Misterios dolorosos

Los misterios dolorosos son un conjunto de los misterios del rosario, rezo tradicional católico. Después de los misterios gozosos del anuncio y la infancia de Jesucristo y de los misterios luminosos de la vida pública de Cristo, estos misterios dolorosos abordan la Pasión, desde la Oración en el Huerto hasta la Crucifixión. Tras esos misterios vienen los misterios gloriosos, que comienzan con la Resurrección.

Desde la institución de los misterios luminosos por Juan Pablo II, se reservan el martes y el viernes para recitar y meditar los misterios dolorosos.[1]

Se incluye la designación en latín entre paréntesis después del nombre de cada misterio.

La Oración de Jesús en el Huerto

Cristo en el monte de los Olivos, cuadro del Maestro de St. Severin.

La oración en el Huerto, agonía de Jesús en Getsemaní (Agonia in Hortu)

«Entonces Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y dijo a sus discípulos: "Sentaos aquí mientras voy a orar". Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dijo: "Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo". Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: "Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú"»
(Mt. 26, 36-39)
«Este combate y esta victoria sólo son posibles con la oración. Por medio de su oración, Jesús es vencedor del Tentador, desde el principio y en el último combate de su agonía»
(CIC, 2.849)

La Flagelación

La flagelación de Cristo, cuadro del Maestro Francke.

La flagelación de Jesús atado a la columna (Flagellatio)

«Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle.»
(Jn 19,1)
«Los padecimientos de Jesús han tomado una forma histórica concreta por el hecho de haber sido "reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas" (Mc 8, 31), que lo "entregaron a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle" (Mt. 20, 19).»
CIC, 572)

La Coronación de Espinas

Ecce homo, cuadro de El Bosco.

La imposición de una corona de espinas sobre la cabeza de Jesús (Coronatio Spinis)

«Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la corte. Lo vistieron con un manto púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y en su mano derecha una caña, y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: "Salve, Rey de los judíos"».
(Mt. 27, 27-29)
«El amor hasta el extremo es el que confiere su valor de redención y de reparación, de expiación y de satisfacción al sacrificio de Cristo. Nos ha conocido y amado a todos en la ofrenda de su vida.»
(CIC, 616)

Jesús con la Cruz a cuestas

Cristo llevando la cruz, parte del Políptico de los Siete Dolores de Alberto Durero.

Jesús con la cruz a cuestas camino del Calvario (Baiulatio Crucis)

«Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz. Lo condujeron al lugar del Gólgota, que quiere decir de la "Calavera".»
(Mc. 15, 21-22)

La Crucifixión

La crucifixión, manuscrito Las muy ricas horas del Duque de Berry.

La crucifixión y muerte de Jesús (Crucifixio et mors)

«Llegados al lugar llamado "La Calavera", le crucificaron allí a él y a los dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen"... Era ya eso de medio día cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad en toda la tierra hasta la media tarde. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito dijo: "Padre, en tus manos pongo mi espíritu" y dicho esto, expiró.»
(Lc. 23, 33-46)

Bibliografía

  • Guardini, Romano (1995). El rosario de María. 73 páginas. Bogotá: Editorial San Pablo. ISBN 978-958-607-148-2.

Referencias

  1. Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, Juan Pablo II, 16 de octubre de 2002
Este artículo ha sido escrito por Wikipedia. El texto está disponible bajo la licencia Creative Commons - Atribución - CompartirIgual. Pueden aplicarse cláusulas adicionales a los archivos multimedia.