Miguel Abadía Méndez

En las aulas apoyó la creación del periódico El Ensayo en 1887,[13] desde donde defendió la postulación de Miguel Antonio Caro como vicepresidente de Colombia, en 1891, durante el último gobierno de Rafael Núñez[6] y también trabajó en El Colombiano, fundado por Mariano Ospina Pérez.[14] Destacado escritor, tradujo varias obras del inglés y el francés. También fue miembro de la Academia colombiana de la Lengua y de la Academia colombiana de Historia.[15]

Elegido Caro como presidente, Abadía fue nombrado ministro del Tesoro, en 1894, hasta que Caro se retiró temporalmente del gobierno, ya que fue reemplazado por el nuevo gabinete del designado Guillermo Quintero Calderón.[12] Pese a haber sido designado como consejero de estado, el presidente Caro vetó su nombramiento.[12]

Su afiliación a las academias de la lengua y de historia de Colombia lo llevaron a vincularse al Partido Conservador Colombiano, del cual era adepto ideológicamente. Como miembro del partido ocupó varios cargos públicos a lo largo de 20 años.[14]

Abadía participó en la conspiración que el vicepresidente de la época, José Manuel Marroquín, lideró contra el gobierno del anciano presidente Manuel Antonio Sanclemente, que fue derrocado pacíficamente el 31 de julio de 1900. La conspiración se dio por el manejo de Sanclemente de la Guerra de los Mil Días, y porque desde el principio de su mandato, Sanclemente fue extremadamente impopular.[14][16] Su fidelidad a Marroquín lo llevó a ser nombrado ministro Relaciones Exteriores, de 1900 a 1901, de Hacienda entre 1901 y 1902, y de Instrucción Pública.[13]

En 1902 el presidente Marroquín lo envió a Chile como ministro plenipotenciario y a su regreso a Colombia, en 1904, volvió a ganar una curul en el Congreso por el Cauca, siendo de nuevo elegido en 1911 y entre 1913 y 1914.[12]

Terminado el gobierno de Marroquín fue elegido presidente el experimentado militar Rafael Reyes, al que Abadía se opuso con firmeza, participando en el complot que lo llevó a renunciar el 13 de mayo de 1909. En el lugar de Reyes fue nombrado como designado el canciller Jorge Holguín, y luego el Congreso desingó a Ramón González Valencia, quien nombró a Abadía ministro de Gobierno, entre 1909 y 1910.[13]

En 1914 llegó a la presidencia un antiguo compañero de lucha suyo, José Vicente Concha, quien participó en la caída de Sanclemente en 1900. Concha lo nombró ministro de Gobierno, ocupando la cartera durante todo el gobierno del conservador.[13]

En 1919, fue nombrado ministro de Instrucción Pública por el presidente Marco Fidel Suárez, estando en el cargo hasta 1921, antes de la renuncia forzosa de Suárez, quien cayó víctima de una conspiración nacional iniciada desde adentro de su gobierno. En 1924, fue nombrado por el presidente Pedro Nel Ospina, tío de su antiguo empleador Mariano Ospina, como ministro de Correos y Telégrafos, alternando con el ministerio de Gobierno por tercera vez, entre 1924 y 1925.

El Partido Conservador buscó un nuevo período en el poder para 1925, presentándose las candidaturas de Abadía Méndez y el laurado militar Alfredo Vásquez Cobo; ante la indecisión del partido de que candidato apoyar, el arzobispo de Bogotá Bernardo Herrera Restrepo dirimió el conflicto y postuló a Abadía como candidato, comprometiéndose a apoyar a Vázquez Cobo en las elecciones de 1930.[17]

Abadía se presentó como candidato único a las elecciones presidenciales de 1926, tras la negativa del Partido Liberal de presentar candidato, ante las acusaciones de fraude durante las elecciones de 1922, donde fue elegido presidente Pedro Nel Ospina, que se impuso sobre el candidato liberal Benjamín Herrera.

Abadía obtuvo más de 370 000 votos, convirtiéndose en presidente de Colombia.[18] Días después de su elección, el 5 de julio de 1926, Abadía (quien era viudo), contrajo matrimonio con una joven dama llamada Leonor de Velasco, que se convirtió en primera dama de Colombia.[19]

Retrato de Abadía como presidente, ubicado en la Universidad del Rosario.

Desde el comienzo de su gobierno, Abadía se mostró partidario del sistema gobierno hegemónico, ya que se negó a dar participación en su gabinete a los liberales, lo que favoreció su política de represión a los movimientos sindicales en el país.[20] Alternó sus actividades como presidente con la enseñanza de derecho constitucional.[12]

Pese a que Colombia había vivido una bonanza cafetera a mediados de la década y del ingreso del dinero por la indemnización de la pérdida de Panamá en 1903, la economía colombiana estaba resentida. Abadía recurrió a emprésitos para estimular la economíaː en sus primeros meses solicitó un préstamo por 10 millones de pesos la época, con el fin de impulsar obras públicas importantes; y en 1928 solicitó 25 millones más para obras de infraestructura. También hizo una licitación pública donde solicitó 60 millones de pesos, la cual fue adjudicada a una firma norteamericana.[6]

