָה, la Menorá), emplazado antiguamente en el Tabernáculo (Éxodo) y luego en el primer (1Reyes 7:49) y segundo Templo de Jerusalén.
  • La vida judía se rige por un calendario basado en la combinación del ciclo mensual lunar y del año solar, cuyos orígenes se remontan a tiempos bíblicos, y por el cual se rigen las festividades y ritos de la religión hasta el día de hoy.
Kipá (solideo tradicional judío) y Menorá (candelabro ritual de siete brazos), dos de los más conocidos símbolos de la tradición judía.
  • La festividad judía más venerada es el Shabat (del hebreo שַׂבָּת, sábado, "reposo, cese de actividad", Génesis), considerado sagrado y superado, en solemnidad, solo por el Día del Perdón o Yom Kipur, precisamente llamado también "Sábado de sábados". Su relevancia en la vida judía es tal que está incluido entre los Diez Mandamientos, que se estiman palabra divina (Éxodo, Deuteronomio 5:12-15).
  • El liderazgo de la comunidad judía tradicional está en manos del rabino, persona culta y docta en la Halajá que conduce a sus acólitos no solo en lo espiritual y religioso, celebrando el culto judío, sus festividades y celebraciones, sino que se gana el respeto de su grey como autoridad moral y líder comunitario, brindando consejo, solucionando problemas y dirimiendo todos los conflictos que pudiesen suscitarse entre sus miembros.
  • El culto judío se celebra en el templo o sinagoga, que sirve asimismo de lugar de reunión y encuentro comunitario, para cuyo fin el rezo en público requiere de un mínimo de diez varones. La sinagoga sustituye en tal función al Templo de Jerusalén, destruido en el año 70 y lugar único de oración y peregrinación hasta su desaparición física. Del mismo modo, los sacrificios rituales que allí se efectuaban fueron reemplazados por sendas plegarias, que el judío piadoso eleva tres veces al día: al alba (שַׂחֲרִית, Shajarit), por la tarde (מִנְחָה, Minjá) y al anochecer (עַרְבִית, Arvit). En días festivos se agrega una cuarta a media mañana (מוּסָף, Musaf), y solo en Yom Kipur se cierra la celebración con una quinta plegaria (נְעִילָה, Ne'ilá).
  • La religión y el pueblo judío consagraron desde siempre a la tierra de Israel, la tierra sagrada, como uno de sus ejes principales, ya desde sus mismos albores (Génesis), convirtiéndose esta en parte integral de la idiosincrasia judía: el mundo se divide entre la Tierra Santa y todo el resto, llamado diáspora. Así, las sinagogas de todo el mundo se construyen de cara a Israel; los rezos y festividades concuerdan con su clima y sus estaciones; gran parte de los preceptos pueden cumplirse solo al pisar su suelo, por nombrar algunos pocos. Dentro de la tierra de Israel ocupa Jerusalén un lugar único en la devoción judía, y dentro de la ciudad los restos del Templo de Salomón, el llamado "Muro de los Lamentos", es considerado el más sagrado de los sitios. Comparten con Jerusalén su condición de santidad, en menor medida, también las ciudades de Hebrón, Safed y Tiberíades.
  • El pueblo judío se identificó desde un principio con la lengua hebrea, considerada "lengua sagrada" (לְשׁוֹן הַקּׁדֶשׁ, leshón hakódesh), en la que están escritas la Torá y la mayor parte de la literatura judía. Relegada a condición de lengua muerta durante siglos, reservada a la oración, a la literatura y a los textos jurídicos y teológicos, fue recuperada como lengua hablada y modernizada con el resurgir del sionismo y adoptada como lengua oficial del Estado de Israel.

Historia

Los rollos de la Torá, abiertos para su lectura en público en la sinagoga.

La comunidad judía de Israel fue dominada por varios antiguos imperios. Los asirios fueron seguidos por los babilonios y luego por los persas hasta la conquista por parte de los griegos. Es en esta época (hacia el 170 a. C.) cuando estalla una revolución encabezada por Judas El Macabeo ("martillo", hasmoneo) que logra colocar a todo el territorio del antiguo Israel nuevamente bajo dominio judío. El Reino Hasmoneo de Judá pasó por último a manos del Imperio romano.

