Medea (Eurípides)
Medea es una tragedia de Eurípides. Se representó en el primer año de la 87.ª Olimpiada (431 a. C.), y formaba parte de una tetralogía con las tragedias Filoctetes (Φιλοκτήτης) y Dictis (Δίκτυς)[1] y el drama satírico Los recolectores (Θηρισταί). Ganó el certamen Euforión ; el segundo fue Sófocles; y el tercero, Eurípides.

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Personajes
Marco mítico
La tragedia Medea trata de la conocida historia de Jasón tras las aventuras que lo llevaron a conquistar el vellocino de oro, trabajo impuesto por su tío Pelias. Jasón, tras el trabajo, se casó con Medea, y en Yolcos tuvieron un hijo: Mérmero.
Argumento
Medea de Eurípides es una tragedia griega que relata el deseo de venganza y su conclusión hacia su marido infiel.
Jason ha abandonado a su esposa Medea, junto con sus dos hijos. Él busca prosperar volviendo a casarse con Glauce, la hija de Creonte, rey de Corinto; la ciudad griega donde se desarrolla la obra. Todos los elementos en juego proceden de este dilema inicial, y las partes involucradas se convierten en sus personajes centrales. Fuera del palacio real, una nodriza lamenta los acontecimientos que han llevado a la crisis.
Jasón, esposo de Medea, se promete en matrimonio con Glauce,[5] ante el espanto de Medea, que ve su lecho deshonrado. Creonte, que había planeado el matrimonio, ante el temor de que Medea, sabia y hábil, se vengue, ordena su destierro inmediato.
Eurípides convierte a Medea en asesina de sus hijos para vengarse de una infidelidad de Jasón, que la ha abandonado por la joven hija del rey de Corinto. En su pasión desenfrenada, ella, que lo ha dejado todo por Jasón, siguiéndole desde su lejana patria en contra de la voluntad de su padre, ella, que por Jasón ha engañado y matado, no puede aceptar esta nueva boda de Jasón, de cuyas ventajas él mismo quiere convencerla.
Pero Medea, fingiéndose sumisa, pide un solo día de plazo para salir al destierro. Ese plazo lo aprovecha para hacer unos regalos a Glauce: una corona de oro y un peplo que causan la muerte por el simple contacto. Glauce muere de manera horrible, privando de este modo a Jasón de su amor a modo de venganza. Finalmente mata a los dos hijos que con él ha tenido.
El final de la tragedia es resuelto mediante un "deus ex machina", haciendo que Medea sea arrebatada y liberada de las iras de los corintios en el carro de Helios, el sol, un antepasado suyo.
Eurípides presenta el alma humana como escenario de fuerzas antagónicas: Medea lucha entre su loco deseo de venganza y el amor y ternura que siente por sus hijos. Con esta obra, el autor logró escandalizar a sus conciudadanos, al hacer de su protagonista una mujer llevada por sus pasiones, extranjera y maga, elementos contrapuestos a las cualidades heroínas trágicas de Esquilo y Sófocles.
No se distinguía la expresión de sus ojos ni su bello rostro, la sangre caía desde lo alto de su cabeza confundida con el fuego, y las carnes se desprendían de sus huesos, como lágrimas de pino, bajo los invisibles dientes del veneno.
Tras perpetrar ese horrible crimen, Medea mata a sus propios hijos.
Termina la obra con Medea subida en el carro de Helios, con quien ya tenía pactada su huida a Atenas, para evitar las iras de la familia de Creonte y de su propio marido Jasón, al que increpa desde el carro:
¡Oh niños, cómo habéis perecido por la locura de vuestro padre!
Pero no los destruyó mi mano derecha.
No, sino tu ultraje y tu reciente boda.
Análisis de la obra
Según los críticos, es una de las mejores obras de Eurípides.
Eurípides alza la figura femenina de forma extraordinaria. Medea es formidable, sabia, fuerte, hábil, luchadora y por ello es amada por unos, pero respetada y temida por todos.
Eurípides exalta los valores femeninos y defiende la condición femenina. Medea describe en la obra esta condición:
De todo lo que tiene la vida y pensamiento, nosotras las mujeres, somos el ser más desgraciado. Empezamos por tener que comprar un esposo con dispendio de riquezas y tomar un amo de nuestro cuerpo, y éste es el peor de los males. Y la prueba decisiva reside en tomar a uno malo o a uno bueno. A las mujeres no les da buena fama la separación del marido y tampoco les es posible repudiarlo.[6]
Y si nuestro esfuerzo se ve coronado por el éxito, y nuestro esposo convive con nosotras sin aplicarnos el yugo por la fuerza, nuestra vida es envidiable, pero si no, mejor es morir.
Dicen que vivimos en la casa una vida exenta de peligros, mientras ellos luchan con la lanza. Necios. Preferiría tres veces estar a pie firme con el escudo que enfrentarme al parto una sola vez.
Una mujer suele estar llena de temor y es cobarde para contemplar la lucha y el hierro, pero cuando ve lesionados los derechos de su lecho, no hay otra mente más asesina.
El coro exclama ante el trato que de la sociedad griega recibía la mujer:
Pero lo que se dice de la condición de la mujer cambiará hasta conseguir buena fama, y el prestigio está a punto de alcanzar al límite femenino; una fama injuriosa no pesará ya sobre las mujeres.
Eurípides, conocedor de todas las corrientes filosóficas de su tiempo, avisa ya de un problema que es actualidad en nuestros días: la separación entre la sabiduría y el poder social. Y hace exclamar a Medea:
Si eres considerado superior, por poseer conocimientos variados, parecerás a la ciudad persona molesta.