Pese a que las medidas tenían buenas intenciones, eran impopulares entre ambos partidos políticos, ya que consideraban que el endeudamiento supera la capacidad de pago real del país, y de que no se invertían adecuadamente esos recursos, sumado a los altos niveles de la inflación.[10]

Finalmente tuvo que enfrentar el empaso que significó la crisis mundial bursátil de 1929, en octubre de ese año, cuando la bolsa de valores de Bogotá apenas había comenzado operaciones en abril del mismo año. La crisis afectó al café, el principal producto de exportación colombiano, que pese a lo anterior, sin embargo, ayudó a mantener a flote la economía colombiana hasta 1933, gracias a la bonanza de la década de los 20.[10] La crisis también frenó el endeudamiento colombiano, ante la desconfianza que despertaba el país en sus acreedores.[10]

Abadía junto al senador Samuel H. Piles, el piloto Charles Lindbergh el general Reyes Luna y el ministro de hacienda Salvador Franco durante su visita Estados Unidos, en 1928.

En 1927, el gobierno recibió la visita de un equipo de abogados penalistas italianos, con los que el gobierno buscaba mejorar sus sistema carcelario, pero sus esfuerzos fueron en vano y la misión fracasó.[6] Abadía también fomentó las obras públicas, la educación y las misiones de indígenas.

En este mismo año, Abadía creó la Federación Nacional de Cafeteros, controlada por la familia de su antecesor en la presidencia, los Ospina.[21][22][23] También se creó durante su gobierno la Empresa de Licores de Caldas, famosa por el producto Ron Viejo de Caldas, conocido ampliamente en el país y considerado uno de los mejores licores del mundo.[24][25]

En 1928, Abadía hospedó al piloto estadounidense Charles Lindbergh, quien estaba en giras demostrativas por América en su Spirit of St. Louis. Procedente de Colón, llegó a Cartagena el 26 de enero de ese año. Hizo un viaje sin escalas hasta llegar a Bogotá, donde se reunió con el presidente Abadía y otros miembros del gobierno, fue condecorado con la Orden de Boyacá y se hizo un baile en su honor en el Hockey Club; luego sobrevoló la carrera séptima, aterrizó en Madrid, y luego siguió hacia Venezuela.[26][27][28]

El 8 de diciembre de 1929 se inauguró en Colombia el servicio de radio, con la primera emisión de la emisora de Bogotá, HJN. El logro se dio luego de que el gobierno de Abadía permitiera el funcionamiento de empresas de difusión "perifónica", por medio del decreto 1182 de 1928. Pese a la pompa del suceso, se planeaba que la HJN iniciara operaciones el 20 de julio de 1929, pero los trámite burocráticos atrasaron la inauguración.[11][29]

En su gobierno se fijó los límites marítimos con Nicaragua en el tratado Esguerra-Bárcenas del 24 de marzo de 1928, pasando el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina a soberanía colombiana mientras que la Costa de Mosquitos pasaba a soberanía nicaragüense.

Con el canje de ratificaciones del tratado Lozano-Salomón, firmado el 24 de marzo de 1922, y que fue ratificado el 19 de marzo de 1928, quedaron normalizados los límites con el Perú. Los límites con Brasil, fueron fijados con el tratado firmado entre el canciller brasileño Octavio Mangabeira y el ministro plenipotenciario por Colombia en Río de Janeiro, Laureano García Ortiz, el 15 de noviembre de 1928.

Abadía retratado por Ricardo Rendón, 1929.

Su gobierno se caracterizó por su aversión al comunismo y a los movimientos sindicales. En 1926 tuvo que enfrentar una huelga de trabajadores del ferrocarril nacional, y pese a que sometió con violencia la huelga, terminó concediendo a los obreros la jornada diaria de 8 horas, remuneración dominical y vacaciones por 15 días.[20] En 1927 emitió el decreto 707, con el fin de dotar a las fuerzas armadas colombianas de poderes especiales para perseguir a los movimientos obreros colombianos, ante la proliferación de huelgas en el mundo.[20]

Estuvo casado dos veces.[18] En primeras nupcias se unió con Felisa Santamaría Restrepo, con quien tuvo cinco hijosː Fidel, Germán, Gabriel, Santiago y Soledad Abadía Santamaría. Abadía quedó viudo de Felisa y se mantuvo soltero por un tiempo.

Con su segunda esposa, Leonor de Velasco Álvarez (quien fue su primera dama), no tuvo descendencia, ya que se casó con ella el 5 de junio de 1926, recién electo presidente, y ya entrado en la madurez, pese a que su esposa tenía apenas 19 años en ese momento.[18][19][36] La joven primera dama se hizo famosa por realizar eventos sociales conocidos como Recibos de Palacio, con los que Abadía posicionó su gobierno entre los sectores influyentes de la sociedad colombiana.[37]

Su cuñada de su primer matrimonio, Paulina Santamaría Restrepo, era sobrina de María Francisca Piedrahíta, la madre de Sixta Pontón de Santander y suegra de Francisco de Paula Santander.[38] A su vez Paulina estaba casada con Pablo Barriga, uno de los parientes de Antonio José de Sucre y Alcalá, la mano derecha de Simón Bolívar y su sucesor natural.[39]