Israel fue conquistado por el rey asirio Sargón II, al final del siglo VIII a. C. El reino de Judea pudo continuar durante un siglo y medio, hasta que en el año 586 a. C. fue conquistado por los babilonios, comandados por Nabucodonosor II. En ese año se destruyó el primer templo, lugar central de la actividad religiosa judía de la época. Muchos de los judíos fueron desterrados de Israel y fueron llevados como esclavos a Babilonia (actual Irak), lo cual constituye la primera diáspora judía. Durante el exilio en Babilonia, los judíos escriben lo que se conoce como el "Talmud de Babilonia" (Talmud Bavli), mientras que los judíos todavía establecidos en Judea escriben el "Talmud de Jerusalén". Estos dos manuscritos representan las primeras manifestaciones de la Torá en forma escrita, y el Talmud de Babilonia es el utilizado actualmente por las comunidades judías. La subsecuente conquista de Babilonia a manos de los persas permitió a muchos judíos regresar a su tierra natal luego de 70 años en el exilio babilónico. Se construyó un nuevo Segundo Templo y se restablecieron las antiguas prácticas.

Es en el año 70 d. C., cuando estalla una nueva rebelión y es destruido el Segundo Templo. Muchos habitantes judíos son vendidos como esclavos y esparcidos por los confines del Imperio romano, proceso que se conoce como la "diáspora". La historia de Masada demuestra el arrojo de los soldados judíos de la época. Numerosas comunidades judías florecieron en el Imperio sasánida y en el Imperio romano.

En la temprana Edad Media el reino Jázaro (en la estepa del Volga) adoptó el judaísmo como su religión oficial, pero aún se discute el alcance de esta conversión entre los pueblos sujetos al khan Jázaro.

La hegemonía del cristianismo en Europa significó numerosas persecuciones contra el pueblo judío, las cuales derivaron en frecuentes y reiteradas expulsiones. Muchas comunidades tuvieron que vivir en barrios segregados llamados guetos, pero también es cierto que en otros períodos gozaron de mayor tolerancia, sin ser nunca aceptados del todo.

Durante el Medievo, por más que se buscasen mercaderes de profesión, no se hallaba ninguno o más bien se hallaban únicamente judíos. Solo ellos, a partir de la época carolingia, practicaban con regularidad el comercio, hasta tal punto que en el idioma de aquel tiempo, las palabras judaeus y mercator eran casi sinónimos. Unos cuantos se establecieron en el sur de Francia, pero la mayoría venía de los países musulmanes del Mediterráneo, desde donde se trasladaron, pasando por España, al occidente y Norte de Europa. Todos ellos eran radhanitas, perpetuos comerciantes viajeros, merced a los cuales se mantuvo el contacto superficial con las religiones orientales.

El comercio al que se dedicaron fue exclusivamente de especias y telas preciosas, que transportaban trabajosamente desde Siria, Egipto y Bizancio hasta el Imperio carolingio. Los mercaderes judíos se dirigían a una clientela muy reducida. Las utilidades que realizaron debieron ser muy importantes, no obstante se debe considerar que su papel económico no llegó a ser trascendental.

En el mundo musulmán, a pesar de algunos episodios de persecución y matanzas (sobre todo en el primer siglo de expansión del islam), los judíos fueron tolerados por ser uno de los "Pueblos del Libro" –a cambio del pago de importantes tributos y de numerosas restricciones–, llegando a ocupar en algunos casos altos puestos en la administración califal tanto en Damasco como en Bagdad y en Córdoba. Sin embargo, que fueran tolerados no les libró nunca de su condición legal de dhimmies, lo cual los condenaba a numerosas discriminaciones y a una situación de sumisión.

Los judíos españoles, conocidos como sefardíes, fueron obligados a convertirse al cristianismo o ser expulsados en 1492 de los reinos de Castilla y Aragón mediante el Edicto de Granada. Muchos encontraron refugio en el Imperio otomano; incluso hoy en día viven en ciudades como Estambul o Esmirna judíos sefardíes que conservan el español medieval como su lengua.

No existió otro Estado judío en Israel hasta 1948, cuando fue declarada finalmente su independencia.

Historia bíblica

La historia judía se remonta a las viejas tradiciones bíblicas. Cuando el arca de Noé encalló en el monte Ararat, los hijos de Noé (Sem, Cam y Jafet) dieron origen, respectivamente, a los semitas del Próximo Oriente, a los camitas de África y a los jafetitas del resto del mundo.

Abraham, padre de los judíos, al recibir de Yahvéh la orden de asentarse en la tierra de Canaán, se puso en camino inmediatamente, partiendo de su patria, Ur, de los caldeos (Mesopotamia). Abraham, su hijo Isaac y su nieto Jacob fueron pastores nómadas.

Sus descendientes se vieron empujados por el hambre a la tierra de Gosén, en el delta del río Nilo. Pero el faraón de Egipto, viendo que aumentaban imparablemente y se hacían poderosos, los redujo a la esclavitud. Con Moisés ungido como líder y legislador, el pueblo elegido por Dios se dirigió hacia Canaán, la tierra prometida.