En esta obra hay una acerba crítica a los sofistas, por poseer conocimientos y utilizarlos en beneficios distintos de la justicia.
Notas y referencias
DELBUENO DE PRAT, María Silvina (27 de mayo de 2014). La problemática de las mujeres filicidas: Las reescrituras de Medea de Eurípides en dos Medeas argentinas y el diálogo intertextual con Médée Kali de Laurent Gaudé. p. 136. Consultado el 3 de septiembre de 2014.
- Véanse: “Filicidio en la mitología griega”, “Intertextualidad” y “Laurent Gaudé”.
- Véase "Dictis".
- EURÍPIDES: Medea, 1.087 - 1.091.
- Texto español en el sitio InterClassica, de la Universidad de Murcia; traducción de Germán Gómez de la Mata.
- 1.085 y ss.: texto griego en Wikisource.
- Texto español en el sitio InterClassica, de la Universidad de Murcia; traducción de Germán Gómez de la Mata.
- Elisabetta Pozzi (n. 1955): actriz italiana de teatro.
- Klara Ziegler (1844 - 1909): actriz alemana.
- Glauce: Γλαυκή.
- En el siglo V sí podían divorciarse con el patrocinio del arconte, pero las desprestigiaba.
Enlaces externos
- RENAULT, Philippe: estructura de Medea, y algunos fragmentos de la obra.
- EURÍPIDES: Medea.
- Traducción española de Germán Gómez de la Mata, en el sitio Interclassica, de la Universidad de Murcia.
- Traducción española en Scribd, con introducción y comentarios, recogido todo en el Internet Archive; pp. 89 - 148.
- Traducción española en PDF.
- Texto bilingüe griego - francés, con anotaciones en este idioma, en el sitio de Philippe Remacle: trad. de Henri Berguin; Garnier.
- Vv. 1 - 763; vv. 764 - 1.419.
- Garnier: editorial francesa fundada en 1833 por los hermanos Auguste (1812 - 1887) e Hippolyte Garnier (1815 o 1816 - 1859) con el nombre de Garnier Frères.
- Vv. 1 - 763; vv. 764 - 1.419.
- Texto inglés, con índice electrónico, en el Proyecto Perseus. En la parte superior derecha se encuentran los rótulos activos "focus" (para cambiar al texto griego) y "load" (para el texto bilingüe).
- Texto griego en Wikisource.
- Texto griego en el sitio de la Bibliotheca Augustana (Augsburgo).
- ÁLVAREZ, Clara: Análisis morfológico y sintáctico de fragmentos del texto griego.
- Texto bilingüe griego - francés, con anotaciones en este idioma, en el sitio de Philippe Remacle: trad. de Henri Berguin; Garnier.
- Representación de la adaptación de Miguel García Rey, ofrecida por TVE en la emisión del 5 de dic. de 1966 de Teatro de siempre, con dirección y realización de Eduardo Fuller, y con actuación de Lola Gaos (Medea), Agustín González (Jasón), María Luisa Ponte (la Nodriza), Alberto Fernández (Creonte), Manuel Andrés, Francisco Guijar, Juan Francisco Margallo, José Blanch y Lorraine de Mun, y, formando parte del coro, Esperanza Alonso, Maruja García Alonso y María Rus; la función en sí, a partir de los 3 min. y 30 seg.
- Medea y Jasón en el arte; en el sitio de la revista Adiós cultural.
- EURÍPIDES: texto conservado de Filoctetes (Φιλοκτήτης).
- Fragmentos en francés en el sitio de Ph. Remacle.
- Texto griego en el sitio de la Bibliotheca Augustana.
- Para el personaje que da título a la obra, véase "Filoctetes".
- Fragmentos en francés en el sitio de Ph. Remacle.
- EURÍPIDES: texto conservado de Dictis (Δίκτυς).
- Algunos fragmentos en francés, en el sitio de Philippe Remacle.
- Texto griego, en el sitio de la Bibliotheca Augustana.
- Fragmento en griego, en Wikisource.
- MARTÍNEZ BERMEJO, María de los Llanos: La recepción de la tragedia fragmentaria de Eurípides de Platón a Diodoro Sículo; tesis doctoral. Universidad de Salamanca. 2017.
- Texto en PDF; el análisis de los fragmentos de Dictis, a partir de la pág. 211 de la publicación (pág. 227 de la reproducción en PDF).
- MARTÍNEZ BERMEJO, María de los Llanos: La recepción de la tragedia fragmentaria de Eurípides de Platón a Diodoro Sículo; tesis doctoral. Universidad de Salamanca. 2017.
- Para el personaje que da título a la obra, véase "Dictis".
- Algunos fragmentos en francés, en el sitio de Philippe Remacle.
- LÓPEZ FÉREZ, Juan Antonio: Mitos y referencias míticas en las cuatro primeras obras conservadas de Eurípides; en Literatura: teoría, historia, crítica, n.º 11, pp. 15 - 82. 2008 (publ.: 2009). ISSN 0122-011X
- Reproducción (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última)., en PDF.
- Las cuatro primeras obras conservadas: Alcestis, Medea, Los Heráclidas e Hipólito.
- Juan Antonio López Férez: miembro de la UNED.
- Las cuatro primeras obras conservadas: Alcestis, Medea, Los Heráclidas e Hipólito.
- Reproducción (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última)., en PDF.