La dramática marcha desde Egipto a través del mar Rojo y la peregrinación de 40 años por el desierto son hitos importantes en la historia del pueblo israelita. Los judíos, una vez conquistada la ciudad de Jericó, se establecieron en la zona agrícola de Canaán, tierra de la cual en la Biblia se dice que «manaba la leche y la miel».

Una vez establecidos en Israel, la tierra fue dividida entre las doce tribus: Aser, Neftalí, Manasés, Zabulón, Isacar, Gad, Efraín, Dan, Benjamín, Rubén, Judá y Simeón. Con el tiempo se pasó de una teocracia a una forma de gobierno monárquica, y fueron los reyes más famosos de la época Saúl, David y su hijo Salomón, con su capital en Jerusalén. Después del reino de Salomón, la nación se dividió en dos reinos: el reino de Israel en el norte y el reino de Judea en el sur, donde los judíos toman su nombre.

Libros

  • El Tanaj, aquella parte de la Biblia llamada Antiguo Testamento por los cristianos , se compone de 24 libros:
    • La Torá, literalmente "la Doctrina",o Pentateuco o cinco primeros libros de la Biblia de los cristianos, considerada de origen divino, y denominada por la tradición como "Torá Escrita" (Torá she-bijtav - תורה שבכתב);
    • Los Neviim o Libro de los Profetas.
    • Los Ketuvim (literalmente "Los Escritos").
  • La Mishná, recolección de las tradiciones orales y exégesis de la Torá, entregadas según la creencia directamente a Moisés por Yaveh en el Monte Sinaí, transmitidas oralmente de generación en generación, y compiladas al cabo de los siglos por el rabino Yehuda Hanasí, en el siglo II.
  • El Talmud o Guemará, formado por un voluminoso corpus de interpretaciones y comentarios atribuidos a los amorreos, estudiosos que vivieron en el siglo II, posteriores a la edición de la Mishná. Comúnmente, por Talmud se entienden también a los comentarios posteriores cuyo origen remonta a la medievales, entre los que destaca Rabí Shelomó Yitzjaki («Rashi», por sus iniciales en hebreo).

En la Edad Media surgen dos obras consideradas el centro de la literatura halájica:

  • El Shulján Aruj, compilación y codificación de toda la Halajá por temas, obra del rabino Yosef Karo de Safed en el siglo XVI, cuya normatividad es aceptada prácticamente por la totalidad de los judíos.
  • El Mishné Torá de Maimónides, llamado en hebreo Moshé Ben Maimón (o incluso Rambam, por sus iniciales). Los judíos yemenitas prefieren a este último antes que al Shulján Aruj.

Cabe destacar también la importancia del libro fundamental de la Cábala judía:

Demografía

Según el profesor Sergio Della Pérgola, experto en demografía del pueblo judío de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en 2001 vivían en el mundo 13 200 000 judíos, de los cuales 4,9 millones residían en Israel (aproximadamente un 37 % del total), mientras que los restantes 8,3 millones lo hacían en la diáspora, el nombre dado por los judíos a la comunidad judía fuera de Israel.

La mayor concentración de población judía se encontraba en Israel. El mayor núcleo urbano del mundo judío era el área metropolitana de Gush Dan —o el Gran Tel Aviv—, con 2,5 millones, a la que seguían Nueva York, con 1,9 millones; Haifa, con 655 000; Los Ángeles, con 621 000, Jerusalén, con 570 000 y el sudeste de Florida con 514 000 judíos (datos de 2001).

En 2010, según The Jewish Population of the World, cuya fuente es el American Jewish Year Book y el North American Jewish Databanka de la Universidad de Connecticut, la cifra era de 13 430 000 judíos en el mundo. En América residían alrededor de 6 039 600 (5 275 000 en Estados Unidos), en Asia alrededor de 5 741 500 (5 703 700 en Israel), en Europa aproximadamente 1 500 000, en Oceanía 115 100 y en África 76 200. Son cifras que cambian permanentemente.[11]

Festividades judías

Días del arrepentimiento (o del perdón)

Las fiestas de peregrinación y fiestas de liberación

Festividades que no aparecen en la Torá

Conmemoraciones que no aparecen en la Torá

Días de ayuno

Conmemoraciones modernas

Festividades modernas

Sinagogas

Desde el año 70 de nuestra era, fecha en la que el Imperio romano destruyó el Segundo Templo de Jerusalén, la sinagoga pasó a ser el lugar de preferencia para el culto, aunque el judaísmo no emite una preferencia sobre un lugar específico para dicha actividad. En hebreo, la sinagoga se llama Bet Haknéset (בית הכנסת) o "lugar de reunión".

Los varones, al entrar a la sinagoga, generalmente se ponen una kipá o yarmulke sobre su cabeza. También se acostumbra utilizar espacios normalmente destinados al estudio para la oración. A los miembros del clero judío se les llama rabinos o dayanim.

Corrientes del judaísmo

El judaísmo no es una religión monolítica ni presenta una absoluta cohesión ni unidad. Los judíos reformistas, ortodoxos y masortíes mantienen unos con otros relaciones, no siempre cordiales, pero están organizados en grupos completamente autónomos. Las diferencias entre los judíos ortodoxos y no ortodoxos, o practicantes y no practicantes según los ortodoxos, se considera una amenaza a largo plazo a la estabilidad del estado de Israel, donde la mayoría es no practicante pero el poder político y religioso está en manos de los ortodoxos.[cita requerida]

Esas tres ramas principales del judaísmo se vinculan a través de la tradición rabínica de la Edad Media y del Talmud, aunque la importancia que prestan a dicha tradición varía de uno a otro. Los tres grupos provienen del tronco común de los fariseos, quienes al principio de la era cristiana representaban la tendencia más numerosa en el seno del judaísmo. Aún hoy en día, existen algunos samaritanos y caraítas, disidentes desde el punto de vista de la ortodoxia rabínica, en Medio Oriente.[12]

Judaísmo ortodoxo

Judío ortodoxo provisto de kipá, talit gadol y tefilín, preparándose para un servicio en una sinagoga.

El judaísmo ortodoxo es una de las ramas de la religión judía en la actualidad, junto con el judaísmo reformista y el judaísmo conservador o masortí. Se distingue de ellas por su adhesión rigurosa a la Halajá. Carece de una autoridad doctrinal central permitiendo cierta variación en la práctica. Afirma que la festividad de pésaj, el shabat (sábado) y todos los preceptos de la Torá (tanto la escrita como la que llaman parte "torá oral"), fueron entregadas por Dios mismo a Moisés hace más de 3.323 años en el Monte Sinaí. Creen que Moisés a su vez enseñó estas leyes a todo el pueblo israelita, que como una sola entidad aceptó cumplirlas antes de saber en qué consisten o el porqué de cada una de ellas, con una disposición única de entidad indivisible. De acuerdo con su actitud hacia la cultura contemporánea, el judaísmo ortodoxo se divide informalmente en judaísmo ortodoxo moderno, que busca adecuar hasta algún punto sus prácticas y estudios a la situación social contemporánea, aunque es firme con respecto a la halajá, el sionismo religioso que liga el judaísmo ortodoxo con el sionismo y el judaísmo haredí, que rechaza toda innovación que sus líderes consideren contraria al espíritu de la Torá.

El judaísmo ortodoxo nació como respuesta adversa al crecimiento del judaísmo reformista en la Alemania del siglo XIX. Este se guía principalmente por la Halajá o ley judía especificada en el Talmud y codificada en el Shulján Aruj. Estos a su vez se basan en la Torá. Considera que las leyes fueron entregadas no solamente a esta generación, sino también dirigidas a todos sus descendientes, y contienen en sí todas las facetas que se puedan pensar que requieran su aplicación.

En el judaísmo ortodoxo, no se acepta como judío a aquel que se haya convertido al judaísmo por otras reglas que las de la Halajá. El rabino ortodoxo es el único que puede celebrar un matrimonio -religioso- en Israel (y no casará a judío con no judío).

Creencias

El judaísmo ortodoxo basa sus creencias en los trece principios de fe de Moisés Maimónides. Sus principios son:

  • La existencia de Dios
  • La eternidad, la singularidad y la unidad de Dios
  • La naturaleza espiritual y abstracta de Dios
  • Solo a Él y no a otro se deben dirigir nuestras oraciones
  • Moisés es el mayor y principal profeta
  • Dios entregó la Torá en el monte Sinaí y no puede ser cambiada
  • Dios conoce los futuros actos humanos
  • Dios recompensa la bondad y castiga la maldad
  • Dios mandará a un Mesías
  • Dios resucitará a los muertos

Judaísmo ultraortodoxo

También conocido como haredí (los que tiemblan ante Dios), si bien es una corriente interna del judaísmo ortodoxo, presenta dos diferencias doctrinales con el ortodoxo, una práctica especialmente devota, y su distanciamiento del sionismo. Tiene dos grandes subdivisiones:

Jasidismo

Familia jasídica en Borough Park, Brooklyn. El hombre lleva un shtreimel y un bekishe o un rekel. La mujer lleva una peluca, llamada sheitel, ya que según la ley judía, tiene prohibido mostrar su cabello a nadie después del matrimonio.

El judaísmo jasídico es un movimiento ultraortodoxo. El jasidismo fue creado en Polonia a principios del siglo XVIII. Su fundador fue el rabino Israel ben Eliezer, también conocido como el "Baal Shem Tov". Los seguidores del jasidismo desearon crear un judaísmo más alegre y menos académico. Actualmente están divididos en múltiples tendencias.

El subsubgrupo de los Jabad-lubavitchers se distingue por sus esfuerzos para atraer a los judíos, sobre todos a los no practicantes, a la variedad del judaísmo que para ellos es la única auténtica, y por su expansión geográfica para conseguir este fin. Tienen representación en más de 1000 ciudades en 80 países, y constituyen la organización judía más extendida en el mundo.

Mitnagdismo

También ultraortodoxos, los mitnagdím (del hebreo מתנגדים, oponentes), por el contrario, rechazan algunas posturas del jasidismo, como el estudio intensivo de la parte oculta de la Torá. Es una corriente más unificada.

Los ultraortodoxos, por su casi inexistente matrimonio fuera de su misma variedad del judaísmo, y por sus grandes familias, están en auge demográfico.

Judaísmo conservador

También conocido como judaísmo masortí o tradicionalista (del hebreo masóret, מסורת "tradición"). Este movimiento se formó en los Estados Unidos a través de la fusión de dos grupos distintos: los reformistas y los ortodoxos. Enfatizan que los judíos constituyen una nación (Am Israel), pero que esta no puede identificarse, en su totalidad, con el estado de Israel.

Los conservadores no siguen la ley judía en su totalidad, sino que se inclinan hacia interpretaciones más abiertas al mundo moderno, no siempre basada en la opinión mayoritaria de los sabios (talmidim o jajamim).

Judaísmo reformista

Rabino Abraham Geiger (1810-1874). Considerado el «padre» del judaísmo reformista.

El judaísmo reformista (Hebreo: יהדות רפורמית) es una de las grandes ramas de la religión judía (Judaísmo Rabínico) en la actualidad, de origen ashkenazí, junto con el judaísmo ortodoxo y el judaísmo conservador o masortí'. El judaísmo reformista (también llamado progresista o progresivo) defiende la autonomía individual en lo relativo a la interpretación de los preceptos religiosos (Hebreo: מצוות mitzvot).[13]

Principios del reformismo

No pretenden ser dogmáticos:[14]

  • La existencia, la singularidad y la unidad de Dios.
  • La eternidad y la naturaleza espiritual de Dios.
  • La Torá fue inspirada y es progresivamente revelada por Dios.
  • La propagación del monoteísmo ético.
  • La ciencia (תורה ומדע) deberá ser parte de la guía para un reformismo sistemático, que enfoque a la humanidad como primer objetivo. Basado en el racionalismo de Maimónides o Rambam (del acrónimo hebreo, רמב"ם).
  • La afirmación de los tres pilares del Judaísmo: Dios, la Torá e Israel.
  • La adaptación y respuesta del Judaísmo a los desafíos de la actualidad, como siempre lo ha hecho para poder sobrevivir. El Judaísmo ha de ser purificado y la maleza recortada.
  • La llegada de la era mesiánica es responsabilidad de todos; judíos y no judíos.

Planteamientos

  • Adhesión exclusiva a la Torá y al resto del Tanaj como escritura inspirada por Dios. También son consultadas las obras de la literatura rabínica llamada "torá oral", a saber Mishná y Guemará (Talmud), el Midrash y la literatura medieval como el Mishné Torá. De igual modo se tratan con alta valoración (y de uso constante e indispensable) la Responsa y el Sidur (libro judío de oraciones). Para los reformistas la "torá oral" (y por ende la Halajá), aunque es reconocida como parte de los "textos sagrados" junto al Tanaj,[15] no es considerada como “revelación divina”, sino más bien como un conjunto de opiniones y reflexiones inspirados en la Torá "escrita" en muchos casos, con un alto grado pureza ética la cual contribuyó a sus pensadores y autores a buscar una íntima aproximación a Dios, pero no tiene un origen necesariamente divino. Por lo tanto el reformismo considera equivocados a los movimientos que le conceden autoridad definitiva a la halajá tradicional o que alegan que su abordaje sobre la halajá es la única o más auténtica expresión del Judaísmo. La Torá "escrita" (la única existente para el reformismo) es tratada como revelación progresiva o "documento vivo".
  • Rechazo de la segregación sexual y defensa de los derechos de la mujer.[16] Hombres y mujeres rezan en las sinagogas reformistas de manera conjunta. El reformismo fue el primer movimiento en comenzar la ordenación (Hebreo: סמיכה) de mujeres rabinos.
  • Ausencia de integrismo en su interpretación de los preceptos religiosos. Dichos preceptos fueron escritos por personas influidas por su sociedad, y no debe realizarse una interpretación literalista, sino adecuada al contexto.
  • Firme compromiso con la justicia social y la reparación del mundo. (Tikún Olam).
  • Consideración del Mesías judío como símbolo de una sociedad idílica (Era Mesiánica) en la que se cumplen los principios de paz y fraternidad, y no como una persona individual que instaurará dicho orden.

Judaísmo reconstruccionista

Al igual que el judaísmo reformista, no sostiene que la halajá, como tal, requiera observancia, pero a diferencia de la reforma, el pensamiento reconstruccionista enfatiza el papel de la comunidad al decidir qué observancias seguir. A veces se reconoce como la cuarta corriente principal del judaísmo (junto con los ortodoxos, conservadores y reformistas).[17][18]

Judaísmo caraíta

El caraísmo es una corriente religiosa del judaísmo, conocida por ese nombre, que proviene del término hebreo קראית (Qaraim: "lectores") y, que también es designada como Bené mikrá, que significa "seguidores de la Escritura", que reconocen la Tanaj como única máxima autoridad, en oposición a los Bene mishnah, seguidores de la tradición. Proclama el derecho de todo judío a estudiar las Escrituras Hebreas de un modo libre, sin tener en cuenta la interpretación rabínica ni el Talmud; debido al énfasis que le daban a las Escrituras, se les llamó desde el siglo VIII "Qara'ìm".[19]

Judaísmo etíope (Haymanot)

Judio de origen etiope en el muro occidental.

Haymanot (que significa "religión" en ge'ez y amárico) se refiere al judaísmo practicado por los judíos etíopes, conocidos como Beta Israel. Esta versión del judaísmo difiere sustancialmente de los judaísmo rabínico, caraíta y samaritano, ya que los judíos etíopes se separaron antes de sus correligionarios. Las escrituras sagradas (el Orit) están escritas en ge'ez, no en hebreo, y las leyes dietéticas se basan estrictamente en el texto del Orit, sin explicación de comentarios auxiliares. Los días festivos también difieren, con algunos días festivos rabínicos que no se observan en las comunidades judías etíopes y algunos días festivos adicionales, como Sigd.[20][5][6]

Judaísmo secular

Los judíos seculares son aquellos que pertenecen al pueblo judío por ascendencia familiar, en concordancia con las leyes del judaísmo, sin embargo se esfuerzan poco o nada por practicar las leyes judías. La mayoría de los judíos seculares son indiferentes al judaísmo, el cual forma parte relativamente pequeña de su identidad. Esto último los diferencia de los judíos humanistas seculares. En hebreo, principalmente en Israel, a los judíos seculares se los conoce como jilonim (en hebreo: חילונים), en singular jiloní (חילוני).

Judaísmo humanista secular

El judaísmo humanista secular es una corriente que ve al hombre como centro del mundo y de la vida judía, a diferencia de las otras corrientes que subrayan la centralidad de Dios. Para los judíos humanistas seculares la religión y sus leyes no necesariamente deben regir el comportamiento del individuo. Esta corriente destaca los valores humanistas universales, que se basan históricamente en las fuentes judías. Los distintos libros del judaísmo son remarcados como fuentes de inspiración para los conceptos de libertad, justicia, justicia social, solidaridad, respeto y ayuda al prójimo, tolerancia y demás.

Esta corriente, al igual que la reforma, es uno de los intentos de adaptar el judaísmo y compatibilizarlo con las distintas posibilidades de identidades seculares y nacionalistas, que surgen como consecuencia de la Revolución francesa.

Noajismo

El noajismo es un movimiento religioso del judaísmo para no-judíos que establece como premisa fundamental la observancia de las Siete leyes de Noé, que según sus seguidores y el judaísmo rabínico, fueron entregados por Dios a toda la humanidad.

Según la halajá, los no-judíos ( gentiles ) no están obligados a convertirse al judaísmo, pero sí a observar las Siete Leyes de Noé para tener asegurado un lugar en el Mundo Venidero (Olam Ha-Ba), la recompensa final de los justos. La pena divinamente ordenada por violar cualquiera de las Leyes de Noé se analiza en el Talmud, pero en términos prácticos está sujeta al sistema legal vigente establecido por la sociedad en general. Aquellos que suscriben la observancia del Pacto de Noé se conocen como B'nei Noaj ( hebreo : בני נח, "Hijos de Noé") o Noájidas. Durante las últimas décadas, tanto los noájidas como los judíos ortodoxos han establecido organizaciones de apoyo en todo el mundo.

Divisiones étnicas

Asquenazíes

Soldados asquenazíes en Rosh Hashaná, 1914.[21]
Asquenazí o asquenazi,[22] también escrito como askenazí o ashkenazí, es el nombre dado a los judíos que se asentaron en la Europa Central y Oriental. Se establecieron principalmente en Alemania, Austria, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Polonia, Ucrania, Rumania, Moldavia, Rusia, Bielorrusia, Lituania y Letonia. Los asquenazíes son los descendientes de las comunidades judías medievales establecidas a lo largo del Rin, desde Alsacia, al sur, hasta Renania, en el norte.[23] Ashkenaz, término hebreo medieval comúnmente empleado para designar a Alemania, es también el nombre dado en dicha lengua a toda la región del centro y este europeo, mientras que asquenazí es un término que designa de un modo general a la población judía que desciende de los mencionados judíos que se asentaron en la Europa central y oriental.[24] Desarrollaron costumbres y leyes particulares, que los diferencian de otros grupos del pueblo judío (sefardíes y mizrajíes, por ejemplo). Los asquenazíes desarrollaron su propia lengua, el yidis, que combina términos provenientes de diversos dialectos alemanes junto con algunos de origen eslavo y hebreo.

Sefardíes

Los sefardíes o sefarditas, también conocidos como sefaradíes o sefaraditas (en hebreo, ספרדים, Sefaradim, literalmente ‘los de Sefarad’), son los judíos que vivieron en la península ibérica hasta su expulsión en 1492 por los Reyes Católicos de las coronas de Castilla y de Aragón (y su posterior expulsión de Portugal, en 1496, y del Reino de Navarra, en 1497);[25] y también sus descendientes, quienes, más allá de residir en territorio ibérico o en otros puntos geográficos del planeta, permanecen ligados a la cultura hispánica.[26]

Tras su expulsión, muchos sefardíes se instalaron —temporalmente o de forma permanente— en el Imperio otomano, en el Magreb (sobre todo Marruecos) y en Europa Occidental (sobre todo Países Bajos).[27] En la actualidad, la comunidad sefardí alcanza los dos millones de integrantes, la mayor parte residente en Israel, Francia, Estados Unidos, Argentina y Canadá. También hay comunidades en Turquía, Brasil, México,[28] Chile, Colombia, Marruecos, Perú, Túnez, Países Bajos, Panamá e Italia. [29]

Durante el siglo XIX, el término «sefardí» se empleaba además para designar a todo judío que no era de origen asquenazí (judíos de origen alemán, centroeuropeo o ruso). En esta clasificación se incluía también a judíos de origen árabe, de Persia, de Armenia, de Georgia, de Yemen e incluso de India, quienes aparentemente no guardaban ningún vínculo con la cultura ibérica que distingue a los sefardíes. La razón por la cual se utilizaba ese término indistintamente se debía principalmente a similitudes en el rito religioso y a la pronunciación del hebreo que los sefardíes comparten con las poblaciones judías de los países mencionados (y que son claramente distintas a los ritos y las pronunciaciones de los judíos asquenazíes). No obstante, a partir de la fundación del Estado de Israel se consideró ya un tercer grupo dentro de la población judía, los mizrahim (del hebreo מזרח 'Oriente'), para garantizar que el término «sefardí» aluda de manera exclusiva al grupo humano antiguamente vinculado con la península ibérica.[cita requerida]

Mizrajíes

Boda judía en Alepo, Siria, 1914.
Los judíos mizrajíes o mizrajim son descendientes de las comunidades judías del Medio Oriente y norte de África. Literalmente mizrají significa “oriental”, ya que Mizraj (en hebreo: מזרח) significa “Este”. Originalmente el término mizrají y “Edot ha-Mizraj” eran una traducción de la palabra árabe mashrīqī (oriental), que se refería a la gente de Siria, Irak y otros países asiáticos, mientras que a los judíos del norte de África se les llamaba, en árabe, magāriba (magrebíes).

Beta Israel

Mujeres etíopes en el Muro de las Lamentaciones.
Los Beta Israel (hebreo: ביתא ישראל, Beta Israel, «Casa de Israel»; ge'ez: ቤተ፡ እስራኤል Bēta 'Isrā'ēl, moderno Bēte 'Isrā'ēl) —conocidos generalmente con el término falashas (en amárico «exiliados» o «extranjeros»), que puede ser considerado peyorativo— son los judíos de origen etíope. Cerca del 80 % de ellos (más de 100 000) viven actualmente en Israel, lugar a donde comenzaron a emigrar a mediados del siglo XX gracias a la ley de retorno de 1950.

Véase también

  • Ver el portal sobre Judaísmo Portal:Judaísmo. Contenido relacionado con Judaísmo.

Referencias

  1. «Jewish Population Rises to 15.2 million Worldwide».
  2. http://www.proyectos.cchs.csic.es/sefardiweb/node/1044
  3. https://www.iemj.org/es/la-musique-des-juifs-dethiopie-les-beta-israel/
  4. Allende, H. D.; Ona, F. V. (1982-09). «Alpha 1 antitrypsin deficiency and plasma thromboplastin antecedent deficiency--a new association?». The American Journal of the Medical Sciences 284 (2): 42-46. ISSN 0002-9629. PMID 6982000. doi:10.1097/00000441-198209000-00007. Consultado el 26 de junio de 2022.
  5. Philip Wilkinson, Religions, Londres: Dorling Kindersley, 2008; Religiões, Río de Janeiro: Zahar, 2011, pp. 61-83. También Gabrielle Sed-Rajna, L'Abécédaire du Judaïsme, París: Flammarion, 2000; Éric Smilevitch, Histoire du Judaïsme, París: Presses Universitaires de France, 2012; The Religions Book, ed. G. Jones y G. Palffy, Londres: Dorling Kindersley, 2013; O Livro das Reiligiões, ed. Carla Fortino, San Pablo: Globo, 2014, pp. 166-199; Josy Eisenberg, Une Histoire des Juifs, París: CAL, 1970; Simón Dubnow, Manual de la Historia Judía, Buenos Aires: Sigal, 1977; Michael Brenner, Kleine Jüdische Geschichte, Múnich: C.H. Beck, 2008.
  6. Daniel J. Elazar. «ewish Religious, Ethnic,and National Identities: Convergences and Conflicts». Consultado el 25 de marzo de 2014.
  7. Avineri, Shlomo (1983). La Idea Sionista. La Semana Publicaciones Ltda. p. 23.
  8. Clorfene, Chaim (1987). El Camino del Gentil Justo. SHEARITH ISRAEL CONGREGATION. ISBN 0-87306-433-X.
  9. «Израиль и Человечество: Новый этап развития» [Israel y la humanidad: Una nueva etapa de desarrollo] (en ruso).
  10. «Knesset makes it official: Israel is a Jewish state».
  11. La población judía en el mundo (2010).
  12. Simon, Marcel (1962). Las sectas judías en el tiempo de Jesús. Buenos Aires, Eudeba.
  13. What is Reform Judaism?
  14. Eugene Borowitz (2003). American Reform Judaism: An Introduction. Rutgers University Press. p. 27. 978-0813532196.
  15. Singer / Zlotowitz (1992). Our Sacred Texts. UAHC Press. p. 91-109. 978-0807404799.
  16. Eugene Borowitz (2003). American Reform Judaism: An Introduction. Rutgers University Press. p. 186. 978-0813532196.
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  18. Riggs, Thomas, ed. (2006). Worldmark encyclopedia of religious practices. Thomson Gale. ISBN 978-0-7876-6611-8.
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  20. Kaplan, Steven (1999). «The Literature of the Beta Israel (Falasha): A Survey of a Biblical-Hebraic Tradition». Xristianskij Vostok 1 (7): 99-123.
  21. Tarjeta de salutación enviada durante el Año Nuevo Judío (fuente de la imagen).
  22. Real Academia Española. «asquenazí». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 3 de julio de 2014.
  23. Joan Comay, The Diaspora Story, Tel Aviv y Jerusalén: Steimatzky, 1981, pp. 138-39.
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  25. «LA EXPULSIÓN DE LOS JUDÍOS». www2.uned.es. Consultado el 24 de noviembre de 2021.
  26. Toledo, Sinagoga del Tránsito, La vida judía en Sefarad, noviembre de 1991—enero de 1992. Realizado por el Ministerio de Cultura en colaboración con el Centro Nacional de Exposiciones de España.
  27. «ESBOZO HISTÓRICO | Sefardiweb». www.proyectos.cchs.csic.es. Consultado el 21 de septiembre de 2021.
  28. Los judíos mexicanos. México Desconocido. 7 de Octubre 2019.
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Bibliografía

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